Historia Bíblica 12: Abraham e Isaac

Abraham e Isaac

Génesis 21:1–7, 22:1–19

Dios le había prometido a Abraham y a su esposa Sarah que tendrían un hijo y que sus descendientes se convertirían en una gran nación tan numerosa como las estrellas. El problema era que ambos eran demasiado viejos para tener hijos. (Génesis 12:1–3, 15:14, 17:15–22, 18:9–15).

Abraham se había desesperado tanto por tener un heredero que él tuvo un hijo, Ismael, por medio de la sirvienta de Sara, Agar. Dios prometió que los descendientes de Ismael también serían una gran nación. Cuando Dios le dijo a Abraham que le daría un hijo por medio de Sara, él se rió para sí porque era muy viejo. (Génesis 16,17:15–22).

Cuando Sara escuchó a los tres visitantes enviados por Dios que para ese día en un año ella tendría el hijo que Dios les había prometido, ella también se rio por incredulidad. Era imposible para ellos tener un hijo ahora. (Génesis 18:9–15).

Aún así el Señor fue bueno con Sara y cumplió su promesa. El próximo año milagrosamente, Abraham y Sara tuvieron un hijo.

Abraham, quién ahora tenía 100 años, le puso a su hijo el nombre “Isaac”. Isaac significa “él ríe”. Abraham vio crecer a su hijo amorosamente desde que era un bebe hasta que fue un niño pequeño.

Después Dios decidió poner a prueba a Abraham. “Toma a tu hijo a quien amas, Isaac, a la región de Moriah y sacrifícalo en una montaña que te mostraré.” Abraham sabía que Dios no quería que matara a su hijo, esto estaba en contra de la ley de Dios, pero él también sabía que debía obedecer y confiar en Dios. ¿Qué debía hacer?

Al día siguiente él cortó suficiente madera para una ofrenda, la puso sobre un burro y se fue con dos sirvientes y con Isaac a un viaje hacia Moriah.

Después de viajar por tres días, Abraham vio la montaña a la distancia. El dio instrucciones a los sirvientes de esperar mientras él iba a la montaña para adorar a Dios junto con Isaac.

Abraham tomo la madera de la ofrenda y se la dio a Isaac para que la cargara mientras él llevaba el fuego y el cuchillo.

En el camino Isaac preguntó, “¿Padre, la madera y el fuego están aquí, pero dónde está el cordero para la ofrenda?” Abraham respondió, “Dios mismo proveerá el cordero para el sacrificio”. Los dos continuaron subiendo hasta la cima de la montaña.

En la cima, Abraham construyó un altar, luego colocó la madera encima.

Después el acostó a Isaac sobre la madera. Él levantó su mano con el cuchillo...”¡Abraham!¡Abraham!” Un ángel del Señor paró la prueba. “No le hagas daño al niño. Sé que temes a Dios porque lo amas por encima de tu propio hijo”.

Abraham volteó y vio un carnero atrapado por sus cuernos. Él tomó al carnero y lo dio como ofrenda en lugar de Isaac. Él llamó a ese lugar, “El Señor proveerá”.

El ángel habló otra vez, “Como no has negado a tu hijo unigénito, Dios te bendecirá y hará a tus descendientes tan numerosos como las estrellas y las arenas del mar. Por medio de tu descendencia todas las naciones serán bendecidas porque tu me obedeciste”.