La oración es un encuentro misterioso y profundo – que se realiza en la fe – entre Dios y el hombre; un encuentro en el que nosotros tomamos conciencia de nuestra condición de criaturas y experimentamos la necesidad de la ayuda y la fuerza de Dios, porque somos incapaces de alcanzar por nosotros mismos, la plenitud de nuestra existencia y de nuestra esperanza. En la oración nuestra vida espiritual crece, madura y se fortalece.
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INTRODUCCIÓN
• Conviene orar asiduamente. (Luk. 18:1; Rom. 12:12) El mejor programa es orar tres veces por día. (Dan. 6:10) Tener un espíritu constante de oración. (1 Thes. 5:17).
• Asuntos por los cuales orar: Agradecimiento (Phil. 4:6) Pedidos diversos. (James 1:5; Jn 15:7) Confesión d pecados. (Dan. 6:10; Psalm 32:3-6) Intercesión por necesidades ajenas. (Job 42:10) Alabanza (Psalm 107:1).
• Condiciones para que Dios conteste las oraciones: Pedir con fe. (Mat. 21:22) Pedir bien. (James 4:3) Pedir conforme a la voluntad de Dios. (Luk. 22:41,42) Manifestar espíritu perdonador. (Mar. 11:25) Ser perseverantes. (Luk. 18:1 Guardar los mandamientos. (1 Jn 3:22)
• Impedimentos para que Dios conteste: Pedir egoístamente. (James 4:3) Las dudas. (James 1:6) Falta de espíritu de perdón. (Mat. 6:14,15) El pecado abrigado en el corazón. (Psalm 66:18) Desobedecer la Santa Ley de Dios. (Prov. 28:9)
• Dios promete contestar las oraciones: (Psalm 3:4; 40:1,2: Mat. 7:7-12)
¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
«Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. La oración es la llave en manos de la fe para abrir el almacén del cielo en donde están atesorados los recursos infinitos de la omnipotencia». Elena G. de White, «Camino a Cristo», págs. 97,99.
«La oración es la petición de un hijo a su padre. Nada más dulce, nada más suave, nada más poderoso que la oración». Hillaire, «La Religión Demostrada», pág. 583.
CLASES DE ORACIÓN
El rezo consiste en la recitación de una oración ya escrita. El más famoso es el Padre nuestro dado por nuestro Señor Jesús.
La oración es hablar con Dios, con nuestras propias palabras y de acuerdo a las necesidades que nos afligen.
Existen varios tipos de oración: La oración pública trata asuntos colectivos. En la oración familiar se ventilan problemas del hogar. La oración por los alimentos tiene por fin agradecer a Dios por ellos y solicitar su bendición. (S. Lucas 24:30; 22:19) La oración más provechosa para el alma es la privada. Existe también la oración mental, que se eleva sin palabras.
«Ni es generalmente necesario vestir con palabras nuestras oraciones; basta con expresarlas con el pensamiento». Cardenal Gibbons, «Nuestra Herencia Cristiana», pág. 108.
PARTES DE LA ORACIÓN
- Comienza con el vocativo: «Padre nuestro». (S. Mateo 6:9)
- Sigue el cuerpo de la oración que consiste en todo lo que tenemos que decir a Dios.
- El cierre de la oración debe ser hecho en el nombre de Jesús. (S. Juan 16:23)
- Se concluye con la palabra: Amén, que significa: así sea.
MARAVILLOSOS EFECTOS DE LA ORACIÓN
Dale Carnegie, en su libro «Cómo Suprimir las Preocupaciones», dice: «He recogido cientos de casos concretos acerca de cómo hombres y mujeres han vencido miedos y preocupaciones por medio de la oración».
El famoso médico Alexis Carrel, opinó: «La oración es la más poderosa forma de energía que sabe generar. Es una fuerza tan real como la gravedad terrestre. Como médico, he visto a hombres que después del fracaso de todos los procedimientos curativos, han vencido la enfermedad y la melancolía por el sereno esfuerzo de la oración».
«Derramad, oh Señor, sobre vuestra iglesia el espíritu de oración». Hace que se despierte en las almas y en las comunidades... el interés por la oración. Suscitad maestros y escuelas de oración... Y habrá en el mundo como una nueva creación y renovaréis la faz de la tierra». (Cardenal Giácomo Lercaro, «Métodos de Oración Mental», pág. 311.
«Presentad a Dios vuestras necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores. No podéis agobiarlo ni cansarlo. Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas y aun por nuestra presentación de ellas. Llevadle todo lo que confunda vuestra mente. Ninguna cosa es demasiado grande para que él no la puede soportar... Ninguna cosa, que de alguna manera afecte vuestra paz es tan pequeña que él no la note. Ninguna calamidad puede acaecer al más pequeño de sus hijos, ninguna ansiedad puede asaltar el alma, ningún gozo alegrar, ninguna oración sincera escaparse de los labios, sin que el Padre Celestial esté al tanto de ello, sin que tome en ello un interés inmediato». Elena G. White, «Camino a Cristo» pág. 100.
ILUSTRACIONES
• Si la oración no llega a cambiar las cosas, nos cambia a nosotros, y el resultado es igualmente bueno.
• Cierta caja fuerte para ser abierta necesitaba 18 llaves. Pero el gerente tenía una llave maestra que abría la caja. De la misma manera, podemos intentar resolver los problemas con muchas llaves, cuando la oración puede abrirnos los depósitos de bendiciones del cielo.
• Conversaban dos cristianos. Uno decía: Estoy desanimado, Dios nunca contesta mis oraciones. -¡Qué raro! A mí siempre me las contesta-. Dijo el otro cristiano, y agregó: -A veces me contesta que sí, otras veces me dice: espera un poco; y algunas veces me ha dicho que no. Pero siempre me contesta-.
Dios lo bendiga!!!
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► Continúa la Lección 4: Lo que la Biblia enseña acerca del Origen del Pecado
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