Lección de Escuela Sabática de Adultos 4to Trimestre 2019, Escuela Sabática Adultos 4to Trimestre 2019, Lección 4to Trimestre 2019,
Lección 9: Para el 30 de noviembre de 2019
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Esdras 1:9–11; Daniel 1:1, 2; 5; Deuteronomio 30:1–6; Esdras 8:1–23; Nehemías 11:1, 2; 12:1–26.
PARA MEMORIZAR:
“Se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la Ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor” (Neh. 10:29).
Por lo general, omitimos las genealogías y las largas listas de la Biblia. Pero el Señor las ha incluido por alguna razón. El Señor de la Biblia es el Dios de los detalles. Él advierte los detalles, y esto nos asegura que nunca nos olvidará.
Estos pocos ejemplos de genealogías proclaman que Dios sabe todo acerca de nuestra familia, y las listas de cosas nos dicen que Dios se preocupa incluso por lo que los demás podrían considerar “insignificante”. Jesús dijo que Dios cuida a los gorriones y hasta cuenta nuestros cabellos (Luc. 12:6, 7). El Dios que se preocupa por estos detalles también se preocupa por nosotros, y conoce incluso los detalles de todo lo que nos angustia.
Por lo tanto, podemos tener plena confianza, cultivar la fe y descansar en la seguridad de que el Señor cuida cada aspecto de nuestra vida. Esto además nos dice que necesitamos preocuparnos por los demás aspectos también.
EL DIOS DE LA HISTORIA
Lee Esdras 1:9 al 11; y Daniel 1:1 y 2. ¿Cómo nos ayudan los versículos de Daniel a entender a qué se refería Esdras?
Observa que en Esdras se dan detalles, mientras que en Daniel se presenta el cuadro completo. Juntos, sin embargo, estos textos muestran que el Señor ejerce el control.
“La historia de las naciones nos habla a nosotros hoy. Dios asignó a cada nación e individuo un lugar en su gran plan. Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de aquel que no comete error. Por su propia elección, cada uno decide su destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos” (PR 393).
Lee Daniel 5. ¿Qué nos enseña este capítulo sobre el juicio de Belsasar?
Babilonia cayó en octubre de 539 a.C., cuando Ciro, rey del ejército medopersa, la conquistó. Belsasar confiaba falsamente en sus éxitos, lujo y fama, y era tan arrogante que organizó un banquete desenfrenado en la noche que terminó con su muerte. La mano divina escribió en el muro del palacio que sus días estaban contados y que llegaban a su fin. A pesar de que conocía el destino y la historia de conversión del poderoso rey Nabucodonosor, no aprendió la lección. Siempre es trágico cuando no escuchamos las advertencias de Dios y no seguimos sus instrucciones.
El profeta Daniel siempre estuvo allí, pero había sido ignorado. Cuando perdemos el sentido de la santidad de Dios y su presencia en la vida, transitamos un camino acompañado de complicaciones, problemas y tragedias, que finalmente terminan en muerte.
■ Después de narrar al rey la historia de Nabucodonosor, Daniel le dijo: “Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto” (Dan. 5:22). ¿Cómo podemos asegurarnos, en nuestro propio contexto, de no cometer el mismo error que Belsasar? La realidad de la Cruz, ¿cómo debería mantenernos siempre humildes ante Dios?
EN SUS CIUDADES
Explora las listas de Esdras 2 y Nehemías 7. ¿Qué percibes en ellas?
La repetición de Esdras 2 (la lista de los que regresaron del cautiverio babilónico con Zorobabel y Josué) en Nehemías 7 es deliberada. Nuevamente, estas listas nos pueden parecer aburridas, pero revelan un aspecto importante, y es que a Dios le importan los detalles que quizá a nosotros no.
Los muros de Jerusalén ya estaban terminados, y el texto bíblico intencionalmente quiere demostrar que de la primera generación de repatriados, la generación de Esdras-Nehemías, todos contribuyeron a este gran logro, aunque solo Dios les dio esta victoria. La generación existente se apoyaba en los logros de la anterior, a pesar de que la tarea era complicada, estaba llena de obstáculos y no se completó tan pronto como hubiesen querido.
El liderazgo de Esdras y de Nehemías era valioso, pero el pueblo también hizo su parte. Cada grupo se comprometió con diferentes tareas realizadas en diferentes momentos, pero el resultado es impresionante. El comienzo (Esd. 2) está ligado al final (Neh. 7), y no solo se construyó el segundo Templo, sino también se remodeló y se erigió Jerusalén.
Lee Nehemías 7:73. ¿Qué nos enseña sobre el éxito que tuvieron en su deseo de hacer la voluntad de Dios?
“Los hijos de Israel estaban en sus ciudades”.
Desde muchos puntos de vista, el regreso y la reconstrucción fueron increíbles. Un pueblo que muchos años antes padeció la devastación de la ciudad, la destrucción del Templo y la asolación de la tierra, ahora había regresado a esa misma tierra y esa misma ciudad, y estaba reconstruyendo todo, incluso el Templo. Debió haberles parecido milagroso a ellos y también a quienes los rodeaban. Sin embargo, todo era según la voluntad y las promesas de Dios.
■ ¿Qué te parece desalentador en tu vida en este momento, y aun así, todavía sigues confiando en que, con la ayuda del Señor, saldrás adelante?
¿DÓNDE ESTÁN LOS SACERDOTES?
Sin duda, como vimos ayer, fue el asombroso cumplimiento de la profecía lo que hizo volver a los judíos desde Babilonia.
Pero, como con todo lo relacionado con los seres humanos, había problemas. Y uno de los grandes problemas era que, a pesar de todas las maravillosas promesas de restauración después del exilio, muchos de los judíos no quisieron regresar a la tierra de sus antepasados. Es decir, prefirieron quedarse en Babilonia.
¿Por qué?
Lee Esdras 8:1 al 15. Concéntrate específicamente en el versículo 15. ¿Cuál era la gran preocupación aquí, y por qué era una preocupación para alguien que quería restablecer a la nación de Israel en su antigua tierra?
El hecho es que no todos los judíos de Babilonia, incluidos algunos levitas, querían regresar. Podrían haber influido varios factores. Muchos de ellos habían nacido y se habían criado en el nuevo país, y eso era todo lo que conocían. Muchos quizá no querían hacer el largo viaje de regreso, que por cierto era peligroso, a una tierra que nunca habían conocido. Sin embargo, sabemos que finalmente consiguieron suficientes levitas para servir en el Templo (ver la lección del jueves), a pesar de los desafíos.
“En ese momento, los judíos que permanecían en los países de su exilio ya habían estado allí durante casi siglo y medio. Las excavaciones realizadas en Nipur han proporcionado numerosos documentos que demuestran que muchos judíos ricos vivían en esa zona de Mesopotamia durante el reinado de Artajerjes I. Por eso quizás a Esdras y a sus colaboradores les haya resultado difícil convencer a muchos más para que fueran con ellos a Palestina. Los repatriados solo podrían esperar una vida ardua en la antigua patria, con menos comodidades que las de Babilonia. En vista de estas consideraciones, sorprende que Esdras hubiera logrado convencer a unas dos mil familias para que echaran su suerte con la de sus hermanos en la antigua patria” (CBA 3:378).
■ “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hech. 14:22). ¿Qué nos dice esto acerca de la realidad de las pruebas y las dificultades para aquellos que quieren servir fielmente al Señor?
HUMILLARSE ANTE DIOS
Lee Deuteronomio 30:1 al 6. ¿Qué promesa se le dio al pueblo hebreo? ¿Qué debió haber significado esta promesa, entre otras similares, para hombres como Esdras y Nehemías?
Esdras y Nehemías conocían las profecías. Ellos sabían que Dios iba a hacer regresar al pueblo del cautiverio. En Nehemías 9, vimos que entendían su historia y las razones de sus dificultades. Al mismo tiempo, también conocían la gracia y la conducción de Dios, a pesar de sus pecados.
Por lo tanto, confiaron en el Señor, en que él haría que el regreso del cautiverio fuera exitoso. Sin embargo, esas promesas no significaban que no enfrentarían muchos desafíos en el camino. Gran parte de este trimestre, hasta ahora, hemos examinado las pruebas y las tribulaciones que enfrentaron, incluso en medio de las promesas de Dios.
Lee Esdras 8:16 al 23. ¿Cuál era el desafío y cómo respondieron?
A pesar de las promesas, Esdras sabía lo peligroso que era el viaje. Por lo tanto, ayunar y humillarse ante Dios eran formas de reconocer cuán dependientes eran de Dios para tener éxito. En este momento, con tantos peligros por delante, la idea de pedirle ayuda y protección al rey, como mínimo, se le había ocurrido a Esdras. Pero finalmente optó por no hacer eso, en contraste con Nehemías (Neh. 2:9), que tuvo una escolta para protegerlo. Esdras obviamente sentía que si la hubiese pedido habría sido deshonroso para el Señor, porque ya le había dicho al rey: “La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan” (Esd. 8:22). En este caso funcionó bien, ya que más tarde escribió (Esd. 8:31) que el Señor los había protegido, y llegaron a salvo a su destino.
■ Por supuesto, debemos confiar en Dios para todo. Al mismo tiempo, también, ¿en qué momentos podemos pedir ayuda incluso a aquellos que no son de nuestra fe? En muchos casos, ¿por qué eso es bueno, e incluso apropiado?
EN LA SANTA CIUDAD
Lee Nehemías 11:1 y 2. ¿Qué ocurre en este pasaje? ¿Por qué tendrían que echar suertes para ver quién viviría en Jerusalén o en las otras ciudades?
¿Qué nos enseña Nehemías 11? Se necesitaban nuevos residentes para Jerusalén de entre los recién llegados que habían regresado a la tierra después de su exilio.
Aparentemente, era más fácil vivir en el campo que en la ciudad. La gente tenía su propia tierra, heredada de sus antepasados. Abandonarla e ir a vivir a Jerusalén era un sacrificio, y muchos podían sentir con razón que sufrirían desarraigo. La vida tendría nuevos desafíos, y un estilo de vida urbano es diferente de vivir en un zona rural. Mudarse a un nuevo entorno desconocido siempre es difícil.
¿Cuán difícil es mudarse a una nueva ciudad o país donde el evangelio necesita difundirse? La misión en las ciudades requiere buena voluntad para emprender nuevas aventuras y adversidades.
“Nuestros obreros no están comunicando el mensaje como deberían. Nuestros dirigentes no han despertado a la tarea que debe realizarse. Cuando pienso en las ciudades donde se ha hecho tan poco, donde hay tantos miles a quienes amonestar acerca del pronto advenimiento del Salvador, experimento un deseo intenso de ver a hombres y mujeres que salgan a hacer la obra con el poder del Espíritu, llenos del amor de Cristo por las almas que perecen” (TI 7:42).
¿Por qué se menciona una larga lista de sacerdotes y levitas en Nehemías 12:1 al 26? ¿Cuál es la relación entre ellos y la dedicación del muro de Jerusalén que se describe en la segunda parte del mismo capítulo (Neh. 12:27–47)?
Dios quiere que las cosas se hagan de una manera apropiada. Primero se necesita gente dedicada y consagrada antes de que se puedan lograr grandes cosas. Estas familias sacerdotales ayudaron a Nehemías a construir los muros para que pudieran adorar con seguridad al Dios vivo en el Templo sin intervención externa. Los muros eran importantes para la seguridad; pero, sin sacerdotes piadosos, la verdadera adoración corría peligro. Por lo tanto, todo el pueblo, en sus diversas funciones, tenía un rol que desempeñar.
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El camino a Cristo, “La prueba del discipulado”, pp. 57-65.
“Hay quienes han conocido el amor perdonador de Cristo y realmente desean ser hijos de Dios; sin embargo, reconocen que su carácter es imperfecto y su vida defectuosa, y están propensos a dudar de que sus corazones hayan sido regenerados por el Espíritu Santo. A los tales quiero decirles: No se abandonen a la desesperación. A menudo tendremos que postrarnos y llorar a los pies de Jesús por causa de nuestros defectos y errores, pero no debemos desanimarnos. Incluso si somos vencidos por el enemigo, no somos desechados, ni abandonados, ni rechazados por Dios. No; Cristo está a la diestra de Dios e intercede por nosotros. [...] Él desea que te reconcilies con él, para ver su pureza y su santidad reflejadas en ti. Y si tan solo quieres entregarte a él, el que comenzó en ti la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Ora con más fervor; cree más plenamente. A medida que desconfiemos de nuestro propio poder, confiemos en el poder de nuestro Redentor, y alabaremos a quien es la salud de nuestro rostro” (CC 64).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Piensa en Daniel 2 y cómo Daniel, hace miles de años, predijo con tanta precisión el surgimiento y la caída de los imperios, e incluso describió (con mucha precisión) la desunión de la Europa moderna actual. ¿Cómo podemos aprender a consolarnos en esta profecía, que nos muestra en forma tan poderosa, incluso en medio del caos mundial, que Dios sabe todo lo que está sucediendo e incluso lo ha predicho?
2. Dios sabe todo acerca de nosotros. Esto es reconfortante, y nos da seguridad y la confianza de que estamos bajo su cuidado. “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú” (Isa. 43:1). ¿Cómo puedes brindarles a los demás la seguridad de la presencia y el cuidado de Dios cuando atraviesan crisis emocionales, relacionales, sociales o económicas?
3. Reflexiona en el tema de la lección del miércoles, cuando Esdras no le quiso pedir ayuda al rey porque temía que sus palabras sobre la protección de Dios sonaran vacías. Sabemos, por ejemplo, que Dios sana. Por lo tanto, esto ¿significa que estamos mostrando falta de fe en que él nos sane si vamos al médico? Analiza este tema en clase.
Dios lo bendiga!!!
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: Nehemías 10:29.
Enfoque del estudio: Esdras 2, 8; Nehemías 7, 10, 12.
La Lección 9 analiza varias listas y genealogías que se encuentran en los libros de Esdras y Nehemías. Las listas incluyen: genealogías de aquellos que regresaron a Judá con Zorobabel (Esd. 2), y luego con Esdras (Esd. 8) y Nehemías (Neh. 7), así como la enumeración de los vasos y los artículos que trajo Sesbasar (Zorobabel) para el Templo del Señor (Esd. 1:7-11) después de haber sido llevados a Babilonia por Nabucodonosor. En Nehemías 12 hay una lista de sacerdotes y levitas que se enumeran para que la verdadera adoración a Dios pueda continuar. La atención a todos estos detalles demuestra el cuidado de Dios incluso por las pequeñas cosas de nuestra vida. Además, cada una de las listas nos enseña una lección. La lista de las vasijas del Templo nos retrotrae al banquete de Belsasar, que ofende intencionalmente a Dios al usar estos objetos sagrados para su fiesta (Dan. 5). Por otro lado, Ciro honra a Dios y a su pueblo al enviar los objetos con el pueblo a Jerusalén. Las listas genealógicas le recuerdan al lector que Dios no olvida a su pueblo, que preserva a sus familias y que cada familia tiene un papel en la obra de Dios. Desgraciadamente, la enumeración del pueblo también demuestra que no fueron muchos los israelitas que finalmente regresaron a Israel. La mayoría se sentía cómoda en sus nuevos hogares y cultura, y no quiso volver a la Tierra Prometida. Los que regresaron demostraron coraje y confianza en la conducción de Dios a pesar de las condiciones inciertas de reconstrucción de la nación.
Parte II: COMENTARIO
Genealogías
Esdras 2 y Nehemías 7 registran el mismo grupo de repatriados. Es una repetición de toda la gente que finalmente regresó a Israel de los tres grupos que fueron con Zorobabel, Esdras y Nehemías. El total de todo el grupo que regresó a Israel es de 42.360 (Esd. 2:64; Neh. 7:66). Sin embargo, esta cifra es confusa porque es considerablemente más alta que la suma de las cifras que figuran en los dos capítulos:
Tanto en Esdras 2 como en Nehemías 7, las cifras finales son las mismas (42.360), pero se cuentan de manera un poco diferente. ¿Cómo podemos explicar estas discrepancias? Hay algunas posibilidades. Quizás el número total incluya a sacerdotes de origen desconocido (Esd. 2:61-63) y probablemente también no se mencionen algunos grupos adicionales. Sin embargo, el mensaje general es muy claro: Dios conoce a aquellos que son suyos, y nadie será olvidado (2 Tim. 2:19). Esdras 2 y Nehemías 7 enumeran varias categorías de personas que regresaron, junto con la identificación de los nombres de las familias, sus jefes y sus representantes. ¿Qué categorías específicas de personas se enumeran? Sacerdotes, levitas, cantores, los nethinim (siervos del Templo), guardianes, hijos de los siervos de Salomón, así como algunos que no pudieron demostrar que eran israelitas pero que fueron aceptados entre el pueblo, solo que no formaban parte del sacerdocio (Esd. 2:59-63). Las diferentes categorías demuestran especialmente los diversos roles que los judíos tenían para trabajar para Dios. Cada uno recibe diferentes dones Y, a veces, asignaciones basadas en las fortalezas, los dones y los talentos que Dios nos ha dado. Él nos ha creado a cada uno de tal forma que juntos formemos un cuerpo completo de creyentes. Los cantores eran tan importantes como los sacerdotes que guiaban al pueblo en la adoración. Los siervos del Templo tenían el importante trabajo de mantener el Templo limpio y organizado. También ayudaban a los levitas con sus deberes.
Lista de animales
Curiosamente, los animales también se cuentan junto a esta lista de personas que regresaron del exilio babilónico, específicamente 736 caballos, 245 mulas, 435 camellos y 6.720 burros (Esd. 2:66, 67 ). Algunos podrían interpretar esta enumeración como una evidencia poderosa de que Dios también se preocupa por los animales. A lo largo de la Biblia, Dios muestra su preocupación por todo tipo de vida. Dios salvó a los animales en el arca de Noé (Gen. 7:2-3, 8) y se negó a destruir Nínive porque los seres humanos se arrepintieron, y también porque allí vivían muchos animales (ver Jon. 4:11). Además, en la Creación, Dios les dio a los seres humanos una solemne responsabilidad delegada de representarlo y cuidar de su mundo creado (Gén. 1:28). Lo mismo se repitió después del Diluvio, aunque con complicaciones (Gén. 9:2), porque ahora "el miedo de vosotros [los seres humanos]" se instaló en los animales.
Lista de sacerdotes
En Esdras 8, Esdras el escriba registra la genealogía de los que lo acompañaron desde Babilonia. Solo alrededor de cinco a seis mil personas regresaron con Esdras. La principal preocupación de Esdras es por el linaje sacerdotal, dado que él era sacerdote, pero también porque los sacerdotes eran importantes para el correcto funcionamiento de los servicios del Templo. Por lo tanto, comienza el registro al rastrear a los descendientes de Finees (hijo de Eleazar) e ltamar, que venían de Aarón, el sumo sacerdote. Luego, traza la línea política del rey David a través de Hatús, y luego los ciudadanos comunes completan el resto del relato. Se mencionan exactamente doce clanes, que recuerdan al lector las doce tribus de Israel. Aunque las doce tribus no regresaron en su totalidad, el pequeño número de judíos que lo hicieron es tan importante como si las doce tribus todavía estuviesen intactas. Una de las lecciones de esta genealogía es que así como Dios nunca abandonó a las doce tribus de Israel, así también cuidará a los repatriados.
Después de que Esdras reúne al pueblo en el río Ahava para viajar a Jerusalén, se apena porque los levitas no fueron. Los que debían enseñar al pueblo acerca de Dios y tenían el papel más importante de reintegrar al pueblo en su andar con Dios tomaron la decisión de no regresar a la tierra de Israel. Por lo tanto, Esdras actúa. Llama a nueve líderes y a un par de hombres descritos como "hombres con discernimiento" (Esd. 8:16, NTV) y les da la tarea de ir a un hombre llamado "lddo", en Casifia, para pedirle que les envíe levitas, así como algunos nethinims. No se sabe mucho de lddo ni del lugar de Casifia, excepto que debió de haber sido un sitio densamente poblado por los judíos. Esdras luego elogia a Dios porque lddo envió a 38 levitas y a 220 nethinims, quienes fueron designados para servir a los levitas y ayudar en el Templo. El grupo sacerdotal respondió a las indicaciones del Espíritu Santo y decidió unirse a la asamblea en el río Ahava.
Nehemías 12 registra los nombres de los sacerdotes y los levitas desde el primer regreso de Babilonia hasta la época de Esdras y Nehemías. Una vez más, la crónica de los nombres demuestra el significado de las familias sacerdotales. El relato de la dedicación del muro de Jerusalén aparece inmediatamente después de la lista de los sacerdotes y los levitas, porque antes de contar la historia debe establecerse que la nación está totalmente equipada con el personal necesario para la dedicación y comprometido con la piedad.
Lista de artículos de oro y plata
Antes de partir hacia Jerusalén, Esdras proclamó ayuno y oración. Como no quería pedir una escolta del rey, se dedicó a orar. Sabía que necesitaban protección para el viaje y que Dios los librara de los saqueadores. Antes de partir hacia Jerusalén, Esdras dividió los artículos y las ofrendas para el Templo entre doce dirigentes sacerdotales. La lista de estos artículos se registra en Esdras 8:24 al 30. Los objetos de plata y de oro eran una ofrenda voluntaria a Dios. A medida que reciben los artículos, Esdras les dice: "Vosotros estáis consagrados a Jehová, y son santos los utensilios" (Esd. 8:28). El concepto de santidad es fundamental en todo el libro de Esdras, ya que los repatriados deben dedicar su vida a Dios y ser sus representantes en la Tierra. Esdras y los líderes querían revertir el error que cometieron sus antepasados. Estaban en una misión para Dios y la llevarían a cabo comprometidos totalmente con él.
Lista de animales para un holocausto
Otra lista aparece al final de este relato cuando los exiliados llegan a Jerusalén. La lista consiste en animales ofrecidos a Dios como un holocausto después de llegar a su nuevo hogar de manera segura (Esd. 8:35). El pueblo ofrece 12 toros, 96 carneros, 77 corderos y 12 cabras. La increíble cantidad de animales sacrificados como holocausto demuestra el agradecimiento de los repatriados. Estaban agradecidos por la protección de Dios al reconocer que no era una casualidad que llegaran a Jerusalén a salvo. También contemplaban el futuro. Debido a que Dios los cuidó en el viaje allí, él tenía un plan para que Israel prosperara.
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
a. ¿Por qué el escriba pensó que era importante dejar registro de esto?
b. ¿Por qué Dios preservó estos registros?
c. ¿Qué significan para ti hoy?
d. ¿Qué otras características de Dios puedes ver a través de estos registros además de que él se preocupa por nosotros y los detalles?
2. La santidad era un concepto importante del sacerdocio y de la nación de Israel. En general, por eso era vital guardar registro de todos los sacerdotes y los levitas. A lo largo del Antiguo Testamento, Dios llama a todo su pueblo a ser santo porque él es santo (Lev. 19:2). Ser santos porque Dios es santo significa que nos preocupa la rectitud moral.
a. ¿Sigue siendo importante hoy la santidad y la vida santa? ¿Por qué?
b. Una persona moralmente recta ¿se destaca en el mundo actual?
c. Dado que no tenemos el Templo del Antiguo Testamento ni el sacerdocio, ¿qué podemos hacer para asegurarnos de ser santos y de vivir plenamente para Dios como adventistas cristianos?
Dios lo bendiga!!!
PRUEBAS, TRIBULACIONES Y LISTAS
Sábado 23 de noviembre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Esdras 1:9–11; Daniel 1:1, 2; 5; Deuteronomio 30:1–6; Esdras 8:1–23; Nehemías 11:1, 2; 12:1–26.
PARA MEMORIZAR:
“Se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la Ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor” (Neh. 10:29).
Por lo general, omitimos las genealogías y las largas listas de la Biblia. Pero el Señor las ha incluido por alguna razón. El Señor de la Biblia es el Dios de los detalles. Él advierte los detalles, y esto nos asegura que nunca nos olvidará.
Estos pocos ejemplos de genealogías proclaman que Dios sabe todo acerca de nuestra familia, y las listas de cosas nos dicen que Dios se preocupa incluso por lo que los demás podrían considerar “insignificante”. Jesús dijo que Dios cuida a los gorriones y hasta cuenta nuestros cabellos (Luc. 12:6, 7). El Dios que se preocupa por estos detalles también se preocupa por nosotros, y conoce incluso los detalles de todo lo que nos angustia.
Por lo tanto, podemos tener plena confianza, cultivar la fe y descansar en la seguridad de que el Señor cuida cada aspecto de nuestra vida. Esto además nos dice que necesitamos preocuparnos por los demás aspectos también.
Notas EGW
Sábado, noviembre 23 Pruebas Tribulaciones Y Listas
Dios siempre ha velado por su pueblo… Cristo enseñó a sus discípulos que la medida de atención divina concedida a cualquier objeto o ser depende de la jerarquía que le corresponde dentro de la creación de Dios. Les señaló los pájaros, y les dijo que ni siquiera un gorrión cae en tierra sin que el Padre celestial lo advierta. Y si dios se preocupa por un gorrioncillo, con toda seguridad las almas por las cuales Cristo murió son de inmenso valor para él. El valor del hombre, la estima en que Dios lo tiene se revela en la cruz del Calvario…
La misericordia y el amor de Dios hacia la raza caída no han dejado de multiplicarse, ni han cambiado de dirección (Mi vida hoy, p. 301).
El Señor dio al hombre el intelecto de modo que pudiera comprender aun cosas mayores…. Conduce al agente humano a una esfera más elevada de la verdad, ennobleciendo la mente más y aún más, y revelándole la inteligencia divina. Y en el libro de la Providencia de Dios, en el tomo de la vida, se le otorga a cada uno una página. Esa página contiene cada detalle de su historia. Aun los cabellos de su cabeza están todos contados. Los hijos de Dios nunca están ausentes de su pensamiento (Alza tus ojos, p. 199).
No se adquieren en un momento el valor, la fortaleza, la fe y la confianza implícita en el poder de Dios para salvarnos. Estas gracias celestiales se adquieren por la experiencia de años. Por una vida de santo esfuerzo y de firme adhesión a lo recto, los hijos de Dios estaban sellando su destino. Asediados de innumerables tentaciones, sabían que debían resistir firmemente o quedar vencidos. Sentían que tenían una gran obra que hacer, que a cualquier hora podían ser llamados a deponer su armadura; y que si llegaran al fin de su vida sin haber hecho su obra, ello representaría una pérdida eterna. Aceptaron ávidamente la luz del cielo, como la aceptaron de los labios de Jesús los primeros discípulos. Cuando estos cristianos primitivos eran desterrados a las montañas y los desiertos, cuando en las mazmorras se los dejaba morir de hambre, frío y tortura, cuando el martirio parecía la única manera de escapar a su angustia, se regocijaban de que eran tenidos por dignos de sufrir para Cristo, quien había sido crucificado en su favor. Su ejemplo será un consuelo y estímulo para el pueblo de Dios que sufrirá un tiempo de angustia como nunca lo hubo (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 198).
En la fe genuina y salvadora hay confianza en Dios por creer en el gran sacrificio expiatorio hecho por el Hijo de Dios en el Calvario. En Cristo, el creyente justificado contempla su única esperanza y su único Libertador. Puede existir una creencia sin confianza; pero la confianza no puede existir sin fe. Todo pecador traído al conocimiento del poder salvador de Cristo, manifestará esta confianza en grado creciente a medida que avanza en experiencia (Mensajes selectos t. 3, p. 218).
Sábado, noviembre 23 Pruebas Tribulaciones Y Listas
Dios siempre ha velado por su pueblo… Cristo enseñó a sus discípulos que la medida de atención divina concedida a cualquier objeto o ser depende de la jerarquía que le corresponde dentro de la creación de Dios. Les señaló los pájaros, y les dijo que ni siquiera un gorrión cae en tierra sin que el Padre celestial lo advierta. Y si dios se preocupa por un gorrioncillo, con toda seguridad las almas por las cuales Cristo murió son de inmenso valor para él. El valor del hombre, la estima en que Dios lo tiene se revela en la cruz del Calvario…
La misericordia y el amor de Dios hacia la raza caída no han dejado de multiplicarse, ni han cambiado de dirección (Mi vida hoy, p. 301).
El Señor dio al hombre el intelecto de modo que pudiera comprender aun cosas mayores…. Conduce al agente humano a una esfera más elevada de la verdad, ennobleciendo la mente más y aún más, y revelándole la inteligencia divina. Y en el libro de la Providencia de Dios, en el tomo de la vida, se le otorga a cada uno una página. Esa página contiene cada detalle de su historia. Aun los cabellos de su cabeza están todos contados. Los hijos de Dios nunca están ausentes de su pensamiento (Alza tus ojos, p. 199).
No se adquieren en un momento el valor, la fortaleza, la fe y la confianza implícita en el poder de Dios para salvarnos. Estas gracias celestiales se adquieren por la experiencia de años. Por una vida de santo esfuerzo y de firme adhesión a lo recto, los hijos de Dios estaban sellando su destino. Asediados de innumerables tentaciones, sabían que debían resistir firmemente o quedar vencidos. Sentían que tenían una gran obra que hacer, que a cualquier hora podían ser llamados a deponer su armadura; y que si llegaran al fin de su vida sin haber hecho su obra, ello representaría una pérdida eterna. Aceptaron ávidamente la luz del cielo, como la aceptaron de los labios de Jesús los primeros discípulos. Cuando estos cristianos primitivos eran desterrados a las montañas y los desiertos, cuando en las mazmorras se los dejaba morir de hambre, frío y tortura, cuando el martirio parecía la única manera de escapar a su angustia, se regocijaban de que eran tenidos por dignos de sufrir para Cristo, quien había sido crucificado en su favor. Su ejemplo será un consuelo y estímulo para el pueblo de Dios que sufrirá un tiempo de angustia como nunca lo hubo (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 198).
En la fe genuina y salvadora hay confianza en Dios por creer en el gran sacrificio expiatorio hecho por el Hijo de Dios en el Calvario. En Cristo, el creyente justificado contempla su única esperanza y su único Libertador. Puede existir una creencia sin confianza; pero la confianza no puede existir sin fe. Todo pecador traído al conocimiento del poder salvador de Cristo, manifestará esta confianza en grado creciente a medida que avanza en experiencia (Mensajes selectos t. 3, p. 218).
Domingo 24 de noviembre
EL DIOS DE LA HISTORIA
Lee Esdras 1:9 al 11; y Daniel 1:1 y 2. ¿Cómo nos ayudan los versículos de Daniel a entender a qué se refería Esdras?
Observa que en Esdras se dan detalles, mientras que en Daniel se presenta el cuadro completo. Juntos, sin embargo, estos textos muestran que el Señor ejerce el control.
“La historia de las naciones nos habla a nosotros hoy. Dios asignó a cada nación e individuo un lugar en su gran plan. Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de aquel que no comete error. Por su propia elección, cada uno decide su destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos” (PR 393).
Lee Daniel 5. ¿Qué nos enseña este capítulo sobre el juicio de Belsasar?
Babilonia cayó en octubre de 539 a.C., cuando Ciro, rey del ejército medopersa, la conquistó. Belsasar confiaba falsamente en sus éxitos, lujo y fama, y era tan arrogante que organizó un banquete desenfrenado en la noche que terminó con su muerte. La mano divina escribió en el muro del palacio que sus días estaban contados y que llegaban a su fin. A pesar de que conocía el destino y la historia de conversión del poderoso rey Nabucodonosor, no aprendió la lección. Siempre es trágico cuando no escuchamos las advertencias de Dios y no seguimos sus instrucciones.
El profeta Daniel siempre estuvo allí, pero había sido ignorado. Cuando perdemos el sentido de la santidad de Dios y su presencia en la vida, transitamos un camino acompañado de complicaciones, problemas y tragedias, que finalmente terminan en muerte.
■ Después de narrar al rey la historia de Nabucodonosor, Daniel le dijo: “Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto” (Dan. 5:22). ¿Cómo podemos asegurarnos, en nuestro propio contexto, de no cometer el mismo error que Belsasar? La realidad de la Cruz, ¿cómo debería mantenernos siempre humildes ante Dios?
Notas EGW
Domingo, noviembre 24 El Dios De La Historia
Durante los primeros años del reinado de Joaquim fueron dadas muchas advertencias referentes a la condenación que se acercaba. Estaba por cumplirse la palabra que expresara el Señor por los profetas. La potencia asiria que desde el norte había ejercido durante mucho tiempo la supremacía, no iba a gobernar ya las naciones. Por el sur, Egipto en cuyo poder el rey de Judá había puesto en vano su confianza, iba a ser puesto pronto decididamente en jaque. En forma completamente inesperada, una nueva potencia mundial, el Imperio Babilónico, se levantaba hacia el este, y con presteza iba sobrepujando todas las otras naciones.
Dentro de pocos y cortos años el rey de Babilonia iba a ser usado como instrumento de la ira de Dios sobre el impenitente Judá…. Una compañía tras otra, compuestas al principio de poca gente, pero más tarde de millares y decenas de millares de cautivos, iban a ser llevadas a la tierra de Sinar, para morar allí en destierro forzoso…. Castigos cada vez más severos iban a ser infligidos a la nación rebelde, hasta que por fin toda la tierra quedase asolada, Jerusalén reducida a ruinas chamuscadas por el fuego, destruido el templo que Salomón había edificado, y el reino de Judá iba a caer para nunca volver a ocupar su puesto anterior entre las naciones de la tierra (Profetas y reyes, p. 311).
[Daniel] recordó primero a Belsasar asuntos que le eran familiares, pero que no le habían enseñado la lección de humildad que podría haberle salvado. Habló del pecado de Nabucodonosor, de su caída y de como el Señor había obrado con él, del dominio y la gloria que se le habían concedido, así como del castigo divino que mereció su orgullo y del subsiguiente reconocimiento que había expresado acerca del poder y la misericordia del Dios de Israel. Después, en palabras audaces y enfáticas, reprendió a Belsasar por su gran impiedad…. Se le había concedido la oportunidad de conocer al verdadero Dios y de obedecerle, pero no le había prestado atención, y estaba por cosechar las consecuencias de su rebelión….
Aquella última noche de loca insensatez, Belsasar y sus señores habían colmado la medida de su culpabilidad y de la que incumbía al reino caldeo. Ya no podía la mano refrenadora de Dios desviar el mal que los amenazaba…. A causa de la extraña perversidad del corazón humano, Dios encontraba por fin necesario dictar la sentencia irrevocable. Belsasar iba a caer, y su reino iba a ser traspasado a otras manos (Profetas y reyes, p. 388, 389).
El Señor habla; entrad en vuestro cuarto y en silencio meditad de corazón; escuchad la voz de la verdad y de la conciencia. Nada producirá más exactas opiniones acerca de uno mismo que la oración secreta. Aquel que ve en secreto y que conoce todas las cosas alumbrará vuestro entendimiento y contestará vuestras peticiones. Deberes claros y sencillos que no deben ser olvidados serán presentados ante vosotros. Haced un pacto con Dios de entregaos a vosotros mismos y todas vuestras fuerzas a su servicio (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 152).
Domingo, noviembre 24 El Dios De La Historia
Durante los primeros años del reinado de Joaquim fueron dadas muchas advertencias referentes a la condenación que se acercaba. Estaba por cumplirse la palabra que expresara el Señor por los profetas. La potencia asiria que desde el norte había ejercido durante mucho tiempo la supremacía, no iba a gobernar ya las naciones. Por el sur, Egipto en cuyo poder el rey de Judá había puesto en vano su confianza, iba a ser puesto pronto decididamente en jaque. En forma completamente inesperada, una nueva potencia mundial, el Imperio Babilónico, se levantaba hacia el este, y con presteza iba sobrepujando todas las otras naciones.
Dentro de pocos y cortos años el rey de Babilonia iba a ser usado como instrumento de la ira de Dios sobre el impenitente Judá…. Una compañía tras otra, compuestas al principio de poca gente, pero más tarde de millares y decenas de millares de cautivos, iban a ser llevadas a la tierra de Sinar, para morar allí en destierro forzoso…. Castigos cada vez más severos iban a ser infligidos a la nación rebelde, hasta que por fin toda la tierra quedase asolada, Jerusalén reducida a ruinas chamuscadas por el fuego, destruido el templo que Salomón había edificado, y el reino de Judá iba a caer para nunca volver a ocupar su puesto anterior entre las naciones de la tierra (Profetas y reyes, p. 311).
[Daniel] recordó primero a Belsasar asuntos que le eran familiares, pero que no le habían enseñado la lección de humildad que podría haberle salvado. Habló del pecado de Nabucodonosor, de su caída y de como el Señor había obrado con él, del dominio y la gloria que se le habían concedido, así como del castigo divino que mereció su orgullo y del subsiguiente reconocimiento que había expresado acerca del poder y la misericordia del Dios de Israel. Después, en palabras audaces y enfáticas, reprendió a Belsasar por su gran impiedad…. Se le había concedido la oportunidad de conocer al verdadero Dios y de obedecerle, pero no le había prestado atención, y estaba por cosechar las consecuencias de su rebelión….
Aquella última noche de loca insensatez, Belsasar y sus señores habían colmado la medida de su culpabilidad y de la que incumbía al reino caldeo. Ya no podía la mano refrenadora de Dios desviar el mal que los amenazaba…. A causa de la extraña perversidad del corazón humano, Dios encontraba por fin necesario dictar la sentencia irrevocable. Belsasar iba a caer, y su reino iba a ser traspasado a otras manos (Profetas y reyes, p. 388, 389).
El Señor habla; entrad en vuestro cuarto y en silencio meditad de corazón; escuchad la voz de la verdad y de la conciencia. Nada producirá más exactas opiniones acerca de uno mismo que la oración secreta. Aquel que ve en secreto y que conoce todas las cosas alumbrará vuestro entendimiento y contestará vuestras peticiones. Deberes claros y sencillos que no deben ser olvidados serán presentados ante vosotros. Haced un pacto con Dios de entregaos a vosotros mismos y todas vuestras fuerzas a su servicio (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 152).
Lunes 25 de noviembre
EN SUS CIUDADES
Explora las listas de Esdras 2 y Nehemías 7. ¿Qué percibes en ellas?
La repetición de Esdras 2 (la lista de los que regresaron del cautiverio babilónico con Zorobabel y Josué) en Nehemías 7 es deliberada. Nuevamente, estas listas nos pueden parecer aburridas, pero revelan un aspecto importante, y es que a Dios le importan los detalles que quizá a nosotros no.
Los muros de Jerusalén ya estaban terminados, y el texto bíblico intencionalmente quiere demostrar que de la primera generación de repatriados, la generación de Esdras-Nehemías, todos contribuyeron a este gran logro, aunque solo Dios les dio esta victoria. La generación existente se apoyaba en los logros de la anterior, a pesar de que la tarea era complicada, estaba llena de obstáculos y no se completó tan pronto como hubiesen querido.
El liderazgo de Esdras y de Nehemías era valioso, pero el pueblo también hizo su parte. Cada grupo se comprometió con diferentes tareas realizadas en diferentes momentos, pero el resultado es impresionante. El comienzo (Esd. 2) está ligado al final (Neh. 7), y no solo se construyó el segundo Templo, sino también se remodeló y se erigió Jerusalén.
Lee Nehemías 7:73. ¿Qué nos enseña sobre el éxito que tuvieron en su deseo de hacer la voluntad de Dios?
“Los hijos de Israel estaban en sus ciudades”.
Desde muchos puntos de vista, el regreso y la reconstrucción fueron increíbles. Un pueblo que muchos años antes padeció la devastación de la ciudad, la destrucción del Templo y la asolación de la tierra, ahora había regresado a esa misma tierra y esa misma ciudad, y estaba reconstruyendo todo, incluso el Templo. Debió haberles parecido milagroso a ellos y también a quienes los rodeaban. Sin embargo, todo era según la voluntad y las promesas de Dios.
■ ¿Qué te parece desalentador en tu vida en este momento, y aun así, todavía sigues confiando en que, con la ayuda del Señor, saldrás adelante?
Notas EGW
Lunes, noviembre 25 En Sus Ciudades
El corazón de Dios nunca ha anhelado salvar a sus hijos terrenales con un amor más profundo y una ternura más compasiva que ahora. Nunca hubo un tiempo cuando Dios estuviera más dispuesto y esperando para hacer más por su pueblo que ahora. Y él instruirá y salvará a todos los que eligen ser salvados en la manera que él ha establecido. Aquellos que son espirituales pueden discernir cosas espirituales y ver señales de la presencia y la obra de Dios en todas partes. Satanás, mediante su estrategia hábil y perversa, condujo a nuestros primeros padres fuera del Jardín del Edén, de su inocencia y pureza al pecado y una miseria indecible. No ha cesado de destruir; todas las fuerzas de las que puede disponer las emplea diligentemente en estos últimos días para lograr la ruina de las almas (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 500).
Es cierto que sufriremos chascos y que nos aguardan tribulaciones; pero debemos encomendar todo, sea grande o pequeño, a nuestro Dios. A él no lo aturden la multitud de nuestros sinsabores, ni lo abruma el peso de nuestras cargas. Su protección se extiende a todos los hogares y vela por cada individuo. A él le preocupan todos nuestros negocios y pesares. Él anota cada lágrima; se conmueve al advertir nuestras debilidades. Todas las aflicciones y pruebas que nos sobrecogen son permitidas a fin de que obren los divinos propósitos de amor en nuestro beneficio, “para que recibamos su santificación”, y así participemos de la plenitud del gozo que se halla en su presencia (Mi vida hoy, p. 301).
Dios conoce íntimamente a cada hombre. Si nuestros ojos pudieran ser abiertos, veríamos la justicia eterna que está en acción en nuestro mundo. Está en función una influencia poderosa, ajena al domino del hombre. El hombre puede suponer que él está dirigiendo las cosas, pero actúan influencias que son más que humanas. Los siervos de Dios saben que él está en acción para contrarrestar los planes de Satanás. Los que no conocen a Dios no pueden comprender sus acciones. Está en acción una rueda dentro de una rueda. La complejidad de la maquinaria es, en apariencia, tan intrincada, que el hombre solo puede ver una confusión completa. Pero la mano divina, tal como la vio el profeta Ezequiel, está colocada sobre las ruedas, y cada parte se mueve en completa armonía, haciendo cada una su obra específica, y sin embargo con libertad de acción individual (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 4, p. 1182, 1183).
Si pensamos como Dios, nuestra voluntad se sumergirá en la de Dios, e iremos a cualquier parte donde Dios nos dirija. Así como un niño amante pone su mano en la de su padre, y camina junto a él con plena confianza haya oscuridad o luz, así también los hijos de Dios deben andar con Jesús en tiempo de gozo o de aflicción….
El alma que ama a Dios, se complace en obtener fuerza de él mediante una constante comunión con él. Cuando la conversación con Dios se convierte en el hábito del alma, se rompe el poder del diablo, porque Satanás no puede morar cerca del alma que está junto a Dios. Si Cristo es vuestro compañero, no tendréis pensamientos vanos e impuros; no os complaceréis en pronunciar palabras frívolas que afligirán al que ha sido el santificador de vuestra alma (A fin de conocerle, pp. 248, 249).
Lunes, noviembre 25 En Sus Ciudades
El corazón de Dios nunca ha anhelado salvar a sus hijos terrenales con un amor más profundo y una ternura más compasiva que ahora. Nunca hubo un tiempo cuando Dios estuviera más dispuesto y esperando para hacer más por su pueblo que ahora. Y él instruirá y salvará a todos los que eligen ser salvados en la manera que él ha establecido. Aquellos que son espirituales pueden discernir cosas espirituales y ver señales de la presencia y la obra de Dios en todas partes. Satanás, mediante su estrategia hábil y perversa, condujo a nuestros primeros padres fuera del Jardín del Edén, de su inocencia y pureza al pecado y una miseria indecible. No ha cesado de destruir; todas las fuerzas de las que puede disponer las emplea diligentemente en estos últimos días para lograr la ruina de las almas (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 500).
Es cierto que sufriremos chascos y que nos aguardan tribulaciones; pero debemos encomendar todo, sea grande o pequeño, a nuestro Dios. A él no lo aturden la multitud de nuestros sinsabores, ni lo abruma el peso de nuestras cargas. Su protección se extiende a todos los hogares y vela por cada individuo. A él le preocupan todos nuestros negocios y pesares. Él anota cada lágrima; se conmueve al advertir nuestras debilidades. Todas las aflicciones y pruebas que nos sobrecogen son permitidas a fin de que obren los divinos propósitos de amor en nuestro beneficio, “para que recibamos su santificación”, y así participemos de la plenitud del gozo que se halla en su presencia (Mi vida hoy, p. 301).
Dios conoce íntimamente a cada hombre. Si nuestros ojos pudieran ser abiertos, veríamos la justicia eterna que está en acción en nuestro mundo. Está en función una influencia poderosa, ajena al domino del hombre. El hombre puede suponer que él está dirigiendo las cosas, pero actúan influencias que son más que humanas. Los siervos de Dios saben que él está en acción para contrarrestar los planes de Satanás. Los que no conocen a Dios no pueden comprender sus acciones. Está en acción una rueda dentro de una rueda. La complejidad de la maquinaria es, en apariencia, tan intrincada, que el hombre solo puede ver una confusión completa. Pero la mano divina, tal como la vio el profeta Ezequiel, está colocada sobre las ruedas, y cada parte se mueve en completa armonía, haciendo cada una su obra específica, y sin embargo con libertad de acción individual (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 4, p. 1182, 1183).
Si pensamos como Dios, nuestra voluntad se sumergirá en la de Dios, e iremos a cualquier parte donde Dios nos dirija. Así como un niño amante pone su mano en la de su padre, y camina junto a él con plena confianza haya oscuridad o luz, así también los hijos de Dios deben andar con Jesús en tiempo de gozo o de aflicción….
El alma que ama a Dios, se complace en obtener fuerza de él mediante una constante comunión con él. Cuando la conversación con Dios se convierte en el hábito del alma, se rompe el poder del diablo, porque Satanás no puede morar cerca del alma que está junto a Dios. Si Cristo es vuestro compañero, no tendréis pensamientos vanos e impuros; no os complaceréis en pronunciar palabras frívolas que afligirán al que ha sido el santificador de vuestra alma (A fin de conocerle, pp. 248, 249).
Martes 26 de noviembre
¿DÓNDE ESTÁN LOS SACERDOTES?
Sin duda, como vimos ayer, fue el asombroso cumplimiento de la profecía lo que hizo volver a los judíos desde Babilonia.
Pero, como con todo lo relacionado con los seres humanos, había problemas. Y uno de los grandes problemas era que, a pesar de todas las maravillosas promesas de restauración después del exilio, muchos de los judíos no quisieron regresar a la tierra de sus antepasados. Es decir, prefirieron quedarse en Babilonia.
¿Por qué?
Lee Esdras 8:1 al 15. Concéntrate específicamente en el versículo 15. ¿Cuál era la gran preocupación aquí, y por qué era una preocupación para alguien que quería restablecer a la nación de Israel en su antigua tierra?
El hecho es que no todos los judíos de Babilonia, incluidos algunos levitas, querían regresar. Podrían haber influido varios factores. Muchos de ellos habían nacido y se habían criado en el nuevo país, y eso era todo lo que conocían. Muchos quizá no querían hacer el largo viaje de regreso, que por cierto era peligroso, a una tierra que nunca habían conocido. Sin embargo, sabemos que finalmente consiguieron suficientes levitas para servir en el Templo (ver la lección del jueves), a pesar de los desafíos.
“En ese momento, los judíos que permanecían en los países de su exilio ya habían estado allí durante casi siglo y medio. Las excavaciones realizadas en Nipur han proporcionado numerosos documentos que demuestran que muchos judíos ricos vivían en esa zona de Mesopotamia durante el reinado de Artajerjes I. Por eso quizás a Esdras y a sus colaboradores les haya resultado difícil convencer a muchos más para que fueran con ellos a Palestina. Los repatriados solo podrían esperar una vida ardua en la antigua patria, con menos comodidades que las de Babilonia. En vista de estas consideraciones, sorprende que Esdras hubiera logrado convencer a unas dos mil familias para que echaran su suerte con la de sus hermanos en la antigua patria” (CBA 3:378).
■ “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hech. 14:22). ¿Qué nos dice esto acerca de la realidad de las pruebas y las dificultades para aquellos que quieren servir fielmente al Señor?
Notas EGW
Martes, noviembre 26 Dónde Están Los Sacerdotes
Esdras había esperado que una gran multitud regresaría a Jerusalén, pero se quedó chasqueado por lo reducido del número de los que habían respondido al llamamiento. Muchos, que habían adquirido casas y tierras, no deseaban sacrificar estos bienes. Amaban la comodidad, y estaban perfectamente contentos de quedarse donde estaban. Su ejemplo resultó un estorbo para los que sin esto habrían decidido echar su suerte con la de quienes avanzaban por fe.
Cuando Esdras pasó revista a la congregación, se sorprendió al no encontrar a ninguno de los hijos de Leví. ¿Dónde estaban los miembros de la tribu que había sido designada para el servicio sagrado del templo? A la convocación: ¿Quién está de parte del Señor? los levitas debieran haber sido los primeros en responder (Profetas y reyes, p. 450).
Entramos en el reino de los cielos por medio de mucha tribulación. A fin de participar de la gloria de Cristo, debemos compartir sus sufrimientos… Ha vencido por nosotros. ¿Seremos entonces tímidos y cobardes debido a las pruebas que afrontamos al avanzar?
Cuando apreciemos más profundamente la misericordia y la longanimidad de Dios, lo alabaremos más en lugar de quejarnos. Hablaremos de la amante vigilancia del Señor, de la tierna compasión del buen Pastor. El idioma del corazón no será la murmuración y la queja egoísta. La alabanza, como una corriente clara y que fluye, brotará de los verdaderos creyentes en Dios. Dirán: “El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”.
El Señor es nuestro ayudador… Nadie confió jamás en Dios. Nunca chasquea a quienes ponen su confianza en él. Si tan sólo hiciéramos la obra que el Señor quisiera que hiciésemos, siguiendo las pisadas de Jesús, nuestros corazones se convertirían en arpas sagradas, y cada uno de sus acordes emitiría alabanza y acción de gracias a Aquel que fue enviado por Dios a quitar el pecado del mundo (Hijos e hijas de Dios, p. 200).
¿Cómo es el camino que nos lleva al cielo? ¿Es un camino lleno de conveniencias invitadoras? No, sino que es un sendero estrecho y aparentemente incómodo; es un camino donde hay conflictos, pruebas, tribulaciones y sufrimientos. Nuestro Capitán, Jesucristo, no nos ha ocultado nada concerniente a las batallas que debemos pelear. Despliega el mapa delante de nosotros y nos muestra el camino…. “En el mundo tendréis aflicción”. Juan 16:33. El apóstol se hace eco de las palabras de Cristo: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. Hechos 14:22…
Si no fuera por Jesús, nuestro peregrinaje verdaderamente sería solitario y doloroso. El dice: “No os dejaré huérfanos”. Juan 14:18. Por lo tanto reunamos todas las preciosas promesas. Repitámoslas durante el día y meditemos en ellas durante la noche, y estemos gozosos (Mensajes selectos, t. 2, p. 279).
Martes, noviembre 26 Dónde Están Los Sacerdotes
Esdras había esperado que una gran multitud regresaría a Jerusalén, pero se quedó chasqueado por lo reducido del número de los que habían respondido al llamamiento. Muchos, que habían adquirido casas y tierras, no deseaban sacrificar estos bienes. Amaban la comodidad, y estaban perfectamente contentos de quedarse donde estaban. Su ejemplo resultó un estorbo para los que sin esto habrían decidido echar su suerte con la de quienes avanzaban por fe.
Cuando Esdras pasó revista a la congregación, se sorprendió al no encontrar a ninguno de los hijos de Leví. ¿Dónde estaban los miembros de la tribu que había sido designada para el servicio sagrado del templo? A la convocación: ¿Quién está de parte del Señor? los levitas debieran haber sido los primeros en responder (Profetas y reyes, p. 450).
Entramos en el reino de los cielos por medio de mucha tribulación. A fin de participar de la gloria de Cristo, debemos compartir sus sufrimientos… Ha vencido por nosotros. ¿Seremos entonces tímidos y cobardes debido a las pruebas que afrontamos al avanzar?
Cuando apreciemos más profundamente la misericordia y la longanimidad de Dios, lo alabaremos más en lugar de quejarnos. Hablaremos de la amante vigilancia del Señor, de la tierna compasión del buen Pastor. El idioma del corazón no será la murmuración y la queja egoísta. La alabanza, como una corriente clara y que fluye, brotará de los verdaderos creyentes en Dios. Dirán: “El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”.
El Señor es nuestro ayudador… Nadie confió jamás en Dios. Nunca chasquea a quienes ponen su confianza en él. Si tan sólo hiciéramos la obra que el Señor quisiera que hiciésemos, siguiendo las pisadas de Jesús, nuestros corazones se convertirían en arpas sagradas, y cada uno de sus acordes emitiría alabanza y acción de gracias a Aquel que fue enviado por Dios a quitar el pecado del mundo (Hijos e hijas de Dios, p. 200).
¿Cómo es el camino que nos lleva al cielo? ¿Es un camino lleno de conveniencias invitadoras? No, sino que es un sendero estrecho y aparentemente incómodo; es un camino donde hay conflictos, pruebas, tribulaciones y sufrimientos. Nuestro Capitán, Jesucristo, no nos ha ocultado nada concerniente a las batallas que debemos pelear. Despliega el mapa delante de nosotros y nos muestra el camino…. “En el mundo tendréis aflicción”. Juan 16:33. El apóstol se hace eco de las palabras de Cristo: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. Hechos 14:22…
Si no fuera por Jesús, nuestro peregrinaje verdaderamente sería solitario y doloroso. El dice: “No os dejaré huérfanos”. Juan 14:18. Por lo tanto reunamos todas las preciosas promesas. Repitámoslas durante el día y meditemos en ellas durante la noche, y estemos gozosos (Mensajes selectos, t. 2, p. 279).
Miércoles 27 de noviembre
HUMILLARSE ANTE DIOS
Lee Deuteronomio 30:1 al 6. ¿Qué promesa se le dio al pueblo hebreo? ¿Qué debió haber significado esta promesa, entre otras similares, para hombres como Esdras y Nehemías?
Esdras y Nehemías conocían las profecías. Ellos sabían que Dios iba a hacer regresar al pueblo del cautiverio. En Nehemías 9, vimos que entendían su historia y las razones de sus dificultades. Al mismo tiempo, también conocían la gracia y la conducción de Dios, a pesar de sus pecados.
Por lo tanto, confiaron en el Señor, en que él haría que el regreso del cautiverio fuera exitoso. Sin embargo, esas promesas no significaban que no enfrentarían muchos desafíos en el camino. Gran parte de este trimestre, hasta ahora, hemos examinado las pruebas y las tribulaciones que enfrentaron, incluso en medio de las promesas de Dios.
Lee Esdras 8:16 al 23. ¿Cuál era el desafío y cómo respondieron?
A pesar de las promesas, Esdras sabía lo peligroso que era el viaje. Por lo tanto, ayunar y humillarse ante Dios eran formas de reconocer cuán dependientes eran de Dios para tener éxito. En este momento, con tantos peligros por delante, la idea de pedirle ayuda y protección al rey, como mínimo, se le había ocurrido a Esdras. Pero finalmente optó por no hacer eso, en contraste con Nehemías (Neh. 2:9), que tuvo una escolta para protegerlo. Esdras obviamente sentía que si la hubiese pedido habría sido deshonroso para el Señor, porque ya le había dicho al rey: “La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan” (Esd. 8:22). En este caso funcionó bien, ya que más tarde escribió (Esd. 8:31) que el Señor los había protegido, y llegaron a salvo a su destino.
■ Por supuesto, debemos confiar en Dios para todo. Al mismo tiempo, también, ¿en qué momentos podemos pedir ayuda incluso a aquellos que no son de nuestra fe? En muchos casos, ¿por qué eso es bueno, e incluso apropiado?
Notas EGW
Miércoles, noviembre 27 Humillarse Ante Dios
El conocimiento de las condiciones gracias a las cuales continuarían gozando de prosperidad bajo la mano de Dios, añadió una solemnidad más que común al servicio de consagración que celebraron Esdras y su compañía de almas fieles precisamente antes de partir. Esdras declaró al respecto: “Y publiqué ayuno allí junto al río de Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para toda nuestra hacienda.” “Ayunamos pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.” Vers. 21, 23 (Profetas y reyes, p. 452).
La fe que es para salvación no es una fe casual, no es el mero consentimiento del intelecto; es la creencia arraigada en el corazón que acepta a Cristo como a un Salvador personal, segura de que él puede salvar perpetuamente a todos los que acuden a Dios mediante él. Creer que él salvará a otros pero que no te salvará a ti, no es fe genuina. Sin embargo, cuando el alma se aferra de Cristo como de la única esperanza de salvación, entonces se manifiesta la fe genuina. Esa fe induce a su poseedor a colocar todos los afectos del alma en Cristo. Su comprensión está bajo el dominio del Espíritu Santo y su carácter se modela de acuerdo con la semejanza divina. Su fe no es muerta, sino una fe que obra por el amor y lo induce a contemplar la belleza de Cristo y a asimilarse al carácter divino (Mensajes selectos, t. 1, p. 458).
El cuidado ejercitado por Esdras al proveer para el transporte y la seguridad del tesoro de Dios enseña una lección que merece un estudio reflexivo. Se eligieron únicamente personas de carácter fidedigno, ya probado; y se las instruyó con claridad acerca de la responsabilidad que les incumbía. Al designar magistrados fieles para que actuasen como tesoreros de los bienes del Señor, Esdras reconoció la necesidad y el valor del orden y la organización en lo relativo a la obra de Dios.
Durante los pocos días que los israelitas esperaron al lado del río, se terminaron todos los preparativos para el largo viaje. Escribió Esdras: “Y partimos del río de Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén: y la mano de nuestro Dios fue sobre nosotros, el cual nos libró de mano de enemigo y de asechador en el camino.” Vers. 31. El viaje ocupó más o menos cuatro meses, pues la multitud que acompañaba a Esdras y sumaba en total varios millares de personas, incluía mujeres y niños y exigía que se avanzase lentamente. Pero todos fueron guardados sanos y salvos; sus enemigos fueron refrenados de hacerles daño. Su viaje fue próspero; y en el primer día del quinto mes, en el año séptimo de Artajerjes, llegaron a Jerusalén (Profetas y reyes, p. 453).
Miércoles, noviembre 27 Humillarse Ante Dios
El conocimiento de las condiciones gracias a las cuales continuarían gozando de prosperidad bajo la mano de Dios, añadió una solemnidad más que común al servicio de consagración que celebraron Esdras y su compañía de almas fieles precisamente antes de partir. Esdras declaró al respecto: “Y publiqué ayuno allí junto al río de Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para toda nuestra hacienda.” “Ayunamos pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.” Vers. 21, 23 (Profetas y reyes, p. 452).
La fe que es para salvación no es una fe casual, no es el mero consentimiento del intelecto; es la creencia arraigada en el corazón que acepta a Cristo como a un Salvador personal, segura de que él puede salvar perpetuamente a todos los que acuden a Dios mediante él. Creer que él salvará a otros pero que no te salvará a ti, no es fe genuina. Sin embargo, cuando el alma se aferra de Cristo como de la única esperanza de salvación, entonces se manifiesta la fe genuina. Esa fe induce a su poseedor a colocar todos los afectos del alma en Cristo. Su comprensión está bajo el dominio del Espíritu Santo y su carácter se modela de acuerdo con la semejanza divina. Su fe no es muerta, sino una fe que obra por el amor y lo induce a contemplar la belleza de Cristo y a asimilarse al carácter divino (Mensajes selectos, t. 1, p. 458).
El cuidado ejercitado por Esdras al proveer para el transporte y la seguridad del tesoro de Dios enseña una lección que merece un estudio reflexivo. Se eligieron únicamente personas de carácter fidedigno, ya probado; y se las instruyó con claridad acerca de la responsabilidad que les incumbía. Al designar magistrados fieles para que actuasen como tesoreros de los bienes del Señor, Esdras reconoció la necesidad y el valor del orden y la organización en lo relativo a la obra de Dios.
Durante los pocos días que los israelitas esperaron al lado del río, se terminaron todos los preparativos para el largo viaje. Escribió Esdras: “Y partimos del río de Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén: y la mano de nuestro Dios fue sobre nosotros, el cual nos libró de mano de enemigo y de asechador en el camino.” Vers. 31. El viaje ocupó más o menos cuatro meses, pues la multitud que acompañaba a Esdras y sumaba en total varios millares de personas, incluía mujeres y niños y exigía que se avanzase lentamente. Pero todos fueron guardados sanos y salvos; sus enemigos fueron refrenados de hacerles daño. Su viaje fue próspero; y en el primer día del quinto mes, en el año séptimo de Artajerjes, llegaron a Jerusalén (Profetas y reyes, p. 453).
Jueves 28 de noviembre
EN LA SANTA CIUDAD
Lee Nehemías 11:1 y 2. ¿Qué ocurre en este pasaje? ¿Por qué tendrían que echar suertes para ver quién viviría en Jerusalén o en las otras ciudades?
¿Qué nos enseña Nehemías 11? Se necesitaban nuevos residentes para Jerusalén de entre los recién llegados que habían regresado a la tierra después de su exilio.
Aparentemente, era más fácil vivir en el campo que en la ciudad. La gente tenía su propia tierra, heredada de sus antepasados. Abandonarla e ir a vivir a Jerusalén era un sacrificio, y muchos podían sentir con razón que sufrirían desarraigo. La vida tendría nuevos desafíos, y un estilo de vida urbano es diferente de vivir en un zona rural. Mudarse a un nuevo entorno desconocido siempre es difícil.
¿Cuán difícil es mudarse a una nueva ciudad o país donde el evangelio necesita difundirse? La misión en las ciudades requiere buena voluntad para emprender nuevas aventuras y adversidades.
“Nuestros obreros no están comunicando el mensaje como deberían. Nuestros dirigentes no han despertado a la tarea que debe realizarse. Cuando pienso en las ciudades donde se ha hecho tan poco, donde hay tantos miles a quienes amonestar acerca del pronto advenimiento del Salvador, experimento un deseo intenso de ver a hombres y mujeres que salgan a hacer la obra con el poder del Espíritu, llenos del amor de Cristo por las almas que perecen” (TI 7:42).
¿Por qué se menciona una larga lista de sacerdotes y levitas en Nehemías 12:1 al 26? ¿Cuál es la relación entre ellos y la dedicación del muro de Jerusalén que se describe en la segunda parte del mismo capítulo (Neh. 12:27–47)?
Dios quiere que las cosas se hagan de una manera apropiada. Primero se necesita gente dedicada y consagrada antes de que se puedan lograr grandes cosas. Estas familias sacerdotales ayudaron a Nehemías a construir los muros para que pudieran adorar con seguridad al Dios vivo en el Templo sin intervención externa. Los muros eran importantes para la seguridad; pero, sin sacerdotes piadosos, la verdadera adoración corría peligro. Por lo tanto, todo el pueblo, en sus diversas funciones, tenía un rol que desempeñar.
Notas EGW
Jueves, noviembre 28 En La Santa Ciudad
Mientras Nehemías imploraba la ayuda de Dios, no se cruzó de brazos, pensando que no tenía más responsabilidad en el cumplimiento de su propósito de restaurar a Jerusalén. Con admirable prudencia y previsión, procedió a tomar todas las providencias necesarias para asegurar el éxito de la empresa. Cada movimiento se caracterizaba por una gran cautela.
El ejemplo de este santo hombre [Nehemías] debiera ser una lección para todos los hijos de Dios, a fin de que no sólo oren ellos con fe, sino que trabajen también con diligencia y fidelidad. ¡Cuántas dificultades encontramos, cuán a menudo impedimos que la Providencia obre en nuestro favor, debido a que se considera que la prudencia, la previsión y el esmero tienen poco que ver con la religión! Es ésta una gran equivocación. Es deber nuestro cultivar y ejercitar toda facultad que nos haría más eficientes obreros para Dios. La consideración cuidadosa y los planes bien pensados, son tan esenciales para el éxito de las empresas sagradas hoy en día como en el tiempo de Nehemías (Servicio cristiano, p. 296).
Los que aguardan la pronta aparición de Cristo no estarán ociosos. Al contrario, serán diligentes en sus asuntos. No trabajarán con negligencia y falta de honradez, sino con fidelidad, presteza y esmero. Los que se lisonjean de que el descuido y la negligencia en las cosas de esta vida son evidencia de su espiritualidad y de su separación del mundo incurren en un gran error. Su veracidad, fidelidad e integridad se prueban mediante las cosas temporales. Si son fieles en lo poco, lo serán en lo mucho.
Se me mostró que es en esto donde muchos no superan la prueba. Desarrollan su verdadero carácter en el manejo de las preocupaciones temporales. Son infieles, maquinadores y deshonestos en su trato con sus semejantes. No consideran que su derecho a la vida futura e inmortal depende de cómo se conducen en los asuntos de la presente, y que la más estricta integridad es indispensable para la formación de un carácter justo (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 304).
Los que están trabajando en lugares donde la obra no ha comenzado hace mucho, con frecuencia se encontrarán grandemente necesitados de mejores medios. Su obra parecerá estar estorbada por falta de esos medios, pero no se preocupen. Presenten todo al asunto al Señor en oración. Cuando tratamos de vigorizar la obra en un territorio nuevo, con frecuencia hemos llegado al límite de nuestros recursos. A veces parecía como si no hubiéramos podido avanzar más. Pero continuamos elevando nuestras peticiones a las cortes celestiales, siendo abnegados todo el tiempo, y Dios escuchó nuestras oraciones y las contestó enviándonos medios para el avance de la obra.
Colocad cada ansiedad a los pies del Redentor. “Pedid, y recibiréis”. Juan 16:24. Trabajad, orad y creed de todo corazón. Antes de hacer algo, no esperéis hasta que el dinero esté en vuestras manos. Avanzad por fe…. Mientras oráis a Dios en procura de ayuda, aprended a creer. Practicad la abnegación, pues toda la vida de Cristo en esta tierra fue de abnegación. Vino para mostrarnos lo que debemos hacer a fin de ganar la vida eternal.
Haced lo mejor que podáis, y luego esperad paciente, esperanzada y regocijadamente, porque no pueden fallar las promesas de Dios (Mensajes selectos, t. 1, p. 102).
Jueves, noviembre 28 En La Santa Ciudad
Mientras Nehemías imploraba la ayuda de Dios, no se cruzó de brazos, pensando que no tenía más responsabilidad en el cumplimiento de su propósito de restaurar a Jerusalén. Con admirable prudencia y previsión, procedió a tomar todas las providencias necesarias para asegurar el éxito de la empresa. Cada movimiento se caracterizaba por una gran cautela.
El ejemplo de este santo hombre [Nehemías] debiera ser una lección para todos los hijos de Dios, a fin de que no sólo oren ellos con fe, sino que trabajen también con diligencia y fidelidad. ¡Cuántas dificultades encontramos, cuán a menudo impedimos que la Providencia obre en nuestro favor, debido a que se considera que la prudencia, la previsión y el esmero tienen poco que ver con la religión! Es ésta una gran equivocación. Es deber nuestro cultivar y ejercitar toda facultad que nos haría más eficientes obreros para Dios. La consideración cuidadosa y los planes bien pensados, son tan esenciales para el éxito de las empresas sagradas hoy en día como en el tiempo de Nehemías (Servicio cristiano, p. 296).
Los que aguardan la pronta aparición de Cristo no estarán ociosos. Al contrario, serán diligentes en sus asuntos. No trabajarán con negligencia y falta de honradez, sino con fidelidad, presteza y esmero. Los que se lisonjean de que el descuido y la negligencia en las cosas de esta vida son evidencia de su espiritualidad y de su separación del mundo incurren en un gran error. Su veracidad, fidelidad e integridad se prueban mediante las cosas temporales. Si son fieles en lo poco, lo serán en lo mucho.
Se me mostró que es en esto donde muchos no superan la prueba. Desarrollan su verdadero carácter en el manejo de las preocupaciones temporales. Son infieles, maquinadores y deshonestos en su trato con sus semejantes. No consideran que su derecho a la vida futura e inmortal depende de cómo se conducen en los asuntos de la presente, y que la más estricta integridad es indispensable para la formación de un carácter justo (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 304).
Los que están trabajando en lugares donde la obra no ha comenzado hace mucho, con frecuencia se encontrarán grandemente necesitados de mejores medios. Su obra parecerá estar estorbada por falta de esos medios, pero no se preocupen. Presenten todo al asunto al Señor en oración. Cuando tratamos de vigorizar la obra en un territorio nuevo, con frecuencia hemos llegado al límite de nuestros recursos. A veces parecía como si no hubiéramos podido avanzar más. Pero continuamos elevando nuestras peticiones a las cortes celestiales, siendo abnegados todo el tiempo, y Dios escuchó nuestras oraciones y las contestó enviándonos medios para el avance de la obra.
Colocad cada ansiedad a los pies del Redentor. “Pedid, y recibiréis”. Juan 16:24. Trabajad, orad y creed de todo corazón. Antes de hacer algo, no esperéis hasta que el dinero esté en vuestras manos. Avanzad por fe…. Mientras oráis a Dios en procura de ayuda, aprended a creer. Practicad la abnegación, pues toda la vida de Cristo en esta tierra fue de abnegación. Vino para mostrarnos lo que debemos hacer a fin de ganar la vida eternal.
Haced lo mejor que podáis, y luego esperad paciente, esperanzada y regocijadamente, porque no pueden fallar las promesas de Dios (Mensajes selectos, t. 1, p. 102).
Viernes 29 de noviembre
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El camino a Cristo, “La prueba del discipulado”, pp. 57-65.
“Hay quienes han conocido el amor perdonador de Cristo y realmente desean ser hijos de Dios; sin embargo, reconocen que su carácter es imperfecto y su vida defectuosa, y están propensos a dudar de que sus corazones hayan sido regenerados por el Espíritu Santo. A los tales quiero decirles: No se abandonen a la desesperación. A menudo tendremos que postrarnos y llorar a los pies de Jesús por causa de nuestros defectos y errores, pero no debemos desanimarnos. Incluso si somos vencidos por el enemigo, no somos desechados, ni abandonados, ni rechazados por Dios. No; Cristo está a la diestra de Dios e intercede por nosotros. [...] Él desea que te reconcilies con él, para ver su pureza y su santidad reflejadas en ti. Y si tan solo quieres entregarte a él, el que comenzó en ti la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Ora con más fervor; cree más plenamente. A medida que desconfiemos de nuestro propio poder, confiemos en el poder de nuestro Redentor, y alabaremos a quien es la salud de nuestro rostro” (CC 64).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Piensa en Daniel 2 y cómo Daniel, hace miles de años, predijo con tanta precisión el surgimiento y la caída de los imperios, e incluso describió (con mucha precisión) la desunión de la Europa moderna actual. ¿Cómo podemos aprender a consolarnos en esta profecía, que nos muestra en forma tan poderosa, incluso en medio del caos mundial, que Dios sabe todo lo que está sucediendo e incluso lo ha predicho?
2. Dios sabe todo acerca de nosotros. Esto es reconfortante, y nos da seguridad y la confianza de que estamos bajo su cuidado. “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú” (Isa. 43:1). ¿Cómo puedes brindarles a los demás la seguridad de la presencia y el cuidado de Dios cuando atraviesan crisis emocionales, relacionales, sociales o económicas?
3. Reflexiona en el tema de la lección del miércoles, cuando Esdras no le quiso pedir ayuda al rey porque temía que sus palabras sobre la protección de Dios sonaran vacías. Sabemos, por ejemplo, que Dios sana. Por lo tanto, esto ¿significa que estamos mostrando falta de fe en que él nos sane si vamos al médico? Analiza este tema en clase.
Notas EGW
Viernes 29 de noviembre: Para estudiar y meditar
El camino a Cristo, "Cómo lograr una magnífica renovación", pp. 57-65.
Maranata: El Señor viene, "¿Lloraremos o nos regocijaremos?", p. 39.
Viernes 29 de noviembre: Para estudiar y meditar
El camino a Cristo, "Cómo lograr una magnífica renovación", pp. 57-65.
Maranata: El Señor viene, "¿Lloraremos o nos regocijaremos?", p. 39.
Dios lo bendiga!!!
- MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO -
Lección 9
Lección 9
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: Nehemías 10:29.
Enfoque del estudio: Esdras 2, 8; Nehemías 7, 10, 12.
La Lección 9 analiza varias listas y genealogías que se encuentran en los libros de Esdras y Nehemías. Las listas incluyen: genealogías de aquellos que regresaron a Judá con Zorobabel (Esd. 2), y luego con Esdras (Esd. 8) y Nehemías (Neh. 7), así como la enumeración de los vasos y los artículos que trajo Sesbasar (Zorobabel) para el Templo del Señor (Esd. 1:7-11) después de haber sido llevados a Babilonia por Nabucodonosor. En Nehemías 12 hay una lista de sacerdotes y levitas que se enumeran para que la verdadera adoración a Dios pueda continuar. La atención a todos estos detalles demuestra el cuidado de Dios incluso por las pequeñas cosas de nuestra vida. Además, cada una de las listas nos enseña una lección. La lista de las vasijas del Templo nos retrotrae al banquete de Belsasar, que ofende intencionalmente a Dios al usar estos objetos sagrados para su fiesta (Dan. 5). Por otro lado, Ciro honra a Dios y a su pueblo al enviar los objetos con el pueblo a Jerusalén. Las listas genealógicas le recuerdan al lector que Dios no olvida a su pueblo, que preserva a sus familias y que cada familia tiene un papel en la obra de Dios. Desgraciadamente, la enumeración del pueblo también demuestra que no fueron muchos los israelitas que finalmente regresaron a Israel. La mayoría se sentía cómoda en sus nuevos hogares y cultura, y no quiso volver a la Tierra Prometida. Los que regresaron demostraron coraje y confianza en la conducción de Dios a pesar de las condiciones inciertas de reconstrucción de la nación.
Parte II: COMENTARIO
Genealogías
Esdras 2 y Nehemías 7 registran el mismo grupo de repatriados. Es una repetición de toda la gente que finalmente regresó a Israel de los tres grupos que fueron con Zorobabel, Esdras y Nehemías. El total de todo el grupo que regresó a Israel es de 42.360 (Esd. 2:64; Neh. 7:66). Sin embargo, esta cifra es confusa porque es considerablemente más alta que la suma de las cifras que figuran en los dos capítulos:
Listas de exiliados | Esdras 2 | Nehemías 7 |
---|---|---|
Hombres de Israel | 24.144 | 25.406 |
Sacerdotes | 4.289 | 4.289 |
Levitas, cantores, porteros | 341 | 360 |
Siervos del Templo (descendientes de los siervos de Salomón) |
392 | 392 |
Hombres de procedencia no comprobada | 652 | 642 |
Totales | 29.818 | 31.089 |
Tanto en Esdras 2 como en Nehemías 7, las cifras finales son las mismas (42.360), pero se cuentan de manera un poco diferente. ¿Cómo podemos explicar estas discrepancias? Hay algunas posibilidades. Quizás el número total incluya a sacerdotes de origen desconocido (Esd. 2:61-63) y probablemente también no se mencionen algunos grupos adicionales. Sin embargo, el mensaje general es muy claro: Dios conoce a aquellos que son suyos, y nadie será olvidado (2 Tim. 2:19). Esdras 2 y Nehemías 7 enumeran varias categorías de personas que regresaron, junto con la identificación de los nombres de las familias, sus jefes y sus representantes. ¿Qué categorías específicas de personas se enumeran? Sacerdotes, levitas, cantores, los nethinim (siervos del Templo), guardianes, hijos de los siervos de Salomón, así como algunos que no pudieron demostrar que eran israelitas pero que fueron aceptados entre el pueblo, solo que no formaban parte del sacerdocio (Esd. 2:59-63). Las diferentes categorías demuestran especialmente los diversos roles que los judíos tenían para trabajar para Dios. Cada uno recibe diferentes dones Y, a veces, asignaciones basadas en las fortalezas, los dones y los talentos que Dios nos ha dado. Él nos ha creado a cada uno de tal forma que juntos formemos un cuerpo completo de creyentes. Los cantores eran tan importantes como los sacerdotes que guiaban al pueblo en la adoración. Los siervos del Templo tenían el importante trabajo de mantener el Templo limpio y organizado. También ayudaban a los levitas con sus deberes.
Lista de animales
Curiosamente, los animales también se cuentan junto a esta lista de personas que regresaron del exilio babilónico, específicamente 736 caballos, 245 mulas, 435 camellos y 6.720 burros (Esd. 2:66, 67 ). Algunos podrían interpretar esta enumeración como una evidencia poderosa de que Dios también se preocupa por los animales. A lo largo de la Biblia, Dios muestra su preocupación por todo tipo de vida. Dios salvó a los animales en el arca de Noé (Gen. 7:2-3, 8) y se negó a destruir Nínive porque los seres humanos se arrepintieron, y también porque allí vivían muchos animales (ver Jon. 4:11). Además, en la Creación, Dios les dio a los seres humanos una solemne responsabilidad delegada de representarlo y cuidar de su mundo creado (Gén. 1:28). Lo mismo se repitió después del Diluvio, aunque con complicaciones (Gén. 9:2), porque ahora "el miedo de vosotros [los seres humanos]" se instaló en los animales.
Lista de sacerdotes
En Esdras 8, Esdras el escriba registra la genealogía de los que lo acompañaron desde Babilonia. Solo alrededor de cinco a seis mil personas regresaron con Esdras. La principal preocupación de Esdras es por el linaje sacerdotal, dado que él era sacerdote, pero también porque los sacerdotes eran importantes para el correcto funcionamiento de los servicios del Templo. Por lo tanto, comienza el registro al rastrear a los descendientes de Finees (hijo de Eleazar) e ltamar, que venían de Aarón, el sumo sacerdote. Luego, traza la línea política del rey David a través de Hatús, y luego los ciudadanos comunes completan el resto del relato. Se mencionan exactamente doce clanes, que recuerdan al lector las doce tribus de Israel. Aunque las doce tribus no regresaron en su totalidad, el pequeño número de judíos que lo hicieron es tan importante como si las doce tribus todavía estuviesen intactas. Una de las lecciones de esta genealogía es que así como Dios nunca abandonó a las doce tribus de Israel, así también cuidará a los repatriados.
Después de que Esdras reúne al pueblo en el río Ahava para viajar a Jerusalén, se apena porque los levitas no fueron. Los que debían enseñar al pueblo acerca de Dios y tenían el papel más importante de reintegrar al pueblo en su andar con Dios tomaron la decisión de no regresar a la tierra de Israel. Por lo tanto, Esdras actúa. Llama a nueve líderes y a un par de hombres descritos como "hombres con discernimiento" (Esd. 8:16, NTV) y les da la tarea de ir a un hombre llamado "lddo", en Casifia, para pedirle que les envíe levitas, así como algunos nethinims. No se sabe mucho de lddo ni del lugar de Casifia, excepto que debió de haber sido un sitio densamente poblado por los judíos. Esdras luego elogia a Dios porque lddo envió a 38 levitas y a 220 nethinims, quienes fueron designados para servir a los levitas y ayudar en el Templo. El grupo sacerdotal respondió a las indicaciones del Espíritu Santo y decidió unirse a la asamblea en el río Ahava.
Nehemías 12 registra los nombres de los sacerdotes y los levitas desde el primer regreso de Babilonia hasta la época de Esdras y Nehemías. Una vez más, la crónica de los nombres demuestra el significado de las familias sacerdotales. El relato de la dedicación del muro de Jerusalén aparece inmediatamente después de la lista de los sacerdotes y los levitas, porque antes de contar la historia debe establecerse que la nación está totalmente equipada con el personal necesario para la dedicación y comprometido con la piedad.
Lista de artículos de oro y plata
Antes de partir hacia Jerusalén, Esdras proclamó ayuno y oración. Como no quería pedir una escolta del rey, se dedicó a orar. Sabía que necesitaban protección para el viaje y que Dios los librara de los saqueadores. Antes de partir hacia Jerusalén, Esdras dividió los artículos y las ofrendas para el Templo entre doce dirigentes sacerdotales. La lista de estos artículos se registra en Esdras 8:24 al 30. Los objetos de plata y de oro eran una ofrenda voluntaria a Dios. A medida que reciben los artículos, Esdras les dice: "Vosotros estáis consagrados a Jehová, y son santos los utensilios" (Esd. 8:28). El concepto de santidad es fundamental en todo el libro de Esdras, ya que los repatriados deben dedicar su vida a Dios y ser sus representantes en la Tierra. Esdras y los líderes querían revertir el error que cometieron sus antepasados. Estaban en una misión para Dios y la llevarían a cabo comprometidos totalmente con él.
Lista de animales para un holocausto
Otra lista aparece al final de este relato cuando los exiliados llegan a Jerusalén. La lista consiste en animales ofrecidos a Dios como un holocausto después de llegar a su nuevo hogar de manera segura (Esd. 8:35). El pueblo ofrece 12 toros, 96 carneros, 77 corderos y 12 cabras. La increíble cantidad de animales sacrificados como holocausto demuestra el agradecimiento de los repatriados. Estaban agradecidos por la protección de Dios al reconocer que no era una casualidad que llegaran a Jerusalén a salvo. También contemplaban el futuro. Debido a que Dios los cuidó en el viaje allí, él tenía un plan para que Israel prosperara.
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
a. ¿Por qué el escriba pensó que era importante dejar registro de esto?
b. ¿Por qué Dios preservó estos registros?
c. ¿Qué significan para ti hoy?
d. ¿Qué otras características de Dios puedes ver a través de estos registros además de que él se preocupa por nosotros y los detalles?
2. La santidad era un concepto importante del sacerdocio y de la nación de Israel. En general, por eso era vital guardar registro de todos los sacerdotes y los levitas. A lo largo del Antiguo Testamento, Dios llama a todo su pueblo a ser santo porque él es santo (Lev. 19:2). Ser santos porque Dios es santo significa que nos preocupa la rectitud moral.
a. ¿Sigue siendo importante hoy la santidad y la vida santa? ¿Por qué?
b. Una persona moralmente recta ¿se destaca en el mundo actual?
c. Dado que no tenemos el Templo del Antiguo Testamento ni el sacerdocio, ¿qué podemos hacer para asegurarnos de ser santos y de vivir plenamente para Dios como adventistas cristianos?
Dios lo bendiga!!!
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