Lección de Escuela Sabática de Adultos 4to Trimestre 2019, Escuela Sabática Adultos 4to Trimestre 2019, Lección 4to Trimestre 2019,
Lección 3: Para el 19 de octubre de 2019
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Esdras 7:10; Nehemías 1:1–11; Daniel 9:24–27; Daniel 8; Romanos 8:28, 29; Romanos 9; Éxodo 3, 4.
PARA MEMORIZAR:
“Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que está en Jerusalén” (Esd. 7:27).
¿Llama Dios a cada persona a una tarea específica? ¿Existen criterios que hagan que alguien esté más calificado que otros para una determinada tarea? Esos criterios ¿son diferentes para los ojos humanos que para los de Dios? La mayoría probablemente diría que sí, especialmente a las dos últimas preguntas. Hay momentos en que Dios nos prepara, a través de la educación o las experiencias, para una tarea específica; en otras ocasiones, él nos elige para servir simplemente porque estamos dispuestos y somos humildes. Sin embargo, no siempre es fácil saber cuál es el llamado de Dios en nuestra vida, ¿verdad? No obstante, la Biblia está llena de historias de personas que Dios escogió para una tarea en particular.
Curiosamente, Esdras y Nehemías fueron llamados por Dios para una tarea específica: reconstruir lo que estaba en ruinas. Sin embargo, la reconstrucción, en este caso, implicaba varias tareas. Debían llevar al pueblo de Israel de regreso a Jerusalén, y reconstruir el Templo y la ciudad. Al mismo tiempo, debían enseñarle al pueblo acerca de Dios y, ante todo, guiarlo de vuelta a una relación de compromiso con él.
EL LLAMADO DE ESDRAS Y DE NEHEMÍAS
Podríamos decir que Esdras fue elegido por varias razones: (1) estaba dispuesto a ir; (2) era un líder; y (3) era un escriba y un maestro habilidoso. También hay razones adicionales que podríamos encontrar. Pero hay un versículo que quizá demuestra mejor por qué a Esdras se le dio esta tarea.
¿Qué dice Esdras 7:10 sobre Esdras? ¿Cómo pudo Esdras haber “preparado” o “dedicado” su corazón para buscar “la ley de Jehová” y lograrlo?
La palabra para “preparado” o “dedicado” es kun, en hebreo. La palabra se puede traducir como “preparado, decidido, dedicado, propuesto, entregado, estable o seguro”. Por lo tanto, el verdadero significado de esta declaración parece significar que Esdras se propuso firmemente en su corazón, o determinó en su corazón, buscar a Dios.
Después de llegar a Jerusalén, Esdras dio ejemplo de lo que significa estar dedicado a Dios, y enseñó la Palabra de Dios en Jerusalén durante trece años. Quizá le habrá parecido que no marcó ninguna diferencia durante esos trece años, pero luego, una vez que se concluyeron los muros, el pueblo convocó a una asamblea, no porque alguien lo haya obligado, sino porque quería hacerlo. La Palabra de Dios que habían escuchado de Esdras había echado raíces.
¿Por qué fue elegido Nehemías? Lee Nehemías 1:1 al 11.
Nehemías simpatizaba con Dios y con su pueblo. Se preocupó al descubrir que la obra en Jerusalén se había detenido. Nehemías sentía pasión por la causa y, al igual que Esdras, se ofreció como voluntario para la obra. Dios respondió sus oraciones y sus deseos. A veces tenemos la idea de que si amamos algo no debe ser de Dios, porque Dios solo nos dará tareas difíciles que quizá no queramos hacer. Pero, si andamos con Dios, el deseo de hacer algo que amamos, a menudo, es otorgado Dios. Dios quiere que sintamos pasión por lo que hacemos por él.
■ ¿Cómo has vivido la realidad de que Dios te llame a hacer por él las cosas que amas?
SINCRONIZACIÓN PROFÉTICA
En la primera lección de este trimestre, vimos que Dios llamó a Zorobabel (c. 538 a.C.) y a Esdras (457 a.C.) para ministerios especiales. En la segunda lección, consideramos el llamado de Dios a Nehemías (444 a.C.). Debemos comprender que estos llamados se efectuaron en armonía con la presciencia de Dios. Por ejemplo, Dios impulsó a Zorobabel para hacer una tarea específica en respuesta a la finalización de los setenta años de cautiverio que Jeremías había profetizado.
¿En qué año fue llamado Esdras al ministerio? Fue el mismo año en que el rey Artajerjes emitió un decreto. ¿Por qué ese año es importante en la profecía? Busca Daniel 9:24 al 27.
Daniel 9:25 declara que “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas”. La última semana de esta profecía se menciona en el versículo 27. Como una semana contiene siete días, una semana profética equivale a 7 años (Núm. 14:34; Eze. 4:5, 6). Por lo tanto, esta profecía habla de 70 semanas, lo que equivale a 490 años. La pregunta para responder es: ¿Cuál es la fecha de inicio de la profecía de las 70 semanas? El texto dice que será a partir del momento en que se dicte el decreto para restaurar y reconstruir Jerusalén.
Hubo un total de tres decretos relacionados con la restauración del pueblo judío. Ciro, Darío y Artajerjes dieron órdenes para las restauraciones. Sin embargo, solo el de Artajerjes incluye la preocupación por la ciudad de Jerusalén, y solo este decreto se asocia con la alabanza a Dios por su intervención (Esd. 7:27, 28).
Contamos el comienzo de la profecía de las 70 semanas desde el año 457 a.C., el séptimo año del rey Artajerjes I, como se menciona en Esdras 7:7 al 26. Adicionalmente, debido a que el año 457 a.C. también es el comienzo de la profecía de los 2.300 días de Daniel 8:14 (ver el estudio de la lección de mañana), este decreto sirve como punto de partida para estas dos profecías. Las 70 semanas terminan con el año 34 d.C., que es cuando se expandió la predicación del evangelio y también llegó a los gentiles (marcado por la persecución de la iglesia primitiva y el martirio de Esteban). La mitad de la última semana sería el año 31 d.C., que es cuando Jesús murió en la cruz.
■ Repasa la profecía de Daniel 9:24 al 27. ¿Cómo revela, con asombrosa precisión, el ministerio de Jesús? Una profecía como esta, ¿cómo debería ayudar a establecer firmemente nuestra fe?
LAS 70 SEMANAS Y LOS 2.300 DÍAS
La palabra “determinadas” que se encuentra en Daniel 9:24, “setenta semanas están determinadas”, significa literalmente “setenta semanas están cortadas”. Aunque la palabra traducida como “determinadas” no se usa en ninguna otra parte de la Biblia, se encuentra en la literatura judía, y significa “separar”de algo más grande. Como Daniel 8 presenta la profecía de los 2.300 años, cuyo punto de partida no se presenta en Daniel 8, lógicamente se deduce que cuando el siguiente capítulo (Dan. 9) habla de 490 años como “determinados” o “cortados”, solo pueden ser “cortados” de los 2.300 años proféticos mencionados en el capítulo anterior. A fin de cuentas, ¿de qué otra cosa se podría “cortar” este período, más que de un tiempo profético más extenso?
Lee Daniel 8. ¿Cuál fue la parte de la visión dada que no se explicó (ver especialmente Dan. 8:14, 26, 27)?
Hay muchas razones por las que la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:24 al 27 y la profecía de las 2.300 tardes y mañanas de Daniel 8:14 van unidas: (1) ambas son profecías de tiempo; (2) la terminología específica de “visión” y “entender” las vincula (ver Dan. 8:26, 27; 9:23); (3) ambas interpretaciones de las profecías fueron dadas por Gabriel (ver Dan. 8:16; 9:21); (4) la única parte de la visión que no se explicó en Daniel 8 era la visión sobre las 2.300 tardes y mañanas (algunas veces traducidas como “días”) de Daniel 8:14; (5) Daniel 8 contiene la visión y luego su interpretación parcial, mientras que Daniel 9 tiene solo una interpretación; en este caso, la interpretación de la única parte de Daniel 8 no interpretada, que era la profecía de los 2.300 días de Daniel 8:14, la única parte de la visión que Daniel no había entendido (ver Dan. 8:27).
La información que se nos da en Esdras llena las piezas faltantes de las predicciones de la profecía en el libro de Daniel; a saber, cuándo comenzar a contar históricamente el tiempo profético con respecto a los aspectos trascendentales del ministerio de Cristo y su obra en nuestro favor.
LA ELECCIÓN DE DIOS
Se habla mucho de que Dios nos elige o nos escoge para hacer algo. Hay muchas ideas diferentes sobre lo que significa esa elección. ¿Qué dice la Biblia?
Lee Romanos 8:28 y 29. ¿A qué nos llama Dios? ¿Para qué nos elige?
Este pasaje declara específicamente que Dios predestinó a los seres humanos a ser transformados a la imagen de su Hijo. No está diciendo que Dios nos predestine a ser salvos o condenados, ni que no tengamos opción en este asunto. En otras palabras, la elección es con el propósito de transformarnos. Debemos ser transformados para reflejar al Hijo de Dios. Esta transformación se promete luego en el siguiente versículo (Rom. 8:30), en el que Pablo, el autor, afirma que aquellos a quienes Dios llama también justifica y glorifica. Por lo tanto, la transformación no queda en nuestras manos, sino que Dios promete lograr esta transformación mediante su poder.
Lee Romanos 9. ¿Qué tipo de elección o llamado de Dios se describe en este capítulo?
En Romanos 9, Pablo aborda la elección de Dios para una tarea específica. Los israelitas fueron elegidos para llevar las buenas nuevas de Dios al mundo. La frase “a Jacob amé, mas a Esaú aborrecí” (Rom. 9:13) comúnmente se malinterpreta como que Dios amó solo a uno de los hermanos. Sin embargo, en el contexto de este pasaje, Pablo está diciendo que Jacob fue elegido; pero Esaú, no. ¿Para qué fue elegido Jacob? Para ser el padre de la nación israelita. Por lo tanto, hay dos tipos de elección. En primer lugar, Dios nos elige a cada uno de nosotros para la salvación y quiere que seamos transformados a la imagen de Jesús. En segundo lugar, Dios elige diferentes personas para tareas específicas.
■ ¿Por qué debería ser alentador saber que fuiste predestinado para la salvación? Sin embargo, eso no significa que tus elecciones no puedan hacer que pierdas la salvación que Dios ofrece. ¿Por qué?
NUESTRA RESPONSABILIDAD
Si Dios nos llama, todavía tenemos la opción de aceptar o rechazar ese llamado, al igual que tenemos la opción de aceptar o rechazar la salvación que él nos ofrece a todos. Él puede colocarnos en una posición particular, pero nosotros podemos decidir no seguir sus mandatos. Sí, él quiere que hagamos cosas específicas para él, al igual que nos llama a ser semejantes a él. La elección de Dios para una tarea específica es parte de su plan para nuestra salvación. Al hacer lo que él nos llama a hacer, revelamos en nuestra vida la realidad de la salvación que él nos ha dado.
Al rey Saúl le fue dada la posición de rey. Desdichadamente, Saúl nunca entregó totalmente su corazón a Dios, a pesar de la tarea que le fue encomendada. Solo porque alguien es llamado por Dios para hacer algo especial para él no significa que esta persona acepte a Dios. Nuestro libre albedrío sigue siendo el factor determinante y, si no seguimos la dirección de Dios, podemos perderlo todo.
Lee Éxodo 3 y 4. ¿Qué nos enseña esto acerca de lo que sucede cuando el Señor llama a alguien para una tarea?
Nuestra respuesta puede ser como la de Esdras y la de Nehemías, quienes fueron sin objeciones, o podemos ser como Moisés, que puso objeciones y excusas. Moisés finalmente fue, pero no sin antes intentar librarse del llamado. Se opuso, alegando que no era suficientemente bueno, que era un don nadie, y que no tenía un cargo importante. Entonces, ¿qué posibilidades había de que el Faraón lo escuchara? También le preocupaba que el pueblo judío no le creyera ni lo escuchara, y la obra sería en vano. Además, se quejó de que no estaba capacitado: “Soy tardo en el habla y torpe de lengua” (Éxo. 4:10), y de no tener las habilidades necesarias. Por último, directamente le pidió a Dios que enviara a otro. Y no obstante, al leer la historia de Moisés, descubrimos que este se convirtió en un líder poderoso aunque imperfecto. Fue alguien que fielmente hizo la tarea que el Señor le había pedido que hiciera.
■ ¿Qué excusas encontramos a menudo que nos impiden hacer las cosas que sabemos que el Señor quiere que hagamos?
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, Profetas y reyes, pp. 514-516, sobre la profecía de las 70 semanas y su cumplimiento histórico.
“El tiempo de la venida de Cristo, su ungimiento por el Espíritu Santo, su muerte y la proclamación del evangelio a los gentiles habían sido indicados de manera definida. Era el privilegio del pueblo judío comprender esas profecías, y reconocer su cumplimiento en la misión de Jesús. Cristo instó a sus discípulos a reconocer la importancia del estudio de la profecía. Refiriéndose a la que fue dada a Daniel con respecto a su tiempo, dijo: ‘El que lee, entienda’ (Mat. 24:15). Después de su resurrección explicó a los discípulos en ‘todos los profetas [...] lo que de él decían’ (Luc. 24:27). El Salvador había hablado por medio de todos los profetas. ‘El Espíritu de Cristo que estaba en ellos [...] anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos’ (1 Ped. 1:11)” (DTG 201).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Medita sobre esta idea de que Dios te está llamando a hacer algo que te encanta hacer. ¿Cuáles son algunos principios que podrías seguir para saber que estás haciendo la voluntad de Dios, no solo en el caso de algo que te encanta hacer, sino en general?
2. Lee la historia de Jonás y cómo respondió al llamado de Dios en su vida. ¿Qué lecciones podemos extraer de su experiencia? Al mismo tiempo, contrasta lo que hizo Jonás con lo que hizo Pablo cuando fue llamado por el Señor. (Ver Hech. 9:1-20.) ¿Cuáles fueron algunas de las principales diferencias entre ellos?
3. “La historia de Judas presenta el triste fin de una vida que podría haber sido honrada de Dios. Si Judas hubiese muerto antes de su último viaje a Jerusalén, habría sido considerado como un hombre digno de un lugar entre los Doce, y su desaparición habría sido muy sentida” (DTG 663). Piensa en la historia de Judas Iscariote. Su “llamado” ¿fue traicionar a Jesús? Si es así, ¿cuán justo sería eso para él? ¿Cómo podemos entender a Judas y las oportunidades que tuvo, en contraste con lo que finalmente terminó haciendo? ¿Qué lecciones podemos extraer de su historia sobre el poder del libre albedrío en nuestra vida?
Dios lo bendiga!!!
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: Esdras 7:10, 27; Romanos 8:28.
Enfoque del estudio: Esdras 7; Daniel 8:14; 9:24-27.
Dios llama a Esdras y a Nehemías para una tarea específica: reconstruir los muros y las puertas de Jerusalén. Pero, lo más importante es que Dios llama a estos hombres a “reconstruir” el remanente del pueblo de Dios para que una vez más actúen como misioneros para el mundo. Esdras responde al llamado de Dios para ser maestro de su Palabra. En compañía de un grupo de repatriados, viaja a Jerusalén para enseñar al pueblo acerca de Dios. Allí, Esdras prepara al pueblo para hacer la obra de restaurar Jerusalén. El reavivamiento espiritual siempre precede a la reforma en la vida; los actos decisivos son una consecuencia natural de ese reavivamiento. Por lo tanto, Esdras se dedica a educar al pueblo acerca de quién es Dios en un esfuerzo por inspirarlo a caminar plenamente con él.
Cuando Nehemías, un hombre de acción, aparece en escena, Dios lo llama a reconstruir específicamente las estructuras físicas de Jerusalén, a inspirar al pueblo a defender la justicia, a confiar en la protección de Dios y a impulsar reformas en la vida civil de la nación (la justicia y el cuidado de los menos favorecidos son una prioridad para Nehemías). Demuestra cómo es la vida de un cristiano, que vive cada día para Dios.
Además, esta lección confirma el decreto de Artajerjes, en Esdras 7, como la fecha de inicio para la profecía de los 2.300 días/años de Daniel 8:14 y para la profecía de la setenta semanas de Daniel 9:24 al 27. También se analiza la elección de Dios, en el contexto de Romanos 8 y 9.
Parte II: COMENTARIO
Período profético
Dios llama a Esdras al comienzo del período profético de las setenta semanas, descrito en Daniel 9:24 al 27. El inicio de este período profético coincide con la orden que dio Artajerjes de restaurar la ciudad de Jerusalén en el año 457 a.C. La lección de esta semana explica en detalle qué significó ese período profético y cómo se corresponde con la profecía de los 2.300 años. A través de la profecía, Dios demuestra especialmente que él está al mando de los acontecimientos y cuida de nuestro mundo. Además, Dios levanta a un profeta o líder sobre su pueblo al comienzo de cada período profético o tiempo de crisis en Israel, y también al final de cada período. Por ejemplo, Moisés llega en el momento del Éxodo, mientras que Josué llega al final de la estadía en el desierto, cuando el pueblo de Dios entra en la Tierra Prometida. El siguiente esquema demuestra que los profetas fueron llamados en un momento decisivo en la historia de la salvación, que coinciden con el principio y el fin de un período profético:
Por lo tanto, a partir de este esquema, podemos inferir un patrón del plan de trabajo de Dios. En el plan de redención de Dios, se expresan marcadores de tiempo proféticos específicos. Siempre que hay una crisis espiritual, Dios envía a profetas que cumplen su misión de llamar a la humanidad a volverse a Dios y a la obediencia a su Palabra.
Oportunidad personal
La elección también puede ser el llamado a cumplir una tarea específica, como en el caso de Esdras y Nehemías (y muchos otros siervos de Dios; ver Éxo. 3:9-12; Isa. 6:7, 8; Jer. 1:5-9). De la misma manera, nosotros somos llamados a reflejar el carácter de Jesús y hacer algo específico por Dios. Puede ser un trabajo que realicemos para él; una actividad que nos sintamos impulsados a hacer, como ayudar a alguien; o una carrera específica que dure toda la vida.
Cada uno de los líderes mencionados anteriormente fue escogido específicamente por Dios “para un momento como este” (Est. 4:14, NVI). Llamaron a la acción, al arrepentimiento y a un profundo compromiso con Dios. Esdras y Nehemías tuvieron que desempeñar el papel de líderes del pueblo de Dios al comienzo del período profético más largo. También exhortaron al pueblo a vivir para Dios y demostrar su compromiso a través de la fe y la acción. El pueblo regresó de Babilonia, inmerso en el estilo de vida babilónico y en la adoración de muchas deidades. Afortunadamente, a pesar de todos los demás problemas que afrontaron en su vida posexílica, la idolatría no fue uno de ellos. No obstante, su anterior pluralismo religioso no carecía de efectos perjudiciales.
A pesar de que la comunidad judía ya no adoraba ídolos, su idolatría anterior hizo necesario que Esdras y Nehemías le enseñaran nuevamente al pueblo lo que significaba adorar al Dios del cielo y vivir para él. Su forma aparentemente áspera de abordar situaciones (como los matrimonios mixtos en los últimos capítulos de Esdras y Nehemías) no debería sorprendernos, porque ambos líderes querían enseñarle al pueblo lo que significaba vivir una vida santa y cambiar radicalmente su estilo de vida impío. En consecuencia, tanto Esdras como Nehemías exigieron un compromiso sin reservas con Yahvéh, una reforma total y un servicio ferviente para con Dios.
Llamado a restaurar: una colaboración
Nehemías llegó a Jerusalén (445/444 a.C.) unos trece años después que el grupo de Esdras. Pero la misión de Nehemías de reconstruir Jerusalén no habría sido tan exitosa sin el trabajo de Esdras, quien se ocupó de enseñarle al pueblo acerca de Dios. En otras palabras, Dios utilizó a Esdras para “edificar” espiritualmente al pueblo a fin de que pudiera “edificar” estructuras físicas una vez que Nehemías llegara. Dios estaba obrando en segundo plano, preparando el corazón del pueblo y de los dos líderes. En última instancia, Dios no solo quería una Jerusalén restaurada; quería un pueblo restaurado que le perteneciera.
Por lo tanto, el trabajo principal de Esdras y de Nehemías era hacer volver al pueblo a Dios. No solo inspiraron al pueblo para la obra que se realizaría en las ruinas; lo más importante es que inspiraron al pueblo para que descubriera su fervor por Dios. Esdras y Nehemías modelaron ese fervor en su propia vida a través de la oración, el ayuno, la búsqueda de Dios y el actuar de acuerdo con la Palabra de Dios.
Tanto Esdras como Nehemías fueron elegidos para una tarea específica durante un momento estratégico de la historia. Fueron llamados como líderes, cada uno según su estilo único, sobre la base de sus talentos. Esdras era sacerdote y escriba; por lo tanto, su principal influencia fue a través de las enseñanzas de la Torá. Nehemías, por otro lado, era copero del rey, y tenía increíbles habilidades de liderazgo para motivar y reunir al pueblo para realizar un trabajo. Esdras era maestro; Nehemías era hacedor. Ambos eran líderes y, sin embargo, lideraban de manera diferente. Al mismo tiempo, los dos estilos de liderazgo eran importantes para la misión en cuestión. Se complementaron y cooperaron con el fin de lograr un cambio para Dios. Dios utilizó sus diferentes personalidades y pasiones para lograr un cambio en la nación.
En definitiva, nosotros somos responsables de lo que hacemos con la tarea o la función que Dios nos da. La decisión de terminar nuestra tarea con excelencia o con mediocridad recae sobre nosotros. Dios nos ayudará en cada paso del camino.
Sin embargo, él no hará por nosotros el trabajo que nos ha dado para hacer.
Podemos tener todos los dones debajo del Sol, pero si no los estamos usando para Dios son inútiles. A cada uno le toca decidir poner todo de sí en todo lo que Dios le pida que haga a pesar de la oposición. Esdras y Nehemías podrían haberse rendido, pero no lo hicieron. Perseveraron porque fijaron sus ojos en Dios. La importancia de su llamado pesó más que su temor a las consecuencias negativas que surgieron al defender al Señor. Estaban seguros de que su misión valía la pena.
Predestinación
Dios llamó o predestinó a su pueblo, la nación de Israel, para ser una luz en el mundo. Pablo plantea ese llamado en Romanos 9 al 11, puesto que los dirigentes de Israel no aceptaron a Jesucristo como su Mesías y Salvador. Sin embargo, el llamado de Dios no cambió, sino que se modificó, porque los valores de Dios y el don de salvación también debían revelarse a los gentiles. Dios llamó a gente específica para una tarea específica. Dios deseaba que los judíos creyentes y los gentiles fueran salvos, y que juntos fueran la luz del mundo y de bendición.
La predestinación en la Biblia tiene tres significados básicos:
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
Reflexión personal:
Dios lo bendiga!!!
EL LLAMADO DE DIOS
Sábado 12 de octubre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Esdras 7:10; Nehemías 1:1–11; Daniel 9:24–27; Daniel 8; Romanos 8:28, 29; Romanos 9; Éxodo 3, 4.
PARA MEMORIZAR:
“Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que está en Jerusalén” (Esd. 7:27).
¿Llama Dios a cada persona a una tarea específica? ¿Existen criterios que hagan que alguien esté más calificado que otros para una determinada tarea? Esos criterios ¿son diferentes para los ojos humanos que para los de Dios? La mayoría probablemente diría que sí, especialmente a las dos últimas preguntas. Hay momentos en que Dios nos prepara, a través de la educación o las experiencias, para una tarea específica; en otras ocasiones, él nos elige para servir simplemente porque estamos dispuestos y somos humildes. Sin embargo, no siempre es fácil saber cuál es el llamado de Dios en nuestra vida, ¿verdad? No obstante, la Biblia está llena de historias de personas que Dios escogió para una tarea en particular.
Curiosamente, Esdras y Nehemías fueron llamados por Dios para una tarea específica: reconstruir lo que estaba en ruinas. Sin embargo, la reconstrucción, en este caso, implicaba varias tareas. Debían llevar al pueblo de Israel de regreso a Jerusalén, y reconstruir el Templo y la ciudad. Al mismo tiempo, debían enseñarle al pueblo acerca de Dios y, ante todo, guiarlo de vuelta a una relación de compromiso con él.
Notas EGW
Sábado 12 de octubre - El llamado de Dios
En todo período de la historia de esta tierra, Dios tuvo hombres a quienes podía usar como instrumentos oportunos a los cuales dijo: "Sois mis testigos". En toda edad hubo hombres piadosos, que recogieron los rayos de luz que fulguraban en su senda, y hablaron al pueblo las palabras de Dios. Enoc, Noé, Moisés, Daniel y la larga lista de patriarcas y profetas, todos fueron ministros de justicia. No füeron infalibles; eran hombres débiles, sujetos a yerro; pero el Señor obró por su medio a medida que se entregaban a su servicio.
Desde su ascensión, Cristo, la gran cabeza de la iglesia, ha llevado a cabo su obra en el mundo pm medio de embajadores escogidos, mediante los cuales habla a los hijos de los hombres, y atiende a sus necesidades. La posición de aquellos que han sido llamados por Dios a trabajar en palabra y doctrina para la edificación de su iglesia, está rodeada de grave responsabilidad. Ocupan ellos el lugar de Cristo, en la obra de exhortar a hombres y mujeres a reconciliarse con Dios; y únicamente en la medida en que reciban de lo alto sabiduría y poder podrán cumplir su misión (Obreros evangélicos, p. 13).
Trabajar para Dios y la salvación de las almas es el llamado más elevado y noble que el hombre jamás haya recibido o pueda recibir. Las pérdidas y las ganancias en este aspecto son de gran importancia; porque los resultados no terminan con esta vida, sino que se extienden hacia la eternidad...
No importa a qué clase de negocio estéis dedicados, o a qué departamento de la obra estéis asignados, llevad vuestra religión con vosotros. Dios y el cielo no deben faltar en la expetiencia y obra de la vida. Los obreros en esta causa deben guardarse de no convertirse en hombres unilaterales, dejando que se vea solamente el aspecto mundanal de su carácter (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 387).
El mandato que dio el Salvador a los discípulos incluía a todos los creyentes en Cristo hasta el fín del tiempo. Es un error fatal suponer que la obra de salvar almas solo depende del ministro ordenado. Todos aquellos a quienes llegó la inspiración celestial, reciben el Evangelio en cometido. A todos los que reciben la vida de Cristo se les ordena trabajar para la salva.cióo de sus semejantes. La iglesia fue establecida para esta obra, y todos los que toman sus votos sagrados se comprometen por ello a colaborar con Cristo...
Cualquiera sea la vocación de uno en la vida, su primer interés debe ser ganar almas para Cristo. Tal vez no pueda hablar a las congregaciones, pero puede trabajar para los individuos. Puede comunicarles la instrucción recibida de su Señor. El ministerio no consiste solo en la predicación. Ministran aquellos que alivian a los enfermos y dolientes, que ayudan a los menesterosos, que dirigen palabras de consuelo a los abatidos y a los de poca fe. Cerca y lejos, hay almas abrumadas por un sentimiento de culpabilidad. No son las penurias, los trabajos ni la pobreza lo que degrada a la humanidad. Es la culpabilidad, el hacer lo malo. Esto trae inquietud y descontento. Cristo quiere que sus siervos ministren a las almas enfermas de pecado (El Deseado de todas lar gentes, p. 761 ).
Sábado 12 de octubre - El llamado de Dios
En todo período de la historia de esta tierra, Dios tuvo hombres a quienes podía usar como instrumentos oportunos a los cuales dijo: "Sois mis testigos". En toda edad hubo hombres piadosos, que recogieron los rayos de luz que fulguraban en su senda, y hablaron al pueblo las palabras de Dios. Enoc, Noé, Moisés, Daniel y la larga lista de patriarcas y profetas, todos fueron ministros de justicia. No füeron infalibles; eran hombres débiles, sujetos a yerro; pero el Señor obró por su medio a medida que se entregaban a su servicio.
Desde su ascensión, Cristo, la gran cabeza de la iglesia, ha llevado a cabo su obra en el mundo pm medio de embajadores escogidos, mediante los cuales habla a los hijos de los hombres, y atiende a sus necesidades. La posición de aquellos que han sido llamados por Dios a trabajar en palabra y doctrina para la edificación de su iglesia, está rodeada de grave responsabilidad. Ocupan ellos el lugar de Cristo, en la obra de exhortar a hombres y mujeres a reconciliarse con Dios; y únicamente en la medida en que reciban de lo alto sabiduría y poder podrán cumplir su misión (Obreros evangélicos, p. 13).
Trabajar para Dios y la salvación de las almas es el llamado más elevado y noble que el hombre jamás haya recibido o pueda recibir. Las pérdidas y las ganancias en este aspecto son de gran importancia; porque los resultados no terminan con esta vida, sino que se extienden hacia la eternidad...
No importa a qué clase de negocio estéis dedicados, o a qué departamento de la obra estéis asignados, llevad vuestra religión con vosotros. Dios y el cielo no deben faltar en la expetiencia y obra de la vida. Los obreros en esta causa deben guardarse de no convertirse en hombres unilaterales, dejando que se vea solamente el aspecto mundanal de su carácter (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 387).
El mandato que dio el Salvador a los discípulos incluía a todos los creyentes en Cristo hasta el fín del tiempo. Es un error fatal suponer que la obra de salvar almas solo depende del ministro ordenado. Todos aquellos a quienes llegó la inspiración celestial, reciben el Evangelio en cometido. A todos los que reciben la vida de Cristo se les ordena trabajar para la salva.cióo de sus semejantes. La iglesia fue establecida para esta obra, y todos los que toman sus votos sagrados se comprometen por ello a colaborar con Cristo...
Cualquiera sea la vocación de uno en la vida, su primer interés debe ser ganar almas para Cristo. Tal vez no pueda hablar a las congregaciones, pero puede trabajar para los individuos. Puede comunicarles la instrucción recibida de su Señor. El ministerio no consiste solo en la predicación. Ministran aquellos que alivian a los enfermos y dolientes, que ayudan a los menesterosos, que dirigen palabras de consuelo a los abatidos y a los de poca fe. Cerca y lejos, hay almas abrumadas por un sentimiento de culpabilidad. No son las penurias, los trabajos ni la pobreza lo que degrada a la humanidad. Es la culpabilidad, el hacer lo malo. Esto trae inquietud y descontento. Cristo quiere que sus siervos ministren a las almas enfermas de pecado (El Deseado de todas lar gentes, p. 761 ).
Domingo 13 de octubre
EL LLAMADO DE ESDRAS Y DE NEHEMÍAS
Podríamos decir que Esdras fue elegido por varias razones: (1) estaba dispuesto a ir; (2) era un líder; y (3) era un escriba y un maestro habilidoso. También hay razones adicionales que podríamos encontrar. Pero hay un versículo que quizá demuestra mejor por qué a Esdras se le dio esta tarea.
¿Qué dice Esdras 7:10 sobre Esdras? ¿Cómo pudo Esdras haber “preparado” o “dedicado” su corazón para buscar “la ley de Jehová” y lograrlo?
La palabra para “preparado” o “dedicado” es kun, en hebreo. La palabra se puede traducir como “preparado, decidido, dedicado, propuesto, entregado, estable o seguro”. Por lo tanto, el verdadero significado de esta declaración parece significar que Esdras se propuso firmemente en su corazón, o determinó en su corazón, buscar a Dios.
Después de llegar a Jerusalén, Esdras dio ejemplo de lo que significa estar dedicado a Dios, y enseñó la Palabra de Dios en Jerusalén durante trece años. Quizá le habrá parecido que no marcó ninguna diferencia durante esos trece años, pero luego, una vez que se concluyeron los muros, el pueblo convocó a una asamblea, no porque alguien lo haya obligado, sino porque quería hacerlo. La Palabra de Dios que habían escuchado de Esdras había echado raíces.
¿Por qué fue elegido Nehemías? Lee Nehemías 1:1 al 11.
Nehemías simpatizaba con Dios y con su pueblo. Se preocupó al descubrir que la obra en Jerusalén se había detenido. Nehemías sentía pasión por la causa y, al igual que Esdras, se ofreció como voluntario para la obra. Dios respondió sus oraciones y sus deseos. A veces tenemos la idea de que si amamos algo no debe ser de Dios, porque Dios solo nos dará tareas difíciles que quizá no queramos hacer. Pero, si andamos con Dios, el deseo de hacer algo que amamos, a menudo, es otorgado Dios. Dios quiere que sintamos pasión por lo que hacemos por él.
■ ¿Cómo has vivido la realidad de que Dios te llame a hacer por él las cosas que amas?
Notas EGW
Domingo 13 de octubre: El llamado de Esdras y de Nehemías
Dios escogió a Esdras para que fuese instrumento del bien para Israel y para que pudiese bonrar al sacerdocio, cuya gloria había quedado muy eclipsada durante el cautiverio. Esdras se desa1Tolló en un hombre de conocimientos extraordinarios, y llegó a ser "escriba diligente en la ley de Moisés". Vers. 6. Estas cualidades hicieron de él un hombre eminente en el reino medo-persa.
Llegó a ser Esdras un portavoz de Dios que educaba en los principios que rigen el cielo a cuantos le rodeaban. Durante los años restantes de su vida, tanto mientras estaba cerca de la corte del rey de Medo-Persia como cuando se hallaba en Jerusalén, su obra principal consistió en enseñar. A medida que comunicaba a otros las verdades que aprendía, aumentaba su propia capacidad para el trabajo. Era hombre piadoso y celoso. Fue delante del mundo un testimonio del poder que tiene la verdad bíblica para ennoblecer la vida diaria (Profetas y reyes, p. 447).
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligenlemente. la Palabra de Dios y esforzándose por conformar su vida con sus preceptos. Los tremendos y eternos resultados que están en juego exigeo de nosotros algo más que una religión imaginaria, de palabras y formas, que mantenga a la verdad en el atrio exterior...
¿Permitiremos que el ejemplo de Esdras nos enseñe cómo debiéramos usar nuestro conocimiento de las Escrituras? La vida de este siervo de Dios debiera ser una inspiración para nosotros para servir al Señor con corazón, mente y fuerza. Necesitamos primero dedicamos a conocer los requerimientos de Dios, y luego a practicarlos. Entonces podremos sembrar semillas de verdad que lleven fruto para vida eterna (Conflicto y valor, p. 260).
Como representantes suyos enlre los hombres, Cristo no elige a los ángeles que uuoca cayeron, sino a los seres humanos, hombres de pasiones iguales a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo mismo se revislió de la humanidad, para poder alcanzar a la humanidad. La divinidad necesitaba de la humanidad; porque se requería tanto lo divino como lo humano para traer la salvación al mundo. La divinidad necesitaba de la humanidad, para que esta pudiese proporcionar un medio de tener comunicaciones entre Dios y el hombre.
Con avidez casi impaciente, los ángeles aguardan nuestra cooperación; porque el hombre debe ser el medio de comunicación con el hombre. Y cuando nos entregamos a Cristo en una consagración de todo el corazón, los ángeles se regocijan de poder hablar por nuestras voces para revelar el amor de Dios".
Debemos ser colaboradores de Dios; pues él no tenninará su obra sin los instrumentos humanos...
El salvar almas debe ser la obra de la vida de todos los que profesan a Cristo. Somos deudores al mundo de la gracia que Dios nos concedió, de la luz que ha brillado sobre nosotros, y de la hermosura y el poder que hemos descubierto en la verdad (Servicio cristiano, pp. 1.3, 14).
Domingo 13 de octubre: El llamado de Esdras y de Nehemías
Dios escogió a Esdras para que fuese instrumento del bien para Israel y para que pudiese bonrar al sacerdocio, cuya gloria había quedado muy eclipsada durante el cautiverio. Esdras se desa1Tolló en un hombre de conocimientos extraordinarios, y llegó a ser "escriba diligente en la ley de Moisés". Vers. 6. Estas cualidades hicieron de él un hombre eminente en el reino medo-persa.
Llegó a ser Esdras un portavoz de Dios que educaba en los principios que rigen el cielo a cuantos le rodeaban. Durante los años restantes de su vida, tanto mientras estaba cerca de la corte del rey de Medo-Persia como cuando se hallaba en Jerusalén, su obra principal consistió en enseñar. A medida que comunicaba a otros las verdades que aprendía, aumentaba su propia capacidad para el trabajo. Era hombre piadoso y celoso. Fue delante del mundo un testimonio del poder que tiene la verdad bíblica para ennoblecer la vida diaria (Profetas y reyes, p. 447).
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligenlemente. la Palabra de Dios y esforzándose por conformar su vida con sus preceptos. Los tremendos y eternos resultados que están en juego exigeo de nosotros algo más que una religión imaginaria, de palabras y formas, que mantenga a la verdad en el atrio exterior...
¿Permitiremos que el ejemplo de Esdras nos enseñe cómo debiéramos usar nuestro conocimiento de las Escrituras? La vida de este siervo de Dios debiera ser una inspiración para nosotros para servir al Señor con corazón, mente y fuerza. Necesitamos primero dedicamos a conocer los requerimientos de Dios, y luego a practicarlos. Entonces podremos sembrar semillas de verdad que lleven fruto para vida eterna (Conflicto y valor, p. 260).
Como representantes suyos enlre los hombres, Cristo no elige a los ángeles que uuoca cayeron, sino a los seres humanos, hombres de pasiones iguales a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo mismo se revislió de la humanidad, para poder alcanzar a la humanidad. La divinidad necesitaba de la humanidad; porque se requería tanto lo divino como lo humano para traer la salvación al mundo. La divinidad necesitaba de la humanidad, para que esta pudiese proporcionar un medio de tener comunicaciones entre Dios y el hombre.
Con avidez casi impaciente, los ángeles aguardan nuestra cooperación; porque el hombre debe ser el medio de comunicación con el hombre. Y cuando nos entregamos a Cristo en una consagración de todo el corazón, los ángeles se regocijan de poder hablar por nuestras voces para revelar el amor de Dios".
Debemos ser colaboradores de Dios; pues él no tenninará su obra sin los instrumentos humanos...
El salvar almas debe ser la obra de la vida de todos los que profesan a Cristo. Somos deudores al mundo de la gracia que Dios nos concedió, de la luz que ha brillado sobre nosotros, y de la hermosura y el poder que hemos descubierto en la verdad (Servicio cristiano, pp. 1.3, 14).
Lunes 14 de octubre
SINCRONIZACIÓN PROFÉTICA
En la primera lección de este trimestre, vimos que Dios llamó a Zorobabel (c. 538 a.C.) y a Esdras (457 a.C.) para ministerios especiales. En la segunda lección, consideramos el llamado de Dios a Nehemías (444 a.C.). Debemos comprender que estos llamados se efectuaron en armonía con la presciencia de Dios. Por ejemplo, Dios impulsó a Zorobabel para hacer una tarea específica en respuesta a la finalización de los setenta años de cautiverio que Jeremías había profetizado.
¿En qué año fue llamado Esdras al ministerio? Fue el mismo año en que el rey Artajerjes emitió un decreto. ¿Por qué ese año es importante en la profecía? Busca Daniel 9:24 al 27.
Daniel 9:25 declara que “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas”. La última semana de esta profecía se menciona en el versículo 27. Como una semana contiene siete días, una semana profética equivale a 7 años (Núm. 14:34; Eze. 4:5, 6). Por lo tanto, esta profecía habla de 70 semanas, lo que equivale a 490 años. La pregunta para responder es: ¿Cuál es la fecha de inicio de la profecía de las 70 semanas? El texto dice que será a partir del momento en que se dicte el decreto para restaurar y reconstruir Jerusalén.
Hubo un total de tres decretos relacionados con la restauración del pueblo judío. Ciro, Darío y Artajerjes dieron órdenes para las restauraciones. Sin embargo, solo el de Artajerjes incluye la preocupación por la ciudad de Jerusalén, y solo este decreto se asocia con la alabanza a Dios por su intervención (Esd. 7:27, 28).
Contamos el comienzo de la profecía de las 70 semanas desde el año 457 a.C., el séptimo año del rey Artajerjes I, como se menciona en Esdras 7:7 al 26. Adicionalmente, debido a que el año 457 a.C. también es el comienzo de la profecía de los 2.300 días de Daniel 8:14 (ver el estudio de la lección de mañana), este decreto sirve como punto de partida para estas dos profecías. Las 70 semanas terminan con el año 34 d.C., que es cuando se expandió la predicación del evangelio y también llegó a los gentiles (marcado por la persecución de la iglesia primitiva y el martirio de Esteban). La mitad de la última semana sería el año 31 d.C., que es cuando Jesús murió en la cruz.
■ Repasa la profecía de Daniel 9:24 al 27. ¿Cómo revela, con asombrosa precisión, el ministerio de Jesús? Una profecía como esta, ¿cómo debería ayudar a establecer firmemente nuestra fe?
Notas EGW
Lunes 14 de octubre: Sincronización profética
El Cielo se inclina para oír la ferviente súplica del profeta. Aun antes que haya terminado su ruego por perdón y restauración, se le aparece de nuevo el poderoso Gabriel y le llama la atención a la visión que había visto antes de la caída de Babilonia y la muerte de Belsasar. Y luego le esboza en detalle el período de las setenta semanas, que había de empezar cuando fuese dada "la palabra para restaurar y ediicar a Jemsalén". Vcrs. 25.
La oración de Daniel fue elevada "en el año primero de Darío" (Vers. 1 ), el monarca medo cuyo general, Ciro, liabía arrebatado a Babilonia el cetro del gobierno universal. El reinado de Darío fue honrado por Dios. A él fue enviado el ángel Gabriel, "para animarlo y fortalecerlo". Daniel 11: 1. Cuando murió, más o menos unos dos años después de la caída de Babilonia, Ciro le sucedió en el trono, y el comienzo de su reinado señaló el fin de los setenta años iniciados cuando la primera compañía de hebreos fue llevada de Judea a Babilonia por Nabucodonosor (Profetas y reyes, p. 408).
Los rabinos sabían que Jesús no había recibido instrucción en sus escuelas; y, sin embargo, su comprensión de las profecías excedía en mucho a la suya. En este reflexivo niño galileo discernían grandes promesas. Desearon asegurárselo como alumno, a fin de que Uegase a ser un maestro de Israel. Quedan encargarse de su educación, convencidos de que una mente tan original debía ser educada bajo su dirección.
Las palabras de Jesús habían conmovido sus corazones como nunca lo habían sido por palabras de labios humanos. Dios estaba tratando de dar luz a aquellos dirigentes de Israel, y empleaba el único medio por el cual podían ser alcanzados. Su orgullo se habría negado a admitir que podian recibir instrucción de alguno ... La modestia y gracia juvenil de Jesús desarmaba sus prejuicios. Inconscientemente se abrían sus mentes a la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo hablaba a sus corazones.
No podían sino ver que su expectativa concerniente al Mesías no estaba sostenida por la profecía; pero no querían renunciar a las teorías que habían halagado su ambición. No querían admitir que no habían interpretado correctamente las Escrituras que pretendían enseñar ... La luz estaba resplandeciendo en las tinieblas; "mas las tinieblas oo la comprendieron'' [Juan l:5] (EL Deseado de todas las gentes, p. 59).
[Los discípulos] comenzaron a comprender la naturaleza y extensión de su obra, a ver que habían de proclamar al mundo las verdades que se les habían encomendado. Los sucesos de la vida de Cristo, su muerte y resurrección, las profecías que señalaban estos sucesos, los misterios del plan de la salvación, el poder de Jesús para perdonar los pecados, de todas estas cosas habían sido testigos, y debían hacerlas conocer al mundo. Debían proclamar el Evangelio de paz y salvación mediante el arrepentimiento y el poder del Salvador (Los hechos de los apóstoles, p. 22).
Lunes 14 de octubre: Sincronización profética
El Cielo se inclina para oír la ferviente súplica del profeta. Aun antes que haya terminado su ruego por perdón y restauración, se le aparece de nuevo el poderoso Gabriel y le llama la atención a la visión que había visto antes de la caída de Babilonia y la muerte de Belsasar. Y luego le esboza en detalle el período de las setenta semanas, que había de empezar cuando fuese dada "la palabra para restaurar y ediicar a Jemsalén". Vcrs. 25.
La oración de Daniel fue elevada "en el año primero de Darío" (Vers. 1 ), el monarca medo cuyo general, Ciro, liabía arrebatado a Babilonia el cetro del gobierno universal. El reinado de Darío fue honrado por Dios. A él fue enviado el ángel Gabriel, "para animarlo y fortalecerlo". Daniel 11: 1. Cuando murió, más o menos unos dos años después de la caída de Babilonia, Ciro le sucedió en el trono, y el comienzo de su reinado señaló el fin de los setenta años iniciados cuando la primera compañía de hebreos fue llevada de Judea a Babilonia por Nabucodonosor (Profetas y reyes, p. 408).
Los rabinos sabían que Jesús no había recibido instrucción en sus escuelas; y, sin embargo, su comprensión de las profecías excedía en mucho a la suya. En este reflexivo niño galileo discernían grandes promesas. Desearon asegurárselo como alumno, a fin de que Uegase a ser un maestro de Israel. Quedan encargarse de su educación, convencidos de que una mente tan original debía ser educada bajo su dirección.
Las palabras de Jesús habían conmovido sus corazones como nunca lo habían sido por palabras de labios humanos. Dios estaba tratando de dar luz a aquellos dirigentes de Israel, y empleaba el único medio por el cual podían ser alcanzados. Su orgullo se habría negado a admitir que podian recibir instrucción de alguno ... La modestia y gracia juvenil de Jesús desarmaba sus prejuicios. Inconscientemente se abrían sus mentes a la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo hablaba a sus corazones.
No podían sino ver que su expectativa concerniente al Mesías no estaba sostenida por la profecía; pero no querían renunciar a las teorías que habían halagado su ambición. No querían admitir que no habían interpretado correctamente las Escrituras que pretendían enseñar ... La luz estaba resplandeciendo en las tinieblas; "mas las tinieblas oo la comprendieron'' [Juan l:5] (EL Deseado de todas las gentes, p. 59).
[Los discípulos] comenzaron a comprender la naturaleza y extensión de su obra, a ver que habían de proclamar al mundo las verdades que se les habían encomendado. Los sucesos de la vida de Cristo, su muerte y resurrección, las profecías que señalaban estos sucesos, los misterios del plan de la salvación, el poder de Jesús para perdonar los pecados, de todas estas cosas habían sido testigos, y debían hacerlas conocer al mundo. Debían proclamar el Evangelio de paz y salvación mediante el arrepentimiento y el poder del Salvador (Los hechos de los apóstoles, p. 22).
Martes 15 de octubre
LAS 70 SEMANAS Y LOS 2.300 DÍAS
La palabra “determinadas” que se encuentra en Daniel 9:24, “setenta semanas están determinadas”, significa literalmente “setenta semanas están cortadas”. Aunque la palabra traducida como “determinadas” no se usa en ninguna otra parte de la Biblia, se encuentra en la literatura judía, y significa “separar”de algo más grande. Como Daniel 8 presenta la profecía de los 2.300 años, cuyo punto de partida no se presenta en Daniel 8, lógicamente se deduce que cuando el siguiente capítulo (Dan. 9) habla de 490 años como “determinados” o “cortados”, solo pueden ser “cortados” de los 2.300 años proféticos mencionados en el capítulo anterior. A fin de cuentas, ¿de qué otra cosa se podría “cortar” este período, más que de un tiempo profético más extenso?
Lee Daniel 8. ¿Cuál fue la parte de la visión dada que no se explicó (ver especialmente Dan. 8:14, 26, 27)?
Hay muchas razones por las que la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:24 al 27 y la profecía de las 2.300 tardes y mañanas de Daniel 8:14 van unidas: (1) ambas son profecías de tiempo; (2) la terminología específica de “visión” y “entender” las vincula (ver Dan. 8:26, 27; 9:23); (3) ambas interpretaciones de las profecías fueron dadas por Gabriel (ver Dan. 8:16; 9:21); (4) la única parte de la visión que no se explicó en Daniel 8 era la visión sobre las 2.300 tardes y mañanas (algunas veces traducidas como “días”) de Daniel 8:14; (5) Daniel 8 contiene la visión y luego su interpretación parcial, mientras que Daniel 9 tiene solo una interpretación; en este caso, la interpretación de la única parte de Daniel 8 no interpretada, que era la profecía de los 2.300 días de Daniel 8:14, la única parte de la visión que Daniel no había entendido (ver Dan. 8:27).
La información que se nos da en Esdras llena las piezas faltantes de las predicciones de la profecía en el libro de Daniel; a saber, cuándo comenzar a contar históricamente el tiempo profético con respecto a los aspectos trascendentales del ministerio de Cristo y su obra en nuestro favor.
Notas EGW
Martes 15 de octubre: Las 70 semanas y los 2.300 días
Las setenta semanas -490 días- descontadas de los 2.300 días, quedaban 1.810 días. Concluidos los 490 días, quedaban aún por cumplirse los 1.810 días. Contando desde 34 de J.C. los l.810 años alcanzan al año 1844. Por consiguiente. los 2.300 días de (Daniel 8: 14) tenninaron en 1844. Al fin de este gran período profético, según el testimonio del ángel de Dios, "el santuario" debía ser "purificado". De este modo la fecha de la purificación del Santuario -la cual se creía casi universalmente que se verificaría en el segundo advenimiento de Cristo- quedó definitivamente establecida ...
Al empezar a estudiar las Sagradas Escrituras como lo hizo, para probar que son una revelación de Dios, Miller no tenía la menor idea de que llegaría a la conclusión a que había I legado. Apenas podía él mismo creer en los resultádos de su investigación. Pero las pruebas de la Santa Escritura eran demasiado evidentes y concluyentes para rechazarlas...
Así como Elíseo fue llamado cuando seguía a sus bueyes en el campo, para recibir el manto de la consagración al ministerio profético, así también Guillermo Miller fue llamado a dejar su arado y revelar al pueblo los misterios del reino de Dios. Con temblor dio p1incipio a su obra de conducir a sus oyentes paso a paso a través de los períodos proféticos basta el segundo advenimiento de Cristo. Con cada esfuerzo cobraba más energía y valor al ver el marcado interés que despertaban sus palabras (El conflicto de los siglos, pp. 376, 378).
Cuando el poder de Dios testifique acerca de la verdad, esta permanecerá para siempre como verdad. No debe aceptarse ninguna suposición posterior contraria a la luz que Dios ha dado. Se levantarán hombres cuyas interpretaciones de la Escritura les parecerá la verdad, pero no será la verdad. Dios nos ha dado la verdad para este tiempo como fundamento de nuestra fo. El mismo nos ha enseñado qué es la verdad. Se levantarán uno y otro con nueva luz que contradecirá la luz que Dios ha dado con demostraciones de su Espíritu Santo ...
No recibamos las palabras de los que vienen con un mensaje que contradiga los puntos esenciales de nuestra fe. Reúnen gran cantidad de textos de las Escrituras y los apilan como prueba de las teorías que sostienen. Esto se ha hecho una y otra vez... Mientras las Escrituras sean la palabra de Dios y deba ser respetada, si la aplicación de ellas modifica siquiera un pilar del fundamento que Dios ha sostenido estos cincuenta años, se comete un gran error. El que haga tal aplicación no conoce la maravillosa demostración del Espíritu Santo, que dio poder y fuerza a los mensajes pasados que llegaron al pueblo de Dios (El otro poder, pp. 31, 32).
Martes 15 de octubre: Las 70 semanas y los 2.300 días
Las setenta semanas -490 días- descontadas de los 2.300 días, quedaban 1.810 días. Concluidos los 490 días, quedaban aún por cumplirse los 1.810 días. Contando desde 34 de J.C. los l.810 años alcanzan al año 1844. Por consiguiente. los 2.300 días de (Daniel 8: 14) tenninaron en 1844. Al fin de este gran período profético, según el testimonio del ángel de Dios, "el santuario" debía ser "purificado". De este modo la fecha de la purificación del Santuario -la cual se creía casi universalmente que se verificaría en el segundo advenimiento de Cristo- quedó definitivamente establecida ...
Al empezar a estudiar las Sagradas Escrituras como lo hizo, para probar que son una revelación de Dios, Miller no tenía la menor idea de que llegaría a la conclusión a que había I legado. Apenas podía él mismo creer en los resultádos de su investigación. Pero las pruebas de la Santa Escritura eran demasiado evidentes y concluyentes para rechazarlas...
Así como Elíseo fue llamado cuando seguía a sus bueyes en el campo, para recibir el manto de la consagración al ministerio profético, así también Guillermo Miller fue llamado a dejar su arado y revelar al pueblo los misterios del reino de Dios. Con temblor dio p1incipio a su obra de conducir a sus oyentes paso a paso a través de los períodos proféticos basta el segundo advenimiento de Cristo. Con cada esfuerzo cobraba más energía y valor al ver el marcado interés que despertaban sus palabras (El conflicto de los siglos, pp. 376, 378).
Cuando el poder de Dios testifique acerca de la verdad, esta permanecerá para siempre como verdad. No debe aceptarse ninguna suposición posterior contraria a la luz que Dios ha dado. Se levantarán hombres cuyas interpretaciones de la Escritura les parecerá la verdad, pero no será la verdad. Dios nos ha dado la verdad para este tiempo como fundamento de nuestra fo. El mismo nos ha enseñado qué es la verdad. Se levantarán uno y otro con nueva luz que contradecirá la luz que Dios ha dado con demostraciones de su Espíritu Santo ...
No recibamos las palabras de los que vienen con un mensaje que contradiga los puntos esenciales de nuestra fe. Reúnen gran cantidad de textos de las Escrituras y los apilan como prueba de las teorías que sostienen. Esto se ha hecho una y otra vez... Mientras las Escrituras sean la palabra de Dios y deba ser respetada, si la aplicación de ellas modifica siquiera un pilar del fundamento que Dios ha sostenido estos cincuenta años, se comete un gran error. El que haga tal aplicación no conoce la maravillosa demostración del Espíritu Santo, que dio poder y fuerza a los mensajes pasados que llegaron al pueblo de Dios (El otro poder, pp. 31, 32).
Miércoles 16 de octubre
LA ELECCIÓN DE DIOS
Se habla mucho de que Dios nos elige o nos escoge para hacer algo. Hay muchas ideas diferentes sobre lo que significa esa elección. ¿Qué dice la Biblia?
Lee Romanos 8:28 y 29. ¿A qué nos llama Dios? ¿Para qué nos elige?
Este pasaje declara específicamente que Dios predestinó a los seres humanos a ser transformados a la imagen de su Hijo. No está diciendo que Dios nos predestine a ser salvos o condenados, ni que no tengamos opción en este asunto. En otras palabras, la elección es con el propósito de transformarnos. Debemos ser transformados para reflejar al Hijo de Dios. Esta transformación se promete luego en el siguiente versículo (Rom. 8:30), en el que Pablo, el autor, afirma que aquellos a quienes Dios llama también justifica y glorifica. Por lo tanto, la transformación no queda en nuestras manos, sino que Dios promete lograr esta transformación mediante su poder.
Lee Romanos 9. ¿Qué tipo de elección o llamado de Dios se describe en este capítulo?
En Romanos 9, Pablo aborda la elección de Dios para una tarea específica. Los israelitas fueron elegidos para llevar las buenas nuevas de Dios al mundo. La frase “a Jacob amé, mas a Esaú aborrecí” (Rom. 9:13) comúnmente se malinterpreta como que Dios amó solo a uno de los hermanos. Sin embargo, en el contexto de este pasaje, Pablo está diciendo que Jacob fue elegido; pero Esaú, no. ¿Para qué fue elegido Jacob? Para ser el padre de la nación israelita. Por lo tanto, hay dos tipos de elección. En primer lugar, Dios nos elige a cada uno de nosotros para la salvación y quiere que seamos transformados a la imagen de Jesús. En segundo lugar, Dios elige diferentes personas para tareas específicas.
■ ¿Por qué debería ser alentador saber que fuiste predestinado para la salvación? Sin embargo, eso no significa que tus elecciones no puedan hacer que pierdas la salvación que Dios ofrece. ¿Por qué?
Notas EGW
Miércoles 16 de octubre: La elección de Dios
Hablad al pueblo de Aquel que es "señalado entre diez mil", y "todo él codiciable". [Cantares 5:l0, 16] Las palabras solas no lo pueden contar. Refléjese en el carácter y manifiéstese en la vida. Cristo está retratándose en cada discípulo. Dios ha predestinado a cada uno a ser conforme "a la imagen de su Hijo". [Romanos 8:29] En cada uno, el longánimo amor de Cristo, su santidad, mansedumbre, misericordia y verdad, han de manifestarse al mundo...
El Salvador anhela manifestar su gracia e imprimir su carácter en el mundo entero. Es su posesión comprada, y anhela hacer a los hombres libres, puros y santos. Aunque Satanás obra para impedir este propósito, por la sangre derramada para el mundo hay triunfos que han de lograrse y que reportarán gloria a Dios y al Cordero. Cristo no quedará satisfecho hasta que la victoria sea completa, y él vea "del trabajo de su alma... y será saciado". [Isaías 53: 11] Todas las naciones de la tiera oirán el Evangelio de su gracia. o todos recibirán su gracia; pero "la posteridad le servirá; será ella contada por u.na generación de Jehová" [Salmo 22:30] (El Deseado de todas las gentes, pp. 766, 768).
Muchos reconocen que Jesucristo es el Salvador del mundo, pero al mismo tiempo se mantienen apartados de él y no aprovechan la ocasión de a1Tepentirse de sus pecados y de aceptar a Jesús corno a su Salvador personal. Su fe es simplemente el asentimiento de la verdad en su mente y en su juicio, pero la verdad no penetra en el corazón para que santifique el alma y transforme el carácter. "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conormes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó". Romanos 8:29, 30 (Mensajes selectos, t. 1, p. 456).
No hubo tma elección arbitraria de pa1te de Dios, por la cual Esaú fuera excluido de las bendiciones de la salvación. Los dones de su gracia mediante Cristo son gratuitos para todos. No hay elección, excepto la propia, por la cual alguien haya de perecer. Dios ha expuesto en su Palabra las condiciones de acuerdo con las cuales se elegirá a cada alma para la vida eterna: la obediencia a sus mandamientos, mediante la fe en Cristo. Dios ha elegido un carácter que está eu armonía con su ley, y todo el que alcance la norma requerida, entrará en el reino de la gloria. Cristo mismo dijo: "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida". "No todo el que me dice: Sefior, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos". Juan 3:36; Mateo 7:21 (Patriarcas y profetas, p. 207).
Miércoles 16 de octubre: La elección de Dios
Hablad al pueblo de Aquel que es "señalado entre diez mil", y "todo él codiciable". [Cantares 5:l0, 16] Las palabras solas no lo pueden contar. Refléjese en el carácter y manifiéstese en la vida. Cristo está retratándose en cada discípulo. Dios ha predestinado a cada uno a ser conforme "a la imagen de su Hijo". [Romanos 8:29] En cada uno, el longánimo amor de Cristo, su santidad, mansedumbre, misericordia y verdad, han de manifestarse al mundo...
El Salvador anhela manifestar su gracia e imprimir su carácter en el mundo entero. Es su posesión comprada, y anhela hacer a los hombres libres, puros y santos. Aunque Satanás obra para impedir este propósito, por la sangre derramada para el mundo hay triunfos que han de lograrse y que reportarán gloria a Dios y al Cordero. Cristo no quedará satisfecho hasta que la victoria sea completa, y él vea "del trabajo de su alma... y será saciado". [Isaías 53: 11] Todas las naciones de la tiera oirán el Evangelio de su gracia. o todos recibirán su gracia; pero "la posteridad le servirá; será ella contada por u.na generación de Jehová" [Salmo 22:30] (El Deseado de todas las gentes, pp. 766, 768).
Muchos reconocen que Jesucristo es el Salvador del mundo, pero al mismo tiempo se mantienen apartados de él y no aprovechan la ocasión de a1Tepentirse de sus pecados y de aceptar a Jesús corno a su Salvador personal. Su fe es simplemente el asentimiento de la verdad en su mente y en su juicio, pero la verdad no penetra en el corazón para que santifique el alma y transforme el carácter. "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conormes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó". Romanos 8:29, 30 (Mensajes selectos, t. 1, p. 456).
No hubo tma elección arbitraria de pa1te de Dios, por la cual Esaú fuera excluido de las bendiciones de la salvación. Los dones de su gracia mediante Cristo son gratuitos para todos. No hay elección, excepto la propia, por la cual alguien haya de perecer. Dios ha expuesto en su Palabra las condiciones de acuerdo con las cuales se elegirá a cada alma para la vida eterna: la obediencia a sus mandamientos, mediante la fe en Cristo. Dios ha elegido un carácter que está eu armonía con su ley, y todo el que alcance la norma requerida, entrará en el reino de la gloria. Cristo mismo dijo: "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida". "No todo el que me dice: Sefior, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos". Juan 3:36; Mateo 7:21 (Patriarcas y profetas, p. 207).
Jueves 17 de octubre
NUESTRA RESPONSABILIDAD
Si Dios nos llama, todavía tenemos la opción de aceptar o rechazar ese llamado, al igual que tenemos la opción de aceptar o rechazar la salvación que él nos ofrece a todos. Él puede colocarnos en una posición particular, pero nosotros podemos decidir no seguir sus mandatos. Sí, él quiere que hagamos cosas específicas para él, al igual que nos llama a ser semejantes a él. La elección de Dios para una tarea específica es parte de su plan para nuestra salvación. Al hacer lo que él nos llama a hacer, revelamos en nuestra vida la realidad de la salvación que él nos ha dado.
Al rey Saúl le fue dada la posición de rey. Desdichadamente, Saúl nunca entregó totalmente su corazón a Dios, a pesar de la tarea que le fue encomendada. Solo porque alguien es llamado por Dios para hacer algo especial para él no significa que esta persona acepte a Dios. Nuestro libre albedrío sigue siendo el factor determinante y, si no seguimos la dirección de Dios, podemos perderlo todo.
Lee Éxodo 3 y 4. ¿Qué nos enseña esto acerca de lo que sucede cuando el Señor llama a alguien para una tarea?
Nuestra respuesta puede ser como la de Esdras y la de Nehemías, quienes fueron sin objeciones, o podemos ser como Moisés, que puso objeciones y excusas. Moisés finalmente fue, pero no sin antes intentar librarse del llamado. Se opuso, alegando que no era suficientemente bueno, que era un don nadie, y que no tenía un cargo importante. Entonces, ¿qué posibilidades había de que el Faraón lo escuchara? También le preocupaba que el pueblo judío no le creyera ni lo escuchara, y la obra sería en vano. Además, se quejó de que no estaba capacitado: “Soy tardo en el habla y torpe de lengua” (Éxo. 4:10), y de no tener las habilidades necesarias. Por último, directamente le pidió a Dios que enviara a otro. Y no obstante, al leer la historia de Moisés, descubrimos que este se convirtió en un líder poderoso aunque imperfecto. Fue alguien que fielmente hizo la tarea que el Señor le había pedido que hiciera.
■ ¿Qué excusas encontramos a menudo que nos impiden hacer las cosas que sabemos que el Señor quiere que hagamos?
Notas EGW
Jueves 17 de octubre: Nuestra responsabilidad
En esta labor [como pastor de ovejas] Moisés se fue acercando al supremo Pastor. Llegó a unirse estrechamente con el Santo de Israel. Ya no se proponía hacer una gran obra. Procuraba hacer fielmente y como para Dios la tarea que le estaba encomendada. Reconocía la presencia de Dios en todo cuanto le rodeaba. La naturaleza entera le hablaba del Invisible. Conocía a Dios como Dios personal, y al meditar en su carácter se compenetraba cada vez más del sentido de su presencia. Hallaba refugio en los brazos del Eterno.
Habiendo experimentado todo esto, Moisés oyó la invitación del Cielo a cambiar el cayado del pastor por la vara de mando; a dejar su rebaño de ovejas para encargarse de la dirección de Israel. El mandato divino le encontró desc-0nfiado de sí mismo, torpe de palabra y tímido. Le abrumaba el sentimiento de su incapacidad para ser portavoz de Dios. Pero, poniendo toda su confianza en el Señor, aceptó la obra. La grandeza de su misión puso en ejercicio las mejores facultades de su espíritu. Dios bendijo su pronta obediencia, y Moisés llegó a ser elocuente y duefio de sí mismo, se llenó de esperanza y fue capa.citado para la mayor obra que fuera encomendada jamás a hombre alguno (El ministerio de curación, p. 377).
Hay quienes siempre presentan excusas por andar de acuerdo con los consejos del enemigo. Hay quienes piensan que porque padecen una debilidad física, tienen el privilegio de pronunciar palabras mezquinas y actuar de manera antipática. Pero, ¿acaso no ha hecho provisión Jesús para que los tales venzan la tentación?...
¡Oh, cuán precioso es Jesús para el alma que confia en el! Pero muchos andan en tinieblas porque sepultan su fe en las sombras de Satanás. No hao hecho lo que podían hacer por medio de la gracia de Jesús. No hablan acerca de la fo, la esperanza y el valor. Jamás deberíamos pem,itirle a Satanás que crea que su poder para perturbar y molestar es mayor que el poder de Cristo para sostener y fortalecer (Cada día con Dios, p. 175).
El Señor quiere que su pueblo actual esté convencido de que hará por él cosas tan grandes como las que hizo en favor de los hijos de Israel durante su viaje de Egipto a Canaán. Debemos tener una fe bien fundada, que no vacile en seguir los mandatos del Señor en los momentos dificiles. "¡Adelante!" Tal es la orden que Dios da a su pueblo.
La ejecución de los planes del Señor exige fe y gozosa obediencia. Cuando él señala la necesidad de establecer la obra en lugares donde podrá ejercer influencia, se debe andar y obrar por la fe (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 217).
Jueves 17 de octubre: Nuestra responsabilidad
En esta labor [como pastor de ovejas] Moisés se fue acercando al supremo Pastor. Llegó a unirse estrechamente con el Santo de Israel. Ya no se proponía hacer una gran obra. Procuraba hacer fielmente y como para Dios la tarea que le estaba encomendada. Reconocía la presencia de Dios en todo cuanto le rodeaba. La naturaleza entera le hablaba del Invisible. Conocía a Dios como Dios personal, y al meditar en su carácter se compenetraba cada vez más del sentido de su presencia. Hallaba refugio en los brazos del Eterno.
Habiendo experimentado todo esto, Moisés oyó la invitación del Cielo a cambiar el cayado del pastor por la vara de mando; a dejar su rebaño de ovejas para encargarse de la dirección de Israel. El mandato divino le encontró desc-0nfiado de sí mismo, torpe de palabra y tímido. Le abrumaba el sentimiento de su incapacidad para ser portavoz de Dios. Pero, poniendo toda su confianza en el Señor, aceptó la obra. La grandeza de su misión puso en ejercicio las mejores facultades de su espíritu. Dios bendijo su pronta obediencia, y Moisés llegó a ser elocuente y duefio de sí mismo, se llenó de esperanza y fue capa.citado para la mayor obra que fuera encomendada jamás a hombre alguno (El ministerio de curación, p. 377).
Hay quienes siempre presentan excusas por andar de acuerdo con los consejos del enemigo. Hay quienes piensan que porque padecen una debilidad física, tienen el privilegio de pronunciar palabras mezquinas y actuar de manera antipática. Pero, ¿acaso no ha hecho provisión Jesús para que los tales venzan la tentación?...
¡Oh, cuán precioso es Jesús para el alma que confia en el! Pero muchos andan en tinieblas porque sepultan su fe en las sombras de Satanás. No hao hecho lo que podían hacer por medio de la gracia de Jesús. No hablan acerca de la fo, la esperanza y el valor. Jamás deberíamos pem,itirle a Satanás que crea que su poder para perturbar y molestar es mayor que el poder de Cristo para sostener y fortalecer (Cada día con Dios, p. 175).
El Señor quiere que su pueblo actual esté convencido de que hará por él cosas tan grandes como las que hizo en favor de los hijos de Israel durante su viaje de Egipto a Canaán. Debemos tener una fe bien fundada, que no vacile en seguir los mandatos del Señor en los momentos dificiles. "¡Adelante!" Tal es la orden que Dios da a su pueblo.
La ejecución de los planes del Señor exige fe y gozosa obediencia. Cuando él señala la necesidad de establecer la obra en lugares donde podrá ejercer influencia, se debe andar y obrar por la fe (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 217).
Viernes 18 de octubre
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, Profetas y reyes, pp. 514-516, sobre la profecía de las 70 semanas y su cumplimiento histórico.
“El tiempo de la venida de Cristo, su ungimiento por el Espíritu Santo, su muerte y la proclamación del evangelio a los gentiles habían sido indicados de manera definida. Era el privilegio del pueblo judío comprender esas profecías, y reconocer su cumplimiento en la misión de Jesús. Cristo instó a sus discípulos a reconocer la importancia del estudio de la profecía. Refiriéndose a la que fue dada a Daniel con respecto a su tiempo, dijo: ‘El que lee, entienda’ (Mat. 24:15). Después de su resurrección explicó a los discípulos en ‘todos los profetas [...] lo que de él decían’ (Luc. 24:27). El Salvador había hablado por medio de todos los profetas. ‘El Espíritu de Cristo que estaba en ellos [...] anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos’ (1 Ped. 1:11)” (DTG 201).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Medita sobre esta idea de que Dios te está llamando a hacer algo que te encanta hacer. ¿Cuáles son algunos principios que podrías seguir para saber que estás haciendo la voluntad de Dios, no solo en el caso de algo que te encanta hacer, sino en general?
2. Lee la historia de Jonás y cómo respondió al llamado de Dios en su vida. ¿Qué lecciones podemos extraer de su experiencia? Al mismo tiempo, contrasta lo que hizo Jonás con lo que hizo Pablo cuando fue llamado por el Señor. (Ver Hech. 9:1-20.) ¿Cuáles fueron algunas de las principales diferencias entre ellos?
3. “La historia de Judas presenta el triste fin de una vida que podría haber sido honrada de Dios. Si Judas hubiese muerto antes de su último viaje a Jerusalén, habría sido considerado como un hombre digno de un lugar entre los Doce, y su desaparición habría sido muy sentida” (DTG 663). Piensa en la historia de Judas Iscariote. Su “llamado” ¿fue traicionar a Jesús? Si es así, ¿cuán justo sería eso para él? ¿Cómo podemos entender a Judas y las oportunidades que tuvo, en contraste con lo que finalmente terminó haciendo? ¿Qué lecciones podemos extraer de su historia sobre el poder del libre albedrío en nuestra vida?
Notas EGW
Viernes 18 ele octubre: Para estudiar y meditar
Profetas y reyes, "La venida del libertador", pp. 514-515.
El conflicto de los siglos, "Una profecía significativa", pp. 363-390
Viernes 18 ele octubre: Para estudiar y meditar
Profetas y reyes, "La venida del libertador", pp. 514-515.
El conflicto de los siglos, "Una profecía significativa", pp. 363-390
Dios lo bendiga!!!
- MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO -
Lección 3
Lección 3
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: Esdras 7:10, 27; Romanos 8:28.
Enfoque del estudio: Esdras 7; Daniel 8:14; 9:24-27.
Dios llama a Esdras y a Nehemías para una tarea específica: reconstruir los muros y las puertas de Jerusalén. Pero, lo más importante es que Dios llama a estos hombres a “reconstruir” el remanente del pueblo de Dios para que una vez más actúen como misioneros para el mundo. Esdras responde al llamado de Dios para ser maestro de su Palabra. En compañía de un grupo de repatriados, viaja a Jerusalén para enseñar al pueblo acerca de Dios. Allí, Esdras prepara al pueblo para hacer la obra de restaurar Jerusalén. El reavivamiento espiritual siempre precede a la reforma en la vida; los actos decisivos son una consecuencia natural de ese reavivamiento. Por lo tanto, Esdras se dedica a educar al pueblo acerca de quién es Dios en un esfuerzo por inspirarlo a caminar plenamente con él.
Cuando Nehemías, un hombre de acción, aparece en escena, Dios lo llama a reconstruir específicamente las estructuras físicas de Jerusalén, a inspirar al pueblo a defender la justicia, a confiar en la protección de Dios y a impulsar reformas en la vida civil de la nación (la justicia y el cuidado de los menos favorecidos son una prioridad para Nehemías). Demuestra cómo es la vida de un cristiano, que vive cada día para Dios.
Además, esta lección confirma el decreto de Artajerjes, en Esdras 7, como la fecha de inicio para la profecía de los 2.300 días/años de Daniel 8:14 y para la profecía de la setenta semanas de Daniel 9:24 al 27. También se analiza la elección de Dios, en el contexto de Romanos 8 y 9.
Parte II: COMENTARIO
Período profético
Dios llama a Esdras al comienzo del período profético de las setenta semanas, descrito en Daniel 9:24 al 27. El inicio de este período profético coincide con la orden que dio Artajerjes de restaurar la ciudad de Jerusalén en el año 457 a.C. La lección de esta semana explica en detalle qué significó ese período profético y cómo se corresponde con la profecía de los 2.300 años. A través de la profecía, Dios demuestra especialmente que él está al mando de los acontecimientos y cuida de nuestro mundo. Además, Dios levanta a un profeta o líder sobre su pueblo al comienzo de cada período profético o tiempo de crisis en Israel, y también al final de cada período. Por ejemplo, Moisés llega en el momento del Éxodo, mientras que Josué llega al final de la estadía en el desierto, cuando el pueblo de Dios entra en la Tierra Prometida. El siguiente esquema demuestra que los profetas fueron llamados en un momento decisivo en la historia de la salvación, que coinciden con el principio y el fin de un período profético:
- Noé: comisionado para servir a Dios antes del Diluvio.
- Abraham: llamado a ser el padre del pueblo de Dios.
- Moisés: dirige al pueblo de Dios desde el Éxodo hasta los límites de la Tierra Prometida.
- Josué: hace pasar al pueblo de Dios a la Tierra Prometida.
- Samuel: juzga durante el inicio del período monárquico.
- Oseas y Amós: profetizan antes de la caída del Reino del Norte y Samaria en 722 a.C.
- Ezequiel y Daniel: entran en su ministerio profético durante el exilio babilónico.
- Hageo y Zacarías: sirven después del regreso del exilio.
- Esdras y Nehemías: comienzan a servir a Dios al comienzo de la profecía de los 2.300 días/años (457 a.C.).
- Juan el Bautista: llama a Israel al arrepentimiento antes del inicio del ministerio de Jesús.
- Esteban: da testimonio a los gentiles (en el momento en que finaliza la profecía de las setenta semanas, en 34 d.C.).
- Elena de White: llamada al final de la profecía de los 2.300 días/años (1844).
Por lo tanto, a partir de este esquema, podemos inferir un patrón del plan de trabajo de Dios. En el plan de redención de Dios, se expresan marcadores de tiempo proféticos específicos. Siempre que hay una crisis espiritual, Dios envía a profetas que cumplen su misión de llamar a la humanidad a volverse a Dios y a la obediencia a su Palabra.
Oportunidad personal
La elección también puede ser el llamado a cumplir una tarea específica, como en el caso de Esdras y Nehemías (y muchos otros siervos de Dios; ver Éxo. 3:9-12; Isa. 6:7, 8; Jer. 1:5-9). De la misma manera, nosotros somos llamados a reflejar el carácter de Jesús y hacer algo específico por Dios. Puede ser un trabajo que realicemos para él; una actividad que nos sintamos impulsados a hacer, como ayudar a alguien; o una carrera específica que dure toda la vida.
Cada uno de los líderes mencionados anteriormente fue escogido específicamente por Dios “para un momento como este” (Est. 4:14, NVI). Llamaron a la acción, al arrepentimiento y a un profundo compromiso con Dios. Esdras y Nehemías tuvieron que desempeñar el papel de líderes del pueblo de Dios al comienzo del período profético más largo. También exhortaron al pueblo a vivir para Dios y demostrar su compromiso a través de la fe y la acción. El pueblo regresó de Babilonia, inmerso en el estilo de vida babilónico y en la adoración de muchas deidades. Afortunadamente, a pesar de todos los demás problemas que afrontaron en su vida posexílica, la idolatría no fue uno de ellos. No obstante, su anterior pluralismo religioso no carecía de efectos perjudiciales.
A pesar de que la comunidad judía ya no adoraba ídolos, su idolatría anterior hizo necesario que Esdras y Nehemías le enseñaran nuevamente al pueblo lo que significaba adorar al Dios del cielo y vivir para él. Su forma aparentemente áspera de abordar situaciones (como los matrimonios mixtos en los últimos capítulos de Esdras y Nehemías) no debería sorprendernos, porque ambos líderes querían enseñarle al pueblo lo que significaba vivir una vida santa y cambiar radicalmente su estilo de vida impío. En consecuencia, tanto Esdras como Nehemías exigieron un compromiso sin reservas con Yahvéh, una reforma total y un servicio ferviente para con Dios.
Llamado a restaurar: una colaboración
Nehemías llegó a Jerusalén (445/444 a.C.) unos trece años después que el grupo de Esdras. Pero la misión de Nehemías de reconstruir Jerusalén no habría sido tan exitosa sin el trabajo de Esdras, quien se ocupó de enseñarle al pueblo acerca de Dios. En otras palabras, Dios utilizó a Esdras para “edificar” espiritualmente al pueblo a fin de que pudiera “edificar” estructuras físicas una vez que Nehemías llegara. Dios estaba obrando en segundo plano, preparando el corazón del pueblo y de los dos líderes. En última instancia, Dios no solo quería una Jerusalén restaurada; quería un pueblo restaurado que le perteneciera.
Por lo tanto, el trabajo principal de Esdras y de Nehemías era hacer volver al pueblo a Dios. No solo inspiraron al pueblo para la obra que se realizaría en las ruinas; lo más importante es que inspiraron al pueblo para que descubriera su fervor por Dios. Esdras y Nehemías modelaron ese fervor en su propia vida a través de la oración, el ayuno, la búsqueda de Dios y el actuar de acuerdo con la Palabra de Dios.
Tanto Esdras como Nehemías fueron elegidos para una tarea específica durante un momento estratégico de la historia. Fueron llamados como líderes, cada uno según su estilo único, sobre la base de sus talentos. Esdras era sacerdote y escriba; por lo tanto, su principal influencia fue a través de las enseñanzas de la Torá. Nehemías, por otro lado, era copero del rey, y tenía increíbles habilidades de liderazgo para motivar y reunir al pueblo para realizar un trabajo. Esdras era maestro; Nehemías era hacedor. Ambos eran líderes y, sin embargo, lideraban de manera diferente. Al mismo tiempo, los dos estilos de liderazgo eran importantes para la misión en cuestión. Se complementaron y cooperaron con el fin de lograr un cambio para Dios. Dios utilizó sus diferentes personalidades y pasiones para lograr un cambio en la nación.
En definitiva, nosotros somos responsables de lo que hacemos con la tarea o la función que Dios nos da. La decisión de terminar nuestra tarea con excelencia o con mediocridad recae sobre nosotros. Dios nos ayudará en cada paso del camino.
Sin embargo, él no hará por nosotros el trabajo que nos ha dado para hacer.
Podemos tener todos los dones debajo del Sol, pero si no los estamos usando para Dios son inútiles. A cada uno le toca decidir poner todo de sí en todo lo que Dios le pida que haga a pesar de la oposición. Esdras y Nehemías podrían haberse rendido, pero no lo hicieron. Perseveraron porque fijaron sus ojos en Dios. La importancia de su llamado pesó más que su temor a las consecuencias negativas que surgieron al defender al Señor. Estaban seguros de que su misión valía la pena.
Predestinación
Dios llamó o predestinó a su pueblo, la nación de Israel, para ser una luz en el mundo. Pablo plantea ese llamado en Romanos 9 al 11, puesto que los dirigentes de Israel no aceptaron a Jesucristo como su Mesías y Salvador. Sin embargo, el llamado de Dios no cambió, sino que se modificó, porque los valores de Dios y el don de salvación también debían revelarse a los gentiles. Dios llamó a gente específica para una tarea específica. Dios deseaba que los judíos creyentes y los gentiles fueran salvos, y que juntos fueran la luz del mundo y de bendición.
La predestinación en la Biblia tiene tres significados básicos:
- Dios predestinó que solo hay un camino de salvación, a través de Jesucristo (Juan 14:6; Hech. 4:12). Somos elegidos en Cristo para la vida eterna si lo aceptamos como nuestro Salvador personal (Rom. 8:29; Efe. 1:3-8). Él desea que todos sean salvos (1 Tim. 2:3, 4).
- Dios predestinó a algunas personas (individualmente o como comunidad de creyentes) para una tarea específica, para una misión en particular (como le ordenó al remanente fiel que proclame el evangelio eterno). Dios tiene una misión mundial (Isa. 49:6).
- Dios ha predestinado la culminación final de la historia humana cuando venga como Juez y dé su recompensa (Dan. 2). El resultado final será su triunfo escatológico. El objetivo de la voluntad de elección de Dios no es la salvación de unos pocos, sino el encuentro de la mayor cantidad de gente posible de entre las naciones en la reunión escatológica final (Apoc. 21:3).
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
- Examinen nuevamente la lista de profetas mencionada anteriormente. Céntrense en algunos nombres. Analicen específicamente cómo recibió el llamado cada uno de ellos. ¿Cómo supo este profeta que recibió el llamado?
- ¿Por qué Elena de White encaja en esta lista? ¿Cómo la utilizó Dios para ser una líder espiritual de su pueblo?
- ¿Cómo reaccionó la gente a los líderes llamados por Dios a lo largo de la historia? ¿Por qué es tan complicado que acepten a los líderes escogidos por Dios y su liderazgo?
- ¿Qué dificulta la obra del líder llamado por Dios?
Reflexión personal:
- ¿Cómo reconocemos la voluntad de Dios en nuestra vida?
- ¿Cuáles son tus pasiones? ¿De qué manera te llama Dios a utilizar tus deseos y dones para él?
- ¿Cómo puedes colaborar en tu iglesia con otras personas talentosas a quienes Dios ha llamado a servir pero que son muy diferentes de ti? Las diferencias entre ustedes, ¿cómo pueden convertirse en fortalezas?
- ¿Cómo puedes asegurarte de que estás haciendo lo que Dios te llamó a hacer?
Dios lo bendiga!!!
COMENTARIOS