[ Culto 10 ]
Predica la Palabra
Tema: Estilo de VIda
Por: Pr. Eli Ramírez
Ministerio Joven - MOP, Rep. del Perú.
“Que prediques la Palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4:2).
ALABANZA
Unidos por la Palabra – CD Joven 2002
Tu voluntad – CD Joven 2016
Corazón misionero – CD Joven 2015
TESTIMONIO
COMO PASTOR, HE notado que a nuestras iglesias llegan muchas personas como invitados o amigos de esperanza. Algunos son nuestros amigos, otros son familiares, vecinos o transeúntes que quizá no conocemos. Algunos vienen por primera vez, otros asisten con frecuencia. Algunos se involucran en la Escuela Sabática, diezman, ofrendan o aportan para proyectos especiales de la iglesia local. A algunos de ellos, les he preguntado: ¿Hace cuánto tiempo que se ha bautizado? Y su respuesta ha sido: ¡Pastor, todavía no me he bautizado! Entonces, pregunto: ¿Estás recibiendo algún estudio bíblico? Y la respuesta es: ¡Tampoco, pastor!
Es probable que en tu iglesia esté pasando lo mismo. Busca a esa persona, bríndale tu amistad, invítala a comer en tu casa, involúcrala en el círculo de tus amigos, invítala a algunas reuniones familiares, sal a pasear en grupo y ofrécele un estudio bíblico. ¡Predica la Palabra!
ORACIÓN INTERCESORA
Oremos fervorosamente para que Dios nos ayude a amar al prójimo al punto de interceder por él en oraciones diarias.
Oremos también para que los jóvenes adventistas prediquen la Palabra de Dios a través de sus actos, no solo por palabras.
MENSAJE
A pesar de los riesgos que corría por predicar el evangelio a los gentiles, la proclamación de la Palabra era vital para el gran apóstol Pablo. Le sobraba razón a Pablo cuando exhortó a su discípulo Timoteo a predicar la Palabra y ser fiel en esta tarea.
En 2 Timoteo 4:2, el artículo determinante “la” indica que el apóstol no se refiere a cualquier palabra, sino a la que él ha especificado bajo el nombre de “las Sagradas Escrituras”. Pablo también le da a entender a Timoteo que él debe predicar la Palabra por lo que ella es en sí misma, ya que solo ella puede producir un estilo de vida diferente.
Según la instrucción de Pablo, no hemos sido llamados a exponer nuestros pensamientos. Debemos predicar la Palabra a tiempo y fuera de tiempo, redarguyendo, reprendiendo y exhortando.
Prediquemos para redargüir: Con la orientación del Espíritu Santo, debemos saber explicar las Escrituras mostrando la gracia y el amor que Dios tiene para con el ser humano. Es fundamental que cada persona conozca el sacrificio de Jesús en la Cruz. Debemos ayudar a nuestro prójimo, sin olvidarnos de nosotros, en la desafiadora tarea de abandonar el pecado, y disfrutar de una relación íntima y estrecha con Dios.
Prediquemos para reprender: Es importante exponer claramente, pero con amor, las prácticas desaprobadas por la Biblia. Es la Biblia la que desaprueba, no el predicador; por esto, lo que decimos debe ir acompañado con un “Escrito está”.
Prediquemos para exhortar: La Palabra de Dios nos habla de predicar con el propósito de ayudar, consolar, animar. Este mensaje determina la función específica de un cristiano. Exhortar no es hablar de manera desconsiderada, regañar o lanzar “leños” y “piedras”. La exhortación tiene como propósito mostrar (con la propia vida) cómo se vive con Cristo y orientar cómo es la vida bajo el Reino de Cristo. Es tomar de la mano al amigo y conducirlo paso a paso a un vivir a Cristo. Es enseñarle cómo evitar las prácticas que desagradan al Señor y vivir un estilo de vida íntegro, basado en los principios bíblicos.
¡Amigos, tengan ánimo! Alza tu voz actuando bien y atendiendo las necesidades de las personas. Y predica la Palabra mediante un mensaje práctico.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
“Esta solemne amonestación a alguien tan celoso y fiel como Timoteo constituye un poderoso testimonio de la importancia y la responsabilidad de la obra del ministro evangélico. Al invitarlo a comparecer ante el tribunal de Dios, Pablo le ordena predicar la Palabra, no los dichos y las tradiciones de los hombres; le ordena que esté listo para testificar por Dios en cualquier oportunidad que se le presente, delante de grandes congregaciones o en círculos privados, por el camino o junto al fogón, a amigos y a enemigos, ya sea que esté seguro o expuesto a dificultades y peligros, oprobios y pérdidas” (Los hechos de los apóstoles, p. 415).
MANOS A LA OBRA
Alabanza: Adorna la iglesia con fotos de las personas de la iglesia en actividades misioneras. Invita a algunas de estas personas para conducir el momento de alabanza. Canten los himnos de manera dinámica.
Testimonio: Usa el texto de esta parte como una introducción a este momento. Busca a un hermano que haya logrado traer a la iglesia una persona a quien se haya dedicado. Elabora una entrevista para conocer los detalles de la historia.
Oración intercesora: Durante el sábado de mañana, acércate a todos los invitados que estén presentes en el programa de Escuela Sabática y Culto. Anota el nombre y sus pedidos de oración. En este momento de oración intercesora, menciona cada uno.
Mensaje: Para que este momento sea más interesante, invita a algunas personas que ya hayan pasado por la experiencia de exhortar a alguien, o ser reprendido por alguien, de manera bondadosa y cristiana. Pide que cada uno cuente cómo se sintió y cuál fue el resultado de la actuación de una persona preocupada con ellas.
Fuente:
Revista Acción Joven
Dios los bendiga!!!
Post A Comment:
0 comments:
Escribe tu comentario.