Si en el Nuevo Testamento no se presenta una discusión clara sobre el cambio del sábado al domingo, ¿no se la hace con claridad en escrit...
Si en el Nuevo Testamento no se presenta una discusión clara sobre el cambio del sábado al domingo, ¿no se la hace con claridad en escritos posteriores a los apóstoles?
Del sábado al domingo entre los siglos II y VI
Quien hace esta pregunta tiene razón al reconocer que en el Nuevo Testamento no hay ningún indicio de la realización de tal cambio, porque de haber existido no hubiera pasado inadvertido. Con sólo recordar la reacción contra Jesús, a quien se amenazó de muerte por el solo hecho de corregir un error respecto a la observancia del sábado (Mat. 12: 16; Jn 5: 16), nos preguntamos: ¿Qué hubiera sucedido si luego los cristianos" hubieran declarado totalmente en contra del sábado? Forzosamente tendría que estar reflejada en el Nuevo Testamento la lucha entre las dos ideas. Así como aparecen las reiteradas discusiones respecto a la circuncisión, la que se declaró sin importancia (1 Cor. 7: 19), con mayor razón deberían encontrarse las que expliquen los motivos del cambio del día de reposo. El silencio del Nuevo Testamento sobre el particular confirma que evidentemente no se había producido cambio alguno.
Los textos que suelen citarse como Acts 20: 7; Rom. 14: 5,6; Col. 2: 14-17; Gal. 4: 8-11, y algún otro, no se refieren al cambio del día de reposo, como lo explicamos al responder a las preguntas sobre ellos. (Véanse las preguntas 17, 20, 22, 23.)
Consideremos los documentos más citados, posteriores a los apóstoles, de los que se dice que confirman la observancia del domingo.
LA DIDAJE: Este documento es conocido también como Las enseñanzas de los apóstoles. Fue encontrado en 1873. y se considera que fue escrito entre los años 120-190 DC. El único texto conocido está mutilado. Es decir, le faltan palabras o partes. La traducción literal del pasaje que se cita como prueba de la observancia del domingo dice así: "De acuerdo con el Señor, del Señor, reunidos romped pan y tomad eucaristía. Las traducciones en español que ofrecen, dicen: "En el día del Señor, del Señor, reunios, romped el pan y tomad eucaristía (traducción de Kirs-sopp). S. Huber traduce así: "Los días del Señor reunios para la participación del pan y la acción de gracias". Como se ve, se le ha agregado la palabra "día" que no existe en el original. Atenidos al contexto y otros escritos de la época, sería más razonable agregar la palabra "mandamiento" en lugar de "día", con lo cual diría: "De acuerdo con el mandamiento del Señor, reunios. . . etc."
La verdad es que en ninguna parte del Nuevo Testamento o de escritos del II siglo, época en que se escribió la Didajé, se llamó "día del Señor" al primer día de la semana. La primera vez que así se hace es en un evangelio apócrifo llamado Según San Pedro, escrito hacia fines del segundo siglo. Eusebio (265-340), en su famosa Historia Eclesiástica desautoriza ese evangelio señalándolo como espurio, escrito por alguien que no fue el apóstol (véase Historia Eclesiástica VI, 12, Editorial Nova). De manera que agregar la palabra "día" a este texto mutilado, para probar la observancia del domingo, no es razonable por no estar de acuerdo con el pensamiento de la época ni con el contexto bíblico. La única referencia definida respecto al día del Señor está en el Nuevo Testamento, y dice:
"Así que el Hijo del hombre es Señor aun del sábado" (Mar. 2: 28).
CARTA A LOS MAGNESIOS: Es una carta de Ignacio, obispo de Antioquia, quien murió alrededor del 115. Este es otro escrito, que como muchos otros, perdió su valor documental a causa de las interpolaciones hechas al texto, o sea frases, palabras o capítulos agregados al original. Por eso, esta carta ya no refleja el pensamiento del autor, sino de personas que vivieron mucho después de él. En este caso, se reconoce que las interpolaciones a esta carta fueron agregadas por personas que vivieron en torno al año 300. Por ese motivo está demás que se trate de refutar algo que no tiene valor documental.
JUSTINO: Murió como mártir entre el 163 y el 167. Es el primer autor cristiano que hace referencia a algún acto religioso realizado con regularidad el primer día de la semana, al que llama reiteradamente "día del sol". Ese dato se encuentra en su Apología Mayor al emperador, capítulo 67, donde se lee: "Y en el día llamado del sol, hay una asamblea de todos los que viven en las ciudades o en el campo..." (Los Santos Padres, S. Hu-ber, tomo 1, pág. 196). Aunque Justino se refirió a este asunto en varios de sus escritos, nunca llamó al domingo "día del Señor". Recién lo hicieron escritores muy posteriores a él.
CONCILIO DE LAODICEA: Dos fechas se suelen dar para su realización: 343 ó 381. Damos a continuación los dos decretos que nos interesan respecto al día de reposo:
Canon 16: En sábado los Evangelios y otras porciones de las Escrituras deben leerse en alta voz.
Canon 29: Los cristianos no deben judaizar y estar ociosos durante el sábado, sino que deben trabajar en ese día; pero honrarán especialmente el día del Señor, y siendo cristianos no harán, si es posible, ningún trabajo en ese día. Si a pesar de eso, se los encuentra judaizando, serán separados de Cristo" (Sacrosancta Concilla, de Labbe y Cossart, tomo 1, columna 1514).
Obsérvese que esto se decreta en el siglo IV, cuando ya se observad abandono de ciertas prácticas apostólicas, aunque no en todos los grupa cristianos. Sin embargo, todavía se ordenan actos religiosos para el sábado, lo que significa que no se lo consideraba abolido.
La siguiente cita podrá mostrarnos cómo se mantenía la observancia del sábado, en forma generalizada, en el siglo V.
SÓCRATES ESCOLÁSTICO (385-445): Es el continuador de la Harona Eclesiástica de Eusebio. En el libro V, capítulo 22 de su historia, dice: "Aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los misterios sagrados el sábado de cada semana, sin embargo los cristianos de Alejandría y Roma, en consideración de una antigua tradición, han dejado de hacerlo".
La disputa entre los dos días había de tener su definición en el siglo VI. En efecto, habiendo sido Roma favorecida por circunstancias políticas que le permitieron dominar otros centros cristianos, siguiendo esas tradiciones en desacuerdo con la letra y el espíritu de las Escrituras respecto al día de reposo, en los concilios Aurelianenses I (511) y III (538), conocidos también como de Orleans, se decretó que todo lo que las Escritura señalaban para la santificación del sábado debía aplicarse a la santificación del domingo, amenazando con severas penalidades civiles a los que no aceptaran esta nueva ordenanza.
Resumiendo lo dicho, vemos:
1. Que en el Nuevo Testamento nada se argumenta sobre un cambio del sábado en favor del domingo.
2. Que los documentos más citados de la primera parte del segundo siglo, son textos mutilados o interpolados, por lo cual perdieron su valor documental.
3. Que recién aparece una alusión a un reposo en el domingo en forma definida en la segunda mitad del siglo II, con Justino Mártir. .
4. Que desde alli en adelante sigue la puja entre los dos días, ocupándose del asunto el Concilio de Laodicea (siglo IV) cuando reconoce actividad religiosa en ambos días.
5. Que a mitad del siglo V nos sorprende un historiador de la iglesia, diciéndonos que "casi todas las iglesias del mundo celebran los misterios sagrados en el sábado de cada semana", aclarando que Roma y Alejandría no lo hacían debido a una "antigua tradición".
6. Que recién en el siglo VI, los concilios Aurelianenses se expresan definitivamente contra el sábado, imponiendo la observancia del domingo. Esta medida de fuerza prueba que en el siglo VI había tantos observadores del sábado, que fue necesario que un concilio se ocupara de ellos y procurara desanimarlos en su proceder, amenazándolos con penas civiles tan graves como cárcel, destierro o muerte
J. Armando Bonjour
Dios Los bendiga!!!
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