Lección 6:
REPARANDO MURALLAS
Textos clave y referencias:
Isaías 58:6-12;
Profetas y reyes, cap. 57, pp. 459-461;
Comentario bíblico adventista, t. 4, p. 344.
Versículo para Memorizar:
“Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador y la lengua maliciosa, si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche”
(Isaías 58:9, 10).
Mensaje:
Servimos a otros mostrando bondad y compasión.
Isaías 58:6-12;
Profetas y reyes, cap. 57, pp. 459-461;
Comentario bíblico adventista, t. 4, p. 344.
Versículo para Memorizar:
“Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador y la lengua maliciosa, si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche”
(Isaías 58:9, 10).
Mensaje:
Servimos a otros mostrando bondad y compasión.
¿Has reparado algo alguna vez? ¿Tenía buena apariencia cuando terminaste la reparación? Isaías dice que somos reparadores de murallas cuando mostramos bondad a los demás. Imagina esta conversación entre un padre y su hijo en los tiempos bíblicos.
Safán y su padre caminaban un viernes de mañana hacia la puerta de las Ovejas.
—¡Este es un gran día para disfrutar de la vida! —exclamó el padre y Safán asintió con la cabeza.
Caminaban con dificultad, dispuestos a realizar la tarea que tenían delante.
—Hoy vamos a reparar la muralla oeste de la puerta de las Ovejas
—había anunciado el padre en el desayuno—. Allí hay un lugar bastante grande donde las piedras se han desprendido y quiero repararlo antes de que llegue el sábado.
Cuando llegaron a la puerta, el padre le dijo a Safán:
—Primeramente vamos a buscar algunas rocas grandes. Luego, necesitaremos limpiar estos escombros de modo que podamos hacer la reparación adecuadamente.
No mucho tiempo después ya habían reunido un montón de piedras grandes y largas ramas de los espinosos arbustos que se encontraban junto a la muralla destruida. Al mover una de las piedras desprendidas el padre dijo:
—Esto me recuerda a lo que se refirió el profeta Isaías cuando habló de Jesús. Él dijo que Jesús sería un “reparador de muros destruídos” (Isaías 58:12).
La familia de Safán había llegado a creer en Jesús después de escuchar a Pedro, y desde entonces, el padre escudriñaba las Escrituras de una manera diferente. Toda la familia disfrutaba
al escuchar las profecías acerca del Salvador y hablaban acerca de la forma en que se habían cumplido en Jesús. Lee Isaías 58:8 y 9.
Mientras el día avanzaba, conversaban acerca de las palabras de Isaías.
—Hijo, los versículos de este pasaje nos hablan acerca de la forma en que Dios quiere que tratemos a los demás. “Romper las cadenas de injusticia, libertar a los oprimidos, compartir tu alimento, tu techo, tu ropa” (versículo 6).
El padre se enderezó para estirar la espalda.
—Entiendo lo que significa compartir nuestro alimento, padre, pero ¿qué significa “romper las cadenas de injusticia” y “libertar a los oprimidos”?
—Hijo, piensa en Jesús. Él vino a un mundo que estaba atado por las cadenas que Satanás había arrojado sobre nosotros. Estábamos atrapados en el pecado, por toda clase de pensamientos y acciones dolorosos hacia nosotros y hacia los demás. Pero Jesús nos libertó. Él murió por nuestros pecados y ahora vive para restaurarnos a la forma original en que Dios nos creó.
—¡Eso es mucho para pensar! —respondió Safán, tratando de asimilar todo lo que su padre acababa de decir.
—Pero nosotros también podemos desatar cadenas de injusticia —agregó el padre mientras levantaba otra pesada roca para colocarla en su lugar—. Podemos ayudar a los demás compartiendo nuestra fe en Jesús y tratándolos con bondad y compasión. Ninguna de nuestras acciones debe hacer que la vida de otro sea difícil y miserable.
—Ya entiendo —asintió Safán—. Pero ¿qué significa la parte de “reparador de muros destruidos”?
El padre sonrió.
—Mira este muro. ¿Para qué lo tenemos aquí?
—Para mantener a las ovejas seguras —contestó Safán sin siquiera pensarlo.
—Exactamente —respondió el padre con una amplia sonrisa mientras envolvía una rama espinosa alrededor de la piedra que había terminado de reemplazar.
—Todos los que viven dentro del muro de protección de Dios están seguros. Dios quiere que lo amemos con todo nuestro corazón y que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos.
Cuando vivimos de esa forma, vivimos dentro de la muralla de su amor y su ley. Jesús vino para reparar nuestra comprensión acerca de la ley de amor y protección de Dios.
—Ahora puedo entender la comparación entre reparar una muralla de piedra y mostrar una actitud bondadosa y compasiva hacia los demás —dijo Safán.
Mientras Safán empujaba la última piedra grande hasta su lugar y su padre rellenaba con piedras más pequeñas alrededor, Safán se sentía satisfecho por haber entendido la enseñanza. Ambos miraron el sol. Habían terminado con suficiente tiempo como para alistarse para el sábado.
—¿Sabes una cosa? —preguntó el padre—. Jesús desea que sigamos su ejemplo. ¡Nos pide que mostremos bondad y compasión a todos los que nos rodean! Cuando compartimos las buenas nuevas de lo que él ha hecho por nosotros, estamos libertando a los oprimidos y ayudando a reparar un muro destruido.
—Nuestra familia comparte los alimentos, la ropa y el techo con los demás.Creo que nuestros muros están bien reparados —dijo Safán mientras admiraba su trabajo.
—Bueno, las Escrituras mencionan también cosas como no abusar de los demás, no acusarlos falsamente ni decir nada cruel. ¿Crees que tienes alguna reparación que hacer antes de la puesta del sol?
—preguntó el padre a Safán.
—¡Oh! ¿Te refieres a mi hermana? —dijo Safán inclinando un poco su cabeza.
—Exactamente —contestó su padre. Safán no dijo palabra alguna, pero su sonrisa declaraba que estaba listo para ser un verdadero “reparador”.
Dios lo bendiga!!!
Wasaaa
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