Lección de Escuela Sabática de Adultos 4to Trimestre 2019, Escuela Sabática Adultos 4to Trimestre 2019, Lección 4to Trimestre 2019,
Lección 13: Para el 28 de diciembre de 2019
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Reyes 12:1–16; Hechos 15:7–11; Juan 11:46–53; Nehemías 4:7–23; Esdras 8:21–23, 31, 32.
PARA MEMORIZAR:
“Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían en-señado” (Neh. 8:12).
Esdras y Nehemías son ejemplos de grandes líderes que se dedicaron a Dios y cumplieron las tareas que el Señor le encomendó. Su amor por Dios inspiró en ellos el deseo de ser siervos fieles. De hecho, su fidelidad ha sido un elemento central de nuestro estudio.
Esta semana veremos ejemplos de liderazgo que se encuentran en la Biblia, incluidos los ejemplos de Esdras y Nehemías. Estas no son lecciones exhaustivas, desde luego, ya que hay muchas más que podríamos analizar. Sin embargo, las lecciones elegidas son esenciales para todo líder. Quizá no te consideres un líder en este momento específico de tu vida, pero todos tenemos influencia sobre algunas personas; por lo tanto, las lecciones son aplicables a todos.
La Palabra de Dios es fundamental para la historia de estos líderes. La Palabra transformó su pensamiento y su vida, y dio como resultado todo un programa de reavivamiento y reforma.
LA INFLUENCIA DE LOS LÍDERES
A lo largo de toda la Biblia, podemos encontrar ejemplos de liderazgo, buenos y malos, y algunas veces incluso una mezcla de ambos. Los malos líderes, a veces, han hecho algunas cosas buenas, mientras que los buenos líderes, a veces, han hecho algunas cosas malas. Al fin y al cabo, todos los líderes son seres humanos y, como tales, son capaces tanto de hacer el bien como el mal. ¿Quién no ha vivido esta realidad personalmente?
No obstante, el problema es que, cuando eres líder, ejerces una gran in-fluencia, ya sea para bien o para mal. De por sí, ya es malo ser una influencia negativa en tu propia casa, en tu lugar de trabajo, o en cualquier lugar donde se sienta tu presencia. Pero, cuando ocupas un puesto de liderazgo, ya sea espiritual, político o ambos, la influencia se multiplica enormemente. Qué importante es entonces que, cualquiera que sea tu función, pero especial-mente como líder, reflejes los principios y las enseñanzas de las Escrituras.
Busca los siguientes pasajes. ¿Qué tipo de ejemplos de liderazgo encon-tramos allí? Si es bueno, explica por qué fue bueno. Si es malo, explica por qué fue malo.
Roboam (1 Rey. 12:1–16)
Pedro (Hech. 15:7–11)
Josías (2 Rey. 23:1–10)
Débora (Juec. 4:1–16)
Acab (1 Rey. 21:1–16)
■ Si bien solo obtuvimos una noción elemental, ¿qué lecciones podemos extraer de estas historias sobre qué se requiere para ser un líder bueno o malo? Y, ¿cómo podemos aplicar lo aprendido a nuestra experiencia, según la función que cum-plamos?
EL MAL A LA VISTA DEL SEÑOR
Considera los siguientes pasajes. ¿Qué nos dicen sobre estos líderes y su influencia sobre el pueblo que gobernaban?
1 Reyes 15:26, 34
2 Reyes 13:1–3
Juan 11:46–53
Es bastante inquietante, para muchos de los que tenemos puestos de liderazgo en cualquier instancia, pensar que nuestro liderazgo tiene el po-tencial de hacer que la gente mengüe o crezca espiritualmente. Y, en todos estos casos que se mencionan, el efecto fue devastadoramente negativo.
Más específicamente, nuestro carácter y nuestra dedicación a Cristo marcan la diferencia con quienes interactuamos. Los líderes espirituales influyen sobre los demás, ya sea a favor de Dios si ellos mismos buscan a Dios, o a favor del mal si no lo hacen.
En contraste con lo que hemos visto hoy, es innegable el hecho de que Esdras y Nehemías tenían una firme relación con Dios. La cantidad de ayunos y oraciones que se registran en estos libros sobre Esdras y Nehemías supera lo que la Biblia informa de otros grandes líderes. La nación caminaba con Dios bajo su liderazgo, aunque no todo fuera perfecto. Su orientación en la vida era hacia Dios. Por otro lado, el hecho de que hubiese quienes no se vieron afectados o cambiados por las influencias de Esdras y Nehemías demuestra que, en última instancia, la fe de ningún otro más que la nuestra marca la diferencia en nosotros. En definitiva, observa a quienes tuvieron la oportunidad de ver a Jesús en persona, de escucharlo predicar, e incluso de presenciar sus milagros o escuchar hablar de ellos, y que finalmente lo rechazaron. Sí, tenemos un papel que cumplir, al margen de nuestra posición en la vida, y podemos ser una influencia para bien o para mal. Pero al final, cada uno tendrá que responder por sí mismo ante Dios.
■ Piensa en la gente de tu esfera de influencia. ¿Cómo podrías mejorar tu influencia?
CORAJE Y PODER
Lee Nehemías 4:7 al 23. ¿Cómo demostró coraje Nehemías? ¿De dónde obtuvo este coraje?
Nehemías hizo frente a sus enemigos, que intentaban intimidar a los judíos. Nehemías respondió tomando la iniciativa de preparar al pueblo para luchar. Nehemías no dijo: “De acuerdo, Dios, haz todo tú”, sino que hizo que el pueblo hiciera su parte. Portaban espadas y otras armas mientras traba-jaban para construir el muro. Los judíos, bajo el liderazgo de Nehemías, no se acobardaron, sino que tomaron las armas con audacia para defenderse. Nehemías animó al pueblo, creyó en ellos, trabajó con ellos y les dio la res-ponsabilidad de actuar. Les dio poder para hacer el trabajo cuando delegó y asignó responsabilidades. Sin embargo, Nehemías no le decía al pueblo lo que debía hacer, solamente, y luego iba a esconderse en su habitación: se ponía a la par de él y hacía la ardua tarea que había que hacer.
Hay momentos en la Biblia en que Dios le dice al pueblo que esté quieto y que lo observe pelear, y también hay muchos otros casos en que Dios dijo: “Prepárense para actuar que les daré la victoria”. Debemos hacer nuestra parte si queremos ver la liberación y las bendiciones de Dios.
“En la resuelta devoción de Nehemías a la obra de Dios, y en su igual-mente firme confianza en Dios, residía la razón del fracaso que sufrieron sus enemigos al tratar de atraerlo adonde lo tuviesen en su poder. El alma indolente cae fácilmente presa de la tentación; pero en la vida que tenga nobles fines y un propósito absorbente, el mal encuentra poco lugar donde asentar el pie. La fe del que progresa constantemente no se debilita; porque encima, debajo y más allá de lo que se ve reconoce al amor infinito que obra en todas las cosas para cumplir su buen propósito. Los verdaderos siervos de Dios obran con determinación inagotable, porque dependen constante-mente del Trono de la gracia” (PR 488).
En definitiva, Nehemías obtuvo coraje de su comprensión de la realidad y el poder de Dios. Con todo, como hemos visto, su conocimiento de Dios le hizo actuar en consonancia con su fe.
■ Aunque el contexto es diferente, ¿cómo refleja el siguiente pasaje lo que hemos visto en Nehemías: “Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras” (Sant. 2:18)?
PROPÓSITO Y PASIÓN
¿Qué nos enseñan los siguientes textos sobre la fuerza motriz en la vida de Esdras y Nehemías? (Neh. 2:1–10; Esd. 7:8–10).
En todo lo que hacían, Esdras y Nehemías buscaban que la voluntad de Dios se cumpliera en la vida de su pueblo. Sí, el pueblo se había equivocado; sí, fueron castigados por ello. Pero Dios, fiel a sus promesas de restauración, abrió el camino para que su pueblo regresara a la Tierra Prometida y, si era fiel, cumpliera los objetivos que él había establecido para él. Y el Señor, en su sabiduría, escogió a dos hombres muy dedicados, hombres en cierto sen-tido semejantes a Moisés, para que desempeñaran un papel fundamental en esta restauración, así como había utilizado a Moisés generaciones antes para una tarea especial.
Los grandes líderes como estos dos hombres tienen un objetivo. Tienen una razón para vivir que impulsa cada una de sus acciones. Se podría decir que tanto Esdras como Nehemías tenían un propósito en la vida. Tenían una visión de dónde querían que estuviera el pueblo de Dios, y entonces pusieron todo de su parte para lograr el objetivo.
Esdras lo logró estudiando las Escrituras y enseñando la Palabra al pueblo. Nehemías alentó al pueblo a hacer lo correcto y a levantarse au-dazmente en favor de Dios. Ambos hombres querían ver una Jerusalén restaurada; pero no solo una restauración material. También querían ver un reavivamiento y una reforma en la vida espiritual de sus habitantes. Por eso, corrigieron, reprendieron y, a veces, exigieron determinado curso de acción. Los grandes líderes creen en algo más grande que lo común y mediocre. Esdras y Nehemías creían en un Dios poderoso y amante, un Dios que podía hacer milagros, y querían que todos tuvieran una profunda relación con él.
Desde el primer capítulo de Nehemías, el lector queda impresionado por la dedicación de Nehemías a la causa de Dios y también por su angustia por la difícil situación de su pueblo. En el capítulo 1, él llora cuando se entera de las dificultades de los israelitas en Judá. Se postra y promete hacer lo que Dios le pida que haga. Nehemías parece estar motivado por la idea de querer marcar la diferencia en el mundo. Era un hombre de acción, de acción para Dios. Nehemías decidió marcar la diferencia no con un salario más alto o teniendo un cargo preeminente (aunque él tenía ambas cosas en Persia), sino yendo a Judá, a una nación no tan próspera, con resistencia a cada paso. Avanzó por fe, a pesar de los obstáculos que se le presentaban.
HUMILDAD Y PERSEVERANCIA
Lee Esdras 8:21 al 23, 31 y 32. ¿Cómo consideras la decisión de Esdras de no hablarle al rey: fue tonta o valiente? Esdras y el pueblo, ¿cómo demostraron humildad?
Tiempo después, Nehemías aceptó la escolta del rey para su protección. Pero, en el caso de Esdras, él creyó que Dios podía revelarse mejor si no le pedían nada al rey. Por eso, cuando llegaron a salvo a Judá, se lo atribuyeron a su Dios. Quizás en ciertas situaciones confiamos demasiado en los demás y no lo suficiente en permitir que Dios actúe. Esdras optó por dejar que Dios hiciera la obra en esta situación y le demostró al rey que en verdad Dios era un Dios poderoso.
No obstante, Esdras no actuó con presunción. Reunió al pueblo, ayu-naron y oraron por la situación. No partieron sino después de pasar tiempo con Dios. Se presentaron humildemente ante Dios, solicitando que su pro-tección se convirtiera en una señal de su poder, y Dios respondió.
Lee Nehemías 5:14 al 19. ¿Cómo mostró humildad Nehemías?
Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a humillarse y ser siervos. Los líderes competentes no requieren ni necesitan un “título” para obtener honor. Nehemías abrió sus puertas y se brindó generosamente al pueblo. Demostró su fe en Dios, y su increíble dedicación a Dios fue un ejemplo para el pueblo. Tenía una personalidad fuerte y un temperamento sensato, pero no se puso por encima de nadie como superior. Tenía el puesto más elevado de la nación judía en ese momento, y sin embargo era desinteresado. De esta manera, reflejó la vida y las enseñanzas de Jesús, quien nos enseñó que la mejor manera de liderar es servir a los demás. Jesús hizo esto. Así también nosotros, sin importar nuestra posición, debemos tener la misma actitud.
■ “Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos” (Mar. 9:35). ¿Qué nos enseñan estas palabras de Jesús acerca de lo que significa ser un verdadero líder a la vista de Dios?
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El camino a Cristo, “El privilegio de orar”, pp. 93-104.
“La obra de restauración y reforma que hicieron los desterrados al re-gresar bajo el liderazgo de Zorobabel, Esdras y Nehemías nos presenta un cuadro de la restauración espiritual que debe realizarse en los días finales de la historia de esta Tierra. El remanente de Israel era un pueblo débil, expuesto a los estragos de sus enemigos; pero por su medio se proponía Dios conservar en la Tierra un conocimiento de sí mismo y de su Ley. Ese remanente había de custodiar el culto verdadero y los santos oráculos. Fue variado lo que experimentó mientras reedificaba el Templo y el muro de Jerusalén; y fuerte la oposición que hubo de arrostrar. Fueron pesadas las cargas que hubieron de llevar los líderes de esa obra; pero esos hombres avanzaron con confianza inquebrantable y humildad de espíritu, depen-diendo firmemente de Dios y creyendo que él haría triunfar su verdad. Como el rey Ezequías, Nehemías ‘siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió [...]. Y Jehová estaba con él’ (2 Rey. 18:6, 7)” (PR 499, 500).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Por qué debemos hacer todo lo que podemos ante Dios para apoyar a nuestros dirigentes?
2. ¿Por qué el estilo de liderazgo de servicio es tan difícil, exigente y al mismo tiempo gratificante? ¿Por qué es tan importante que un líder cris-tiano sea también un siervo?
3. Al principio y al final del libro, y también en el medio, Nehemías oró. Tanto Esdras como Nehemías eran hombres de oración. Cuenta cuidadosa-mente cuántas veces se menciona la palabra “oración” u “oró” en los libros de Esdras y Nehemías. Estos líderes estaban constantemente orando. ¿Qué debería decirnos esto sobre nuestra vida de oración?
4. “Se mantuvo fiel al Señor y no se apartó de él, sino que cumplió los mandamientos que el Señor le había dado a Moisés” (2 Rey. 18:6, NVI). ¿Cómo hacer para mantenerse “fiel al Señor”? ¿Qué significa eso? ¿Qué relación hay entre mantenerse fiel al Señor y guardar sus mandamientos?
Dios lo bendiga!!!
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: Nehemías 8:8, 12.
Enfoque del estudio: Esdras 7, 8; Nehemías 1-3; Nehemías 4:7-23; Nehemías 5:14-19.
Esdras y Nehemías demuestran lo que significa ser un líder para Dios. Dios los colocó en cargos influyentes (Esdras, como sacerdote; y Nehemías, como gobernador), pero les correspondía a ellos ser responsables en el desempeño de sus tareas. Ambos se tomaron en serio su trabajo, porque eran conscientes del llamado de Dios, estaban comprometidos con él y amaban al pueblo de Dios. Se dieron cuenta de que eran una influencia para las personas con las que se encontraban. Usaron sus puestos para bien. Ante todo, demostraron una pasión por Dios que era palpable. Los que estaban a su alrededor sabían que amaban a Dios y que vivían para él con increíble dedicación. Esa lealtad inspiró a la nación israelita a caminar con Dios en una relación más estrecha.
Esdras y Nehemías demostraron coraje. No temían hacer algo que los demás evitaban hacer, como llevar a un grupo de exiliados a Jerusalén, donde sabían que la vida sería difícil. También alentaron y empoderaron al pueblo, delegándole responsabilidades en lugar de simplemente hacer todo por sí solos. Eran líderes con un propósito: tenían una visión para que el pueblo de Israel fuera restaurado y reavivado una vez más. Por lo tanto, estaban dispuestos a hacer todo lo necesario para concretar este sueño. Los dos líderes también mostraron humildad. Estaban dispuestos a servir al pueblo y no solo a ser servidos. Tampoco esperaban, ni deseaban, recibir mucho dinero por su trabajo. Su vida y su liderazgo nos proporcionan principios para el liderazgo de servicio hoy. Lo más importante es que desarrollaron y practicaron hábitos que nosotros podemos aprender y aplicar en nuestra obra para Dios.
Parte II: COMENTARIO
Las claves para ser un líder exitoso son los hábitos que desarrolla. Si un líder cultiva un estilo de vida honesto, transparente, abierto y perseverante al dedicar tiempo a la Palabra de Dios, leyendo y creciendo ampliamente a través de la educación, tendrá una influencia espiritual mucho mayor sobre la gente y el mundo que alguien que, en contraste, dedique tiempo a actividades "vacías"; por ejemplo, matar el tiempo con charlas ociosas, ver televisión varias horas por día o jugar videojuegos. Nuestra forma de pensar y aquello a lo que prestamos especial atención determina nuestro comportamiento. Los hábitos que desarrollamos y practicamos definen nuestro grado de influencia sobre los demás y en qué medida Dios puede usarnos para hacer cosas.
Tanto Esdras como Nehemías desarrollaron hábitos de los que podemos aprender. Si queremos ser líderes para tener un impacto en el mundo, haríamos bien en aprender de ellos e incluso adquirir sus hábitos siguiendo el ejemplo de ellos. Los buenos principios de vida que cultivaron son dignos de imitar. Lo que marca la diferencia es la rutina diaria, no las grandes cosas que hacemos de tanto en tanto. Entonces, ¿cuál era la rutina diaria de Esdras y de Nehemías? ¿Qué podemos decir acerca de sus hábitos diarios a partir de las historias que se registran sobre ellos?
Esdras: el líder espiritual
Aunque Esdras demostró muchas cualidades de liderazgo, quizá lo que más lo distinguió hayan sido dos hábitos: (1) el estudio riguroso de las Escrituras y (2) la oración ferviente y el ayuno. Esdras parece haber desarrollado estos hábitos de joven y nunca se apartó de ellos. Se lo describe como un "escriba diligente en la ley de Moisés" (Esd. 7:6). La palabra para "diligente" es mahír y representa a alguien que es prolífico en su trabajo. Esdras estudió diligentemente en el mismo sistema escolar que tuvieron Daniel y sus tres amigos en Jerusalén. Recibió la mejor educación de la Tierra. El término mahír es muy específico Y, por lo tanto, es muy probable que Esdras trabajara como representante de la religión judía ante el Gobierno persa. Era un hábil escriba de la Ley de Moisés, que se refiere a las enseñanzas de la Torá hebrea (los cinco libros de Moisés) y las enseñanzas de Dios en general, no solo los Diez Mandamientos, como solemos pensar cuando escuchamos el término "la Ley".
Sin embargo, Edras no era un escriba educado solo con capacitación bíblica. También fue transformado por su conocimiento de la Ley. El conocimiento del verdadero Dios viviente transformó su vida. Sabemos que fue así con Esdras porque Esdras 7:10 dice: "Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos". La declaración de que "Esdras había preparado" (kun: establecer, fijar firmemente, arreglar) su corazón es fundamental. El corazón se refiere a la mente, los pensamientos y las emociones. Por lo tanto, todo su ser estaba firmemente establecido y dedicado a la Ley de Dios. La Ley de Dios es sinónimo de Dios, cuyo carácter representa. Por lo tanto, Esdras había resuelto firmemente estudiar la Palabra de Dios y estar abierto a su poder transformador. Por ende, se dedicó a seguirla de todo corazón y luego a enseñarla a los demás. Esdras entendió que su llamado específico en la vida era estudiar y enseñar la Palabra de Dios, sus preceptos. Los hábitos de Esdras incluían aplicar a su vida personal el profundo conocimiento obtenido de las Escrituras hebreas. Lo que leía lo ponía en práctica. Era un discípulo de Jesús, que obedecía lo que Dios le mostraba.
El segundo hábito, orar y ayunar, también es claramente visible a través de los relatos de liderazgo de Esdras. Cuando el pueblo se reunió en el río Ahava (Esd. 8:15), antes de partir en su viaje a Jerusalén, Esdras pidió que toda la asamblea ayunara. Sabía que necesitaban protección en el viaje porque podían ser atacados por merodeadores en cualquier momento. También ayunó y oró al abordar la situación de matrimonios mixtos en la nación (Esd. 9, 10). Por lo tanto, es evidente que siguió una práctica que se había convertido en hábito cada vez que se encontraba en una situación difícil. En lugar de recurrir solo a consejeros humanos y diseñar un plan, primero se dirigía al Dios del Universo, que, en última instancia, tiene todo en sus manos.
Nehemías: el líder-siervo
Uno de los hábitos de Nehemías era la oración y el ayuno también. Cuando escuchó que al pueblo se le impidió continuar con la labor de reconstrucción del muro de la ciudad debido a la oposición de sus enemigos, se sentó, lloró y se afligió durante días mientras ayunaba y oraba. Le pidió a Dios que tuviera misericordia de su pueblo e interviniera. Dios respondió sus oraciones y lo envió a Jerusalén como dirigente del pueblo (Neh. 1, 2).
En su gestión como gobernador, vemos otros hábitos de Nehemías. Tenía el hábito de la perseverancia. No se desanimaba ante la oposición, ni siquiera con el desánimo de los israelitas. Se mantuvo enfocado en lo que debería ser el próximo curso de acción, lo que incluyó clamar a Dios por ayuda y luego volver al trabajo. Armó a los israelitas para que pudieran protegerse y actuar como elemento disuasivo ante cualquier fuerza externa (Neh. 4). Podría haberse rendido debido a las graves amenazas contra su vida, pero su perseverancia se debió a otro hábito: su confianza en Dios. Incluso confiar en Dios es un hábito que debemos practicar. Si tenemos el hábito de dudar y desconfiar de Dios, entonces podremos ir aún más lejos y culpar a Dios cuando surjan los próximos desafíos o problemas en nuestra vida. Por otro lado, cuando practicamos la confianza y la fe en las promesas de Dios, lo haremos incluso cuando vengan tiempos difíciles.
Otro hábito que Nehemías demostró fue la generosidad. En Nehemías 5:14 al 19, Nehemías velaba por sus siervos y también por otros que no tenían muchos recursos y que necesitaban un lugar para comer todos los días. En lugar de cobrar un salario como gobernador en Israel, Nehemías daba sus ganancias a la gente. Fue una costumbre que practicó durante años. Se indignó cuando supo que los dirigentes de Israel y los ricos les quitaban sus bienes a quienes se habían endeudado con ellos (Neh. 5:1-13). Naturalmente propenso a la generosidad, cualquier injusticia en sentido contrario provocaba una respuesta rápida en su corazón compasivo.
Por último, no solo Esdras dedicaba tiempo a estudiar la Palabra de Dios. El mismo gobernador también era un ejemplo en ese sentido (Neh. 8:9). Para que Nehemías mantuviera su pasión por Dios y la visión que tenía para el pueblo, tuvo que cultivar el hábito de dedicar tiempo a estudiar las Escrituras (Neh. 8). Hay que cultivar y fomentar la dedicación a Dios. Buscar a Dios sin vacilar es una propensión que prospera solo mediante un tiempo diario con Dios. Es el resultado directo de la oración y la lectura de la Biblia. Necesitamos escuchar directamente a Dios a través de su Palabra. Nehemías se aseguró de que el pueblo pudiera escuchar las Escrituras en su idioma y que se las explicaran. Se encargó de colaborar con Esdras, junto con los levitas, para enseñarle al pueblo. Un buen líder reconocerá los dones de su pueblo. Luego los pondrá a trabajar según sus fortalezas. Nehemías tenía el don de motivar a los demás. Utilizó este don para inspirar a su pueblo a unirse y trabajar con ahínco, a pesar de los desafíos. Ante todo, lo inspiró a caminar con Dios.
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
1. ¿Cuál es tu hábito para estudiar y leer las Escrituras? Con la intención de aprender unos de otros, comparte con tu clase lo que haces.
2. Aporten ideas sobre lo que puede hacer su iglesia para alentar a los miembros de la iglesia a estudiar la Biblia.
Oración y ayuno
3. Aparten un día de ayuno y oración relacionado con un tema sobre el cual su iglesia necesita orar. Entonces únanse y dediquen tiempo a orar por ello. Compartan la experiencia de ayuno y oración con alguien.
Generosidad
4. Piensa de qué forma tu iglesia puede ser generosa con alguien de la comunidad.
5. ¿Qué puedes hacer para desarrollar la dadivosidad abnegada en tu propia vida?
Perseverancia
6. Comparte con los miembros de la clase aquellas situaciones en las que hayas tenido la tentación de renunciar a tu trabajo en favor de Dios o de la comunidad. ¿Qué puedes hacer para animar a los demás a seguir adelante y vivir para Dios?
7. ¿Qué promesas de la Biblia puedes reclamar para mantenerte firme y confiar en Dios, pase lo que pase?
Dios lo bendiga!!!
LOS DIRIGENTES DE ISRAEL
Sábado 21 de diciembre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Reyes 12:1–16; Hechos 15:7–11; Juan 11:46–53; Nehemías 4:7–23; Esdras 8:21–23, 31, 32.
PARA MEMORIZAR:
“Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían en-señado” (Neh. 8:12).
Esdras y Nehemías son ejemplos de grandes líderes que se dedicaron a Dios y cumplieron las tareas que el Señor le encomendó. Su amor por Dios inspiró en ellos el deseo de ser siervos fieles. De hecho, su fidelidad ha sido un elemento central de nuestro estudio.
Esta semana veremos ejemplos de liderazgo que se encuentran en la Biblia, incluidos los ejemplos de Esdras y Nehemías. Estas no son lecciones exhaustivas, desde luego, ya que hay muchas más que podríamos analizar. Sin embargo, las lecciones elegidas son esenciales para todo líder. Quizá no te consideres un líder en este momento específico de tu vida, pero todos tenemos influencia sobre algunas personas; por lo tanto, las lecciones son aplicables a todos.
La Palabra de Dios es fundamental para la historia de estos líderes. La Palabra transformó su pensamiento y su vida, y dio como resultado todo un programa de reavivamiento y reforma.
Notas EGW
Sábado 21 de diciembre
El gran propósito de Dios al llevar a cabo sus providencias, es probar a los hombres, darles la oportunidad de desarrollar el carácter. Así él prueba si son obedientes o desobedientes a sus mandamientos. Las buenas obras no compran el amor de Dios, pero revelan que poseemos ese amor. Si rendimos a Dios nuestra voluntad, no trabajaremos a fin de ganar el amor de Dios. Su amor, como un don gratuito, será recibido en el alma, y por amor a él nos deleitaremos en obedecer sus mandamientos (Palabras de vida del gran Maestro, p. 226).
Todo verdadero cristiano debe desarrollar en esta vida las características del amor divino; ha de manifestar espíritu de tolerancia, de beneficencia, y estar libre de celos y envidia. Semejante carácter, desarrollado en palabra y en comportamiento, no repelerá y no será inaccesible, frío o indiferente a los intereses ajenos. La persona que cultiva la preciosa planta del amor será abnegada de espiritu, y no perderá el dominio propio bajo la provocación. No culpará a otros de malos motivos o intenciones, pero se lamentará profundamente cuando el pecado sea descubierto en cualquiera de los discípulos de Cristo...
El amor hacia Dios y hacia nuestro prójimo no se revelará en actos precipitados ni nos hará dominantes, criticadores o dictatoriales (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 115, 116).
Mientras que los mismos padres no anden conforme a la ley del Señor con corazón perfecto, no estarán preparados para "mandar a sus hijos después de sí". Es preciso hacer en este respecto una reforma ... Los padres deben reformarse. Los ministros necesitan reformarse; necesitan a Dios en sus hogares. Si quieren ver un estado de cosas diferente, deben dar la Palabra de Dios a sus familias, y deben hacerla su consejera. Deben enseñar a sus hijos que esta es la voz de Dios a ellos dirigida y que deben obedecerle implícitamente. Deben instruir con paciencia a sus hijos; bondadosa e incesantemente deben enseñarles a vivir para agradar a Dios. Los hijos de tales familias estarán preparados para hacer frente a los sofismas de la incredulidad. Aceptaron la Biblia como base de su fe, y por consigui.ente, tienen un fundamento que no puede ser barrido por la ola de escepticismo que se avecina (Patriarcas y profetas, p. 139).
No llay en la vida situación alguna, no hay fase de la experiencia humana, para la cual no contenga la Biblia valiosa instrucción. Gobernante y gobernado, amo y criado, comprador y vendedor, prestador y prestatario, padre e hijo, maestro y discípulo: todos pueden encontrar en ella lecciones de incalculable valor.
Pero, por sobre todo, la Palabra de Dios expone el plan de salvación: muestra cómo el hombre pecador puede reconciliarse con Dios; establece los grandes principios de la verdad y del deber que debieran gobernar nuestra vida y nos promete el auxilio divino en su observancia. Ya más allá de esta vida fugaz, más allá de la breve y turbia historia de nuestra humanidad. Abre ante nuestra vista el extenso panorama de las edades eternas, edades no oscurecidas por el pecado ni la tristeza. Nos enseña cómo participar de la morada de los benditos y nos invita a cimentar allí nuestras esperanzas y afectos (La educación cristiana, pp. 82, 83).
Sábado 21 de diciembre
El gran propósito de Dios al llevar a cabo sus providencias, es probar a los hombres, darles la oportunidad de desarrollar el carácter. Así él prueba si son obedientes o desobedientes a sus mandamientos. Las buenas obras no compran el amor de Dios, pero revelan que poseemos ese amor. Si rendimos a Dios nuestra voluntad, no trabajaremos a fin de ganar el amor de Dios. Su amor, como un don gratuito, será recibido en el alma, y por amor a él nos deleitaremos en obedecer sus mandamientos (Palabras de vida del gran Maestro, p. 226).
Todo verdadero cristiano debe desarrollar en esta vida las características del amor divino; ha de manifestar espíritu de tolerancia, de beneficencia, y estar libre de celos y envidia. Semejante carácter, desarrollado en palabra y en comportamiento, no repelerá y no será inaccesible, frío o indiferente a los intereses ajenos. La persona que cultiva la preciosa planta del amor será abnegada de espiritu, y no perderá el dominio propio bajo la provocación. No culpará a otros de malos motivos o intenciones, pero se lamentará profundamente cuando el pecado sea descubierto en cualquiera de los discípulos de Cristo...
El amor hacia Dios y hacia nuestro prójimo no se revelará en actos precipitados ni nos hará dominantes, criticadores o dictatoriales (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 115, 116).
Mientras que los mismos padres no anden conforme a la ley del Señor con corazón perfecto, no estarán preparados para "mandar a sus hijos después de sí". Es preciso hacer en este respecto una reforma ... Los padres deben reformarse. Los ministros necesitan reformarse; necesitan a Dios en sus hogares. Si quieren ver un estado de cosas diferente, deben dar la Palabra de Dios a sus familias, y deben hacerla su consejera. Deben enseñar a sus hijos que esta es la voz de Dios a ellos dirigida y que deben obedecerle implícitamente. Deben instruir con paciencia a sus hijos; bondadosa e incesantemente deben enseñarles a vivir para agradar a Dios. Los hijos de tales familias estarán preparados para hacer frente a los sofismas de la incredulidad. Aceptaron la Biblia como base de su fe, y por consigui.ente, tienen un fundamento que no puede ser barrido por la ola de escepticismo que se avecina (Patriarcas y profetas, p. 139).
No llay en la vida situación alguna, no hay fase de la experiencia humana, para la cual no contenga la Biblia valiosa instrucción. Gobernante y gobernado, amo y criado, comprador y vendedor, prestador y prestatario, padre e hijo, maestro y discípulo: todos pueden encontrar en ella lecciones de incalculable valor.
Pero, por sobre todo, la Palabra de Dios expone el plan de salvación: muestra cómo el hombre pecador puede reconciliarse con Dios; establece los grandes principios de la verdad y del deber que debieran gobernar nuestra vida y nos promete el auxilio divino en su observancia. Ya más allá de esta vida fugaz, más allá de la breve y turbia historia de nuestra humanidad. Abre ante nuestra vista el extenso panorama de las edades eternas, edades no oscurecidas por el pecado ni la tristeza. Nos enseña cómo participar de la morada de los benditos y nos invita a cimentar allí nuestras esperanzas y afectos (La educación cristiana, pp. 82, 83).
Domingo 22 de diciembre
LA INFLUENCIA DE LOS LÍDERES
A lo largo de toda la Biblia, podemos encontrar ejemplos de liderazgo, buenos y malos, y algunas veces incluso una mezcla de ambos. Los malos líderes, a veces, han hecho algunas cosas buenas, mientras que los buenos líderes, a veces, han hecho algunas cosas malas. Al fin y al cabo, todos los líderes son seres humanos y, como tales, son capaces tanto de hacer el bien como el mal. ¿Quién no ha vivido esta realidad personalmente?
No obstante, el problema es que, cuando eres líder, ejerces una gran in-fluencia, ya sea para bien o para mal. De por sí, ya es malo ser una influencia negativa en tu propia casa, en tu lugar de trabajo, o en cualquier lugar donde se sienta tu presencia. Pero, cuando ocupas un puesto de liderazgo, ya sea espiritual, político o ambos, la influencia se multiplica enormemente. Qué importante es entonces que, cualquiera que sea tu función, pero especial-mente como líder, reflejes los principios y las enseñanzas de las Escrituras.
Busca los siguientes pasajes. ¿Qué tipo de ejemplos de liderazgo encon-tramos allí? Si es bueno, explica por qué fue bueno. Si es malo, explica por qué fue malo.
Roboam (1 Rey. 12:1–16)
Pedro (Hech. 15:7–11)
Josías (2 Rey. 23:1–10)
Débora (Juec. 4:1–16)
Acab (1 Rey. 21:1–16)
■ Si bien solo obtuvimos una noción elemental, ¿qué lecciones podemos extraer de estas historias sobre qué se requiere para ser un líder bueno o malo? Y, ¿cómo podemos aplicar lo aprendido a nuestra experiencia, según la función que cum-plamos?
Notas EGW
Domingo 22 de di.ciembre: La influencia de los líderes
Tan gradual fue la apostasía de Salomón que antes de que él se diera cuenta de ello, se había extraviado lejos de Dios. Casi imperceptiblemente comenzó a confiar cada vez menos en la dirección y bendición divinas, y cada vez más en su propia fuerza. Poco a poco fue rehusando a Dios la obediencia inquebrantable que debía hacer de Israel un pueblo peculiar, y conformándose cada vez más estrechamente a las costumbres de las naciones circm1dantes. Cediendo a las tentaciones que acompañaban sus éxitos y sus honores, se olvidó de la Fuente de su prosperidad...
Después de haber sido uno de los mayores reyes que hayan empuñado un cetro, Salomón se transformó en licencioso, instrumento y esclavo de otros. Su carácter, una vez noble y viril, se trocó en enervado y afeminado...
Durante aquellos años de apostasía, progresó de continuo la decadencia espiritual de Israel. ¿Cómo podría haber sido de otra manera cuando su rey había unido sus intereses con los agentes satánicos? Mediante estos agentes, el enemigo obraba para confundir a los israelitas acerca del culto verdadero y del falso; y ellos resultaron una presa fácil ... Se amortiguó su agudo sentido del carácter elevado y santo de Dios. Rehusando seguir en la senda de la obediencia, transfirieron su reconocimiento al enemigo de la justicia (Profetas y reyes, pp. 39-42).
Durnnte cuarenta años los israelitas gimieron bajo el yugo opresor; luego se volvieron de la idolatría y con humillación y arrepentimiento le pidieron al Señor que los librara. No llamaron en vano. Moraba en Israel una mujer famosa por su piedad, y por medio de ella Dios escogió liberar a su pueblo. Su nombre era Débora. Se la conocía como profetisa, y en ausencia de los magislra<los comunes el pueblo la buscaba para que los aconsejara e hiciera justicia.
El Señor comunicó a Débora su propósito de destruir a los enemigos de Israel, la invitó a que buscara a un hombre llamado Barac...
Aceptó el mensaje de Débora como palabra de Dios, pero era poco lo que confiaba en Israel y temía que el pueblo no obedeciera su llamamiento. Solo aceptó ocuparse de tan dudoso intento si Débora lo acompañaba, para apoyar sus esfuerzos con su influencia y consejo (Reflejemos a Jesús, p. 321 ).
Todos ejercemos una influencia, y esa influencia afecta el destino de otros para su bien presente y futuro o para su pérdida eterna...
Cuando nos coloquemos eo estrecha unión y compañerismo con Cristo, nuestro amor y comprensión, así como nuestras obras de benevolencia se profundizarán y ensancharán y fortalecerán con el ejercicio. El amor y el interés de los seguidores de Cristo debe ser tan amplio como el mundo. Aquellos que viveu meramente para "mí y lo mío" no alcanzarán el cielo. Dios los llama a [las familias] a cultivar el amor, a ser. .. más sensibles a las tristezas y pruebas de otros (Testimonios para la iglesia, t. 3, pp. 580,581).
Domingo 22 de di.ciembre: La influencia de los líderes
Tan gradual fue la apostasía de Salomón que antes de que él se diera cuenta de ello, se había extraviado lejos de Dios. Casi imperceptiblemente comenzó a confiar cada vez menos en la dirección y bendición divinas, y cada vez más en su propia fuerza. Poco a poco fue rehusando a Dios la obediencia inquebrantable que debía hacer de Israel un pueblo peculiar, y conformándose cada vez más estrechamente a las costumbres de las naciones circm1dantes. Cediendo a las tentaciones que acompañaban sus éxitos y sus honores, se olvidó de la Fuente de su prosperidad...
Después de haber sido uno de los mayores reyes que hayan empuñado un cetro, Salomón se transformó en licencioso, instrumento y esclavo de otros. Su carácter, una vez noble y viril, se trocó en enervado y afeminado...
Durante aquellos años de apostasía, progresó de continuo la decadencia espiritual de Israel. ¿Cómo podría haber sido de otra manera cuando su rey había unido sus intereses con los agentes satánicos? Mediante estos agentes, el enemigo obraba para confundir a los israelitas acerca del culto verdadero y del falso; y ellos resultaron una presa fácil ... Se amortiguó su agudo sentido del carácter elevado y santo de Dios. Rehusando seguir en la senda de la obediencia, transfirieron su reconocimiento al enemigo de la justicia (Profetas y reyes, pp. 39-42).
Durnnte cuarenta años los israelitas gimieron bajo el yugo opresor; luego se volvieron de la idolatría y con humillación y arrepentimiento le pidieron al Señor que los librara. No llamaron en vano. Moraba en Israel una mujer famosa por su piedad, y por medio de ella Dios escogió liberar a su pueblo. Su nombre era Débora. Se la conocía como profetisa, y en ausencia de los magislra<los comunes el pueblo la buscaba para que los aconsejara e hiciera justicia.
El Señor comunicó a Débora su propósito de destruir a los enemigos de Israel, la invitó a que buscara a un hombre llamado Barac...
Aceptó el mensaje de Débora como palabra de Dios, pero era poco lo que confiaba en Israel y temía que el pueblo no obedeciera su llamamiento. Solo aceptó ocuparse de tan dudoso intento si Débora lo acompañaba, para apoyar sus esfuerzos con su influencia y consejo (Reflejemos a Jesús, p. 321 ).
Todos ejercemos una influencia, y esa influencia afecta el destino de otros para su bien presente y futuro o para su pérdida eterna...
Cuando nos coloquemos eo estrecha unión y compañerismo con Cristo, nuestro amor y comprensión, así como nuestras obras de benevolencia se profundizarán y ensancharán y fortalecerán con el ejercicio. El amor y el interés de los seguidores de Cristo debe ser tan amplio como el mundo. Aquellos que viveu meramente para "mí y lo mío" no alcanzarán el cielo. Dios los llama a [las familias] a cultivar el amor, a ser. .. más sensibles a las tristezas y pruebas de otros (Testimonios para la iglesia, t. 3, pp. 580,581).
Lunes 23 de diciembre
EL MAL A LA VISTA DEL SEÑOR
Considera los siguientes pasajes. ¿Qué nos dicen sobre estos líderes y su influencia sobre el pueblo que gobernaban?
1 Reyes 15:26, 34
2 Reyes 13:1–3
Juan 11:46–53
Es bastante inquietante, para muchos de los que tenemos puestos de liderazgo en cualquier instancia, pensar que nuestro liderazgo tiene el po-tencial de hacer que la gente mengüe o crezca espiritualmente. Y, en todos estos casos que se mencionan, el efecto fue devastadoramente negativo.
Más específicamente, nuestro carácter y nuestra dedicación a Cristo marcan la diferencia con quienes interactuamos. Los líderes espirituales influyen sobre los demás, ya sea a favor de Dios si ellos mismos buscan a Dios, o a favor del mal si no lo hacen.
En contraste con lo que hemos visto hoy, es innegable el hecho de que Esdras y Nehemías tenían una firme relación con Dios. La cantidad de ayunos y oraciones que se registran en estos libros sobre Esdras y Nehemías supera lo que la Biblia informa de otros grandes líderes. La nación caminaba con Dios bajo su liderazgo, aunque no todo fuera perfecto. Su orientación en la vida era hacia Dios. Por otro lado, el hecho de que hubiese quienes no se vieron afectados o cambiados por las influencias de Esdras y Nehemías demuestra que, en última instancia, la fe de ningún otro más que la nuestra marca la diferencia en nosotros. En definitiva, observa a quienes tuvieron la oportunidad de ver a Jesús en persona, de escucharlo predicar, e incluso de presenciar sus milagros o escuchar hablar de ellos, y que finalmente lo rechazaron. Sí, tenemos un papel que cumplir, al margen de nuestra posición en la vida, y podemos ser una influencia para bien o para mal. Pero al final, cada uno tendrá que responder por sí mismo ante Dios.
■ Piensa en la gente de tu esfera de influencia. ¿Cómo podrías mejorar tu influencia?
Notas EGW
Lunes 23 de diciembre: El mal a la vista del Señor
Mientras las influencias del bien contendían con las del mal para obtener el predominio, y Satanás hacía cuanto estaba en su poder para completar la ruina iniciada durante el reinado de Acab y Jezabel, Elíseo siguió dando su testimonio. Encontró oposición, aunque nadie podía contradecir sus palabras. Se le honraba y veneraba en todo el reino. Muchos acudían a pedirle consejo. Mientras vivía aun Jezabel, Joram, rey de fsrael, solicitó ese consejo; y una vez, mientras estaba en Damasco, le visitaron mensajeros de Ben-adad, rey de Siria, quien deseaba saber si la enfermedad que padecía resultaría en su muerte. A todos daba el. profeta un testimonio fiel en un tiempo cuando, por todos lados, se pervertía la verdad, y la gran mayoría del pueblo se hallaba en rebelión abierta contra el Cielo (Prqfetas y reyes, p. 191 ).
Los fariseos y los saduceos... se unificaron por opos1c1on a Cristo... Había en el concilio otros hombres influyentes que creían en Cristo, pero nada pudo su influencia contra la de los malignos fariseos...
Mientras el concilio estaba en el colmo de la perplejidad, Caifás, el sumo sacerdote, se puso de pie. Era un hombre orgulloso y cruel, despótico e intolerante... dijo con gran autoridad y aplomo: "Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda"...
[Satanás] insinuó que a fin de mantener su autoridad debían dar muerte a Jesús... Con excepción de algunos miembros que no osaron expresar sus convicciones, el Sauedrín recibió las palabras de Caifás como palabras de Dios. El concilio sintió alivio; cesó la discordia.
Decidieron dar muerte a Cristo en la primera oportunidad favorable. Al rechazar la prueba de la divinidad de Jesús, estos sacerdotes y gobernantes se habían encerrado a sí mismos en tinieblas impenetrables. Se habían puesto enteramente bajo el dominio de Satanás, para ser arrastrados por él al mismo abismo de la ruina eterna. Sin embargo, estaban tan engañados que estaban contentos consigo mismos. Se consideraban patriotas que procuraban la salvación de la nación (El Deseado de todas las gentes, pp. 496-499).
Es probable que nunca sepáis el resultado de vuestra influencia diaria, pero debéis tener la seguridad el.e que la ejercéis para el bien o para el mal. Muchos que tienen un corazón bondadoso y buenos impulsos penniten que su atención sea absorbida en cuestiones mundanales o en el placer, mientras las almas que esperan dirección de su parte van a la deriva y hacía la destrucción inevitable...
Si lanzamos una piedra en un lago se formará una multitud de ondas concéntricas; y a medida que aumentan, el círculo se amplía hasta que llega a todas las márgenes. También nuestra influencia, aunque aparentemente sea insignificante, puede continuar extendiéndose mucho más allá de nuestro conocimiento o control (Consejos sobre la salud, p. 410).
Lunes 23 de diciembre: El mal a la vista del Señor
Mientras las influencias del bien contendían con las del mal para obtener el predominio, y Satanás hacía cuanto estaba en su poder para completar la ruina iniciada durante el reinado de Acab y Jezabel, Elíseo siguió dando su testimonio. Encontró oposición, aunque nadie podía contradecir sus palabras. Se le honraba y veneraba en todo el reino. Muchos acudían a pedirle consejo. Mientras vivía aun Jezabel, Joram, rey de fsrael, solicitó ese consejo; y una vez, mientras estaba en Damasco, le visitaron mensajeros de Ben-adad, rey de Siria, quien deseaba saber si la enfermedad que padecía resultaría en su muerte. A todos daba el. profeta un testimonio fiel en un tiempo cuando, por todos lados, se pervertía la verdad, y la gran mayoría del pueblo se hallaba en rebelión abierta contra el Cielo (Prqfetas y reyes, p. 191 ).
Los fariseos y los saduceos... se unificaron por opos1c1on a Cristo... Había en el concilio otros hombres influyentes que creían en Cristo, pero nada pudo su influencia contra la de los malignos fariseos...
Mientras el concilio estaba en el colmo de la perplejidad, Caifás, el sumo sacerdote, se puso de pie. Era un hombre orgulloso y cruel, despótico e intolerante... dijo con gran autoridad y aplomo: "Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda"...
[Satanás] insinuó que a fin de mantener su autoridad debían dar muerte a Jesús... Con excepción de algunos miembros que no osaron expresar sus convicciones, el Sauedrín recibió las palabras de Caifás como palabras de Dios. El concilio sintió alivio; cesó la discordia.
Decidieron dar muerte a Cristo en la primera oportunidad favorable. Al rechazar la prueba de la divinidad de Jesús, estos sacerdotes y gobernantes se habían encerrado a sí mismos en tinieblas impenetrables. Se habían puesto enteramente bajo el dominio de Satanás, para ser arrastrados por él al mismo abismo de la ruina eterna. Sin embargo, estaban tan engañados que estaban contentos consigo mismos. Se consideraban patriotas que procuraban la salvación de la nación (El Deseado de todas las gentes, pp. 496-499).
Es probable que nunca sepáis el resultado de vuestra influencia diaria, pero debéis tener la seguridad el.e que la ejercéis para el bien o para el mal. Muchos que tienen un corazón bondadoso y buenos impulsos penniten que su atención sea absorbida en cuestiones mundanales o en el placer, mientras las almas que esperan dirección de su parte van a la deriva y hacía la destrucción inevitable...
Si lanzamos una piedra en un lago se formará una multitud de ondas concéntricas; y a medida que aumentan, el círculo se amplía hasta que llega a todas las márgenes. También nuestra influencia, aunque aparentemente sea insignificante, puede continuar extendiéndose mucho más allá de nuestro conocimiento o control (Consejos sobre la salud, p. 410).
Martes 24 de diciembre
CORAJE Y PODER
Lee Nehemías 4:7 al 23. ¿Cómo demostró coraje Nehemías? ¿De dónde obtuvo este coraje?
Nehemías hizo frente a sus enemigos, que intentaban intimidar a los judíos. Nehemías respondió tomando la iniciativa de preparar al pueblo para luchar. Nehemías no dijo: “De acuerdo, Dios, haz todo tú”, sino que hizo que el pueblo hiciera su parte. Portaban espadas y otras armas mientras traba-jaban para construir el muro. Los judíos, bajo el liderazgo de Nehemías, no se acobardaron, sino que tomaron las armas con audacia para defenderse. Nehemías animó al pueblo, creyó en ellos, trabajó con ellos y les dio la res-ponsabilidad de actuar. Les dio poder para hacer el trabajo cuando delegó y asignó responsabilidades. Sin embargo, Nehemías no le decía al pueblo lo que debía hacer, solamente, y luego iba a esconderse en su habitación: se ponía a la par de él y hacía la ardua tarea que había que hacer.
Hay momentos en la Biblia en que Dios le dice al pueblo que esté quieto y que lo observe pelear, y también hay muchos otros casos en que Dios dijo: “Prepárense para actuar que les daré la victoria”. Debemos hacer nuestra parte si queremos ver la liberación y las bendiciones de Dios.
“En la resuelta devoción de Nehemías a la obra de Dios, y en su igual-mente firme confianza en Dios, residía la razón del fracaso que sufrieron sus enemigos al tratar de atraerlo adonde lo tuviesen en su poder. El alma indolente cae fácilmente presa de la tentación; pero en la vida que tenga nobles fines y un propósito absorbente, el mal encuentra poco lugar donde asentar el pie. La fe del que progresa constantemente no se debilita; porque encima, debajo y más allá de lo que se ve reconoce al amor infinito que obra en todas las cosas para cumplir su buen propósito. Los verdaderos siervos de Dios obran con determinación inagotable, porque dependen constante-mente del Trono de la gracia” (PR 488).
En definitiva, Nehemías obtuvo coraje de su comprensión de la realidad y el poder de Dios. Con todo, como hemos visto, su conocimiento de Dios le hizo actuar en consonancia con su fe.
■ Aunque el contexto es diferente, ¿cómo refleja el siguiente pasaje lo que hemos visto en Nehemías: “Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras” (Sant. 2:18)?
Notas EGW
Martes 24 de diciembre: Coraje y poder
La vida cristiana es más de lo que muchos se la representan. No consiste toda ella en dulzura, paciencia. mansedw11bre y benevolencia. Estas virtudes son esenciales; pero también se necesita valor, fuerza, energía y perseverancia. La senda que Cristo señala es estrecha y requiere abnegación. Para internarse en ella e ir al encuentTo de dificultades y desalientos, se requieren hombres y no seres débiles.
Se necesitan hombres firmes que no esperen a que el camino se les allane y quede despejado de todo obstáculo, hombres que inspiren nuevo celo a los débiles esfuerzos de los desalentados obreros, hombres cuyos corazones irradien el calor del amor cristiano, y cuyas manos tengan fuerza para desempeñar la obra del Maestro...
Hay en el verdadero carácter cristiano algo indómito que no pueden sojuzgar las circunstancias adversas. Debemos tener enjundia moral, w1a rectitud inaccesible al temor, al soborno y a la adulación (El ministerio de curación, p. 397).
La esperanza y el va1or son esenciales para dar a Dios un servicio perfecto. Son el fruto de 1a fe. El abatimiento es pecaminoso e irracional. Dios puede y quiere dar "más abundantemente" (Hebreos 6: 17) a sus siervos la fuerza que necesitan para las pruebas. Los planes de los enemigos de su obra pueden parecer bien trazados y firmemente asentados; pero Dios puede anular los más enérgicos de ellos. Y lo hace cómo y cuándo quiere; a saber cuando ve que la fe de sus siervos ha sido suficientemente probada.
Para los desalent.ados hay un remedio seguro en la fe, la oración y el trabajo. La fe y la actividad impartirán una seguridad y una satisfacción que aumentarán de día en día. ¿Estáis tentados a ceder a presentimientos ansiosos o al abatimiento absoluto? En los días más sombríos, cuando en apariencia hay más peligro, no temáis. Tened fe en Dios. El conoce vuestra necesidad. Tiene toda potestad. Su compasión y amor infinitos son incansables... Y otorgará a sus fieles siervos la medida de eficiencia que su necesidad exige. El apóstol Pablo atestiguó: "Me ha dicbo: Bástate mi gracia; porque mi potencia en La flaqueza se per
fecciona... Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso". 2 Corintios 12:9, 10 (Profetas y reyes, pp. 120, 121).
Todas las bendiciones se derraman sobre aquellos que mantienen una unión vital con Jesucristo. Jesús no nos llama junto a sí sencillamente para refigeramos con su gracia y presencia por unas pocas horas, y para apartarnos después de su luz a fin de que caminemos lejos de él en tristeza y desánimo. No, no. Nos dice que debemos morar con él y él con nosotros.
Doquiera debe hacerse su obra, él está presente con su ternura, su amor y su compasión. Ha preparado para ti y para mí una morada en sí mismo. El es nuestro refügio. Nuestra experiencia debiera ampliarse y profundizarse. Jesús ha abierto toda la divina plenitud de su amor inexpresable... Acercaos a Dios. Animaos, tened fo y esperanza. Mi hermano y mi hermana en el Señor. tened buen ánimo (Hijos e hijas de Dios, p. 193).
Martes 24 de diciembre: Coraje y poder
La vida cristiana es más de lo que muchos se la representan. No consiste toda ella en dulzura, paciencia. mansedw11bre y benevolencia. Estas virtudes son esenciales; pero también se necesita valor, fuerza, energía y perseverancia. La senda que Cristo señala es estrecha y requiere abnegación. Para internarse en ella e ir al encuentTo de dificultades y desalientos, se requieren hombres y no seres débiles.
Se necesitan hombres firmes que no esperen a que el camino se les allane y quede despejado de todo obstáculo, hombres que inspiren nuevo celo a los débiles esfuerzos de los desalentados obreros, hombres cuyos corazones irradien el calor del amor cristiano, y cuyas manos tengan fuerza para desempeñar la obra del Maestro...
Hay en el verdadero carácter cristiano algo indómito que no pueden sojuzgar las circunstancias adversas. Debemos tener enjundia moral, w1a rectitud inaccesible al temor, al soborno y a la adulación (El ministerio de curación, p. 397).
La esperanza y el va1or son esenciales para dar a Dios un servicio perfecto. Son el fruto de 1a fe. El abatimiento es pecaminoso e irracional. Dios puede y quiere dar "más abundantemente" (Hebreos 6: 17) a sus siervos la fuerza que necesitan para las pruebas. Los planes de los enemigos de su obra pueden parecer bien trazados y firmemente asentados; pero Dios puede anular los más enérgicos de ellos. Y lo hace cómo y cuándo quiere; a saber cuando ve que la fe de sus siervos ha sido suficientemente probada.
Para los desalent.ados hay un remedio seguro en la fe, la oración y el trabajo. La fe y la actividad impartirán una seguridad y una satisfacción que aumentarán de día en día. ¿Estáis tentados a ceder a presentimientos ansiosos o al abatimiento absoluto? En los días más sombríos, cuando en apariencia hay más peligro, no temáis. Tened fe en Dios. El conoce vuestra necesidad. Tiene toda potestad. Su compasión y amor infinitos son incansables... Y otorgará a sus fieles siervos la medida de eficiencia que su necesidad exige. El apóstol Pablo atestiguó: "Me ha dicbo: Bástate mi gracia; porque mi potencia en La flaqueza se per
fecciona... Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso". 2 Corintios 12:9, 10 (Profetas y reyes, pp. 120, 121).
Todas las bendiciones se derraman sobre aquellos que mantienen una unión vital con Jesucristo. Jesús no nos llama junto a sí sencillamente para refigeramos con su gracia y presencia por unas pocas horas, y para apartarnos después de su luz a fin de que caminemos lejos de él en tristeza y desánimo. No, no. Nos dice que debemos morar con él y él con nosotros.
Doquiera debe hacerse su obra, él está presente con su ternura, su amor y su compasión. Ha preparado para ti y para mí una morada en sí mismo. El es nuestro refügio. Nuestra experiencia debiera ampliarse y profundizarse. Jesús ha abierto toda la divina plenitud de su amor inexpresable... Acercaos a Dios. Animaos, tened fo y esperanza. Mi hermano y mi hermana en el Señor. tened buen ánimo (Hijos e hijas de Dios, p. 193).
Miércoles 25 de diciembre
PROPÓSITO Y PASIÓN
¿Qué nos enseñan los siguientes textos sobre la fuerza motriz en la vida de Esdras y Nehemías? (Neh. 2:1–10; Esd. 7:8–10).
En todo lo que hacían, Esdras y Nehemías buscaban que la voluntad de Dios se cumpliera en la vida de su pueblo. Sí, el pueblo se había equivocado; sí, fueron castigados por ello. Pero Dios, fiel a sus promesas de restauración, abrió el camino para que su pueblo regresara a la Tierra Prometida y, si era fiel, cumpliera los objetivos que él había establecido para él. Y el Señor, en su sabiduría, escogió a dos hombres muy dedicados, hombres en cierto sen-tido semejantes a Moisés, para que desempeñaran un papel fundamental en esta restauración, así como había utilizado a Moisés generaciones antes para una tarea especial.
Los grandes líderes como estos dos hombres tienen un objetivo. Tienen una razón para vivir que impulsa cada una de sus acciones. Se podría decir que tanto Esdras como Nehemías tenían un propósito en la vida. Tenían una visión de dónde querían que estuviera el pueblo de Dios, y entonces pusieron todo de su parte para lograr el objetivo.
Esdras lo logró estudiando las Escrituras y enseñando la Palabra al pueblo. Nehemías alentó al pueblo a hacer lo correcto y a levantarse au-dazmente en favor de Dios. Ambos hombres querían ver una Jerusalén restaurada; pero no solo una restauración material. También querían ver un reavivamiento y una reforma en la vida espiritual de sus habitantes. Por eso, corrigieron, reprendieron y, a veces, exigieron determinado curso de acción. Los grandes líderes creen en algo más grande que lo común y mediocre. Esdras y Nehemías creían en un Dios poderoso y amante, un Dios que podía hacer milagros, y querían que todos tuvieran una profunda relación con él.
Desde el primer capítulo de Nehemías, el lector queda impresionado por la dedicación de Nehemías a la causa de Dios y también por su angustia por la difícil situación de su pueblo. En el capítulo 1, él llora cuando se entera de las dificultades de los israelitas en Judá. Se postra y promete hacer lo que Dios le pida que haga. Nehemías parece estar motivado por la idea de querer marcar la diferencia en el mundo. Era un hombre de acción, de acción para Dios. Nehemías decidió marcar la diferencia no con un salario más alto o teniendo un cargo preeminente (aunque él tenía ambas cosas en Persia), sino yendo a Judá, a una nación no tan próspera, con resistencia a cada paso. Avanzó por fe, a pesar de los obstáculos que se le presentaban.
Notas EGW
Miércoles 25 de diciembre: Propósito y pasión
Las grandes fuerzas motrices del alma son la fe, la esperanza y el amor; y a ellas se dirige el estudio de la Biblia, hecho debidamente. La hermosura exterior de las Escrituras, la belleza de las imágenes y la expresión, no es sino el engarce, por así decirlo, de su verdadera joya: La belleza de la santidad. En la historia que ofece de los hombres que anduvieron con Dios, podemos ver fulgores de su gloria. En el que es "del todo amable" contemplamos a Aquel de quien toda la belleza del cielo y de la tierra no es más que un pálido reflejo. "Y yo, si fuere levantado de la tierra -dijo-, a todos atraeré a mí mismo". [Juan 12:32] A medida que el estudiante de la Biblia contempla al Redentor, se despierta en el alma el misterioso poder de la fe, la adoración y el amor...
Los manantiales de paz y gozo celestial abiertos en el alma por las palabras de la Inspiración, se convetirán en un río poderoso de influencia bendita para todos los que se pongan a su alcance. Conviértanse los jóvenes de hoy día, los jóvenes que crecen con la Biblia en la mano, en receptores y transmisores de su energía vivificadora, y fluirán hacia el mundo corrientes de bendición; influencias cuyo poder para sanar y consolar ripcnas podemos concebir, un río de agua viva "que brote para vida eterna" (La educación, p. 192).
Se me hu indicado decirles: actúen cautelosamente, haciendo siempre lo que c.:I Señor les ordene. Avancen valerosamente, seguros de que el Señor acompañará a los que le aman y le sirven. El obrará en favor de su puchlo que guarda su pacto. No pem1itirá que se transformen en una causa de descrédito. El purificará a todos los que se sometan a su voluntad y los transforrnará en un motivo de alabanza sobre la tierra... El obrará con poder extraordinario a través de hombres humildes y fieles. Hoy Cristo les dice a ustedes: "Yo estoy con vosotros, cooperando con vuestros esfuerzos fieles y obedientes, y concediéndoos preciosas victorias. Yo os fortaleceré a medida que os santificáis en mi servicio. Os concederé buen éxito en vuestros esfuerzos"...
Una fe inmutable y un amor generoso vencerán las dificultades que se levanten en la senda del deber para estorbar la lucha agresiva. A medida que las personas inspiradas por esta clase de fe avancen en la tarea de salvar almas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Yo les aseguro que si ustedes trabajan de acuerdo con lineamientos correctos, Dios hará que sus enemigos se pongan en paz con usledes. Y él los sostendrá y los fortalecerá (Testimonios para la iglesia, t. 7, pp. 230,231).
Aquellos que permanecen en defensa del honor de Dios y mantienen la pureza de la verdad a cualquier costo tendrán múltiples pruebas, como ocurrió con nuestro Salvador en el desierto de las tentaciones... Aquellos que están en armonía con Dios y que mediante la fe en él reciben fuerza para resistir el error y mantenerse en defensa de lo correcto, siempre tendrán conflictos severos y frecuentemente tendrán que permanecer casi solos. Pero obtendrán victorias preciosas mientras dependan de Dios. La gracia divina será su fuerza. Su sensibilidad moral será aguda y clara, y sus facultades morales podrán resistir las int1uencias erróneas (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 333).
Miércoles 25 de diciembre: Propósito y pasión
Las grandes fuerzas motrices del alma son la fe, la esperanza y el amor; y a ellas se dirige el estudio de la Biblia, hecho debidamente. La hermosura exterior de las Escrituras, la belleza de las imágenes y la expresión, no es sino el engarce, por así decirlo, de su verdadera joya: La belleza de la santidad. En la historia que ofece de los hombres que anduvieron con Dios, podemos ver fulgores de su gloria. En el que es "del todo amable" contemplamos a Aquel de quien toda la belleza del cielo y de la tierra no es más que un pálido reflejo. "Y yo, si fuere levantado de la tierra -dijo-, a todos atraeré a mí mismo". [Juan 12:32] A medida que el estudiante de la Biblia contempla al Redentor, se despierta en el alma el misterioso poder de la fe, la adoración y el amor...
Los manantiales de paz y gozo celestial abiertos en el alma por las palabras de la Inspiración, se convetirán en un río poderoso de influencia bendita para todos los que se pongan a su alcance. Conviértanse los jóvenes de hoy día, los jóvenes que crecen con la Biblia en la mano, en receptores y transmisores de su energía vivificadora, y fluirán hacia el mundo corrientes de bendición; influencias cuyo poder para sanar y consolar ripcnas podemos concebir, un río de agua viva "que brote para vida eterna" (La educación, p. 192).
Se me hu indicado decirles: actúen cautelosamente, haciendo siempre lo que c.:I Señor les ordene. Avancen valerosamente, seguros de que el Señor acompañará a los que le aman y le sirven. El obrará en favor de su puchlo que guarda su pacto. No pem1itirá que se transformen en una causa de descrédito. El purificará a todos los que se sometan a su voluntad y los transforrnará en un motivo de alabanza sobre la tierra... El obrará con poder extraordinario a través de hombres humildes y fieles. Hoy Cristo les dice a ustedes: "Yo estoy con vosotros, cooperando con vuestros esfuerzos fieles y obedientes, y concediéndoos preciosas victorias. Yo os fortaleceré a medida que os santificáis en mi servicio. Os concederé buen éxito en vuestros esfuerzos"...
Una fe inmutable y un amor generoso vencerán las dificultades que se levanten en la senda del deber para estorbar la lucha agresiva. A medida que las personas inspiradas por esta clase de fe avancen en la tarea de salvar almas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Yo les aseguro que si ustedes trabajan de acuerdo con lineamientos correctos, Dios hará que sus enemigos se pongan en paz con usledes. Y él los sostendrá y los fortalecerá (Testimonios para la iglesia, t. 7, pp. 230,231).
Aquellos que permanecen en defensa del honor de Dios y mantienen la pureza de la verdad a cualquier costo tendrán múltiples pruebas, como ocurrió con nuestro Salvador en el desierto de las tentaciones... Aquellos que están en armonía con Dios y que mediante la fe en él reciben fuerza para resistir el error y mantenerse en defensa de lo correcto, siempre tendrán conflictos severos y frecuentemente tendrán que permanecer casi solos. Pero obtendrán victorias preciosas mientras dependan de Dios. La gracia divina será su fuerza. Su sensibilidad moral será aguda y clara, y sus facultades morales podrán resistir las int1uencias erróneas (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 333).
Jueves 26 de diciembre
HUMILDAD Y PERSEVERANCIA
Lee Esdras 8:21 al 23, 31 y 32. ¿Cómo consideras la decisión de Esdras de no hablarle al rey: fue tonta o valiente? Esdras y el pueblo, ¿cómo demostraron humildad?
Tiempo después, Nehemías aceptó la escolta del rey para su protección. Pero, en el caso de Esdras, él creyó que Dios podía revelarse mejor si no le pedían nada al rey. Por eso, cuando llegaron a salvo a Judá, se lo atribuyeron a su Dios. Quizás en ciertas situaciones confiamos demasiado en los demás y no lo suficiente en permitir que Dios actúe. Esdras optó por dejar que Dios hiciera la obra en esta situación y le demostró al rey que en verdad Dios era un Dios poderoso.
No obstante, Esdras no actuó con presunción. Reunió al pueblo, ayu-naron y oraron por la situación. No partieron sino después de pasar tiempo con Dios. Se presentaron humildemente ante Dios, solicitando que su pro-tección se convirtiera en una señal de su poder, y Dios respondió.
Lee Nehemías 5:14 al 19. ¿Cómo mostró humildad Nehemías?
Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a humillarse y ser siervos. Los líderes competentes no requieren ni necesitan un “título” para obtener honor. Nehemías abrió sus puertas y se brindó generosamente al pueblo. Demostró su fe en Dios, y su increíble dedicación a Dios fue un ejemplo para el pueblo. Tenía una personalidad fuerte y un temperamento sensato, pero no se puso por encima de nadie como superior. Tenía el puesto más elevado de la nación judía en ese momento, y sin embargo era desinteresado. De esta manera, reflejó la vida y las enseñanzas de Jesús, quien nos enseñó que la mejor manera de liderar es servir a los demás. Jesús hizo esto. Así también nosotros, sin importar nuestra posición, debemos tener la misma actitud.
■ “Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos” (Mar. 9:35). ¿Qué nos enseñan estas palabras de Jesús acerca de lo que significa ser un verdadero líder a la vista de Dios?
Notas EGW
Jueves 26 de diciembre: Humildad y perseverancia
Esdras y sus compañeros habían resuelto temer y obedecer a Dios y confiar plenamente en él. No entablarían una relación con el mundo a fin de conseguir la ayuda o amistad de los enemigos de Dios. Ya fuera que estuviesen con los muchos o con los pocos, sabían que el éxito solo podía provenir de Dios. Y no deseaban que su éxito se atribuyera a la riqueza o influencia de los impíos.
Esdras se atrevió a confiar su causa a Dios. Bien sabía que, si fracasaban en su importante obra, seria porque no habían cumplido con los requerimientos de Dios y, por lo tanto, él no podría ayudarlos (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 3, p. 1152).
Debemos contemplar a Cristo. La ignorancia de su vida y su carácter induce a los hombres a exaltarse en su justicia propia. Cuando contemplemos su pureza y excelencia, veremos nuestra propia debilidad, nuestra pobreza y nuestros defectos tales cuales son. Nos veremos perdidos y sin esperanza, vestidos con la ropa de la justicia propia, como cualquier otro pecador. Veremos que si alguna vez nos salvamos. no será por nuestra propia bondad, sino por la gracia infinita de Dios...
Ningún hombre puede despojarse del yo por sí mismo. Solo podemos consentir que Cristo haga esta obra. Entonces el lenguaje del alma será: Señor, toma mi corazón; po1·que yo no puedo dártelo. Es tuyo, manténlo puro, porque yo no puedo mantenerlo por ti. Sálvame a pesar de mi yo, mi yo débil y desemejante a Cristo. Modélame, fórrname, elévame a una atmósfera pura y santa, donde la rica corriente de tu amor pueda fluir por mi alma (Palabras de vida del gran Maestro, p. 123).
En su vida y sus lecciones, Cristo dio un ejemplo perfecto del ministerio abnegado que tiene su origen en Dios. Dios no vive para sí. Al crear el mundo y al sostener todas las cosas. está sirviendo constantemente a otros. El "hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos e injustos". [Mateo 5:45] Este ideal de ministerio fue confiado por Dios a su Hijo. Jesús fue dado para que estuviese a la cabeza de la humanidad, a fin de que por su ejemplo pudiese enseñar lo que signjlica servir. Toda su vida fue regida por una ley de servicio. Sirvió y ministró a todos. Así vivió la ley de Dios, y por su ejemplo nos mostró cómo debemos obedecerla nusotros.
Vez Iras vez, Jesús había tratado de establecer este principio entre sus discípulos. Cuando Santiago y Juan hicieron su pedido de preerninencia, él dijo: "El que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor". (Mateo 20:26] En mi reino, el principio de preferencia y supremacía no tiene cabida. La única grandeza es la grandeza de la humildad. La única distinción se halla en la devoción al servicio de los demás (El Deseado de todas las gentes, p. 604).
Jueves 26 de diciembre: Humildad y perseverancia
Esdras y sus compañeros habían resuelto temer y obedecer a Dios y confiar plenamente en él. No entablarían una relación con el mundo a fin de conseguir la ayuda o amistad de los enemigos de Dios. Ya fuera que estuviesen con los muchos o con los pocos, sabían que el éxito solo podía provenir de Dios. Y no deseaban que su éxito se atribuyera a la riqueza o influencia de los impíos.
Esdras se atrevió a confiar su causa a Dios. Bien sabía que, si fracasaban en su importante obra, seria porque no habían cumplido con los requerimientos de Dios y, por lo tanto, él no podría ayudarlos (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 3, p. 1152).
Debemos contemplar a Cristo. La ignorancia de su vida y su carácter induce a los hombres a exaltarse en su justicia propia. Cuando contemplemos su pureza y excelencia, veremos nuestra propia debilidad, nuestra pobreza y nuestros defectos tales cuales son. Nos veremos perdidos y sin esperanza, vestidos con la ropa de la justicia propia, como cualquier otro pecador. Veremos que si alguna vez nos salvamos. no será por nuestra propia bondad, sino por la gracia infinita de Dios...
Ningún hombre puede despojarse del yo por sí mismo. Solo podemos consentir que Cristo haga esta obra. Entonces el lenguaje del alma será: Señor, toma mi corazón; po1·que yo no puedo dártelo. Es tuyo, manténlo puro, porque yo no puedo mantenerlo por ti. Sálvame a pesar de mi yo, mi yo débil y desemejante a Cristo. Modélame, fórrname, elévame a una atmósfera pura y santa, donde la rica corriente de tu amor pueda fluir por mi alma (Palabras de vida del gran Maestro, p. 123).
En su vida y sus lecciones, Cristo dio un ejemplo perfecto del ministerio abnegado que tiene su origen en Dios. Dios no vive para sí. Al crear el mundo y al sostener todas las cosas. está sirviendo constantemente a otros. El "hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos e injustos". [Mateo 5:45] Este ideal de ministerio fue confiado por Dios a su Hijo. Jesús fue dado para que estuviese a la cabeza de la humanidad, a fin de que por su ejemplo pudiese enseñar lo que signjlica servir. Toda su vida fue regida por una ley de servicio. Sirvió y ministró a todos. Así vivió la ley de Dios, y por su ejemplo nos mostró cómo debemos obedecerla nusotros.
Vez Iras vez, Jesús había tratado de establecer este principio entre sus discípulos. Cuando Santiago y Juan hicieron su pedido de preerninencia, él dijo: "El que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor". (Mateo 20:26] En mi reino, el principio de preferencia y supremacía no tiene cabida. La única grandeza es la grandeza de la humildad. La única distinción se halla en la devoción al servicio de los demás (El Deseado de todas las gentes, p. 604).
Viernes 27 de diciembre
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El camino a Cristo, “El privilegio de orar”, pp. 93-104.
“La obra de restauración y reforma que hicieron los desterrados al re-gresar bajo el liderazgo de Zorobabel, Esdras y Nehemías nos presenta un cuadro de la restauración espiritual que debe realizarse en los días finales de la historia de esta Tierra. El remanente de Israel era un pueblo débil, expuesto a los estragos de sus enemigos; pero por su medio se proponía Dios conservar en la Tierra un conocimiento de sí mismo y de su Ley. Ese remanente había de custodiar el culto verdadero y los santos oráculos. Fue variado lo que experimentó mientras reedificaba el Templo y el muro de Jerusalén; y fuerte la oposición que hubo de arrostrar. Fueron pesadas las cargas que hubieron de llevar los líderes de esa obra; pero esos hombres avanzaron con confianza inquebrantable y humildad de espíritu, depen-diendo firmemente de Dios y creyendo que él haría triunfar su verdad. Como el rey Ezequías, Nehemías ‘siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió [...]. Y Jehová estaba con él’ (2 Rey. 18:6, 7)” (PR 499, 500).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Por qué debemos hacer todo lo que podemos ante Dios para apoyar a nuestros dirigentes?
2. ¿Por qué el estilo de liderazgo de servicio es tan difícil, exigente y al mismo tiempo gratificante? ¿Por qué es tan importante que un líder cris-tiano sea también un siervo?
3. Al principio y al final del libro, y también en el medio, Nehemías oró. Tanto Esdras como Nehemías eran hombres de oración. Cuenta cuidadosa-mente cuántas veces se menciona la palabra “oración” u “oró” en los libros de Esdras y Nehemías. Estos líderes estaban constantemente orando. ¿Qué debería decirnos esto sobre nuestra vida de oración?
4. “Se mantuvo fiel al Señor y no se apartó de él, sino que cumplió los mandamientos que el Señor le había dado a Moisés” (2 Rey. 18:6, NVI). ¿Cómo hacer para mantenerse “fiel al Señor”? ¿Qué significa eso? ¿Qué relación hay entre mantenerse fiel al Señor y guardar sus mandamientos?
Notas EGW
Viernes 27 de diciembre: Para estudiar y meditar
El camino a Cristo, "¿Puede el hombre comunicarse con la divinidad?", pp. 93-104.
Mi vida hoy, "Elegir el camino de la verdad", p. 75.
Viernes 27 de diciembre: Para estudiar y meditar
El camino a Cristo, "¿Puede el hombre comunicarse con la divinidad?", pp. 93-104.
Mi vida hoy, "Elegir el camino de la verdad", p. 75.
Dios lo bendiga!!!
- MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO -
Lección 13
Lección 13
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: Nehemías 8:8, 12.
Enfoque del estudio: Esdras 7, 8; Nehemías 1-3; Nehemías 4:7-23; Nehemías 5:14-19.
Esdras y Nehemías demuestran lo que significa ser un líder para Dios. Dios los colocó en cargos influyentes (Esdras, como sacerdote; y Nehemías, como gobernador), pero les correspondía a ellos ser responsables en el desempeño de sus tareas. Ambos se tomaron en serio su trabajo, porque eran conscientes del llamado de Dios, estaban comprometidos con él y amaban al pueblo de Dios. Se dieron cuenta de que eran una influencia para las personas con las que se encontraban. Usaron sus puestos para bien. Ante todo, demostraron una pasión por Dios que era palpable. Los que estaban a su alrededor sabían que amaban a Dios y que vivían para él con increíble dedicación. Esa lealtad inspiró a la nación israelita a caminar con Dios en una relación más estrecha.
Esdras y Nehemías demostraron coraje. No temían hacer algo que los demás evitaban hacer, como llevar a un grupo de exiliados a Jerusalén, donde sabían que la vida sería difícil. También alentaron y empoderaron al pueblo, delegándole responsabilidades en lugar de simplemente hacer todo por sí solos. Eran líderes con un propósito: tenían una visión para que el pueblo de Israel fuera restaurado y reavivado una vez más. Por lo tanto, estaban dispuestos a hacer todo lo necesario para concretar este sueño. Los dos líderes también mostraron humildad. Estaban dispuestos a servir al pueblo y no solo a ser servidos. Tampoco esperaban, ni deseaban, recibir mucho dinero por su trabajo. Su vida y su liderazgo nos proporcionan principios para el liderazgo de servicio hoy. Lo más importante es que desarrollaron y practicaron hábitos que nosotros podemos aprender y aplicar en nuestra obra para Dios.
Parte II: COMENTARIO
Las claves para ser un líder exitoso son los hábitos que desarrolla. Si un líder cultiva un estilo de vida honesto, transparente, abierto y perseverante al dedicar tiempo a la Palabra de Dios, leyendo y creciendo ampliamente a través de la educación, tendrá una influencia espiritual mucho mayor sobre la gente y el mundo que alguien que, en contraste, dedique tiempo a actividades "vacías"; por ejemplo, matar el tiempo con charlas ociosas, ver televisión varias horas por día o jugar videojuegos. Nuestra forma de pensar y aquello a lo que prestamos especial atención determina nuestro comportamiento. Los hábitos que desarrollamos y practicamos definen nuestro grado de influencia sobre los demás y en qué medida Dios puede usarnos para hacer cosas.
Tanto Esdras como Nehemías desarrollaron hábitos de los que podemos aprender. Si queremos ser líderes para tener un impacto en el mundo, haríamos bien en aprender de ellos e incluso adquirir sus hábitos siguiendo el ejemplo de ellos. Los buenos principios de vida que cultivaron son dignos de imitar. Lo que marca la diferencia es la rutina diaria, no las grandes cosas que hacemos de tanto en tanto. Entonces, ¿cuál era la rutina diaria de Esdras y de Nehemías? ¿Qué podemos decir acerca de sus hábitos diarios a partir de las historias que se registran sobre ellos?
Esdras: el líder espiritual
Aunque Esdras demostró muchas cualidades de liderazgo, quizá lo que más lo distinguió hayan sido dos hábitos: (1) el estudio riguroso de las Escrituras y (2) la oración ferviente y el ayuno. Esdras parece haber desarrollado estos hábitos de joven y nunca se apartó de ellos. Se lo describe como un "escriba diligente en la ley de Moisés" (Esd. 7:6). La palabra para "diligente" es mahír y representa a alguien que es prolífico en su trabajo. Esdras estudió diligentemente en el mismo sistema escolar que tuvieron Daniel y sus tres amigos en Jerusalén. Recibió la mejor educación de la Tierra. El término mahír es muy específico Y, por lo tanto, es muy probable que Esdras trabajara como representante de la religión judía ante el Gobierno persa. Era un hábil escriba de la Ley de Moisés, que se refiere a las enseñanzas de la Torá hebrea (los cinco libros de Moisés) y las enseñanzas de Dios en general, no solo los Diez Mandamientos, como solemos pensar cuando escuchamos el término "la Ley".
Sin embargo, Edras no era un escriba educado solo con capacitación bíblica. También fue transformado por su conocimiento de la Ley. El conocimiento del verdadero Dios viviente transformó su vida. Sabemos que fue así con Esdras porque Esdras 7:10 dice: "Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos". La declaración de que "Esdras había preparado" (kun: establecer, fijar firmemente, arreglar) su corazón es fundamental. El corazón se refiere a la mente, los pensamientos y las emociones. Por lo tanto, todo su ser estaba firmemente establecido y dedicado a la Ley de Dios. La Ley de Dios es sinónimo de Dios, cuyo carácter representa. Por lo tanto, Esdras había resuelto firmemente estudiar la Palabra de Dios y estar abierto a su poder transformador. Por ende, se dedicó a seguirla de todo corazón y luego a enseñarla a los demás. Esdras entendió que su llamado específico en la vida era estudiar y enseñar la Palabra de Dios, sus preceptos. Los hábitos de Esdras incluían aplicar a su vida personal el profundo conocimiento obtenido de las Escrituras hebreas. Lo que leía lo ponía en práctica. Era un discípulo de Jesús, que obedecía lo que Dios le mostraba.
El segundo hábito, orar y ayunar, también es claramente visible a través de los relatos de liderazgo de Esdras. Cuando el pueblo se reunió en el río Ahava (Esd. 8:15), antes de partir en su viaje a Jerusalén, Esdras pidió que toda la asamblea ayunara. Sabía que necesitaban protección en el viaje porque podían ser atacados por merodeadores en cualquier momento. También ayunó y oró al abordar la situación de matrimonios mixtos en la nación (Esd. 9, 10). Por lo tanto, es evidente que siguió una práctica que se había convertido en hábito cada vez que se encontraba en una situación difícil. En lugar de recurrir solo a consejeros humanos y diseñar un plan, primero se dirigía al Dios del Universo, que, en última instancia, tiene todo en sus manos.
Nehemías: el líder-siervo
Uno de los hábitos de Nehemías era la oración y el ayuno también. Cuando escuchó que al pueblo se le impidió continuar con la labor de reconstrucción del muro de la ciudad debido a la oposición de sus enemigos, se sentó, lloró y se afligió durante días mientras ayunaba y oraba. Le pidió a Dios que tuviera misericordia de su pueblo e interviniera. Dios respondió sus oraciones y lo envió a Jerusalén como dirigente del pueblo (Neh. 1, 2).
En su gestión como gobernador, vemos otros hábitos de Nehemías. Tenía el hábito de la perseverancia. No se desanimaba ante la oposición, ni siquiera con el desánimo de los israelitas. Se mantuvo enfocado en lo que debería ser el próximo curso de acción, lo que incluyó clamar a Dios por ayuda y luego volver al trabajo. Armó a los israelitas para que pudieran protegerse y actuar como elemento disuasivo ante cualquier fuerza externa (Neh. 4). Podría haberse rendido debido a las graves amenazas contra su vida, pero su perseverancia se debió a otro hábito: su confianza en Dios. Incluso confiar en Dios es un hábito que debemos practicar. Si tenemos el hábito de dudar y desconfiar de Dios, entonces podremos ir aún más lejos y culpar a Dios cuando surjan los próximos desafíos o problemas en nuestra vida. Por otro lado, cuando practicamos la confianza y la fe en las promesas de Dios, lo haremos incluso cuando vengan tiempos difíciles.
Otro hábito que Nehemías demostró fue la generosidad. En Nehemías 5:14 al 19, Nehemías velaba por sus siervos y también por otros que no tenían muchos recursos y que necesitaban un lugar para comer todos los días. En lugar de cobrar un salario como gobernador en Israel, Nehemías daba sus ganancias a la gente. Fue una costumbre que practicó durante años. Se indignó cuando supo que los dirigentes de Israel y los ricos les quitaban sus bienes a quienes se habían endeudado con ellos (Neh. 5:1-13). Naturalmente propenso a la generosidad, cualquier injusticia en sentido contrario provocaba una respuesta rápida en su corazón compasivo.
Por último, no solo Esdras dedicaba tiempo a estudiar la Palabra de Dios. El mismo gobernador también era un ejemplo en ese sentido (Neh. 8:9). Para que Nehemías mantuviera su pasión por Dios y la visión que tenía para el pueblo, tuvo que cultivar el hábito de dedicar tiempo a estudiar las Escrituras (Neh. 8). Hay que cultivar y fomentar la dedicación a Dios. Buscar a Dios sin vacilar es una propensión que prospera solo mediante un tiempo diario con Dios. Es el resultado directo de la oración y la lectura de la Biblia. Necesitamos escuchar directamente a Dios a través de su Palabra. Nehemías se aseguró de que el pueblo pudiera escuchar las Escrituras en su idioma y que se las explicaran. Se encargó de colaborar con Esdras, junto con los levitas, para enseñarle al pueblo. Un buen líder reconocerá los dones de su pueblo. Luego los pondrá a trabajar según sus fortalezas. Nehemías tenía el don de motivar a los demás. Utilizó este don para inspirar a su pueblo a unirse y trabajar con ahínco, a pesar de los desafíos. Ante todo, lo inspiró a caminar con Dios.
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
1. ¿Cuál es tu hábito para estudiar y leer las Escrituras? Con la intención de aprender unos de otros, comparte con tu clase lo que haces.
2. Aporten ideas sobre lo que puede hacer su iglesia para alentar a los miembros de la iglesia a estudiar la Biblia.
Oración y ayuno
3. Aparten un día de ayuno y oración relacionado con un tema sobre el cual su iglesia necesita orar. Entonces únanse y dediquen tiempo a orar por ello. Compartan la experiencia de ayuno y oración con alguien.
Generosidad
4. Piensa de qué forma tu iglesia puede ser generosa con alguien de la comunidad.
5. ¿Qué puedes hacer para desarrollar la dadivosidad abnegada en tu propia vida?
Perseverancia
6. Comparte con los miembros de la clase aquellas situaciones en las que hayas tenido la tentación de renunciar a tu trabajo en favor de Dios o de la comunidad. ¿Qué puedes hacer para animar a los demás a seguir adelante y vivir para Dios?
7. ¿Qué promesas de la Biblia puedes reclamar para mantenerte firme y confiar en Dios, pase lo que pase?
Dios lo bendiga!!!
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