Lección de Escuela Sabática de Adultos 1er Trimestre 2020, Escuela Sabática Adultos 1er Trimestre 2020, Lección 1er Trimestre 2020,
Lección 12: Para el 21 de marzo de 2020
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Daniel 11; Daniel 8:3–8, 20–22; Isaías 46:9, 10; Daniel 8:9, 23; Mateo 27:33–50.
PARA MEMORIZAR:
“También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo” (Dan. 11:35).
Al comenzar este desafiante capítulo, se deben hacer algunas obser-vaciones iniciales. En primer lugar, Daniel 11 en general mantiene un paralelismo con los esquemas proféticos anteriores en Daniel. Al igual que en los capítulos 2, 7, 8 y 9, el mensaje profético se extiende desde los días del profeta hasta el tiempo del fin. En segundo lugar, aparece una sucesión de potencias mundiales que a menudo oprimen al pueblo de Dios. En tercer lugar, cada esquema profético culmina con un final feliz: en Daniel 2, la piedra destruye la estatua; en Daniel 7, el hijo de hombre recibe el reino; y en Daniel 8 y 9, el Santuario celestial se purifica mediante la obra del Mesías. El capítulo 11 se ajusta a tres puntos básicos. En primer lugar, comienza con los reyes persas, y analiza sus destinos y el tiempo del fin, cuando el rey del norte ataca el monte santo de Dios. En segundo lugar, se describe una sucesión de batallas entre el rey del norte y el del sur, y cómo afectan estas al pueblo de Dios. En tercer lugar, concluye con un final feliz, cuando el rey del norte enfrenta su muerte junto al “monte glorioso y santo” (Dan. 11:45).
PROFECÍAS SOBRE PERSIA Y GRECIA
Lee Daniel 11:1 al 4. ¿Qué vemos aquí que nos refresca la memoria de algunas de las profecías anteriores que hemos visto en Daniel?
Gabriel le dice a Daniel que todavía se levantarán tres reyes de Persia. Les seguirá el cuarto rey, que será el más rico de todos y provocará a los griegos. Después de Ciro, tres reyes sucesivos ejercen dominio sobre Persia: Cambises (530–522 a.C.), el falso Esmerdis (522 a.C.) y Darío I (522–486 a.C.). El cuarto rey es Jerjes, que se menciona en el libro de Ester como Asuero. Él es muy rico (Est. 1:1–7) y reúne a un vasto ejército para invadir Grecia, como está predicho en la profecía. Pero, a pesar de su poder, es repelido por una fuerza menor de valientes soldados griegos.
No es difícil reconocer que Alejandro Magno es el poderoso rey que aparece en Daniel 11:3, y que se convierte en el gobernante absoluto de ese sector del mundo antiguo. A los 32 años, murió sin dejar ningún heredero para gobernar el imperio. Por eso, el reino se dividió entre sus cuatro gene-rales: Seleuco, sobre Siria y Mesopotamia; Ptolomeo, sobre Egipto; Lisímaco, sobre Tracia y partes de Asia Menor; y Casandro, sobre Macedonia y Grecia.
Compara Daniel 11:2 al 4 con Daniel 8:3 al 8 y 20 al 22. ¿Cómo ayudan estos textos en conjunto a identificar a Alejandro como el poder que se menciona aquí?
¿Qué podemos aprender de esta serie de nombres, fechas, lugares y acontecimientos históricos? En primer lugar, descubrimos que la profecía se cumple como lo predice el mensajero divino. La Palabra de Dios nunca falla. En segundo lugar, Dios es el Señor de la historia. Quizá tengamos la impresión de que la ambición de los emperadores, los dictadores y los políticos de todo tipo es lo que impulsa la sucesión de poderes políticos, líderes y reinos. Sin embargo, la Biblia revela que Dios tiene el control total y moverá los engranajes de la historia según sus propósitos divinos; lo que en última instancia conducirá a la erradicación del mal y al establecimiento del Reino eterno de Dios.
LAS PROFECÍAS SOBRE SIRIA Y EGIPTO
Lee Daniel 11:5 al 14. ¿Qué es lo que sucede aquí?
Con la muerte de Alejandro Magno, el vasto Imperio Griego se dividió entre sus cuatro generales. Dos de ellos, Seleuco en Siria (norte) y Ptolomeo en Egipto (sur) lograron establecer dinastías que luchaban entre sí por el control del territorio.
La mayoría de los estudiosos de la Biblia entiende que las guerras entre el rey del norte y el rey del sur profetizadas en Daniel 11:5 al 14 se refieren a las muchas batallas que involucran a estas dos dinastías. Según la pro-fecía, se intentaría unir a estas dos dinastías mediante matrimonios, pero esa alianza duraría poco (Dan. 11:6). Las fuentes históricas nos informan que Antíoco II Teos (261–246 a.C.), nieto de Seleuco I, se casó con Berenice, una hija del rey egipcio Ptolomeo II Filadelfo. Sin embargo, ese arreglo no duró, y el conflicto que concernía directamente al pueblo de Dios pronto se reanudó. Por eso Daniel 11 aborda algunos acontecimientos importantes que afectarían la vida del pueblo de Dios durante siglos después de que el profeta Daniel desapareciera de escena.
Nuevamente, podemos preguntarnos por qué el Señor revela con anti-cipación todos estos detalles sobre guerras que afectan a reinos que luchan entre sí por la supremacía en esa parte del mundo. La razón es sencilla: estas guerras afectan al pueblo de Dios. Por esto el Señor anuncia de antemano los muchos desafíos que enfrentará su pueblo en los años siguientes. Además, Dios es el Señor de la historia, y al comparar el registro profético con los acontecimientos históricos podemos ver una vez más que la palabra pro-fética se cumple tal como se predijo. El Dios que predice las vicisitudes de los reinos helenísticos que luchan entre sí es el Dios que conoce el futuro. Él es digno de nuestra confianza y de nuestra fe. Es un Dios grande, no un ídolo fabricado por la imaginación humana. Él dirige el curso de los aconteci-mientos históricos, y además puede dirigir nuestra vida si se lo permitimos.
■ Lee Isaías 46:9 y 10. ¿Cuánta teología cristiana básica se encuentra en estos dos versículos, y qué gran esperanza podemos obtener de ellos? Piensa en lo aterrador que sería el versículo 10 si Dios no fuera benigno y amante, sino vengativo y rudo.
ROMA Y EL PRÍNCIPE DEL PACTO
Lee Daniel 11:16 al 28. Aunque el pasaje es difícil, ¿qué imágenes puedes encontrar que aparecen en otras partes de Daniel?
Al parecer, Daniel 11:16 describe una transición de poder, de los reyes helenísticos a la Roma pagana: “Y el que vendrá contra él hará su voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y estará en la tierra gloriosa, la cual será consumida en su poder”. La tierra gloriosa es Jerusalén, un lugar donde existió el antiguo Israel, y el nuevo poder que toma ese lugar es la Roma pagana. El mismo acontecimiento también se describe en la expan-sión horizontal del cuerno pequeño, que llega a la tierra gloriosa (Dan. 8:9). Entonces, resulta claro que el poder a cargo del mundo en ese momento es la Roma pagana.
Algunas pistas adicionales en el texto bíblico refuerzan esta apreciación. Por ejemplo, el “cobrador de tributos” debe aludir a César Augusto. Jesús nació durante su reinado, mientras María y José viajaron a Belén para el censo (Dan. 11:20). Además, según la profecía, a este gobernante le sucederá “un hombre despreciable” (Dan. 11:21). Según muestra la historia, el sucesor de Augusto fue Tiberio, un hijo adoptivo de Augusto. Se sabe que Tiberio fue una persona excéntrica y vil.
Lo más importante, según el texto bíblico, es que durante el reinado de Tiberio el “príncipe del pacto” sería destruido (Dan. 11:22). Indudablemente, esto se refiere a la crucifixión de Cristo, también llamado “Mesías Príncipe” (Dan. 9:25; ver además Mat. 27:33–50), ya que es ejecutado durante el reinado de Tiberio. La referencia a Jesús aquí como “el príncipe del pacto” es un marcador poderoso que nos ayuda a mostrar el flujo de los acontecimientos históricos, y además brinda a los lectores una evidencia poderosa del sor-prendente preconocimiento de Dios. Dios acertó en todo lo que ocurrió antes en estas profecías, por lo que sin duda podemos confiar en lo que él dice que sucederá en el futuro.
■ Incluso en medio de todos los acontecimientos políticos e históricos, en el pasaje se revela a Jesús de Nazaret, “el príncipe del pacto”. ¿Cómo nos muestra esto que, a pesar de toda la agitación y la intriga política, Jesús continúa siendo el centro de las Escrituras?
LA POTENCIA SIGUIENTE
Lee Daniel 11:29 al 39. ¿Qué es este poder que surge después de la Roma pagana?
Daniel 11:29 al 39 se refiere a un nuevo sistema de poder. Aunque este sistema viene a continuación del Imperio Romano pagano y hereda algunas características de su predecesor, al mismo tiempo parece ser diferente en algunos aspectos. El texto bíblico dice que “no será la postrera venida como la primera” (Dan. 11:29). A medida que avanzamos, encontramos que actúa como un poder religioso. Dirige su ataque principalmente contra Dios y su pueblo. Veamos algunas de las prácticas perpetradas por este rey.
En primer lugar, “se enojará contra el pacto santo” (Dan. 11:30). Esta debe ser una referencia al pacto de salvación de Dios, al que este rey se opone.
En segundo lugar, este rey exhibirá fuerzas que “profanarán el San-tuario” y “quitarán el continuo sacrificio” (Dan. 11:31). En Daniel 8 vimos que el cuerno pequeño derriba los cimientos del “Santuario” de Dios y quita “el continuo sacrificio” (Dan. 8:11). Esto debe interpretarse como un ataque espiritual contra la obra de Cristo en el Santuario celestial.
En tercer lugar, como consecuencia de su ataque al Santuario, este poder pone la “abominación desoladora” en el Templo de Dios. La expresión pa-ralela, “prevaricación asoladora”, apunta a los actos de apostasía y rebelión del cuerno pequeño (Dan. 8:13).
En cuarto lugar, este poder persigue al pueblo de Dios: “También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado” (Dan. 11:35). Esto nos recuerda al cuerno pequeño, que derribó a parte del ejército y algunas estrellas, y las pisoteó (Dan. 8:10; comparar con Dan. 7:25).
En quinto lugar, este rey “hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará mara-villas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá” (Dan. 11:36). Como era de esperar, el cuerno pequeño también habla “grandes cosas” (Dan. 7:8), incluso contra Dios (Dan. 7:25).
■ Podrían mencionarse otras similitudes, pero, considerando lo que leemos en Da-niel 7 y 8, ¿quién es este poder y por qué es tan importante que seamos firmes al identificarlo, a pesar de las presiones sociales?
LOS ACONTECIMIENTOS FINALES
Lee Daniel 11:40 al 45. ¿Qué es lo que ocurre aquí?
Las siguientes frases nos ayudan a entender este pasaje:
Tiempo del fin: La expresión “tiempo del fin” solo aparece en Daniel (Dan. 8:17; Dan. 11:35, 40 [NTV, BJ]; Dan. 12:4, 9). La exploración de las profecías de Daniel indica que el tiempo del fin se extiende desde la caída del Papado en 1798 hasta la resurrección de los muertos (Dan. 12:2).
Rey del norte: Este nombre en primer lugar designa geográficamente a la dinastía seléucida, pero luego se refiere a la Roma pagana y finalmente a la Roma papal. Por lo tanto, no describe una ubicación geográfica, sino al enemigo espiritual del pueblo de Dios. Además, deberíamos notar que el rey del norte representa una falsificación del Dios verdadero, que en la Biblia está simbólicamente asociado con el norte (Isa. 14:13).
Rey del sur: Este nombre en primer lugar designa a la dinastía ptole-maica de Egipto, al sur de Tierra Santa. Pero, a medida que transcurre la profecía, adquiere una dimensión teológica, y algunos eruditos lo asocian con el ateísmo. Como dice Elena de White, al hacer un comentario sobre la referencia a Egipto en Apocalipsis 11:8: “Esto es ateísmo” (CS 273).
El monte glorioso y santo: en la época del Antiguo Testamento, esta ex-presión se refería a Sion, la capital y el corazón de Israel, que está ubicada geográficamente en la Tierra Prometida. Después de la Cruz, el pueblo de Dios ya no se define por líneas étnicas ni geográficas. Por lo tanto, el monte santo debe ser una designación simbólica del pueblo de Dios diseminado por todo el mundo.
Por lo tanto, tal vez podamos interpretar los acontecimientos de este modo:
(1) El rey del sur ataca al rey del norte: la Revolución Francesa intentó erradicar la religión y derrotar al Papado, pero fracasó. (2) El rey del norte ataca y derrota al rey del sur: las fuerzas de la religión encabezadas por el Papado y sus aliados finalmente vencerán a las fuerzas del ateísmo y for-marán una coalición con el enemigo derrotado. (3) Edom, Moab y la mayoría de los hijos de Amón escaparán: algunos de los que no se cuentan entre el verdadero pueblo de Dios se unirán al redil en la última hora. (4) El rey del norte se prepara para atacar el monte santo, pero llega a su fin: las fuerzas del mal son destruidas y se establece el Reino de Dios.
■ ¿Cómo podemos encontrar consuelo al saber que, al final, Dios y su pueblo saldrán victoriosos?
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Es interesante notar que, al menos en referencia a Daniel 11:29 al 39, Martín Lutero identificó la abominación desoladora de Daniel 11:31 con el Papado y sus doctrinas y prácticas. Por lo tanto, la correlación de Daniel 11 con Daniel 7 y 8 refuerza la opinión de Lutero y muchos otros comentaristas protestantes de que la institución del Papado y sus enseñanzas constituyen el cumplimiento de estas profecías en la historia. En este sentido, Elena de White dice: “Ninguna iglesia que estuviese dentro de los límites de la jurisdicción católico-romana gozó mucho tiempo en paz de su libertad de conciencia. No bien el Papado se hizo dueño del poder, extendió los brazos para aplastar a todo el que rehusara reconocer su gobierno; y una tras otra las iglesias se sometieron a su dominio” (CS 60).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cómo podemos ser sensibles a los sentimientos de los demás, pero sin transigir en lo que la Biblia enseña sobre el papel de Roma en los últimos días?
2. Daniel 11:33 dice: “Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo”. ¿Qué dice este versículo sobre el destino de algunos fieles de Dios?Además, ¿qué dice el versículo sobre lo que harán algunos de estos fieles antes de ser martirizados? ¿Cuál es el mensaje para nosotros hoy?
3. Daniel 11:36 dice: “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá”. ¿A quién y a qué te recuerda esto? (Ver Isa. 14:12–17; ver además 2 Tes. 2:1–4.)
4. Daniel 11:27, 29 y 35 utilizan la frase en lammo’ed, o en “el tiempo señalado o determinado” . ¿Qué nos dice eso, una vez más, sobre el control que Dios tiene sobre la historia?
Dios lo bendiga!!!
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: Verso.
Enfoque del estudio:
Versos.
Introducción: Texto.
Temática de la lección:
1. Subtitulo1. Texto.
2. Subtitulo2. Texto.
Aplicación para la vida: Texto.
Parte II: COMENTARIO
Texto:
1. Subtitulo1.
Texto.
2. Subtitulo2.
Texto.
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
Texto.
Dios lo bendiga!!!
DEL NORTE Y EL SUR A LA TIERRA HERMOSA
Sábado 14 de marzo
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Daniel 11; Daniel 8:3–8, 20–22; Isaías 46:9, 10; Daniel 8:9, 23; Mateo 27:33–50.
PARA MEMORIZAR:
“También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo” (Dan. 11:35).
Al comenzar este desafiante capítulo, se deben hacer algunas obser-vaciones iniciales. En primer lugar, Daniel 11 en general mantiene un paralelismo con los esquemas proféticos anteriores en Daniel. Al igual que en los capítulos 2, 7, 8 y 9, el mensaje profético se extiende desde los días del profeta hasta el tiempo del fin. En segundo lugar, aparece una sucesión de potencias mundiales que a menudo oprimen al pueblo de Dios. En tercer lugar, cada esquema profético culmina con un final feliz: en Daniel 2, la piedra destruye la estatua; en Daniel 7, el hijo de hombre recibe el reino; y en Daniel 8 y 9, el Santuario celestial se purifica mediante la obra del Mesías. El capítulo 11 se ajusta a tres puntos básicos. En primer lugar, comienza con los reyes persas, y analiza sus destinos y el tiempo del fin, cuando el rey del norte ataca el monte santo de Dios. En segundo lugar, se describe una sucesión de batallas entre el rey del norte y el del sur, y cómo afectan estas al pueblo de Dios. En tercer lugar, concluye con un final feliz, cuando el rey del norte enfrenta su muerte junto al “monte glorioso y santo” (Dan. 11:45).
Notas EGW
Sábado
No hace mucho tiempo, una escena muy impresionante pasó delante de mí. Vi un inmenso globo de fuego cayendo entre algunas hermosas mansiones y causando su instantánea destrucción. Escuché a alguien decir: “Nosotros sabíamos que los juicios de Dios vendrían sobre la tierra, pero no sabíamos que vendrían tan pronto”. Otros dijeron: “¿Vosotros lo sabíais? Entonces, ¿por qué no nos lo dijisteis? Nosotros no lo sabíamos”. En todos lados escuchaba decir tales palabras…
Pronto penosas aflicciones sobrevendrán entre las naciones; una angustia que no cesará hasta la venida de Jesús. Como nunca antes necesitamos apresurarnos a servir juntos a Aquel que ha preparado su trono en los cielos y cuyo reino gobierna sobre todos. Dios no ha desamparado a su pueblo, y nuestra fuerza depende de no separarnos de él.
Los juicios de Dios están en la tierra. Las guerras y los rumores de guerras, la destrucción por fuego e inundación, dicen claramente que el tiempo de angustia, el cual irá en aumento hasta el fin, está cerca, a las puertas. No tenemos tiempo que perder. El mundo está perturbado por el espíritu de la guerra. Las profecías del capítulo once de Daniel casi han alcanzado su cumplimiento final (El ministerio de la bondad, p. 141).
Un espíritu belicoso agita al mundo. La profecía contenida en el undécimo capítulo del libro de Daniel, está casi completamente cumplida. Muy pronto se cumplirán las escenas de angustia descritas por el profeta.
“He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores… Porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa”. Isaías 24:1-8 (Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 13, 14).
¿Quién, pues, ha de ser considerado como el Gobernante de las naciones? ¡El Señor Dios omnipotente! Todos los reyes, todos los gobernantes, todas las naciones le pertenecen, y están bajo su dominio y gobierno (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1081).
Las operaciones satánicas no son ni medianamente discernidas, debido a que la pureza y la santidad no marcan la vida y el carácter de los que declaran ser ministros de Cristo. Fortalecidos con todas las energías, de acuerdo con su poder glorioso, somos así fortalecidos para hacer frente a las tentaciones de Satanás. Cristo, su pureza, y sus incomparables encantos deben constituirse en el motivo de contemplación del alma. Hay poder espiritual disponible para todos; pueden tenerlo si lo desean, para resistir la tentación, cumplir con sus deberes y para que su alma mantenga firme su integridad. Los que sientan necesidad de ser fortalecidos por el poder del Espíritu de Dios que obra en el hombre interior, no perderán su integridad. Además, la oración ferviente y la vigilancia los conducirá a través de las tentaciones. Tenemos que permanecer unidos a Cristo por medio de una fe viviente (Testimonios acerca de conducta sexual, adulterio, y divorcio, pp. 99, 100).
Sábado
No hace mucho tiempo, una escena muy impresionante pasó delante de mí. Vi un inmenso globo de fuego cayendo entre algunas hermosas mansiones y causando su instantánea destrucción. Escuché a alguien decir: “Nosotros sabíamos que los juicios de Dios vendrían sobre la tierra, pero no sabíamos que vendrían tan pronto”. Otros dijeron: “¿Vosotros lo sabíais? Entonces, ¿por qué no nos lo dijisteis? Nosotros no lo sabíamos”. En todos lados escuchaba decir tales palabras…
Pronto penosas aflicciones sobrevendrán entre las naciones; una angustia que no cesará hasta la venida de Jesús. Como nunca antes necesitamos apresurarnos a servir juntos a Aquel que ha preparado su trono en los cielos y cuyo reino gobierna sobre todos. Dios no ha desamparado a su pueblo, y nuestra fuerza depende de no separarnos de él.
Los juicios de Dios están en la tierra. Las guerras y los rumores de guerras, la destrucción por fuego e inundación, dicen claramente que el tiempo de angustia, el cual irá en aumento hasta el fin, está cerca, a las puertas. No tenemos tiempo que perder. El mundo está perturbado por el espíritu de la guerra. Las profecías del capítulo once de Daniel casi han alcanzado su cumplimiento final (El ministerio de la bondad, p. 141).
Un espíritu belicoso agita al mundo. La profecía contenida en el undécimo capítulo del libro de Daniel, está casi completamente cumplida. Muy pronto se cumplirán las escenas de angustia descritas por el profeta.
“He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores… Porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa”. Isaías 24:1-8 (Testimonios para la iglesia, t. 9, pp. 13, 14).
¿Quién, pues, ha de ser considerado como el Gobernante de las naciones? ¡El Señor Dios omnipotente! Todos los reyes, todos los gobernantes, todas las naciones le pertenecen, y están bajo su dominio y gobierno (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1081).
Las operaciones satánicas no son ni medianamente discernidas, debido a que la pureza y la santidad no marcan la vida y el carácter de los que declaran ser ministros de Cristo. Fortalecidos con todas las energías, de acuerdo con su poder glorioso, somos así fortalecidos para hacer frente a las tentaciones de Satanás. Cristo, su pureza, y sus incomparables encantos deben constituirse en el motivo de contemplación del alma. Hay poder espiritual disponible para todos; pueden tenerlo si lo desean, para resistir la tentación, cumplir con sus deberes y para que su alma mantenga firme su integridad. Los que sientan necesidad de ser fortalecidos por el poder del Espíritu de Dios que obra en el hombre interior, no perderán su integridad. Además, la oración ferviente y la vigilancia los conducirá a través de las tentaciones. Tenemos que permanecer unidos a Cristo por medio de una fe viviente (Testimonios acerca de conducta sexual, adulterio, y divorcio, pp. 99, 100).
Domingo 15 de marzo
PROFECÍAS SOBRE PERSIA Y GRECIA
Lee Daniel 11:1 al 4. ¿Qué vemos aquí que nos refresca la memoria de algunas de las profecías anteriores que hemos visto en Daniel?
Gabriel le dice a Daniel que todavía se levantarán tres reyes de Persia. Les seguirá el cuarto rey, que será el más rico de todos y provocará a los griegos. Después de Ciro, tres reyes sucesivos ejercen dominio sobre Persia: Cambises (530–522 a.C.), el falso Esmerdis (522 a.C.) y Darío I (522–486 a.C.). El cuarto rey es Jerjes, que se menciona en el libro de Ester como Asuero. Él es muy rico (Est. 1:1–7) y reúne a un vasto ejército para invadir Grecia, como está predicho en la profecía. Pero, a pesar de su poder, es repelido por una fuerza menor de valientes soldados griegos.
No es difícil reconocer que Alejandro Magno es el poderoso rey que aparece en Daniel 11:3, y que se convierte en el gobernante absoluto de ese sector del mundo antiguo. A los 32 años, murió sin dejar ningún heredero para gobernar el imperio. Por eso, el reino se dividió entre sus cuatro gene-rales: Seleuco, sobre Siria y Mesopotamia; Ptolomeo, sobre Egipto; Lisímaco, sobre Tracia y partes de Asia Menor; y Casandro, sobre Macedonia y Grecia.
Compara Daniel 11:2 al 4 con Daniel 8:3 al 8 y 20 al 22. ¿Cómo ayudan estos textos en conjunto a identificar a Alejandro como el poder que se menciona aquí?
¿Qué podemos aprender de esta serie de nombres, fechas, lugares y acontecimientos históricos? En primer lugar, descubrimos que la profecía se cumple como lo predice el mensajero divino. La Palabra de Dios nunca falla. En segundo lugar, Dios es el Señor de la historia. Quizá tengamos la impresión de que la ambición de los emperadores, los dictadores y los políticos de todo tipo es lo que impulsa la sucesión de poderes políticos, líderes y reinos. Sin embargo, la Biblia revela que Dios tiene el control total y moverá los engranajes de la historia según sus propósitos divinos; lo que en última instancia conducirá a la erradicación del mal y al establecimiento del Reino eterno de Dios.
Notas EGW
Domingo
La oración de Daniel fue elevada “en el año primero de Darío” (Vers. 1), el monarca medo cuyo general, Ciro, había arrebatado a Babilonia el cetro del gobierno universal. El reinado de Darío fue honrado por Dios. A él fue enviado el ángel Gabriel, “para animarlo y fortalecerlo”. Daniel 11:1. Cuando murió, más o menos unos dos años después de la caída de Babilonia, Ciro le sucedió en el trono, y el comienzo de su reinado señaló el fin de los setenta años iniciados cuando la primera compañía de hebreos fue llevada de Judea a Babilonia por Nabucodonosor (Profetas y reyes, p. 408).
En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la caída de los imperios, parecen depender de la voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen ser determinados, en gran parte, por su poder, su ambición o su capricho. Pero en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima y entre la trama y la urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios (La educación, p. 173).
Se ha cumplido todo lo que Dios ha especificado en la historia profética, y se cumplirá todo lo que aún deba cumplirse. Daniel, el profeta de Dios, permanece firme en su lugar. Juan también lo está. En el Apocalipsis, el León de la tribu de Judá ha abierto el libro de Daniel a los estudiosos de la profecía, y así es como Daniel permanece firme en su sitio. Da su testimonio, el cual le fue revelado por Dios por medio de visiones de los grandes y solemnes acontecimientos que debemos reconocer en este momento cuando estamos en el mismo umbral de su cumplimiento.
Mediante la historia y la profecía, la Palabra de Dios describe el prolongado conflicto entre la verdad y el error. Ese conflicto sigue en desarrollo. Las cosas que han acontecido volverán a repetirse. Revivirán antiguas controversias, y continuamente surgirán teorías nuevas. Pero el pueblo de Dios, el cual mediante sus creencias y su cumplimiento de la profecía ha desempeñado una parte en la proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel, sabe dónde se encuentra. Tiene una experiencia que es más preciosa que el oro refinado. Debe permanecer firme como una roca, aferrándose al comienzo de su confianza hasta el fin (Mensajes selectos, t. 2, p. 124).
El poder de Dios no ha disminuido. Vi que su poder nos sería concedido tan libremente como antes. La iglesia de Dios es la que ha perdido su fe para pedir su energía para luchar y clamar como Jacob: “No te dejaré, si no me bendices”. Génesis 32:26. La fe perseverante se ha ido muriendo. Debe revivir en el corazón de los hijos de Dios. Se debe solicitar la bendición de Dios. La fe, la fe viva nos eleva siempre hacia Dios y la gloria; la incredulidad nos arrastra hacia abajo a las tinieblas y la muerte (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 136).
Domingo
La oración de Daniel fue elevada “en el año primero de Darío” (Vers. 1), el monarca medo cuyo general, Ciro, había arrebatado a Babilonia el cetro del gobierno universal. El reinado de Darío fue honrado por Dios. A él fue enviado el ángel Gabriel, “para animarlo y fortalecerlo”. Daniel 11:1. Cuando murió, más o menos unos dos años después de la caída de Babilonia, Ciro le sucedió en el trono, y el comienzo de su reinado señaló el fin de los setenta años iniciados cuando la primera compañía de hebreos fue llevada de Judea a Babilonia por Nabucodonosor (Profetas y reyes, p. 408).
En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la caída de los imperios, parecen depender de la voluntad y las proezas del hombre. Los sucesos parecen ser determinados, en gran parte, por su poder, su ambición o su capricho. Pero en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima y entre la trama y la urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios (La educación, p. 173).
Se ha cumplido todo lo que Dios ha especificado en la historia profética, y se cumplirá todo lo que aún deba cumplirse. Daniel, el profeta de Dios, permanece firme en su lugar. Juan también lo está. En el Apocalipsis, el León de la tribu de Judá ha abierto el libro de Daniel a los estudiosos de la profecía, y así es como Daniel permanece firme en su sitio. Da su testimonio, el cual le fue revelado por Dios por medio de visiones de los grandes y solemnes acontecimientos que debemos reconocer en este momento cuando estamos en el mismo umbral de su cumplimiento.
Mediante la historia y la profecía, la Palabra de Dios describe el prolongado conflicto entre la verdad y el error. Ese conflicto sigue en desarrollo. Las cosas que han acontecido volverán a repetirse. Revivirán antiguas controversias, y continuamente surgirán teorías nuevas. Pero el pueblo de Dios, el cual mediante sus creencias y su cumplimiento de la profecía ha desempeñado una parte en la proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel, sabe dónde se encuentra. Tiene una experiencia que es más preciosa que el oro refinado. Debe permanecer firme como una roca, aferrándose al comienzo de su confianza hasta el fin (Mensajes selectos, t. 2, p. 124).
El poder de Dios no ha disminuido. Vi que su poder nos sería concedido tan libremente como antes. La iglesia de Dios es la que ha perdido su fe para pedir su energía para luchar y clamar como Jacob: “No te dejaré, si no me bendices”. Génesis 32:26. La fe perseverante se ha ido muriendo. Debe revivir en el corazón de los hijos de Dios. Se debe solicitar la bendición de Dios. La fe, la fe viva nos eleva siempre hacia Dios y la gloria; la incredulidad nos arrastra hacia abajo a las tinieblas y la muerte (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 136).
Lunes 16 de marzo
LAS PROFECÍAS SOBRE SIRIA Y EGIPTO
Lee Daniel 11:5 al 14. ¿Qué es lo que sucede aquí?
Con la muerte de Alejandro Magno, el vasto Imperio Griego se dividió entre sus cuatro generales. Dos de ellos, Seleuco en Siria (norte) y Ptolomeo en Egipto (sur) lograron establecer dinastías que luchaban entre sí por el control del territorio.
La mayoría de los estudiosos de la Biblia entiende que las guerras entre el rey del norte y el rey del sur profetizadas en Daniel 11:5 al 14 se refieren a las muchas batallas que involucran a estas dos dinastías. Según la pro-fecía, se intentaría unir a estas dos dinastías mediante matrimonios, pero esa alianza duraría poco (Dan. 11:6). Las fuentes históricas nos informan que Antíoco II Teos (261–246 a.C.), nieto de Seleuco I, se casó con Berenice, una hija del rey egipcio Ptolomeo II Filadelfo. Sin embargo, ese arreglo no duró, y el conflicto que concernía directamente al pueblo de Dios pronto se reanudó. Por eso Daniel 11 aborda algunos acontecimientos importantes que afectarían la vida del pueblo de Dios durante siglos después de que el profeta Daniel desapareciera de escena.
Nuevamente, podemos preguntarnos por qué el Señor revela con anti-cipación todos estos detalles sobre guerras que afectan a reinos que luchan entre sí por la supremacía en esa parte del mundo. La razón es sencilla: estas guerras afectan al pueblo de Dios. Por esto el Señor anuncia de antemano los muchos desafíos que enfrentará su pueblo en los años siguientes. Además, Dios es el Señor de la historia, y al comparar el registro profético con los acontecimientos históricos podemos ver una vez más que la palabra pro-fética se cumple tal como se predijo. El Dios que predice las vicisitudes de los reinos helenísticos que luchan entre sí es el Dios que conoce el futuro. Él es digno de nuestra confianza y de nuestra fe. Es un Dios grande, no un ídolo fabricado por la imaginación humana. Él dirige el curso de los aconteci-mientos históricos, y además puede dirigir nuestra vida si se lo permitimos.
■ Lee Isaías 46:9 y 10. ¿Cuánta teología cristiana básica se encuentra en estos dos versículos, y qué gran esperanza podemos obtener de ellos? Piensa en lo aterrador que sería el versículo 10 si Dios no fuera benigno y amante, sino vengativo y rudo.
Notas EGW
Lunes
Como el carácter de su Autor divino, la Palabra de Dios presenta misterios que no podrán nunca ser plenamente comprendidos por los seres finitos. Dirige nuestra mente al Creador, “que habita en luz inaccesible”. 1 Timoteo 6:16. Nos presenta sus propósitos, que abarcan todas las edades de la historia humana, y cuyo cumplimiento se alcanzará únicamente en los siglos sin fin de la eternidad. Llama nuestra atención a temas de infinita profundidad e importancia concernientes al gobierno de Dios y el destino del hombre.
La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, la regeneración, la resurrección y muchos otros temas presentados en la Biblia, son misterios demasiado profundos para que los explique la mente humana, o siquiera los comprenda plenamente. Pero Dios nos ha dado en las Escrituras suficientes evidencias de su carácter divino, y no debemos dudar su Palabra porque no podamos comprender todos los misterios de su providencia (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 654, 655).
“¿Puedes tú descubrir las cosas recónditas de Dios? ¿Puedes hasta lo sumo llegar a conocer al Todopoderoso?” “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice Jehová. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos”. “Yo soy Dios… y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio, y desde la antigüedad cosas aún no hechas”. Job 11:7; Isaías 55:8, 9; 46:9, 10 (VM).
Ni siquiera los profetas que fueron favorecidos por la iluminación especial del Espíritu comprendieron del todo el alcance de las revelaciones que les fueron concedidas. Su significado debía ser aclarado, de siglo en siglo, a medida que el pueblo de Dios necesitase la instrucción contenida en ellas (El conflicto de los siglos, p. 344).
Tengamos confianza y seamos valientes. El desaliento en el servicio de Dios es pecaminoso e irrazonable. Dios conoce todas nuestras necesidades. A la omnipotencia del Rey de reyes, el Dios que guarda el pacto con nosotros añade la dulzura y el solícito cuidado del tierno pastor. Su poder es absoluto, y es garantía del seguro cumplimiento de sus promesas para todos los que en él confían. Tiene medios de apartar toda dificultad, para que sean confortados los que le sirven y respetan los medios que él emplea. Su amor supera todo otro amor, como el cielo excede en altura a la tierra. Vela por sus hijos con un amor inconmensurable y eterno.
En los días aciagos, cuando todo parece conjurarse contra nosotros, tengamos fe en Dios, quien lleva adelante sus designios y hace bien todas las cosas en favor de su pueblo. La fuerza de los que le aman y le sirven será renovada día tras día.
Dios puede y quiere conceder a sus siervos toda la ayuda que necesiten. Les dará la sabiduría que requieren sus varias necesidades (El ministerio de curación, pp. 382, 383).
Lunes
Como el carácter de su Autor divino, la Palabra de Dios presenta misterios que no podrán nunca ser plenamente comprendidos por los seres finitos. Dirige nuestra mente al Creador, “que habita en luz inaccesible”. 1 Timoteo 6:16. Nos presenta sus propósitos, que abarcan todas las edades de la historia humana, y cuyo cumplimiento se alcanzará únicamente en los siglos sin fin de la eternidad. Llama nuestra atención a temas de infinita profundidad e importancia concernientes al gobierno de Dios y el destino del hombre.
La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, la regeneración, la resurrección y muchos otros temas presentados en la Biblia, son misterios demasiado profundos para que los explique la mente humana, o siquiera los comprenda plenamente. Pero Dios nos ha dado en las Escrituras suficientes evidencias de su carácter divino, y no debemos dudar su Palabra porque no podamos comprender todos los misterios de su providencia (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 654, 655).
“¿Puedes tú descubrir las cosas recónditas de Dios? ¿Puedes hasta lo sumo llegar a conocer al Todopoderoso?” “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice Jehová. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos”. “Yo soy Dios… y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio, y desde la antigüedad cosas aún no hechas”. Job 11:7; Isaías 55:8, 9; 46:9, 10 (VM).
Ni siquiera los profetas que fueron favorecidos por la iluminación especial del Espíritu comprendieron del todo el alcance de las revelaciones que les fueron concedidas. Su significado debía ser aclarado, de siglo en siglo, a medida que el pueblo de Dios necesitase la instrucción contenida en ellas (El conflicto de los siglos, p. 344).
Tengamos confianza y seamos valientes. El desaliento en el servicio de Dios es pecaminoso e irrazonable. Dios conoce todas nuestras necesidades. A la omnipotencia del Rey de reyes, el Dios que guarda el pacto con nosotros añade la dulzura y el solícito cuidado del tierno pastor. Su poder es absoluto, y es garantía del seguro cumplimiento de sus promesas para todos los que en él confían. Tiene medios de apartar toda dificultad, para que sean confortados los que le sirven y respetan los medios que él emplea. Su amor supera todo otro amor, como el cielo excede en altura a la tierra. Vela por sus hijos con un amor inconmensurable y eterno.
En los días aciagos, cuando todo parece conjurarse contra nosotros, tengamos fe en Dios, quien lleva adelante sus designios y hace bien todas las cosas en favor de su pueblo. La fuerza de los que le aman y le sirven será renovada día tras día.
Dios puede y quiere conceder a sus siervos toda la ayuda que necesiten. Les dará la sabiduría que requieren sus varias necesidades (El ministerio de curación, pp. 382, 383).
Martes 17 de marzo
ROMA Y EL PRÍNCIPE DEL PACTO
Lee Daniel 11:16 al 28. Aunque el pasaje es difícil, ¿qué imágenes puedes encontrar que aparecen en otras partes de Daniel?
Al parecer, Daniel 11:16 describe una transición de poder, de los reyes helenísticos a la Roma pagana: “Y el que vendrá contra él hará su voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y estará en la tierra gloriosa, la cual será consumida en su poder”. La tierra gloriosa es Jerusalén, un lugar donde existió el antiguo Israel, y el nuevo poder que toma ese lugar es la Roma pagana. El mismo acontecimiento también se describe en la expan-sión horizontal del cuerno pequeño, que llega a la tierra gloriosa (Dan. 8:9). Entonces, resulta claro que el poder a cargo del mundo en ese momento es la Roma pagana.
Algunas pistas adicionales en el texto bíblico refuerzan esta apreciación. Por ejemplo, el “cobrador de tributos” debe aludir a César Augusto. Jesús nació durante su reinado, mientras María y José viajaron a Belén para el censo (Dan. 11:20). Además, según la profecía, a este gobernante le sucederá “un hombre despreciable” (Dan. 11:21). Según muestra la historia, el sucesor de Augusto fue Tiberio, un hijo adoptivo de Augusto. Se sabe que Tiberio fue una persona excéntrica y vil.
Lo más importante, según el texto bíblico, es que durante el reinado de Tiberio el “príncipe del pacto” sería destruido (Dan. 11:22). Indudablemente, esto se refiere a la crucifixión de Cristo, también llamado “Mesías Príncipe” (Dan. 9:25; ver además Mat. 27:33–50), ya que es ejecutado durante el reinado de Tiberio. La referencia a Jesús aquí como “el príncipe del pacto” es un marcador poderoso que nos ayuda a mostrar el flujo de los acontecimientos históricos, y además brinda a los lectores una evidencia poderosa del sor-prendente preconocimiento de Dios. Dios acertó en todo lo que ocurrió antes en estas profecías, por lo que sin duda podemos confiar en lo que él dice que sucederá en el futuro.
■ Incluso en medio de todos los acontecimientos políticos e históricos, en el pasaje se revela a Jesús de Nazaret, “el príncipe del pacto”. ¿Cómo nos muestra esto que, a pesar de toda la agitación y la intriga política, Jesús continúa siendo el centro de las Escrituras?
Notas EGW
Martes
Desde hacía varios siglos, las Escrituras estaban traducidas al griego, idioma extensamente difundido por todo el imperio romano. Los judíos se hallaban dispersos en todas partes; y su espera del Mesías era compartida hasta cierto punto por los gentiles. Entre aquellos a quienes los judíos llamaban gentiles, había hombres que entendían mejor que los maestros de Israel las profecías bíblicas concernientes a la venida del Mesías… Debía venir el verdadero Intérprete. Aquel que fuera prefigurado por todos los símbolos debía explicar su significado.
Dios había hablado al mundo por medio de la naturaleza, las figuras, los símbolos, los patriarcas y los profetas. Las lecciones debían ser dadas a la humanidad en su propio lenguaje. El Mensajero del pacto debía hablar. Su voz debía oírse en su propio templo. Cristo debía venir para pronunciar palabras que pudiesen comprenderse clara y distintamente. El, el Autor de la verdad, debía separar la verdad del tamo de las declaraciones humanas que habían anulado su efecto. Los principios del gobierno de Dios y el plan de redención debían ser definidos claramente. Las lecciones del Antiguo Testamento debían ser presentadas plenamente a los hombres (El Deseado de todas las gentes, pp. 24, 25).
Cristo es nuestro Redentor. Él es la Palabra que se hizo carne y habitó entre nosotros. Él es la Fuente en la cual podemos ser lavados y limpiados de toda impureza. Él es el Sacrificio costosísimo que ha sido dado para la reconciliación del hombre. El universo celestial, los mundos no caídos, el mundo caído, y la confederación del mal, no pueden decir que Dios pudiera hacer algo más de lo que ha hecho por la salvación del hombre. Su Don nunca podrá ser superado; él nunca podrá demostrar una riqueza de amor más profunda. El Calvario representa su obra culminante. Le corresponde al ser humano responder a su gran amor, apropiándose de esta gran salvación que la bendición del Señor le ha hecho posible obtener (Exaltad a Jesús, p. 226).
Cristo es el centro de toda verdadera doctrina. Toda religión verdadera se halla en su Palabra y en la naturaleza. Él es Aquel en quien se concentran nuestras esperanzas de vida eterna; y el maestro que aprende de él halla ancla segura.
La Biblia nos presenta todo lo que la mente puede asir. Ella es nuestro alimento espiritual. Hemos de contemplar las obras maravillosas de Dios, y repetir a nuestros hijos las lecciones aprendidas, a fin de que podamos inducirlos a ver su habilidad, poder y grandeza en sus obras creadas.
¡Qué Dios es el nuestro! Él gobierna sobre su reino con diligencia y cuidado; y en derredor de sus súbditos ha erigido una valla: los Diez Mandamientos, para preservarlos de los resultados de la transgresión. Al requerir que se obedezcan las leyes de su reino, Dios da a su pueblo salud y felicidad, paz y gozo. Les enseña que la perfección del carácter que él desea puede alcanzarse únicamente familiarizándose con su Palabra (Consejos para los maestros, pp. 438, 439).
Martes
Desde hacía varios siglos, las Escrituras estaban traducidas al griego, idioma extensamente difundido por todo el imperio romano. Los judíos se hallaban dispersos en todas partes; y su espera del Mesías era compartida hasta cierto punto por los gentiles. Entre aquellos a quienes los judíos llamaban gentiles, había hombres que entendían mejor que los maestros de Israel las profecías bíblicas concernientes a la venida del Mesías… Debía venir el verdadero Intérprete. Aquel que fuera prefigurado por todos los símbolos debía explicar su significado.
Dios había hablado al mundo por medio de la naturaleza, las figuras, los símbolos, los patriarcas y los profetas. Las lecciones debían ser dadas a la humanidad en su propio lenguaje. El Mensajero del pacto debía hablar. Su voz debía oírse en su propio templo. Cristo debía venir para pronunciar palabras que pudiesen comprenderse clara y distintamente. El, el Autor de la verdad, debía separar la verdad del tamo de las declaraciones humanas que habían anulado su efecto. Los principios del gobierno de Dios y el plan de redención debían ser definidos claramente. Las lecciones del Antiguo Testamento debían ser presentadas plenamente a los hombres (El Deseado de todas las gentes, pp. 24, 25).
Cristo es nuestro Redentor. Él es la Palabra que se hizo carne y habitó entre nosotros. Él es la Fuente en la cual podemos ser lavados y limpiados de toda impureza. Él es el Sacrificio costosísimo que ha sido dado para la reconciliación del hombre. El universo celestial, los mundos no caídos, el mundo caído, y la confederación del mal, no pueden decir que Dios pudiera hacer algo más de lo que ha hecho por la salvación del hombre. Su Don nunca podrá ser superado; él nunca podrá demostrar una riqueza de amor más profunda. El Calvario representa su obra culminante. Le corresponde al ser humano responder a su gran amor, apropiándose de esta gran salvación que la bendición del Señor le ha hecho posible obtener (Exaltad a Jesús, p. 226).
Cristo es el centro de toda verdadera doctrina. Toda religión verdadera se halla en su Palabra y en la naturaleza. Él es Aquel en quien se concentran nuestras esperanzas de vida eterna; y el maestro que aprende de él halla ancla segura.
La Biblia nos presenta todo lo que la mente puede asir. Ella es nuestro alimento espiritual. Hemos de contemplar las obras maravillosas de Dios, y repetir a nuestros hijos las lecciones aprendidas, a fin de que podamos inducirlos a ver su habilidad, poder y grandeza en sus obras creadas.
¡Qué Dios es el nuestro! Él gobierna sobre su reino con diligencia y cuidado; y en derredor de sus súbditos ha erigido una valla: los Diez Mandamientos, para preservarlos de los resultados de la transgresión. Al requerir que se obedezcan las leyes de su reino, Dios da a su pueblo salud y felicidad, paz y gozo. Les enseña que la perfección del carácter que él desea puede alcanzarse únicamente familiarizándose con su Palabra (Consejos para los maestros, pp. 438, 439).
Miércoles 18 de marzo
LA POTENCIA SIGUIENTE
Lee Daniel 11:29 al 39. ¿Qué es este poder que surge después de la Roma pagana?
Daniel 11:29 al 39 se refiere a un nuevo sistema de poder. Aunque este sistema viene a continuación del Imperio Romano pagano y hereda algunas características de su predecesor, al mismo tiempo parece ser diferente en algunos aspectos. El texto bíblico dice que “no será la postrera venida como la primera” (Dan. 11:29). A medida que avanzamos, encontramos que actúa como un poder religioso. Dirige su ataque principalmente contra Dios y su pueblo. Veamos algunas de las prácticas perpetradas por este rey.
En primer lugar, “se enojará contra el pacto santo” (Dan. 11:30). Esta debe ser una referencia al pacto de salvación de Dios, al que este rey se opone.
En segundo lugar, este rey exhibirá fuerzas que “profanarán el San-tuario” y “quitarán el continuo sacrificio” (Dan. 11:31). En Daniel 8 vimos que el cuerno pequeño derriba los cimientos del “Santuario” de Dios y quita “el continuo sacrificio” (Dan. 8:11). Esto debe interpretarse como un ataque espiritual contra la obra de Cristo en el Santuario celestial.
En tercer lugar, como consecuencia de su ataque al Santuario, este poder pone la “abominación desoladora” en el Templo de Dios. La expresión pa-ralela, “prevaricación asoladora”, apunta a los actos de apostasía y rebelión del cuerno pequeño (Dan. 8:13).
En cuarto lugar, este poder persigue al pueblo de Dios: “También algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado” (Dan. 11:35). Esto nos recuerda al cuerno pequeño, que derribó a parte del ejército y algunas estrellas, y las pisoteó (Dan. 8:10; comparar con Dan. 7:25).
En quinto lugar, este rey “hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará mara-villas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá” (Dan. 11:36). Como era de esperar, el cuerno pequeño también habla “grandes cosas” (Dan. 7:8), incluso contra Dios (Dan. 7:25).
■ Podrían mencionarse otras similitudes, pero, considerando lo que leemos en Da-niel 7 y 8, ¿quién es este poder y por qué es tan importante que seamos firmes al identificarlo, a pesar de las presiones sociales?
Notas EGW
Miércoles
El mandamiento que el mundo invalida es el que, por esa misma razón, el pueblo de Dios deberá honrar en gran manera. Se llama a los fieles Calebs en un momento cuando los incrédulos desprecian la Palabra de Dios. Entonces han de permanecer firmes en el puesto del deber sin ostentación y sin vacilar a causa de los vituperios… Los que hoy son fieles a Dios manifestarán ese mismo espíritu…
Cuando los hombres se acercan bien a Jesús, cuando Cristo mora en sus corazones mediante la fe, entonces su amor a los mandamientos de Dios se fortalece en proporción al desprecio que el mundo acumula sobre sus santos preceptos…
Los que poseen la verdad como ha sido revelada por Jesús, no deben aprobar ni aun con su silencio la obra del ministerio de iniquidad. Jamás dejen de dar la nota de alarma… No hay que ocultar la verdad, no hay que negarla ni disfrazarla, sino que hay que presentarla plenamente y proclamarla con osadía (Maranata, el Señor viene, p. 247).
Los protestantes consideran hoy al romanismo con más favor que años atrás. En los países donde no predomina y donde los partidarios del papa siguen una política de conciliación para ganar influjo, se nota una indiferencia creciente respecto a las doctrinas que separan a las iglesias reformadas de la jerarquía papal; entre los protestantes está ganando terreno la opinión de que, al fin y al cabo, en los puntos vitales las divergencias no son tan grandes como se suponía, y que unas pequeñas concesiones de su parte los pondrían en mejor inteligencia con Roma…
Los defensores del papado declaran que la iglesia ha sido calumniada, y el mundo protestante se inclina a creerlo. Muchos sostienen que es injusto juzgar a la iglesia de nuestros días por las abominaciones y los absurdos que la caracterizaron cuando dominaba en los siglos de ignorancia y de tinieblas. Tratan de excusar sus horribles crueldades como si fueran resultado de la barbarie de la época, y arguyen que las influencias de la civilización moderna han modificado los sentimientos de ella (El conflicto de los siglos, pp. 551, 552).
La Palabra de Dios ha dado advertencias respecto a tan inminente peligro; descuide estos avisos y el mundo protestante sabrá cuáles son los verdaderos propósitos de Roma, pero ya será tarde para salir de la trampa. Roma está aumentando sigilosamente su poder. Sus doctrinas están ejerciendo su influencia en las cámaras legislativas, en las iglesias y en los corazones de los hombres. Ya está levantando sus soberbios e imponentes edificios en cuyos secretos recintos reanudará sus antiguas persecuciones. Está acumulando ocultamente sus fuerzas y sin despertar sospechas para alcanzar sus propios fines y para dar el golpe en su debido tiempo. Todo lo que Roma desea es asegurarse alguna ventaja, y esta ya le ha sido concedida. Pronto veremos y palparemos los propósitos del romanismo. Cualquiera que crea u obedezca a la Palabra de Dios incurrirá en oprobio y persecución (El conflicto de los siglos, p. 567).
Miércoles
El mandamiento que el mundo invalida es el que, por esa misma razón, el pueblo de Dios deberá honrar en gran manera. Se llama a los fieles Calebs en un momento cuando los incrédulos desprecian la Palabra de Dios. Entonces han de permanecer firmes en el puesto del deber sin ostentación y sin vacilar a causa de los vituperios… Los que hoy son fieles a Dios manifestarán ese mismo espíritu…
Cuando los hombres se acercan bien a Jesús, cuando Cristo mora en sus corazones mediante la fe, entonces su amor a los mandamientos de Dios se fortalece en proporción al desprecio que el mundo acumula sobre sus santos preceptos…
Los que poseen la verdad como ha sido revelada por Jesús, no deben aprobar ni aun con su silencio la obra del ministerio de iniquidad. Jamás dejen de dar la nota de alarma… No hay que ocultar la verdad, no hay que negarla ni disfrazarla, sino que hay que presentarla plenamente y proclamarla con osadía (Maranata, el Señor viene, p. 247).
Los protestantes consideran hoy al romanismo con más favor que años atrás. En los países donde no predomina y donde los partidarios del papa siguen una política de conciliación para ganar influjo, se nota una indiferencia creciente respecto a las doctrinas que separan a las iglesias reformadas de la jerarquía papal; entre los protestantes está ganando terreno la opinión de que, al fin y al cabo, en los puntos vitales las divergencias no son tan grandes como se suponía, y que unas pequeñas concesiones de su parte los pondrían en mejor inteligencia con Roma…
Los defensores del papado declaran que la iglesia ha sido calumniada, y el mundo protestante se inclina a creerlo. Muchos sostienen que es injusto juzgar a la iglesia de nuestros días por las abominaciones y los absurdos que la caracterizaron cuando dominaba en los siglos de ignorancia y de tinieblas. Tratan de excusar sus horribles crueldades como si fueran resultado de la barbarie de la época, y arguyen que las influencias de la civilización moderna han modificado los sentimientos de ella (El conflicto de los siglos, pp. 551, 552).
La Palabra de Dios ha dado advertencias respecto a tan inminente peligro; descuide estos avisos y el mundo protestante sabrá cuáles son los verdaderos propósitos de Roma, pero ya será tarde para salir de la trampa. Roma está aumentando sigilosamente su poder. Sus doctrinas están ejerciendo su influencia en las cámaras legislativas, en las iglesias y en los corazones de los hombres. Ya está levantando sus soberbios e imponentes edificios en cuyos secretos recintos reanudará sus antiguas persecuciones. Está acumulando ocultamente sus fuerzas y sin despertar sospechas para alcanzar sus propios fines y para dar el golpe en su debido tiempo. Todo lo que Roma desea es asegurarse alguna ventaja, y esta ya le ha sido concedida. Pronto veremos y palparemos los propósitos del romanismo. Cualquiera que crea u obedezca a la Palabra de Dios incurrirá en oprobio y persecución (El conflicto de los siglos, p. 567).
Jueves 19 de marzo
LOS ACONTECIMIENTOS FINALES
Lee Daniel 11:40 al 45. ¿Qué es lo que ocurre aquí?
Las siguientes frases nos ayudan a entender este pasaje:
Tiempo del fin: La expresión “tiempo del fin” solo aparece en Daniel (Dan. 8:17; Dan. 11:35, 40 [NTV, BJ]; Dan. 12:4, 9). La exploración de las profecías de Daniel indica que el tiempo del fin se extiende desde la caída del Papado en 1798 hasta la resurrección de los muertos (Dan. 12:2).
Rey del norte: Este nombre en primer lugar designa geográficamente a la dinastía seléucida, pero luego se refiere a la Roma pagana y finalmente a la Roma papal. Por lo tanto, no describe una ubicación geográfica, sino al enemigo espiritual del pueblo de Dios. Además, deberíamos notar que el rey del norte representa una falsificación del Dios verdadero, que en la Biblia está simbólicamente asociado con el norte (Isa. 14:13).
Rey del sur: Este nombre en primer lugar designa a la dinastía ptole-maica de Egipto, al sur de Tierra Santa. Pero, a medida que transcurre la profecía, adquiere una dimensión teológica, y algunos eruditos lo asocian con el ateísmo. Como dice Elena de White, al hacer un comentario sobre la referencia a Egipto en Apocalipsis 11:8: “Esto es ateísmo” (CS 273).
El monte glorioso y santo: en la época del Antiguo Testamento, esta ex-presión se refería a Sion, la capital y el corazón de Israel, que está ubicada geográficamente en la Tierra Prometida. Después de la Cruz, el pueblo de Dios ya no se define por líneas étnicas ni geográficas. Por lo tanto, el monte santo debe ser una designación simbólica del pueblo de Dios diseminado por todo el mundo.
Por lo tanto, tal vez podamos interpretar los acontecimientos de este modo:
(1) El rey del sur ataca al rey del norte: la Revolución Francesa intentó erradicar la religión y derrotar al Papado, pero fracasó. (2) El rey del norte ataca y derrota al rey del sur: las fuerzas de la religión encabezadas por el Papado y sus aliados finalmente vencerán a las fuerzas del ateísmo y for-marán una coalición con el enemigo derrotado. (3) Edom, Moab y la mayoría de los hijos de Amón escaparán: algunos de los que no se cuentan entre el verdadero pueblo de Dios se unirán al redil en la última hora. (4) El rey del norte se prepara para atacar el monte santo, pero llega a su fin: las fuerzas del mal son destruidas y se establece el Reino de Dios.
■ ¿Cómo podemos encontrar consuelo al saber que, al final, Dios y su pueblo saldrán victoriosos?
Notas EGW
Jueves
Hemos llegado al período predicho en estos pasajes. El tiempo del fin ha llegado, las visiones de los profetas están deselladas, y sus solemnes amonestaciones nos indican que la venida de nuestro Señor en gloria está cercana.
Los judíos interpretaron erróneamente y aplicaron mal la palabra de Dios, y no reconocieron el tiempo de su visitación. Esos años del ministerio de Cristo y sus apóstoles —los preciosos últimos años de gracia concedidos al pueblo escogido— los dedicaron a tramar la destrucción de los mensajeros del Señor. Las ambiciones terrenales los absorbieron, y el ofrecimiento del reino espiritual les fue hecho en vano. Así también hoy el reino de este mundo absorbe los pensamientos de los hombres, y no toman nota de las profecías que se cumplen rápidamente y de los indicios de que el reino de Dios llega presto (El Deseado de todas las gentes, p. 202).
Nuestra única esperanza reside en Cristo. Dios quiere que su pueblo gane victorias diariamente… Mediante sus dones celestiales, el Señor ha hecho amplia provisión para su pueblo. Un padre terrenal no le puede dar a su hijo un carácter santificado. No puede transferirle su propio carácter. Solo Dios puede transmitírnoslo. Cristo sopló sobre sus discípulos y les dijo: “Tomad el Espíritu Santo”. Este es el gran don del cielo. Cristo les impartió su propia santificación mediante el Espíritu. Los embebió con su poder para que pudieran ganar almas para el evangelio. En adelante Cristo viviría a través de sus facultades, y hablaría a través de sus palabras. Fueron privilegiados al saber que en lo futuro él y ellos serían uno. Debían apreciar sus principios y permitir que su Espíritu los dirigiera. En ese caso no seguirían más sus propios caminos ni hablarían sus propias palabras. Las que hablaran, procederían de un corazón santificado, y de labios santificados. Ya no vivirían por más tiempo su vida egoísta; Cristo viviría en ellos… Les concedería la gloria que tenía con el Padre, para que él y ellos fueran uno con Dios (Hijos e hijas de Dios, p. 296).
¿Se decidirá el hombre aferrarse del poder divino, y con determinación y perseverancia resistir a Satanás, siguiendo el ejemplo que Cristo le dio en su conflicto con el enemigo en el desierto de la tentación? Dios no puede salvar al hombre contra su voluntad del poder de los artificios de Satanás. El hombre debe trabajar con su poder humano, ayudado con el poder divino de Cristo, para resistir y vencer a cualquier costo. En otras palabras, el hombre debe vencer tal como Cristo venció. Y luego, por medio de la victoria que es privilegio suyo lograr por el nombre todopoderoso de Jesús, él puede llegar a ser un heredero de Dios y coheredero con Cristo Jesús. No podría ser este el caso si solo Cristo ganara todas las victorias. El hombre debe hacer su parte; puede vencer por su propio esfuerzo, usando la fortaleza y la gracia que Cristo le concede. El hombre debe ser un obrero con Cristo en la tarea de vencer, y entonces será participante con Cristo de su gloria (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 36).
Jueves
Hemos llegado al período predicho en estos pasajes. El tiempo del fin ha llegado, las visiones de los profetas están deselladas, y sus solemnes amonestaciones nos indican que la venida de nuestro Señor en gloria está cercana.
Los judíos interpretaron erróneamente y aplicaron mal la palabra de Dios, y no reconocieron el tiempo de su visitación. Esos años del ministerio de Cristo y sus apóstoles —los preciosos últimos años de gracia concedidos al pueblo escogido— los dedicaron a tramar la destrucción de los mensajeros del Señor. Las ambiciones terrenales los absorbieron, y el ofrecimiento del reino espiritual les fue hecho en vano. Así también hoy el reino de este mundo absorbe los pensamientos de los hombres, y no toman nota de las profecías que se cumplen rápidamente y de los indicios de que el reino de Dios llega presto (El Deseado de todas las gentes, p. 202).
Nuestra única esperanza reside en Cristo. Dios quiere que su pueblo gane victorias diariamente… Mediante sus dones celestiales, el Señor ha hecho amplia provisión para su pueblo. Un padre terrenal no le puede dar a su hijo un carácter santificado. No puede transferirle su propio carácter. Solo Dios puede transmitírnoslo. Cristo sopló sobre sus discípulos y les dijo: “Tomad el Espíritu Santo”. Este es el gran don del cielo. Cristo les impartió su propia santificación mediante el Espíritu. Los embebió con su poder para que pudieran ganar almas para el evangelio. En adelante Cristo viviría a través de sus facultades, y hablaría a través de sus palabras. Fueron privilegiados al saber que en lo futuro él y ellos serían uno. Debían apreciar sus principios y permitir que su Espíritu los dirigiera. En ese caso no seguirían más sus propios caminos ni hablarían sus propias palabras. Las que hablaran, procederían de un corazón santificado, y de labios santificados. Ya no vivirían por más tiempo su vida egoísta; Cristo viviría en ellos… Les concedería la gloria que tenía con el Padre, para que él y ellos fueran uno con Dios (Hijos e hijas de Dios, p. 296).
¿Se decidirá el hombre aferrarse del poder divino, y con determinación y perseverancia resistir a Satanás, siguiendo el ejemplo que Cristo le dio en su conflicto con el enemigo en el desierto de la tentación? Dios no puede salvar al hombre contra su voluntad del poder de los artificios de Satanás. El hombre debe trabajar con su poder humano, ayudado con el poder divino de Cristo, para resistir y vencer a cualquier costo. En otras palabras, el hombre debe vencer tal como Cristo venció. Y luego, por medio de la victoria que es privilegio suyo lograr por el nombre todopoderoso de Jesús, él puede llegar a ser un heredero de Dios y coheredero con Cristo Jesús. No podría ser este el caso si solo Cristo ganara todas las victorias. El hombre debe hacer su parte; puede vencer por su propio esfuerzo, usando la fortaleza y la gracia que Cristo le concede. El hombre debe ser un obrero con Cristo en la tarea de vencer, y entonces será participante con Cristo de su gloria (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 36).
Viernes 20 de marzo
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Es interesante notar que, al menos en referencia a Daniel 11:29 al 39, Martín Lutero identificó la abominación desoladora de Daniel 11:31 con el Papado y sus doctrinas y prácticas. Por lo tanto, la correlación de Daniel 11 con Daniel 7 y 8 refuerza la opinión de Lutero y muchos otros comentaristas protestantes de que la institución del Papado y sus enseñanzas constituyen el cumplimiento de estas profecías en la historia. En este sentido, Elena de White dice: “Ninguna iglesia que estuviese dentro de los límites de la jurisdicción católico-romana gozó mucho tiempo en paz de su libertad de conciencia. No bien el Papado se hizo dueño del poder, extendió los brazos para aplastar a todo el que rehusara reconocer su gobierno; y una tras otra las iglesias se sometieron a su dominio” (CS 60).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cómo podemos ser sensibles a los sentimientos de los demás, pero sin transigir en lo que la Biblia enseña sobre el papel de Roma en los últimos días?
2. Daniel 11:33 dice: “Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo”. ¿Qué dice este versículo sobre el destino de algunos fieles de Dios?Además, ¿qué dice el versículo sobre lo que harán algunos de estos fieles antes de ser martirizados? ¿Cuál es el mensaje para nosotros hoy?
3. Daniel 11:36 dice: “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá”. ¿A quién y a qué te recuerda esto? (Ver Isa. 14:12–17; ver además 2 Tes. 2:1–4.)
4. Daniel 11:27, 29 y 35 utilizan la frase en lammo’ed, o en “el tiempo señalado o determinado” . ¿Qué nos dice eso, una vez más, sobre el control que Dios tiene sobre la historia?
Notas EGW
Viernes
Alza tu mirada, “Sutileza satánica”, p. 133.
Testimonios para la iglesia, t. 5, “Oh, ¡qué maravillosos privilegios se nos otorgan!”, p. 213.
Viernes
Alza tu mirada, “Sutileza satánica”, p. 133.
Testimonios para la iglesia, t. 5, “Oh, ¡qué maravillosos privilegios se nos otorgan!”, p. 213.
Dios lo bendiga!!!
- MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO -
Lección 1
Lección 1
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: Verso.
Enfoque del estudio:
Versos.
Introducción: Texto.
Temática de la lección:
1. Subtitulo1. Texto.
2. Subtitulo2. Texto.
Aplicación para la vida: Texto.
Parte II: COMENTARIO
Texto:
1. Subtitulo1.
Texto.
2. Subtitulo2.
Texto.
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
Texto.
Dios lo bendiga!!!
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