Juveniles | Lección 2: El poder de la oración | 4to Trimestre 2023 | Año A
Lección 2:
El poder de la oración
Ana se mantiene fiel en cumplir la promesa que le hizo a Dios en desesperación.
Relato bíblico y Comentario:
1 Samuel 1; 2:1-11.
Patriarcas y profetas, capítulos 55 y 58.
Texto Clave:
«Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: “Por cuanto lo pedí a Jehová”»
(1 Samuel 1:20).
1 Samuel 1; 2:1-11.
Patriarcas y profetas, capítulos 55 y 58.
Texto Clave:
«Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: “Por cuanto lo pedí a Jehová”»
(1 Samuel 1:20).
Más que Luz
«Le fue otorgado a Ana lo que había pedido; recibió el regalo por el cual había suplicado con tanto fervor. Cuando miró al niño, lo llamó Samuel, “demandado de Dios”. Tan
pronto como el niño tuvo suficiente edad para ser separado de su madre, cumplió ella su voto. Amaba a su pequeñuelo con toda la devoción de que es capaz un corazón de madre [. . .] pero lo había recibido como un tesoro consagrado a Dios, y no quería privar al Dador de lo que le pertenecía» (Patriarcas y profetas, p. 555).
¿Qué opinas?
- Verdadero o Falso: Se han burlado de ti por no tener ciertas cosas que otras personas tienen.
- Verdadero o Falso: Dios contesta tus oraciones en cada ocasión, aunque no siempre de la manera como tú esperas.
- Verdadero o Falso: Dios te ha hablado en el pasado. Aun cuando no haya sido con una voz literal, has escuchado sus palabras en tu corazón.
- Verdadero o Falso: Le has pedido a Dios en oración que te conceda algo y él te lo ha concedido.
¿Lo sabías?
Solo el dieciséis por ciento de los ministros protestantes en el país entero están muy sa tis fechos con su vida de oración personal. Treinta por ciento están relativamente insatisfechos y siete por ciento están muy insatisfechos. No hay demasiada variación en nivel de satisfacción por denominación. Sin embargo, los metodistas están un poco más satisfechos con su vida de oración personal que otros y los presbi te rianos manifiestan estar mucho menos satisfechos. A decir ver dad, solo el cinco por ciento de todos los ministros presbiterianos dicen estar extremadamente satisfechos con su vida de oración personal y los presbiterianos generalmente tienden a estar más insa tis fechos que satisfechos con ella.
Identifícate con la Historia
«Hubo un varón de Ramataim […]. Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
«Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, […] Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a ca da uno su parte. Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aun que Jehová no le había concedido tener hijos».
«Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.
E hizo voto, diciendo: “Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pa sará navaja sobre su cabeza”.
«Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba ob ser vando la boca de ella. «Pero Ana ha blaba en su corazón, y sola men te se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Enton ces le dijo Elí: “¿Hasta cuándo es tarás ebria? Digiere tu vino”.
«Y Ana le respondió diciendo: “No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derra mado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora”.
«Elí respondió y dijo: “Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la pe tición que le has hecho”.
«Y ella dijo: “Halle tu sierva gracia delante de tus ojos”. Y se fue la mujer por su camino, y co mió, y no estuvo más triste. Y le vantándose de ma ña na, adoraron delante de Jehová, y vol vie ron y fue ron a su ca sa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.
«Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber con ce bido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: “Por cuan to lo pedí a Jehová”».
(1 Samuel 1:1-5, 9-20)
Explica la Historia
¿Por qué crees que Ana deseaba tanto un hijo?
¿Por qué pensó Elí que Ana estaba ebria cuando la encontró en el templo?
Si un sacerdote o pastor encontrara a alguien muy parecido a Ana en su iglesia o templo, ¿crees que la trataría del mismo modo como lo hizo Elí? ¿Por qué sí o no?
¿De qué manera demuestra esta historia la gracia de Jesucristo y el poder de la oración?
Vuelve a leer la historia y escribe algunos de los puntos más importantes y las frases que tengan mayor significado para ti.
Puntos de Impacto
«Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos» (Génesis 20:17).
«Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica» (2 Samuel 7:27).
«Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa» (Mateo 6:5).
«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias» (Filipenses 4:6).
«Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso» (Nehemías 9:31).
Puntos de Vista
«La oración no cambia a Dios, sino que cambia al que ora».—Søren Kierkegaard, filósofo y teólogo danés del siglo XX.
«La oración en realidad influye sobre Dios. No influye su propósito. Pero sí influye su acción». —S. D. Gordon, autor y orador cristiano norteamericano de los siglos XIX y XX.
«La oración no es un simple impulso ocasional al que respondemos cuando estamos en problemas: la oración es una actitud de la vida».—Walter A. Mueller.
«Tenemos que orar con los ojos puestos en Dios, no en las dificultades».—Oswald Chambers, maestro y ministro cristiano escocés de los siglos XIX y XX.
Aplícala a tu vida
Sábado
En la sección ¿Qué opinas? de esta semana, se te hicieron preguntas de falso o verdadero acerca de ti mismo. La mayoría tenía que ver con la oración. ¿Crees que la oración tiene el mismo efecto en todas las personas? ¿Crees que Dios contesta las oraciones de todos las personas en forma diferente? Dios contestó la oración de Ana y le dio un hijo, pero ella también hizo un sacrificio al devolvérselo a Dios y dejar que viviera en el tabernáculo. ¿Estarías dispuesto a darle a Dios algo tan querido? ¿Cómo deberíamos orar?
Lee Mateo 6:9-13 y piensa sobre cómo podrías mejorar tus oraciones al Creador.
Trata de verlo en esta perspectiva: si tuvieras un amigo que nunca hace nada por ti pero siempre te pide cosas y quiere algo de ti, ¿cómo te sentirías? Es lo mismo con Dios. Podemos pedirle cosas, pero también deberíamos agradecerle y hacer algo por él en agradecimiento.
Domingo
En la sección Identifícate con la historia vemos por qué Ana sentía tanto pesar. No tenía hijos propios, sin embargo, la otra esposa de su marido, Penina, tenía muchos hijos. Esto la entristecía y le causaba mucho pesar. En la sección Explica la historia se te preguntó por qué deseaba Ana un hijo. No era solo porque Penina tenía hijos, aunque era parte de la razón. Ella quería alguien para amar, y aunque tenía al Señor y a su esposo, añoraba un hijo y Dios se lo concedió. Usa una concordancia y encuentra otros versículos acerca de oraciones que fueron contestadas.
Lunes
Observa el Texto clave de esta semana. Ana llamó a su bebé Samuel, que significaba que era una respuesta directa a una petición a Dios. Piensa en tu vida. ¿Qué cosa le has pedido a Dios y él te lo concedió? ¿Será algo a lo que le puedes poner un nombre especial? Darle a su hijo el nombre de Samuel fue una de las maneras en que Ana le mostró a Dios cuán agradecida estaba por su gracia. También alabó a Dios dedicándolo a la obra de Dios para toda su vida. ¿Te has dedicado a ti mismo a trabajar para Dios?
Martes
La cita de la sección Más luz nos induce a pensar cuán difícil debió haber sido para Ana entregar a su hijo. Era el regalo de Dios más ansiado. Elena G. de White dice que Ana «Amaba a su pequeñuelo con toda la devoción de que es capaz un corazón de madre». Imagínate entregar a alguien que amas por causa de un mayor amor por Dios. Samuel era un tesoro para Ana, sin embargo ella «no quería privar al Dador de lo que le pertenecía». ¿Qué habrías hecho tú, de estar en la posición de Ana? ¿Cuán dispuesto estás de hacer sacrificios pequeños por amor a Dios?
Miércoles
La sección Puntos de impacto contiene cuatro versículos acerca de la oración y uno de la misericordia. ¿De qué manera se pueden conectar? Todos se refieren al poder de la oración. Mateo 6:5 nos muestra cómo debemos orar; Nehemías 9:31 destaca la sorprendente misericordia de Dios. Dios le mostró misericordia a Ana al darle a su hijo; le quitó su tremendo pesar con el precioso regalo de Samuel; y a cambio, ella se lo dedicó al Señor.
Jueves
¿De cuántas maneras diferentes podemos orar a Dios? ¿Habrá una forma correcta y otra equivocada de pedirle algo a Dios? ¿Cuál debería ser nuestra actitud si Dios contesta nuestra oración como lo esperábamos? Cuál debería ser nuestra actitud aun si pensamos que no recibimos lo que habíamos pedido? Cuando Dios no contesta nuestra oración de la manera que deseamos, a menudo envía pequeñas bendiciones para “amortiguar” nuestra desilusión. Piensa en las ocasiones cuando no se te con testó alguna oración de la manera que es perabas. ¿Puedes recordar otras cosas que en esos momentos que pudieron ser “amortiguadores” de Dios?
Viernes
Si has orado fervientemente a Dios por algo durante mucho tiempo, y finalmente te lo concede pero te pide que, a cambio, se lo consagres a él, ¿cuál sería tu reacción? ¿Sería el deseo de tu corazón honrar a Dios, o acariciar y usar su don como tú deseas? ¿Qué cosas de este panorama se podrían aplicar a tu vida? ¿Una amistad? ¿Un talento? ¿Cómo sentirías tener que entregar de vuelta a Dios un don recibido de él?
Plan de lectura para esta semana*
Patriarcas y profetas (Los Escogidos), capítulo 55 y 58.
*Siguiendo este plan podrás leer al menos un libro cada año de la serie El conflicto de los siglos.
Dios lo bendiga!!!
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