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Fe Real | Lección 5: Cuestiones de familia | 4to Trimestre 2023 | Año B

Fe Real | Lección 5: Cuestiones de familia | 4to Trimestre 2023 | Año B

Lección 5:
Cuestiones de familia


Fe Real | Lección 5: Cuestiones de familia | 4to Trimestre  2021 | Año B

¿De quién eres hijo?

(Esta es una ilustración y nada más. ¿Qué relación podría tener con las citas bíblicas de la siguiente página?)



Hace muchos años, en las colinas del este de Tennessee, en Estados Unidos, nació un niño al que llamaron Ben. En esa época, los hijos de las madres solteras no eran tratados de la mejor manera. De hecho, algunos padres no permitían que sus hijos jugaran con el pequeño Ben. A veces, cuando acompañaba a su mamá a la tienda, Ben solía escuchar que las personas murmuraban y se preguntaban quién sería su padre.
Cuando estaba en primer grado, Ben se quedaba sentado en el salón de clases durante el receso y a la hora del almuerzo, pues nadie quería jugar con él.
Cuando Ben cumplió doce años, un predicador vino a su pequeño pueblo. Se trataba de un acontecimiento importante, y muchos comenzaron a asistir a la pequeña iglesia. Las historias que se oían en el pueblo sobre este nuevo personaje captaron el interés de Ben. Este predicador era una persona muy comprensiva y amable que aceptaba a las personas tal como eran y que las hacía sentir mejor respecto de sí mismas. Cada vez que se acercaba a un grupo, la gente sonreía, reía más y se sentía mucho mejor.
Ben estaba sumamente curioso, de manera que cierto día decidió saber un poco más de este hombre y asistió a la iglesia por primera vez en su vida. Había planificado llegar tarde y salir temprano, pero lo que escuchó allí le gustó tanto que continuó asistiendo todas las semanas. Por primera vez en la vida, Ben veía una pequeña luz al final del túnel.
Las primeras seis o siete semanas, Ben se sintió totalmente fascinado por el mensaje. Era como que si detrás del predicador hubiera un cartel que decía:
«¡Hay esperanza para ti, pequeño Ben Hooper, de parentesco desconocido!».
El mensaje lo cautivó tanto, que Ben se olvidó totalmente de sus planes de escabullirse temprano de la iglesia.
Uno de esos días, cuando terminó la reunión, Ben se levantó rápidamente de su asiento para marcharse, pero el pasillo central estaba bloqueado. En medio de su esfuerzo por tratar de abrirse paso entre la multitud, sintió una mano sobre su hombro. Al mirar hacia arriba, Ben encontró la mirada del joven predicador, quien le preguntó lo que había temido durante años: «¿De quién eres hijo?».
La iglesia se quedó inmóvil esperando su respuesta. Lentamente, una sonrisa comenzó a dibujarse en el rostro del predicador. «Espera un momento: yo sé de quién eres hijo. Puedo ver la semejanza indiscutible en tu rostro. ¡Eres un hijo de Dios!».
Inmediatamente el predicador le dio unas palmaditas en la espalda y le dijo: «¡Tienes una tremenda herencia, muchacho! Ahora, asegúrate de prepararte para recibirla».
Cuenta Ben Hooper que ese día transformó su vida. Fue como un nuevo comienzo para él. Había dejado de ser el niño de un padre desconocido para convertirse en el hijo de un rey. Años después, Ben Hooper fue elegido gobernado de Tennessee por dos períodos consecutivos.
La misma verdad se aplica hoy a todos nosotros. Somos hijos de Dios.—
Adaptado del libro Over the top, de Zig Ziglar.

Texto clave
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles. Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.





Domingo
MI OPINIÓN
Cuando Fred tenía catorce años su mamá murió repentinamente. Fred había sido muy apegado a su madre y se sentía perdido sin ella. Dos años después, el papá de Fred se casó nuevamente. Su madrastra no se parecía en nada a su mamá y él no quería ningún reemplazo; por ello, decidió que no quería tener nada que ver con la madrastra.
  1. ¿Qué consejo podemos darle a Fred para manejar esta difícil situación?
  2. ¿A quién de su comunidad podría acudir Fred en busca de ayuda?
  3. Si nosotros estuviéramos en lugar de Fred, ¿qué haríamos para hacer que las cosas funcionen mejor en nuestra familia?



Lunes
¿QUÉ TRATAN DE DECIR?

Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunos pensamientos que siguen representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios, pero otros no. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Preparémonos para exponer en la Escuela Sabática lo que hemos escrito.


«Todas las familias felices se parecen, pero cada familia desdichada tiene su propio estilo».— Leo Tolstoy, novelista ruso del siglo XIX.

«La familia es una unidad no solo compuesta de niños, sino también de hombres, mujeres, a veces una mascota, y el virus de la gripe».—Odgen Nash, humorista y poeta estadounidense del siglo XX.

«Llamémosla clan, red, tribu o familia; no importa cómo la llamemos ni quiénes seamos, todos necesitamos una».— Jane Howard.

«Los adultos nunca entienden nada por sí solos, y es fatigoso para los niños tener que estar explicándoles todo el tiempo las cosas».— Antoine de Saint-Exupéry, escritor francés del siglo XX.

«Descubrí que la mejor manera de aconsejar a nuestros hijos es averiguar qué quieren y después aconsejarlos que lo hagan».— Harry S. Truman, trigésimo tercer presidente de Estados Unidos.

«Nuestra obra por Cristo debe comenzar con la familia, en el hogar […]. No hay campo misionero más importante que este».— Elena G. de White, autora inspirada del siglo XIX y fundadora de la Iglesia Adventista.


Escribe tu propio pensamiento
«Yo digo que…





Martes
¿Y ENTONCES?

La mayoría de la gente ha crecido en algún tipo de familia. Puede que nosotros estemos contentos con los padres que tenemos y el lugar donde vivimos; o tal vez nos preguntemos por qué tenemos que conformamos con tan poco. La forma de vivir de un agente del reino no tiene por qué estar determinada por el lugar donde vive o por las personas que conforman su familia. Jesús nos dejó lineamientos claros sobre cómo tenemos que tratar a los demás. Leamos Lucas 14: 13, 14. No deberíamos fijarnos en la apariencia externa para determinar cómo tratar a otros.

Cuando vemos a otras personas, no podemos saber lo que hay en sus mentes. Aunque la vida familiar de esas personas nos parezca extraña, la relación de ellos con nuestro Padre celestial los hace parte de la familia del Rey. Como hijos de una misma familia, tendremos rasgos de personalidad diferentes, pero nuestra posición en ella será la misma. Todos los hijos de Dios son iguales ante sus ojos.

La manera en que interactuamos con los miembros de nuestra familia terrenal y nuestra familia celestial tiene que regirse por lo que nos dice la Biblia.
No podemos confiar en nuestros sentimientos para saber lo que tenemos que hacer, ni podemos basar nuestras acciones en la manera de tratarse de otras personas




Miércoles
DIOS DICE…

►Efesios 6: 1
«Hijos, obedezcan a sus padres como agrada al Señor, porque esto es justo».

►Éxodo 20: 5
«No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos».

►Lucas 18: 16
«Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos».

►Proverbios 17: 6
«La corona de los ancianos son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres».

►Mateo 7: 11
«Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!»

►Efesios 6: 4)
«Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor».

►1 Juan 3: 7
«Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo».

►Juan 3: 16
Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna».



Jueves
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?

Dios no nos ha puesto en una situación familiar que él no conozca. Todos hemos nacido en un mundo imperfecto, pero ninguna de las cosas que enemos que enfrentar sucede por primera vez en esta tierra. Muchos han vivido experiencias similares en el pasado. La Biblia está repleta de historias de personas que han atravesado situaciones familiares muy difíciles.

Cuando Jesús caminó sobre la tierra, habló de la manera en que debemos tratar a los demás. La Biblia nos enseña los pasos que tenemos que seguir cuando no estamos de acuerdo con las opiniones de nuestros semejantes.

  • Pasar por alto la ofensa —Proverbios 19: 11; Proverbios 12: 16; Colosenses 3: 13.
  • Solucionar los problemas por medio del diálogo —Mateo 18: 15; Gálatas 6: 1-3.
  • Buscar ayuda para saber qué decir —Proverbios 15: 1; Efesios 4: 29.

Al seguir las instrucciones bíblicas, podremos hacer de nuestra familia un mejor lugar para vivir, no importa la clase de familia que tengamos.



Viernes
¿CÓMO FUNCIONA?

¿Cómo percibimos a las personas que nos rodean? Ya hemos visto de cerca el concepto de familia y los diferentes tipos de familia. ¿Qué podemos decir de nuestros parientes? ¿También los consideramos hijos de Dios?

1. ¿Recordamos alguna de las viudas mencionadas en la Biblia? ¿Qué hizo una de ellas para ayudar a su familia? ¿De qué manera pudo ser utilizada por Dios?



2. ¿Recordamos algún viudo mencionado en la Biblia? ¿Qué hizo él para ayudar a su familia? ¿De qué manera pudo ser utilizado por Dios?



3. ¿Recordamos a alguien que se haya casado nuevamente después de la muerte de su esposo o esposa? ¿Qué hizo esa persona para ayudar a su familia? ¿De qué manera esta persona fue utilizada por Dios?



4. ¿Recordamos a algunos abuelos mencionados en la Biblia? ¿Qué lograron hacer por Dios?



5. ¿Recordamos a algunas abuelas? ¿Qué lograron hacer por Dios?



6. ¿De qué manera podemos ser utilizados por Dios como agentes de su reino en nuestro hogar? ¿Qué podemos hacer por nuestra familia?



(Si tenemos dificultad de contestar alguna de las preguntas: 1. Orfa y Noemí; 2. Abraham y Jacob; 3. David se casó con Abigail; Ruth se casó con Booz; 4. Adán y Noé; 5. Eva y Lea).
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