El anciano de iglesia es el pastor local, y en ausencia del pastor es el encargado de velar por la alimentación de la feligresía y de cond...
El anciano de iglesia es el pastor local, y en ausencia del pastor es el encargado de velar por la alimentación de la feligresía y de conducirlos al cumplimiento de la misión dada por nuestro Señor Jesucristo, Predicar el Evangelio.
El deber del anciano capacitarse para cumplir un función correcta.
MATERIALES PARA EL ANCIANO
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EL ANCIANO DE IGLESIA
El anciano de iglesia es el pastor local, y en ausencia del pastor es el encargado de velar por la alimentación de la feligresía y de conducirlos al cumplimiento de la misión dada por nuestro Señor Jesucristo, Predicar el Evangelio.
Es un cargo importante. En la obra y organización de la iglesia, si la Asociación/Misión/Campo no asignó. un pastor para la iglesia local, el cargo de anciano es el más elevado y el más importante. En los párrafos anteriores se presentó. la idoneidad moral y religiosa de los ancianos, como así. también la de los otros dirigentes de la iglesia.
Es un líder religioso de la iglesia. El anciano local debe ser reconocido por la iglesia como un fuerte líder religioso y espiritual, y debe gozar de buena reputación con “los que están afuera”. El anciano es el dirigente religioso de la iglesia en ausencia del pastor, y por precepto y ejemplo debe procurar continuamente conducir a la iglesia hacia una experiencia cristiana más profunda y plena.
Debe ser capaz de ministrar la Palabra. El anciano debe ser capaz de dirigir los servicios de la iglesia. No siempre es posible que la Asociación/Misión/Campo provea ayuda ministerial para todas las iglesias. Por lo tanto, el anciano debe estar preparado para ministrar en palabra y doctrina. Sin embargo, el anciano no debe ser elegido principalmente por su posición social, ni por su capacidad como orador, sino por causa de su vida consagrada y su capacidad como dirigente. Todas estas condiciones deben ser tenidas en cuenta por la comisión de nombramientos al preparar su informe para las elecciones de la iglesia.
Período de servicio. El anciano, como todos los otros dirigentes de la iglesia, es elegido por un periodo de uno o dos años, según lo determine la iglesia local. No es aconsejable que una persona sirva indefinidamente, pero el anciano puede ser reelegido. Sin embargo, la iglesia no tiene ninguna obligación de reelegirlo, y puede elegir a otra persona para el ancianato, siempre que le parezca apropiado hacer un cambio. Al ser elegido un nuevo anciano, el anterior ya no funciona como tal, pero puede ser elegido para cualquier otro cargo en la iglesia.
Ordenación del anciano local. La elección de una persona para el cargo de anciano, por s. sola, no lo califica para actuar como anciano. Se requiere la ordenación como anciano antes que dicha persona tenga autoridad para actuar como tal. En el intervalo entre la elección y la ordenación, el anciano elegido puede actuar como líder de la iglesia pero no puede administrar los ritos de la iglesia.
El servicio de ordenación debe realizarse .únicamente por un ministro ordenado que tenga credenciales emitidas por la Asociación/Misión/Campo local. Por cortesía, un pastor ordenado que esté. de visita puede ser invitado a ayudar en el servicio de ordenación. Sin embargo, y como excepción, un pastor ordenado visitante o un pastor ordenado jubilado puede dirigir el servicio de ordenación por pedido especifico de los administradores de la Asociación/Misión/Campo local.
El rito sagrado de la ordenación de ancianos debe realizarse con sencillez, en presencia de la iglesia, y puede incluir una breve descripción del cargo de anciano, de las cualidades requeridas para ocuparlo y de los principales deberes que la iglesia le autoriza realizar. Después de la exhortación, el ministro oficiante, auxiliado por los demás ministros y ancianos locales ordenados que participen, ordenarán al anciano mediante la oración y la imposición de las manos. Luego de ordenar a una persona como anciano de iglesia, no es necesario que se la vuelva a ordenar cuando sea reelegida, o cuando sea nombrada por otra iglesia como anciano, siempre que se haya mantenido en plena comunión con la iglesia. La persona que fue ordenada como anciano est., en virtud de esa ordenación, calificada para servir posteriormente como diácono.
Capacitación y equipamiento de los ancianos locales. La Asociación Ministerial, en cooperación con otros departamentos, promueve la capacitación y el adiestramiento de los ancianos de las iglesias. Sin embargo, el pastor tiene la principal responsabilidad en la capacitación de los ancianos locales.
La obra del anciano de iglesia es local. La autoridad y la obra de un anciano ordenado se limitan a la iglesia que lo eligió.. No se permite que la junta directiva de una Asociación/Misión/Campo le confiera a un anciano local las prerrogativas de un pastor ordenado, para actuar como anciano en otras iglesias. Si hubiera necesidad de un servicio tal, la junta directiva de la Asociación/Misión/Campo puede recomendar a la iglesia o a las iglesias que solicitan los servicios del anciano de otra iglesia, que elijan e inviten al anciano de la iglesia más cercana a servirles también a ellas. As., por elección, un hombre puede, cuando es necesario, servir a más de una iglesia a la vez. Antes de tomar semejante providencia, se debe consultar a la junta directiva de la Asociación/Misión/Campo. Sin embargo, esta autoridad es inherente a la iglesia y no a la junta directiva de la Asociación/Misión/Campo. La .única manera por la cual un hombre puede calificarse para servir como anciano a las iglesias en general es por la ordenación como ministro del evangelio.
Debe promover todos los ramos de la obra misionera. Bajo la dirección del pastor y en su ausencia, el anciano local es el líder espiritual de la iglesia, el responsable de promover todos los departamentos y las actividades de la obra. El anciano debe mantener una relación mutuamente provechosa con todos los otros oficiales de la iglesia.
Relación del anciano con el ministro ordenado. Cuando la junta directiva de la Asociación/Misión/Campo asigna un pastor ordenado para trabajar en una iglesia, tal pastor debe ser considerado como el oficial de mayor rango, y el anciano local como su asistente. El trabajo de ambos está . estrechamente relacionado y, por lo tanto, deben trabajar juntos en armonía. El pastor no debe concentrar en s. todos los sectores de responsabilidad, sino compartirlos con el anciano local y los otros dirigentes de la iglesia.
El ministro que sirve regularmente a la iglesia como pastor, actúa como presidente de la junta directiva de la iglesia. Puede haber, sin embargo, circunstancias en las cuales sea apropiado que el anciano desempeñe este cargo. La obra pastoral de la iglesia debe ser compartida por ambos. El anciano, de común acuerdo con el pastor, participa de la responsabilidad pastoral, lo cual incluye visitar a los miembros de la iglesia, ministrar a los enfermos, hacer arreglos para que alguien oficie en la ceremonia del ungimiento de enfermos y en la dedicación de niños, o dirigirlas él mismo, y animar a los que están desanimados.
Nunca se podrá. ponderar demasiado esta parte del trabajo de un anciano, el cual, como subpastor, debe ejercer constante vigilancia sobre la grey. Si el pastor designado es un ministro con licencia misionera, la iglesia local o las iglesias que sirve deben elegirlo como anciano.
Como el pastor es designado por la Asociación/Misión/Campo para ocupar ese cargo en la iglesia local, sirve a la iglesia como obrero de la Asociación/Misión/Campo, y es responsable ante la junta directiva de la Asociación/Misión/Campo; sin embargo, mantendrá. una actitud de simpatía y cooperación, y trabajar. en armonía con todos los planes y reglamentos de la iglesia local. Como la iglesia local es la que elige al anciano, éste es responsable ante la misma y también ante su junta directiva.
Dirección de los cultos de la iglesia. Bajo la dirección del pastor o en su ausencia, el anciano es responsable de los servicios de la iglesia, y debe dirigirlos o disponer que alguien lo haga. El servicio de comunión siempre debe ser dirigido por un pastor ordenado o por el anciano. Solamente los ministros ordenados o los ancianos ordenados y en ejercicio se hallan calificados para realizarlo.
El pastor, por lo general, actúa como presidente de la junta directiva de la iglesia, y en su ausencia el anciano actuar. como presidente.
La ceremonia bautismal. En ausencia de un pastor ordenado, el anciano solicitará al presidente de la Asociación/Misión/Campo local que tome las debidas providencias para la realización de la ceremonia bautismal de los que desean unirse a la iglesia. Un anciano local no debe oficiar en una ceremonia bautismal sin obtener primero el permiso del presidente de la Asociación/Misión/Campo.
La ceremonia de casamiento. En la ceremonia de casamiento las exhortaciones, los votos y la declaración de casamiento deben estar a cargo .nicamente de un pastor ordenado, excepto en las divisiones cuyas juntas directivas hayan aprobado que ciertos ministros licenciados, que hayan sido ordenados como ancianos locales, puedan llevar a cabo la ceremonia matrimonial.* Pero cualquier otro pastor ordenado, pastor con licencia ministerial o anciano local puede participar presentando el sermonete, ofreciendo a oración o dando la bendición.
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* Nota: La División Sudamericana, con la expresa autorización de la Junta Directiva de la Asociación General, no aprobó. la “excepción” mencionada aquí., relacionada con el oficiante en la ceremonia de casamiento. Por lo tanto, en el territorio de la División Sudamericana esta ceremonia tiene que ser realizada .nica y exclusivamente por un pastor ordenado. Sobre la ceremonia de casamiento, véase SUPLEMENTO DE LA DIVISIÓN SUDAMERICANA (pp. 233, 234), y también las páginas 147 y 148 de este Manual.
Debe cooperar con la Asociación/Misión/Campo. El pastor, los ancianos y todos los dirigentes de la iglesia deben colaborar con los administradores y los directores de los departamentos de la Asociación/Misión/Campo en la promoción de todos los planes locales, as. como en los de la Unión, la División y la Asociación General. Deben informar a la iglesia de todas las ofrendas regulares y especiales programadas en el calendario de la iglesia, y promover todos los programas y las actividades de la iglesia local.
El anciano debe trabajar en estrecha relación con el tesorero de la iglesia y velar para que todos los fondos de la Asociación/Misión/Campo se remitan puntualmente al tesorero de la Asociación/Misión/Campo en el tiempo establecido por la Asociación/Misión/Campo. El anciano debe dedicar su atención personal asegurándose de que el informe del secretario de la iglesia sea remitido puntualmente al secretario de la Asociación/Misión/Campo al finalizar cada trimestre.
El anciano debe considerar importante toda la correspondencia proveniente de la oficina de la Asociación/Misión/Campo. Las cartas cuyo contenido requiera hacer anuncios en la iglesia deben ser presentadas en el momento apropiado.
En ausencia del pastor y en cooperación con él, el primer anciano debe cuidar de que sean elegidos los delegados al congreso de la Asociación/Misión, y que el secretario de la iglesia envíe los nombres de dichosdelegados a la oficina de la Asociación/Misión.
El anciano debe aconsejar y ayudar a los dirigentes de la iglesia a cumplir sus responsabilidades colaborando con la Asociación/Misión/Campo en la ejecución de los planes y procedimientos; y debe cuidar también de que se envíen con exactitud y puntualidad los informes de cada departamento.
Debe promover la obra de las misiones mundiales. Otro aspecto de la obra del anciano consiste en promover la obra misionera mundial. Debe hacerlo realizando un estudio cuidadoso de nuestra obra mundial y presentando sus necesidades a la iglesia. El anciano debe animar a los miembros de la iglesia a tomar parte personal, tanto en dar como en trabajar por la causa de las misiones. Una actitud bondadosa y atinada de parte del anciano hará. mucho para estimular la generosidad de los miembros de la iglesia, tanto en los servicios regulares de la iglesia como en la Escuela Sabática.
Debe incentivar la fidelidad en la devolución del diezmo. El anciano que devuelve fielmente el diezmo puede hacer mucho para animar a los miembros de la iglesia a devolverle a Dios un diezmo fiel. El que deja de dar ejemplo en este asunto importante no debe ser elegido para el cargo de anciano, ni para ningún otro cargo de la iglesia. La devolución del diezmo puede fomentarse mediante la presentación pública de lo que dice la Escritura en cuanto al privilegio y la responsabilidad de la mayordomía, y por medio del trabajo personal con los miembros. Este trabajo debe realizarse con tacto y en forma constructiva. El anciano debe considerar todos los asuntos financieros pertenecientes a los miembros de la iglesia como confidenciales y no debe colocar tal información en las manos de personas no autorizadas.
Debe distribuir responsabilidades. En la distribución de los deberes pertenecientes a las actividades de la iglesia debe ejercerse el cuidado de no colocar demasiada responsabilidad sobre los miembros que se muestren voluntarios, mientras que otros, que tal vez tengan menos talentos, sean olvidados. La elección de una misma persona para varios cargos debe desaconsejarse, a menos que las circunstancias lo hagan necesario. El anciano, especialmente, debe quedar sin otras cargas, para poder atender con eficiencia los numerosos deberes de su sagrado oficio. En algunos casos puede ser aconsejable pedir al anciano que dirija la obra de alcanzar a los no alcanzados (actividad misionera), pero aun esto debe evitarse si existe otra persona capacitada para desempeñarse en ese cargo.
Primer anciano. En las iglesias que tienen muchos miembros es aconsejable que se elija m.s de un anciano. Las responsabilidades de ese cargo pueden ser demasiado grandes para un hombre, y deben ser compartidas por tantas personas como sean necesarias para hacer el trabajo. En tal caso, uno de los elegidos ser. designado como “primer anciano”. El trabajo debe ser distribuido entre los ancianos de acuerdo con la experiencia y capacidad de cada uno.
El anciano no es delegado ex officio. Los ancianos no son delegados ex officio. Si la iglesia desea que un anciano sirva como delegado en el congreso de la Asociación/Misión, tal anciano debe ser elegido como delegado por la iglesia local.
Limitación de su autoridad. Un anciano no tiene autoridad para recibir o excluir miembros de la iglesia. Esto se hace sólo por voto de la asamblea de la iglesia. El anciano y la junta directiva de la iglesia pueden recomendar que la iglesia vote recibir o excluir a los miembros.
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