Lección 10:
Tiempo de orar
Textos clave y referencias:
Lucas 5:12-16. Véase también Marcos 1:32-41;Versículo para Memorizar:
El Deseado de todas las gentes, cap. 27..
“[Jesús] [...] solía retirarse a lugares solitarios para orar”. (Libro).Mensaje:
Adoro a Dios en los momentos tranquilos que dedico para orar.
¡Cuán a menudo hablas con tu mejor amigo? ¿Una o dos veces por día? Jesús tenía un amigo con el que necesitaba hablar cada día. ¿Quién piensas que era?
El pobre hombre iba gritando a su paso: “¡Inmundo! ¡Inmundo!”. Había pasado ya mucho tiempo desde que había notado en su piel la primera mancha pálida. Cuando le aparecieron más manchas, fue a ver al sacerdote. Y entonces escuchó que le decía las terribles palabras: “Tienes lepra”. Había tenido que dejar a su familia y su hogar. Si alguna vez se acercaba al pueblo, debía gritar: “¡Inmundo!”
Un día, el leproso escuchó que Jesús sanaba a la gente. Se preguntaba si Jesús podría sanarlo a él también. Ta vez Jesús podía sanarlo.
El leproso no sabía dónde encontrar a Jesús. Pero iba a intentar encontrarlo. No podía acercarse a las ciudades, así que buscó a Jesús en los poblados pequeños. Viajaba por los senderos de las montañas por donde nadie pasaba. Finalmente, el leproso encontró a Jesús enseñando a la gente junto a un lago. El leproso se quedó a cierta distancia de la multitud y observó lo que pasaba. Vio cómo Jesús sanaba a la gente. Escuchó las palabras bondadosas de Jesús. ¡Su esperanza se convirtió en fe!Creyó que Jesús podía ayudarlo. Así que el leproso comenzó a acercarse donde estaba la multitud. Se olvidó de que no debía acercarse a la gente. Solo pensó en poder ser sanado.
Cuando la gente lo vio, muchos corrieron para alejarse de él. Otros le gritaban enojados. Algunos más le impedían acercarse a Jesús. Hicieron todo lo posible por alejarlo, menos tocarlo. Pero el leproso no había venido de tan lejos para darse fácilmente por vencido. Se puso de rodillas diciendo:
—Señor, yo sé que puedes sanarme y limpiarme si quieres.
—Sí, quiero —dijo Jesús. Y tocando al leproso, le dijo—: ¡Queda limpio!
“¡Me ha tocado! —pensó el hombre leproso—. ¡Nadie me ha tocado por mucho, mucho tiempo!”. Al ver su brazo, notó que las manchas blancas habían desaparecido. Ya no tenía llagas por todo su cuerpo. Su piel volvió a ser del color normal, como el de la gente que lo estaba observando.
—Ve a ver ahora a los sacerdotes —le dijo Jesús—. Ellos deben declararte sano. Y lleva tu ofrenda de gratitud. Pero no le digas a nadie lo que hice por ti.
El hombre hizo exactamente lo que Jesús le dijo que hiciera, excepto por una cosa. ¡Se lo contó a todas las personas con las que se encontraba! Y más gente que antes comenzó a buscar a Jesús. Lo seguían dondequiera que iba.
Jesús necesitaba un tiempo tranquilo para hablar con Dios. Muchas veces se alejaba un poco de la gente para tener tiempo de orar, para poder hablar con su Padre. Era difícil hablar cuando la gente lo rodeaba constantemente. Así que Jesús encontró lugares tranquilos donde nadie lo distrajera.
Frecuentemente Jesús se levantaba cuando aún estaba muy oscuro, para hablar con su Padre. O bien se quedaba orando toda la noche. Su lugar favorito era el huerto del Getsemaní. Tanta gente demandaba de Jesús tantas cosas, que Jesús sabía que necesitaba poder y sabiduría de Dios. Así que oraba cada día. Todos los días se alejaba un poco de la gente para pasar un tiempo tranquilo conversando con Dios.
También nosotros podemos obtener poder y sabiduría de Dios. También necesitamos orar diariamente. Cuando oramos y alabamos a Dios cada día, él estará con nosotros.
Esta manera de recibir la lección de los niños es muy practica podemos estudiarla y repasarla en cualquier parte....gracias por publicarla...
ResponderBorrarMuy linda la lección ahora puedo pasar tiempo con DIOS estando con el celular y no mirar pavadas
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