El Juicio Investigador revela, a las inteligencias celestiales, quiénes de entre los muertos serán dignos de participar en la primera resurrección. También pone de manifiesto quién, de entre los vivos, está preparado para ser trasladado a su Reino eterno. La conclusión de este ministerio de Cristo señalará el fin del tiempo de prueba otorgado a los seres humanos antes de su segunda venida.
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INTRODUCCIÓN
- Habrá un Juicio. Dios ha establecido un día para juzgar (Acts 17:31). Serán juzgadas aún las cosas ocultas (Rom. 2:16).
- Todos comparecerán ante el Juez. Todos estarán ante el tribunal de Cristo (Rom. 14:10). También los ángeles malos serán juzgados (Jud. 6). Cada uno responderá por sus acciones (Mat. 12:36; Rom. 14: 12; Eccl. 11:9). El juicio comenzará por la casa de Dios (1 Pe. 4:17). Serán juzgados los justos y los impíos (Eccl. 3:17). Es imposible engañar a Dios (Gal. 6:7).
- Los registros. El juicio se hace con ayuda de los registros que hay en el cielo (Rev. 20:12). Existen varios libros: 1. De la vida (Rev. 20:12). 2. De memoria (Mal. 3:16). 3. De los pecados (Is. 65:6-7; Mat. 12:36-37).
- La norma del Juicio. La norma suprema es la santa Ley de Dios Los Diez Mandamientos (Rom. 7:7; James 2:12; Eccl. 12:13-14). También seremos juzgados de acuerdo con las enseñanzas y el Evangelio de Jesús (Jn. 12:48; Rom. 2:16).
LA REALIDAD DEL JUICIO
El profeta Daniel vio el dramático momento del comienzo del juicio (Dan. 7:9-10).
Diversas autoridades religiosas se refieren a ese momento. “Y cada uno tendrá que dar cuenta ante el tribunal de Dios, de su propia vida, según él mismo haya elegido obrar el bien o el mal”(Los Documentos del Concilio Vaticano 11, pág. 209).
“Jesús volverá al mundo al fin de los tiempos, para ejercer su poder de juez soberano.
Este juicio llamado público, universal, último, es necesario para justificar la Divina Providencia, glorificar a Jesucristo, alegrar a los justos, y confundir a los impíos” (Hillaire. La religión demostrada, pág. 500).
EL TIEMPO DEL JUICIO
Daniel, en su profecía del capitulo 8:14 establece que al final del período de 2.300 años “el santuario sería purificado”. El santuario era la casa de culto de los judíos. Una vez al año se realizaba una imponente ceremonia de juicio. Pero la Biblia explica que en el cielo está el verdadero santuario (Heb. 8:2, 5). La purificación de este santuario celestial no es otra cosa que el comienzo del juicio investigador, el que comenzó al finalizar Los 2.300 años, o sea en 1844.
EL ABOGADO DEFENSOR
El Señor Jesús desempeña un papel importante en el juicio. El Padre le encomendó la tarea específica de juzgar (Jn. 5:22, 27; Acts 10:42). “Dios, para glorificar la humanidad de su divino Hijo, le confió el juicio de los hombres. Todos deberemos comparecer ante el tribunal de Cristo” (Hillaire. La religión demostrada, pág. 508). Sin embargo, la tarea más significativa de Jesús es la de abogado e intercesor. Daniel relata que estando el juicio en acción, se presenta nuestro Señor Jesucristo y es llevado ante el Padre (Dan. 7:9, 13). Allí intercede por nosotros (1 Tim. 2:5; Heb. 7:25). El pecador debe acudir confiadamente a Jesús, su abogado (Heb. 4:16). Cuando nos hemos arrepentido sinceramente, después de confesar todos nuestros pecados, Jesús se hace cargo de nuestra causa y actúa como eficaz abogado (1 Jn. 1:9; 2:1). La seguridad para el juicio consiste en apartarse completamente del pecado (Ez. 18:20-22, 27). Luego vendrá Jesús y pagará a cada uno según sus obras (Mat. 16:27). Pero no habrá ningún problema con aquellos que se han mantenido fieles y firmes hasta el fin (Rev. 2:10; 3:5). Creyendo en Jesús, andando en su luz y confiando plenamente en él, podemos tener la absoluta seguridad de obtener un fallo favorable en el juicio (1 Jn. 1:7; Jn. 5:24).
Dios lo bendiga!!!
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► Continúa la Lección 13: Lo que la Biblia enseña acerca de la Muerte
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