Lección 3:
EL PLAN DE RESCATE DE DIOS
Textos clave y referencias:
Génesis 7:14-24;
Patriarcas y profetas, cap. 7, pp. 74-82.
Versículo para Memorizar:
“Pues Dios no nos destinó a sufrir el castigo sino a recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo”
(1 Tesalonicenses 5:9, 11).
Mensaje:
Dios nos usará para ayuda y estimular a otros.
Génesis 7:14-24;
Patriarcas y profetas, cap. 7, pp. 74-82.
Versículo para Memorizar:
“Pues Dios no nos destinó a sufrir el castigo sino a recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo”
(1 Tesalonicenses 5:9, 11).
Mensaje:
Dios nos usará para ayuda y estimular a otros.
Harry vivía cerca del volcán activo Monte Santa Elena. Desatendía las advertencias para salir del lugar cuando parecía que el volcán iba a entrar en erupción.
Los niños de la escuela Yakima, en el estado de Washington, comenzaron a escribirle a Harry: “Por favor, deja tu casa y dirígete a un lugar seguro”. Harry les contestó: “Gracias por pensar en mí, pero me gusta donde vivo y me quedaré aquí”.
Un día un helicóptero aterrizó en el jardín de la casa de Harry. Harry subió de un salto y voló al pueblo para visitar a sus amigos en la escuela. Ellos aplaudieron, rieron y compartieron su buen sentido del humor. Mientras se divertía con ellos y les contaba historias acerca de los años que había vivido a la sombra de un volcán, les confirmó que tenía planes de quedarse allí, sin importar lo que sucediera. Cuando Harry se alejaba, los niños se despidieron con las manos hasta que desapareció en la distancia, preguntándose qué le sucedería.
La historia del Diluvio es una historia que hemos escuchado muchas veces. Después de que Noé pasara 120 años construyendo el arca y de que los animales entraran en el arca, ¿cómo fue posible que solamente Noé y su familia se salvaran tras haber pasado tantos años predicando?
La parte de la historia que sigue es la parte desagradable que algunas veces nos saltamos. Pero de eso trata nuestra historia esta semana. El momento desagradable fue el momento en que Dios ejecutó lo que dijo que sucedería. El momento en que casi todos murieron, porque escogieron morir.
No pienses que Noé era el único que estaba tratando de convencer a la gente de que entrara en el arca. Tal y como comentamos la semana pasada, todos los que caminaran por aquella plataforma de madera tenían que tomar la decisión de entrar o no entrar. Y la vida de cada persona testifica diariamente a favor o en contra de Dios. De modo que es muy probable que las esposas de Cam, Sem y Jafet conversaran con sus amigas. Sin duda sus esposos hacían lo mismo. Cuando llegó el momento de entrar o quedarse afuera del arca, debió de ser una experiencia desgarradora para ellos. Fue doloroso ver a sus amistades escoger su propio destino, porque ellos los amaban.
—¿Les gustaría acompañarnos?
—rogaba Noé—. Dios me ha dicho que es el momento de entrar en el arca.
La gente se burlaba de su último ruego. Repentinamente la puerta del arca fue cerrada por unas manos invisibles.
Alrededor del Monte Santa Elena se encontraban científicos, fotógrafos, plantadores de árboles y periodistas. Mientras pasaban los días, cada uno buscaba estar a una distancia prudente del cráter. Sin embargo, cuando finalmente el volcán entró en erupción, no hizo lo que generalmente hacen todos los volcanes. En lugar de lanzar su explosión hacia arriba, la lava se desbordó por la falda de la montaña con tanta intensidad que en algunos lugares no quedó nada con vida hasta 24 kilómetros de distancia. Perecieron los fotógrafos que tomaban fotos para una revista, las personas que recogían información para estudios científicos, y también Harry. Todos habían escuchado las advertencias. Habían tenido tiempo para alejarse. Pero escogieron quedarse. Y las personas que los amaban desearon que los que murieron hubieran tomado una decisión diferente.
Durante la terrible furia del Diluvio, todos, dentro del arca, estaban seguros por la protección de Dios. No estaban seguros por la calidad de la madera o por la cantidad de brea con que habían calafateado el gran barco. Estaban seguros porque Dios los protegía.
Elena G. de White dice en su libro Patriarcas y profetas que hasta el mismo Satanás tuvo miedo de morir en ese momento. (Lee esta historia en el capítulo que se titula “El Diluvio”. ¡Te encantará!).
Hoy todos tomamos decisiones de vida o muerte. ¿Qué estás haciendo tú? Después de tomar la decisión de permitir que Jesús influya en tu mente por medio del Espíritu Santo para salvarte de tus pecados, debes ayudar y estimular a otros para que se salven también. Pide a Jesús que te mantenga seguro y que te imparta fuerzas para ayudar y estimular a los que te rodean de modo que ellos también puedan tomar la decisión correcta.
Dios lo bendiga!!!
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