Lección 11:
EL MEJOR DE LOS REGALOS
Textos clave y referencias:
Lucas 2:1-7;
El Deseado de todas las gentes, cap. 4 (véase también cap. 5).
Versículo para Memorizar:
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él, no se pierda, sino que tenga vida eterna”
(Juan 3:16).
Mensaje:
Jesús es el regalo especial de Dios para mí.
Lucas 2:1-7;
El Deseado de todas las gentes, cap. 4 (véase también cap. 5).
Versículo para Memorizar:
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él, no se pierda, sino que tenga vida eterna”
(Juan 3:16).
Mensaje:
Jesús es el regalo especial de Dios para mí.
¿Has estado alguna vez acostado en tu cama sin poderte dormir? ¿Qué escuchabas? ¿Podías escuchar a mamá y a papá en otra habitación? ¿Escuchabas un búho u otra ave nocturna cantando? ¿El sonido del tránsito? ¿Cuáles son los sonidos que crees que habrías escuchado la noche en que nació Jesús —la noche cuando todas las promesas de Dios se hicieron realidad? Imagina que estás allí.
Si escuchas con atención podrías oír el ruido de la gente que pasa afuera, o los sonidos de los asnos y caballos moviéndose o relinchando en sus cuadras. O bien, el crujido de la paja mientras José y María se acuestan sobre ella para descansar. Tal vez hasta puedas escuchar las palabras de José llenas de cariño al nacer el bebé. Estoy seguro de que escucharías también el primer llanto del bebé.
Mira ahora al bebé. Es como los otros bebés: pequeño, con un mechoncito de cabello en su cabecita y con los ojos cerrados. Sus pequeños pies y manos se mueven hacia arriba por primera vez. Mira más detenidamente. ¡Este bebé es Jesús!
Mira a tu alrededor. Este no es un buen lugar para que nazca Jesús. Este lugar está lleno de asnos y caballos que pertenecen a las personas que se están hospedando cerca de allí. El lugar está sucio. Si miras hacia arriba, podrás ver nidos de aves en las vigas del techo. Hasta podrías ver una estrella asomando por una abertura del techo.
Mira más detenidamente ahora. Jesús está envuelto en una larga tira de tela. Su madre lo acuna en sus brazos. Entonces lo pone en un pesebre acolchonado con paja, que es donde va a dormir.
Este no parece ser el nacimiento del Hijo de Dios. Parece imposible. ¿Por qué sería necesario que alguien tuviera que cuidar del Hijo de Dios?
Mucho antes de que Jesús naciera en un establo de Belén, Dios había hecho una promesa. Inmediatamente después de que Eva pecara, Dios le prometió que algún día nacería un niño especial. Ese bebé habría de destruir a Satanás y todas sus tentaciones.
Esa no fue la única promesa que se cumplió esa noche. Dios le había dicho a David que uno de sus descendientes iba a ser el Mesías. Mesías significa “el prometido de Dios”. Tanto José como María eran descendientes de David. Miqueas, el siervo de Dios, había escrito que el Mesías nacería en Belén. Y así fue.
Todas esas promesas se cumplieron en un solo día. Jesús había vivido en el cielo. Él había creado a Adán y Eva. Los ángeles lo adoraban. Era el Rey del universo. Pero ese día se había hecho bebé. Necesitaba una madre y un padre que lo cuidaran. Tuvo que dormir en el lugar donde comían los animales.
¿Por qué? Jesús nos amaba demasiado como para estar separado de nosotros. Él quería
vivir con nosotros a fin de mostrarnos la forma de vivir con él. Nos dio otras promesas.
Promesas para todos nosotros. Dijo que volvería otra vez y lo hará, ¡muy pronto!.
Dios lo bendiga!!!
Q
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