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¡Feliz día de la Madre! | Reflexión

Día de la Madre - Reflexión
Día de la Madre - Reflexión

¡Feliz día de la Madre!

Esta importante festividad se celebra el segundo domingo de mayo, así como en otros países como Alemania, Ecuador, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Puerto Maldonado, Italia, Japón y otros. Es allí cuando desde los más pequeños hasta los más adultos, sacan a relucir las mejores poesías y los más grandes abrazos para expresar su amor al ser que los llevó en su vientre durante nueve meses. Al celebrarlo debemos agradecer a Dios por el regalarnos una mamá.
Dios, en su infinita sabiduría, otorgó a la mujer el mayor privilegio de ser madre. Una tarea sin horarios, sin descanso, sin remuneraciones pero el más bendecido y admirado por todos. La incansable oración de ellas por sus hijos, hacen de seres humanos más fuertes para enfrentarse a los más grandes retos de la vida.

Cada segundo de mayo se convierte en un día especial al celebrar y agradecer a Dios por el regalarnos una mamá. Es el día en que las poesías y los poetas aumentan para homenajear a las madres.


Y ¿quién es una madre? Una madre es aquella mujer luchadora, valiente, soñadora, sacrificada y que da todo por sus hijos sin esperar nada a cambio. Una madre es a quien Dios escogió para que en su vientre se formara un ser y, después de nueve meses, viera la luz del mundo.

Se eligió el segundo domingo de mayo como el Día de la Madre debido a que los siervos de Inglaterra tenían este día libre para visitar a sus madres, llevándoles un pastel llamado “Tarta de madres” para obsequiarlo.

En 1872, la escritora Julia Ward Howe realizó la primera celebración pública en Estados Unidos. Ella organizó una manifestación pacífica e invitó a las madres que habían perdido a sus hijos en guerra. En 1905, la ciudadana Ana Jervis presentó un proyecto público para celebrar el Día de la Madre. De tal manera que el presidente Woodrow Wilson instituyó, en 1914, el Día de la Madre como el segundo domingo de mayo.

Sin duda que esta festividad son todos los días, porque el trabajo de una madre no tiene horarios. Hablar de una madre es hablar de una de las mayores bendiciones que Dios otorgó al ser humano y, aunque muchas de ellas quizás no estén ahora, la esperanza de verlas cuando Cristo venga, es lo que dibuja la sonrisa en el rostro de muchos.

¡Gracias mamá!


Fuente:
* Adventistas.org


Dios lo bendiga!!!


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