Lección de Escuela Sabática de Adultos 2do Trimestre 2020, Escuela Sabática Adultos 2do Trimestre 2020, Lección 2do Trimestre 2020,
Lección 6: Para el 9 de mayo de 2020
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 24:36-45; 1 Corintios 12:10; 14:26; Hechos 17:16-32; Juan 12:42, 43.
PARA MEMORIZAR:
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Heb. 11:6).
Leer la Biblia también significa interpretar la Biblia. Pero ¿cómo hacemos eso? ¿Qué principios utilizamos? Por ejemplo, ¿cómo abordamos los diferentes tipos de escritura que encontramos? El pasaje que estamos leyendo ¿es una parábola, un sueño profético-simbólico o un relato histórico? Esto implica un acto de interpretación en sí.
A veces, algunos utilizan la Biblia como un oráculo divino: simplemente abren la Biblia al azar para buscar un versículo bíblico y esperan que les sirva de guía. Pero unir aleatoriamente los pasajes de la Biblia a medida que uno los encuentra puede llevar a conclusiones muy extrañas e incorrectas.
Por ejemplo, cuando un esposo dejó a su esposa por otra mujer, la esposa obtuvo una gran seguridad al encontrar el siguiente versículo: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer” (Gén. 3:15). ¡Ella estaba convencida, sobre la base de ese versículo, de que la aventura de su esposo no duraría!
Cualquier texto sin un contexto rápidamente se convierte en un pretexto para los planes y las ideas personales. Debemos interpretarla correctamente.
PRESUPOSICIONES
Lee Lucas 24:36 al 45. ¿Qué impidió que los discípulos, que estaban muy familiarizados con las Escrituras, vieran el verdadero significado de la Palabra de Dios, incluso cuando los acontecimientos predichos en ella se habían desarrollado ante ellos?
Nadie aborda el texto de las Escrituras con la mente en blanco. Todo lector, todo estudioso de las Escrituras, se acerca a la Biblia con una historia particular y una experiencia personal que inevitablemente afectan el proceso de interpretación. Incluso los discípulos tenían sus propias ideas concretas de quién era el Mesías y qué se suponía que debía hacer, según las expectativas de su época. Sus fuertes convicciones les impidieron una comprensión más clara del texto bíblico, lo que ayuda a explicar por qué muchas veces malinterpretaron a Jesús y los acontecimientos en torno a su vida, muerte y resurrección.
Todos tenemos una cantidad de creencias acerca de este mundo, sobre la realidad última, sobre Dios, que presuponemos o aceptamos, incluso sin querer o inconscientemente, cuando interpretamos la Biblia. Nadie se acerca al texto bíblico con una mente vacía. Si, por ejemplo, la cosmovisión de alguien descarta categóricamente cualquier intervención sobrenatural de Dios, esa persona no leerá ni entenderá las Escrituras como un relato verdadero y confiable de lo que Dios ha hecho en la historia, sino que lo interpretará de manera muy diferente de alguien que acepta la realidad de lo sobrenatural.
Los intérpretes de la Biblia no pueden desprenderse completamente de su propio pasado, de sus experiencias, de sus ideas permanentes ni de sus nociones y opiniones preconcebidas. No es posible alcanzar la neutralidad total, o la objetividad absoluta. El estudio de la Biblia y la reflexión teológica siempre suceden en el contexto de las presuposiciones sobre la naturaleza del mundo y la naturaleza de Dios.
Pero, lo bueno es que el Espíritu Santo puede abrirse paso y corregir nuestras limitadas perspectivas y presuposiciones al leer las palabras de las Escrituras con una mente abierta y un corazón honesto. La Biblia asevera repetidamente que hubo gente de procedencias muy diferentes que pudo entender la Palabra de Dios y que el Espíritu Santo nos guía “a toda la verdad” (Juan 16:13).
■ ¿Cuáles son algunas de tus presuposiciones? ¿De qué manera puedes someterlas a todas ellas a la Palabra de Dios para que la Palabra pueda reformular tus ideas y así estar más en armonía con la realidad que enseña la Biblia?
TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN
La Biblia se escribió en idiomas muy antiguos: el Antiguo Testamento se escribió principalmente en hebreo, con algunos pasajes en arameo, mientras el Nuevo Testamento se redactó en griego koiné. La mayoría de la población mundial actual no habla ni lee esos idiomas antiguos. Por lo tanto, la Biblia tiene que ser traducida a diferentes idiomas modernos.
Pero, como todo buen traductor sabe, toda traducción siempre implica algún tipo de interpretación. Algunas palabras en un idioma no tienen un equivalente exacto en otro. El arte y la habilidad de traducir cuidadosamente y luego interpretar textos bíblicos se llama “hermenéutica teológica, o bíblica”.
Lee 1 Corintios 12:10; 14:26; Juan 1:41; 9:7; Hechos 9:36; y Lucas 24:27. En todos los pasajes anteriores, vemos la idea de interpretación y traducción. En Lucas 24:27, incluso Jesús tuvo que explicarles el significado de las Escrituras a los discípulos. ¿Qué nos dice esto acerca de la importancia de la interpretación?
La palabra griega hermeneuo, de la que proviene la palabra hermenéutica (interpretación bíblica), se deriva del dios griego Hermes. Hermes era considerado un emisario y mensajero de los dioses, y por ende era responsable de, entre otras cosas, traducir mensajes divinos para el pueblo.
La cuestión fundamental para nosotros en lo que respecta a la hermenéutica es que, a menos que leamos los idiomas originales, nuestro único acceso a los textos es a través de traducciones. Afortunadamente, muchas traducciones hacen un buen trabajo a la hora de transmitir el significado esencial. No necesitamos saber el idioma original para poder entender las verdades fundamentales reveladas en las Escrituras, aunque tener ese conocimiento lingüístico podría ser provechoso. Sin embargo, incluso con una buena traducción, una interpretación correcta de los textos también es importante, como vimos en Lucas 24:27. Ese es el propósito clave de la hermenéutica: transmitir con precisión el significado de los textos bíblicos y ayudarnos a saber cómo aplicar correctamente la enseñanza del texto a nuestra vida actual. Como lo muestra el versículo de Lucas mencionado arriba, Jesús hizo esto por sus seguidores. ¡Imagina lo que debió haber sido tener a Jesús mismo interpretando pasajes de la Biblia para ti!
■ Muchos tienen acceso a varias traducciones; pero muchos otros, no. Cualquiera que sea la traducción que tengas, ¿por qué es importante estudiar la Palabra con oración y buscar obedecer sus enseñanzas?
LA BIBLIA Y LA CULTURA
Lee Hechos 17:16 al 32. En Hechos 17, Pablo trató de transmitir el mensaje del evangelio en un nuevo contexto: la filosofía de la cultura griega. ¿Cómo impactan los diferentes orígenes culturales en cómo evaluamos la importancia de varias ideas?
Es útil tener un conocimiento previo de la cultura del Cercano Oriente para comprender algunos pasajes bíblicos. “Por ejemplo, la cultura hebrea atribuía la responsabilidad a una persona por actos que no cometió, pero que permitió que sucedieran. Por lo tanto, los escritores inspirados de las Escrituras, comúnmente le atribuyen a Dios el tener parte activa en lo que en nuestra forma de pensar occidental diríamos que él permite o no impide que suceda, como, por ejemplo, el endurecimiento del corazón de Faraón” (Biblical Research Institute, “Métodos de estudio de la Biblia”, parte 4).
La cultura también plantea algunas cuestiones hermenéuticas importantes. La Biblia ¿está condicionada culturalmente y, por lo tanto, solo es pertinente a esa cultura en lo que afirma? ¿O el mensaje divino dado en una cultura particular trasciende esa cultura y les habla a todos los seres humanos? ¿Qué sucede si nuestra experiencia cultural se convierte en la base y la prueba de fuego para nuestra interpretación de las Escrituras?
En Hechos 17:26, el apóstol Pablo da una perspectiva interesante sobre la realidad que a menudo pasamos por alto al leer este versículo. Afirma que Dios nos hizo a todos de una sola sangre. Si bien tenemos mucha diversidad cultural, bíblicamente hablando existe un vínculo común que une a todas las personas a pesar de sus diferencias culturales, y eso es porque Dios es el Creador de toda la humanidad. Nuestra pecaminosidad y nuestra necesidad de salvación no se limitan a una sola cultura. Todos necesitamos la salvación que nos ofrecen la muerte y la resurrección de Jesucristo.
Aunque Dios les habló a generaciones específicas, se aseguró de que las generaciones futuras que leyeran la Palabra de Dios comprendieran que esas verdades trascienden las circunstancias locales y limitadas durante las cuales se escribieron los textos bíblicos.
Paralelamente, piensa en el álgebra, que se inventó en el siglo IX a.C. en Bagdad. ¿Significa esto, entonces, que las verdades y los principios de esta rama de las matemáticas están limitados solo a ese tiempo y lugar? Por supuesto que no.
El mismo principio se aplica a las verdades de la Palabra de Dios. Aunque la Biblia se escribió hace mucho tiempo en culturas muy diferentes a las nuestras, las verdades que contiene son tan relevantes para nosotros hoy como para sus primeros receptores.
NUESTRA NATURALEZA PECAMINOSA Y CAÍDA
Lee Juan 9:39 al 41; y 12:42 y 43. ¿Qué impidió que las personas, en estos pasajes, aceptaran la verdad del mensaje bíblico? ¿Qué palabras de advertencia y precaución podemos extraer de estos incidentes para nuestro provecho?
Es fácil considerar con desprecio a los líderes religiosos que rechazaron a Jesús a pesar de una evidencia tan poderosa. Sin embargo, debemos tener cuidado de no fomentar una actitud similar en relación con su Palabra.
No cabe duda de que el pecado alteró, rompió y fracturó radicalmente nuestra relación con Dios. El pecado afecta toda nuestra existencia humana. También afecta nuestra capacidad para interpretar las Escrituras. No es simplemente que nuestros procesos de pensamiento humano se emplean fácilmente para fines pecaminosos, sino que nuestra mente y nuestros pensamientos se han corrompido por el pecado y, por lo tanto, se han cerrado a la verdad de Dios. Las siguientes características de esta corrupción se pueden detectar en nuestro pensamiento: orgullo, autoengaño, duda, distancia y desobediencia.
Una persona orgullosa se exalta a sí misma por sobre Dios y su Palabra. Esto se debe a que el orgullo lleva al intérprete a poner demasiado énfasis en la razón humana como el árbitro final de la verdad, incluso de las verdades que se encuentran en la Biblia. Esta actitud disminuye la autoridad divina de la Escritura.
Algunos tienden a escuchar solo aquellas ideas que les son atractivas, aunque estas contradigan la voluntad revelada de Dios. Dios nos ha advertido sobre el peligro del autoengaño (Apoc. 3:17). El pecado también fomenta la duda, que nos hace vacilar e inclinarnos a descreer de la Palabra de Dios. Cuando comenzamos a dudar, la interpretación del texto bíblico nunca conducirá a la certeza. Al contrario, quien duda se eleva rápidamente a una posición en la que juzga lo que es y lo que no es aceptable en la Biblia, y está pisando un terreno muy peligroso.
Deberíamos acercarnos a la Biblia con fe y sumisión, no con una actitud de crítica y duda. El orgullo, el autoengaño y la duda llevan a una actitud de distanciamiento hacia Dios y la Biblia, que seguramente llevará a la desobediencia, es decir, la falta de voluntad para seguir la voluntad revelada de Dios.
■ ¿Alguna vez descubriste que estabas luchando contra la convicción de lo que leíste en la Biblia? Es decir, que esta claramente te indicó que hicieras una cosa, pero querías hacer otra. ¿Qué pasó y qué aprendiste de tu experiencia?
POR QUÉ ES IMPORTANTE LA INTERPRETACIÓN
Lee Nehemías 8:1 al 3 y 8. ¿Por qué es tan importante que entendamos claramente las Escrituras, no solo en el ámbito personal sino también como iglesia?
El tema más importante en la Biblia es la salvación y cómo ser salvos. Después de todo, ¿no es esto lo que más importa a largo plazo? ¿De qué sirve, como nos dijo Jesús mismo, si obtenemos todo lo que el mundo ofrece y perdemos nuestra propia alma (Mat. 16:26)?
Pero, saber lo que la Biblia enseña acerca de la salvación depende mucho de la interpretación. Si interpretamos erróneamente la Biblia, es probable que lleguemos a conclusiones falsas, no solo en el entendimiento de la salvación, sino en todo lo que la Biblia enseña. De hecho, incluso en la época de los apóstoles, ya se habían infiltrado errores teológicos en la iglesia, sin duda respaldados por falsas interpretaciones de las Escrituras.
Lee 2 Pedro 3:15 y 16. ¿Qué nos dice esto acerca de cuán importante es la lectura correcta de las Escrituras?
Por cierto, si somos “el pueblo del Libro”, que quiere vivir de acuerdo con la Biblia y la Biblia sola (y no tenemos otras fuentes autoritativas como la tradición, los credos ni la autoridad del Magisterio de la Iglesia que interpreten la Biblia por nosotros), entonces, el tema de una correcta hermenéutica bíblica es sumamente importante porque solo tenemos la Biblia para que nos diga qué creer y cómo vivir.
El tema de la interpretación bíblica es vital para la salud teológica y misiológica de la iglesia. Sin una interpretación bíblica correcta, no puede haber unidad de doctrina ni de enseñanza y, por lo tanto, no habrá unidad de la iglesia ni de nuestra misión. Una teología mala y distorsionada conduce inevitablemente a una misión deficiente y distorsionada. Después de todo, si tenemos un mensaje para dar al mundo, pero estamos confundidos sobre el significado del mensaje, ¿con qué eficiencia podremos presentar ese mensaje a quienes necesitan escucharlo?
■ Lee el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12. ¿Cuáles son los problemas teológicos que presenta y por qué es tan importante para nuestra misión entenderlos correctamente?
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El camino a Cristo, “¿Qué debe hacerse con la duda?”, pp. 105-113; y del documento “Métodos de estudio de la Biblia”, la primera parte: “Estudio de la Biblia: presuposiciones, principios y métodos”, la segunda parte: “Presuposiciones que surgen de las afirmaciones de la Biblia”, y la tercera parte: “Principios para acercarse a la interpretación de la Escritura” (“Métodos de estudio de la Biblia” se encuentra en https://cort.as/-MdHR).
“En el estudio de la Palabra, dejen en la puerta de la investigación sus opiniones preconcebidas y sus ideas heredadas del ambiente y cultivadas individualmente. Nunca descubrirán la verdad si estudian las Escrituras para vindicar sus propias ideas. Dejen estas ideas a la puerta y acérquense con el corazón compungido para oír lo que el Señor tiene que decirles. Al sentarse el humilde indagador de la verdad a los pies de Jesús para aprender de él, la Palabra le da entendimiento. Cristo dice a los que son demasiado sabios en su propio concepto para estudiar la Biblia: ‘Si quieren hacerse sabios para la salvación, deben hacerse mansos y humildes de corazón’.
“No lean la Palabra a la luz de opiniones anteriores; investíguenla, en cambio, cuidadosamente y con oración, con una mente libre de prejuicios. Si al leerla se produce la convicción, y ven que las opiniones que han acariciado no están en armonía con la Palabra, no traten de hacer concordar la Palabra con esas opiniones. Hagan concordar sus opiniones con la Palabra. No permitan que lo que han creído o practicado en lo pasado gobierne el entendimiento. Abran los ojos de su mente para contemplar maravillas en la Ley. Descubran lo que está escrito, y después afirmen sus pies en la Roca eterna” (MJ 183, 184).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cómo influyen nuestra cosmovisión, nuestra educación y nuestra cultura en la interpretación que realizamos de las Escrituras? ¿Por qué es tan importante que seamos conscientes de las influencias externas que inevitablemente añadimos a nuestra interpretación de la Biblia?
2. Todos concordamos en que somos pecadores y que el pecado nos afecta negativamente. ¿De qué manera afecta el pecado nuestra forma de leer la Biblia? Es decir, ¿qué nos hace el pecado que podría causar que malinterpretemos la Palabra de Dios? Por ejemplo, el deseo de hacer algo que la Biblia condena, ¿cómo puede hacer que leamos la Biblia de una manera distorsionada? ¿De qué otras maneras filtra el pecado nuestra forma de interpretar la Biblia?
3. El hecho de tener mayor conocimiento de los tiempos bíblicos y su cultura ¿cómo nos ayuda a entender mejor algunos pasajes de las Escrituras? Da algunos ejemplos.
Dios lo bendiga!!!
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Texto clave: Hebreos 11:6; Lucas 24:44, 45; 1 Corintios 12:10; 14:26; Juan 1:41; 9:7; Hechos 9:36; Lucas 24:27; Hechos 17:22–26; Juan 9:39–41; 12:42, 43; Nehemías 8:1-3, 8.
Parte I: RESEÑA
A veces la gente dice que toma la Biblia de manera literal, sin necesidad de interpretación. Si bien es loable considerar la Biblia seriamente y estar dispuestos a seguir lo que nos ordena hacer, nadie se acerca a la Biblia con la mente en blanco. Todos nos vemos influenciados en nuestra forma de pensar y de interpretar por nuestra educación, nuestra familia, la cultura en la que crecimos y nuestra experiencia. Todos tenemos algunas presuposiciones con las cuales nos acercamos al texto. La lectura y el estudio del texto bíblico inevitablemente implican alguna interpretación. La Biblia fue escrita en idiomas (hebreo, arameo, griego) con los cuales muchos de nosotros no crecimos o solo conocemos de manera rudimentaria. Y todo traductor lo sabe: cada traducción a otro idioma implica alguna forma de interpretación. Debemos conocer realmente bien un idioma para comprender algunas de sus sutilezas o cuando la ironía entra en juego. Además, nuestro pensamiento se ensombrece por el pecado y, por lo tanto, no es neutral cuando se trata de cosas espirituales. El hecho mismo de que existan diferentes iglesias y confesiones religiosas, a pesar de que todas afirman vivir de acuerdo con la Biblia, demuestra que todos tenemos alguna forma de interpretación. Sin embargo, estudiamos el mismo Libro y podemos llegar a conclusiones que nos unen, a pesar de todas las diferencias anteriores. La interpretación es esencial para comprender, y esta semana estudiaremos algunos métodos de interpretación que guiarán nuestro estudio de la Biblia.
Parte II: COMENTARIO
El significado de una frase no se determina solo por las palabras individuales que se usan, sino por el contexto en el que se emplean esas palabras. Si no consideramos adecuadamente el contexto literario inmediato y más amplio de una declaración y cómo utiliza las palabras en esa circunstancia, arribaremos rápidamente a conclusiones erróneas. De igual modo, debemos tener en cuenta los antecedentes históricos de lo que está escrito. Nos ayuda a situar el texto. Cualquier texto sin contexto se convierte rápidamente en un pretexto para la opinión personal. Si ignoramos el contexto, pronto leeremos algo en el texto que el escritor en realidad no tenía la intención de transmitir. A esto lo llamamos eiségesis. Pero, en lugar de leer algo en el texto que no está allí, deberíamos hacer una exégesis minuciosa. Es decir, deberíamos leer en el texto lo que el texto realmente declara. Los adventistas del séptimo día queremos seguir nada más que la Biblia. No tenemos un papa ni una tradición de enseñanza que determine el significado definitivo de las Escrituras. Por lo tanto, una interpretación cuidadosa y sólida de la Biblia es crucial para nuestra teología y nuestra misión. Da forma a nuestra identidad teológica y nuestras creencias.
Presuposiciones y cosmovisiones
Todos tenemos una serie de creencias que presuponemos en forma consciente o inconsciente. Asumimos que son ciertas, aunque no podemos probarlas absolutamente. Estas convicciones más básicas sobre el mundo y nuestros valores se describen en lo que se llama cosmovisión. Nuestra cosmovisión determina lo que es importante para nosotros y lo que no. Filtra nuestra percepción e interpretación de la realidad y proporciona un modelo del mundo que nos guía a vivir en el mundo. Nuestra cosmovisión abarca nuestra comprensión de Dios, de la naturaleza humana, la moralidad y la verdad. Una cosmovisión se compone de creencias y respuestas a preguntas en esos aspectos. Nuestra cosmovisión está influenciada por nuestros padres, nuestra educación, nuestros compañeros, nuestras experiencias, los medios, la cultura y la religión. Todos los días utilizamos nuestra cosmovisión, y percibimos e interpretamos la realidad a través de ella. Influye en nuestro pensamiento y también en nuestras acciones y comportamiento.
Para pensar
Piensa en diferentes aspectos en los que nuestra cosmovisión impacta en nuestro pensamiento y nuestro comportamiento. Comparte con los miembros de la clase los desafíos que surgen cuando colisionan diferentes cosmovisiones.
Mientras tengamos disposición a aprender, nuestra cosmovisión se amplía. Cuando el aprendizaje y el crecimiento alteran radicalmente muchas de nuestras creencias fundamentales, o cuando tenemos una experiencia de conversión, nuestra cosmovisión puede cambiar. Este cambio generalmente tiene lugar cuando se ha demostrado que la cosmovisión anterior es falsa. Después de ese cambio, la persona continuará haciendo ajustes e intentará alinear otras creencias con el resto de sus creencias centrales. Una conversión a Jesús no borra automáticamente los años de educación previa. Pero sí implica un cambio de una cosmovisión a otra y una armonización de todas las creencias con la Biblia.
Para pensar
Lee Lucas 24:36 al 49. La experiencia del Cristo resucitado y su explicación de las Escrituras ¿cómo cambió la visión de la realidad de sus discípulos? Comparte cómo impactó tu comprensión de la Biblia tu experiencia de conversión. Si nosotros armonizamos gradualmente todas nuestras creencias anteriores con las Escrituras, ¿qué nos dice eso acerca de cómo debemos tratar a quienes están creciendo en su comprensión?
Traducción e interpretación
Si quieres interpretar la Biblia correctamente, es útil estudiarla en los idiomas originales en que se escribió. Si eso no es posible, usa una traducción que se atenga a los idiomas originales. Esa traducción formal enfatiza la equivalencia palabra por palabra en el proceso de traducción y brinda una interpretación más exacta y literal de los idiomas bíblicos. Cuando estudiamos y comparamos de qué manera los escritores bíblicos usan ciertas palabras en varios contextos, la Biblia misma puede revelar su significado. Si bien una traducción tan formal es una excelente Biblia de estudio, sus lecturas son más rígidas. A diferencia de las traducciones formales, hay traducciones dinámicas, que enfatizan el significado por significado en lugar de la equivalencia palabra por palabra. Aquí la traducción se reestructura en un uso idiomático que representa el pensamiento o significado equivalente en nuestro idioma. Si bien dichas traducciones son muy amenas, la interpretación puede ser engañosa o errónea. Finalmente, hay traducciones parafraseadas. Son mucho más libres con los idiomas originales que las traducciones dinámicas. Debido a que una paráfrasis es más interpretación que traducción, no es adecuada para un estudio serio de la Biblia.
Para pensar
Si tienes diferentes traducciones de la Biblia disponibles en tu idioma, muéstralas en el grupo de la Escuela Sabática y da ejemplos de las diferentes traducciones de un pasaje de la Biblia. Hazlo de tal manera que los oyentes se fortalezcan en su fe y se sientan animados a estudiar la Biblia con más seriedad. Recomienda una traducción bíblica confiable en tu idioma para el estudio bíblico.
Algunas confesiones publican su propia traducción autorizada de la Biblia. La Iglesia Adventista del Séptimo Día no lo ha hecho, pero utiliza traducciones establecidas que están disponibles a través de las Sociedades Bíblicas. Algunos adventistas han trabajado con las Sociedades Bíblicas para ayudar a que la Biblia esté disponible para aquellos que no la tienen y han hecho valiosas contribuciones para varias traducciones de la Biblia. Piensa en formas en que puedes ayudar en la promoción, la distribución y el estudio de la Biblia.
La Biblia y la cultura
El conocimiento de la cultura del Cercano Oriente puede ser útil para comprender algunos pasajes bíblicos. Lee el pasaje de “Métodos de estudio de la Biblia”, parte 4, 8, q (ver en Datos bibliográficos, al principio de esta Guía), para ver algunas ilustraciones. Hoy los eruditos críticos sostienen que la Biblia está culturalmente condicionada, es decir, reflejaría la cultura en la cual se originó y, por lo tanto, está restringida en su autoridad porque se limita a un determinado entorno cultural. Si bien la Biblia en realidad fue escrita en una cultura particular, “los escritores bíblicos insistieron en que el mensaje teológico de las Escrituras no está dentro de los límites culturales –aplicable solo para ciertas personas en cierto tiempo–, sino que puede aplicarse universal y permanentemente” (R. M. Davidson, “Interpretación Bíblica”, p. 99). Jesús nació en una cultura particular y, sin embargo, no es solo el Salvador de la gente de su época. Él es el Salvador del mundo. Su venida a una cultura en particular no lo hace culturalmente relativo, sino que le da un significado que trasciende cada cultura.
Para pensar
Algunos simplemente se centran en aquellas cosas que difieren de una cultura a otra y, por lo tanto, pierden rápidamente de vista las similitudes que existen en todos los seres humanos de todas las culturas. ¿Qué aspectos básicos de la existencia humana y de los deseos humanos están presentes en todas las culturas? La respuesta espiritual de Dios a estos aspectos ¿cómo trasciende cualquier cultura particular y les habla a todos los seres humanos? ¿Cómo puedes ayudar a que el mensaje de la Biblia sea aplicable a la gente de tu cultura? ¿Cuándo puede convertirse la cultura en un obstáculo para la aceptación del mensaje bíblico?
Nuestra naturaleza pecaminosa y la interpretación bíblica
Además de todos los aspectos mencionados anteriormente que muestran por qué se necesita interpretación, hay otro factor que a menudo se pasa por alto. Tiene que ver con las consecuencias de nuestra naturaleza pecaminosa. Lee Efesios 4:17 y 18, y medita en lo que el apóstol escribió allí. Aquí Pablo describe algunas consecuencias que han surgido debido a la ceguera de nuestro corazón y la vanidad de nuestra mente. A veces, incluso nuestra comprensión e interpretación de las Escrituras se ve contaminada y atenuada debido a nuestro pecado. A veces no seguimos las cosas de la Biblia porque le tenemos miedo a la presión de nuestros compañeros o al desprecio de nuestros familiares y amigos. Por eso, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para que ilumine nuestra mente y nos predisponga a seguir lo que hemos descubierto.
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
Una persona escuchó la verdad bíblica. La lectura de las Escrituras le ha brindado una nueva perspectiva de que Dios es real y activo, y que vale la pena vivir el mensaje de la Biblia. Sin embargo, cuando algunas oraciones no son respondidas como se esperaba y la salud de un niño está en peligro, esta persona recurre a las fuentes tradicionales de curación habituales de su cultura. En estas fuentes tradicionales de curación intervienen poderosos brujos de la comunidad.
Piensa en tendencias y tentaciones similares a las que te enfrentas cuando tu fe bíblica se ve desafiada. ¿En qué aspectos te ves tentado a confiar más en la educación que recibiste, en la educación de tus padres o en tu experiencia que en la verdad bíblica?
Algunos especialistas en filosofía occidental y pensamiento crítico creen que no existe un ser sobrenatural que pueda intervenir en la historia ni hacer milagros. Su cosmovisión cerrada les impide aceptar muchas historias sobrenaturales de la Biblia como reales. ¿Dónde influye tu cosmovisión en tu interpretación de las Escrituras?
Una persona que es nueva en la fe quiere estudiar la Biblia más a fondo. ¿Qué traducción de la Biblia podrías recomendarle para esta tarea?
¿Por qué la fe es importante para una comprensión adecuada de las Escrituras? ¿Cuál es el papel de la fe en el proceso de interpretación?.
Dios lo bendiga!!!
¿POR QUÉ SE NECESITA INTERPRETACIÓN?
Sábado 2 de mayo
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 24:36-45; 1 Corintios 12:10; 14:26; Hechos 17:16-32; Juan 12:42, 43.
PARA MEMORIZAR:
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Heb. 11:6).
Leer la Biblia también significa interpretar la Biblia. Pero ¿cómo hacemos eso? ¿Qué principios utilizamos? Por ejemplo, ¿cómo abordamos los diferentes tipos de escritura que encontramos? El pasaje que estamos leyendo ¿es una parábola, un sueño profético-simbólico o un relato histórico? Esto implica un acto de interpretación en sí.
A veces, algunos utilizan la Biblia como un oráculo divino: simplemente abren la Biblia al azar para buscar un versículo bíblico y esperan que les sirva de guía. Pero unir aleatoriamente los pasajes de la Biblia a medida que uno los encuentra puede llevar a conclusiones muy extrañas e incorrectas.
Por ejemplo, cuando un esposo dejó a su esposa por otra mujer, la esposa obtuvo una gran seguridad al encontrar el siguiente versículo: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer” (Gén. 3:15). ¡Ella estaba convencida, sobre la base de ese versículo, de que la aventura de su esposo no duraría!
Cualquier texto sin un contexto rápidamente se convierte en un pretexto para los planes y las ideas personales. Debemos interpretarla correctamente.
Notas EGW
Sábado
La fe es el primer peldaño en la escalera del progreso. Sin fe es imposible agradar a Dios. Sin embargo, muchos se detienen en ese escalón y nunca ascienden más. Les parece que una vez que han profesado aceptar a Cristo, cuando sus nombres están inscritos en el libro de la iglesia, su obra está consumada. La fe es esencial; pero la Palabra Inspirada dice: “Mostrad en vuestra fe virtud”. Los que procuran conseguir la vida eterna y un hogar en el reino de Dios, deben echar el cimiento de la virtud para la edificación de su carácter. Jesús debe ser la principal piedra de ángulo. Hay que eliminar de la mente y la vida todas las cosas que contaminan el alma. Cuando se presentan las tentaciones, hay que resistirlas con la fuerza de Cristo. Debemos fundir en nuestro carácter la virtud del inmaculado Cordero de Dios, para que el alma pueda estar fundada en su integridad —Mi vida hoy, p. 99.
La lectura de obras referentes a nuestra fe, la de los argumentos ajenos, es una ayuda excelente e importante, pero no es la que dará a la mente su mayor fuerza. La Biblia es el mejor libro del mundo para dar cultura intelectual. Su estudio ejercita la mente, fortalece la memoria y aguza el intelecto más que el estudio de todos los temas abarcados por la filosofía humana. Los grandes temas que presenta, la digna sencillez con que son tratados estos temas en ella, la luz que derrama sobre los grandes problemas de la vida, reportan fuerza y vigor al entendimiento.
En el gran conflicto que vamos a tener que afrontar, el que quiera mantenerse fiel a Cristo deberá penetrar más hondo que las opiniones y doctrinas de los hombres. Mi mensaje… es este: Observad celosamente vuestras horas de oración, estudio de la Biblia y examen de conciencia. Poned aparte una porción de cada día para estudiar las Escrituras y comulgar con Dios. Así obtendréis fuerza espiritual, y creceréis en el favor de Dios. Él solo puede darnos aspiraciones nobles; él solo puede moldear el carácter según la semejanza divina. Acercaos a él en oración ferviente, y él llenará vuestros corazones de propósitos elevados y santos y de profundos y fervientes anhelos de pureza y claridad de pensamiento —Obreros evangélicos, p. 105.
Una fe tal es lo que se necesita en el mundo hoy, una fe que se aferre a las promesas de la palabra de Dios, y se niegue a renunciar a ellas antes que el Cielo oiga. Una fe tal nos relaciona estrechamente con el Cielo, y nos imparte fuerza para luchar con las potestades de las tinieblas. Por la fe los hijos de Dios “ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de extraños”. Hebreos 11:33, 34. Y por la fe hemos de llegar hoy a las alturas del propósito que Dios tiene para nosotros —Profetas y reyes, pp. 115, 116.
Sábado
La fe es el primer peldaño en la escalera del progreso. Sin fe es imposible agradar a Dios. Sin embargo, muchos se detienen en ese escalón y nunca ascienden más. Les parece que una vez que han profesado aceptar a Cristo, cuando sus nombres están inscritos en el libro de la iglesia, su obra está consumada. La fe es esencial; pero la Palabra Inspirada dice: “Mostrad en vuestra fe virtud”. Los que procuran conseguir la vida eterna y un hogar en el reino de Dios, deben echar el cimiento de la virtud para la edificación de su carácter. Jesús debe ser la principal piedra de ángulo. Hay que eliminar de la mente y la vida todas las cosas que contaminan el alma. Cuando se presentan las tentaciones, hay que resistirlas con la fuerza de Cristo. Debemos fundir en nuestro carácter la virtud del inmaculado Cordero de Dios, para que el alma pueda estar fundada en su integridad —Mi vida hoy, p. 99.
La lectura de obras referentes a nuestra fe, la de los argumentos ajenos, es una ayuda excelente e importante, pero no es la que dará a la mente su mayor fuerza. La Biblia es el mejor libro del mundo para dar cultura intelectual. Su estudio ejercita la mente, fortalece la memoria y aguza el intelecto más que el estudio de todos los temas abarcados por la filosofía humana. Los grandes temas que presenta, la digna sencillez con que son tratados estos temas en ella, la luz que derrama sobre los grandes problemas de la vida, reportan fuerza y vigor al entendimiento.
En el gran conflicto que vamos a tener que afrontar, el que quiera mantenerse fiel a Cristo deberá penetrar más hondo que las opiniones y doctrinas de los hombres. Mi mensaje… es este: Observad celosamente vuestras horas de oración, estudio de la Biblia y examen de conciencia. Poned aparte una porción de cada día para estudiar las Escrituras y comulgar con Dios. Así obtendréis fuerza espiritual, y creceréis en el favor de Dios. Él solo puede darnos aspiraciones nobles; él solo puede moldear el carácter según la semejanza divina. Acercaos a él en oración ferviente, y él llenará vuestros corazones de propósitos elevados y santos y de profundos y fervientes anhelos de pureza y claridad de pensamiento —Obreros evangélicos, p. 105.
Una fe tal es lo que se necesita en el mundo hoy, una fe que se aferre a las promesas de la palabra de Dios, y se niegue a renunciar a ellas antes que el Cielo oiga. Una fe tal nos relaciona estrechamente con el Cielo, y nos imparte fuerza para luchar con las potestades de las tinieblas. Por la fe los hijos de Dios “ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de extraños”. Hebreos 11:33, 34. Y por la fe hemos de llegar hoy a las alturas del propósito que Dios tiene para nosotros —Profetas y reyes, pp. 115, 116.
Domingo 3 de mayo
PRESUPOSICIONES
Lee Lucas 24:36 al 45. ¿Qué impidió que los discípulos, que estaban muy familiarizados con las Escrituras, vieran el verdadero significado de la Palabra de Dios, incluso cuando los acontecimientos predichos en ella se habían desarrollado ante ellos?
Nadie aborda el texto de las Escrituras con la mente en blanco. Todo lector, todo estudioso de las Escrituras, se acerca a la Biblia con una historia particular y una experiencia personal que inevitablemente afectan el proceso de interpretación. Incluso los discípulos tenían sus propias ideas concretas de quién era el Mesías y qué se suponía que debía hacer, según las expectativas de su época. Sus fuertes convicciones les impidieron una comprensión más clara del texto bíblico, lo que ayuda a explicar por qué muchas veces malinterpretaron a Jesús y los acontecimientos en torno a su vida, muerte y resurrección.
Todos tenemos una cantidad de creencias acerca de este mundo, sobre la realidad última, sobre Dios, que presuponemos o aceptamos, incluso sin querer o inconscientemente, cuando interpretamos la Biblia. Nadie se acerca al texto bíblico con una mente vacía. Si, por ejemplo, la cosmovisión de alguien descarta categóricamente cualquier intervención sobrenatural de Dios, esa persona no leerá ni entenderá las Escrituras como un relato verdadero y confiable de lo que Dios ha hecho en la historia, sino que lo interpretará de manera muy diferente de alguien que acepta la realidad de lo sobrenatural.
Los intérpretes de la Biblia no pueden desprenderse completamente de su propio pasado, de sus experiencias, de sus ideas permanentes ni de sus nociones y opiniones preconcebidas. No es posible alcanzar la neutralidad total, o la objetividad absoluta. El estudio de la Biblia y la reflexión teológica siempre suceden en el contexto de las presuposiciones sobre la naturaleza del mundo y la naturaleza de Dios.
Pero, lo bueno es que el Espíritu Santo puede abrirse paso y corregir nuestras limitadas perspectivas y presuposiciones al leer las palabras de las Escrituras con una mente abierta y un corazón honesto. La Biblia asevera repetidamente que hubo gente de procedencias muy diferentes que pudo entender la Palabra de Dios y que el Espíritu Santo nos guía “a toda la verdad” (Juan 16:13).
■ ¿Cuáles son algunas de tus presuposiciones? ¿De qué manera puedes someterlas a todas ellas a la Palabra de Dios para que la Palabra pueda reformular tus ideas y así estar más en armonía con la realidad que enseña la Biblia?
Notas EGW
Domingo
Cuando Cristo se encontró por primera vez con los discípulos en el aposento alto, Tomás no estaba con ellos. Oyó el informe de los demás y recibió abundantes pruebas de que Jesús había resucitado; pero la lobreguez y la incredulidad llenaban su alma. El oír a los discípulos hablar de las maravillosas manifestaciones del Salvador resucitado no hizo sino sumirlo en más profunda desesperación… Estaba resuelto a no creer, y por una semana entera reflexionó en su condición, que le parecía tanto más obscura en contraste con la esperanza y la fe de sus hermanos…
Volviéndose hacia Tomás dijo: “Mete tu dedo aquí, y ve mis manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel”. Estas palabras demostraban que él conocía los pensamientos y las palabras de Tomás. El discípulo acosado por la duda sabía que ninguno de sus compañeros había visto a Jesús desde hacía una semana. No podían haber hablado de su incredulidad al Maestro. Reconoció como su Señor al que tenía delante de sí. No deseaba otra prueba. Su corazón palpitó de gozo, y se echó a los pies de Jesús clamando: “¡Señor mío, y Dios mío!”
Jesús aceptó este reconocimiento, pero reprendió suavemente su incredulidad: “Porque me has visto, Tomás, creíste: bienaventurados los que no vieron y creyeron”. La fe de Tomás habría sido más grata a Cristo si hubiese estado dispuesto a creer por el testimonio de sus hermanos —El Deseado de todas las gentes, pp. 747, 748.
Solo se puede obtener un verdadero conocimiento de la Biblia mediante la ayuda del Espíritu que dio la Palabra. Y a fin de obtener ese conocimiento debemos vivir de acuerdo con él. Debemos obedecer todo lo que la Palabra de Dios manda. Podemos reclamar todas sus promesas. Mediante su poder, debemos vivir la vida que ella recomienda. Solo si se la considera de este modo, se la puede estudiar eficazmente —La educación, p. 189.
En el estudio de la Palabra, dejen en la puerta de la investigación sus opiniones preconcebidas y sus ideas heredadas del ambiente y cultivadas individualmente. Nunca descubrirán la verdad si estudian las Escrituras para vindicar sus propias ideas. Dejen estas ideas a la puerta y acérquense con el corazón compungido para oír lo que el Señor tiene que decirles. Al sentarse el humilde indagador de la verdad a los pies de Jesús para aprender de él, la Palabra le da entendimiento. Cristo dice a los que son demasiado sabios en su propio concepto para estudiar la Biblia: “Si quieren hacerse sabios para la salvación, deben hacerse mansos y humildes de corazón”.
No lean la Palabra a la luz de opiniones anteriores; investíguenla, en cambio, cuidadosamente y con oración, con una mente libre de prejuicios. Si al leerla se produce la convicción, y ven que las opiniones que han acariciado no están en armonía con la Palabra, no traten de hacer concordar la Palabra con esas opiniones. Hagan concordar sus opiniones con la Palabra. No permitan que lo que han creído o practicado en lo pasado gobierne el entendimiento. Abran los ojos de su mente para contemplar maravillas en la ley. Descubran lo que está escrito, y después afirmen sus pies en la Roca eterna —Mensajes para los jóvenes, pp. 183, 184.
Domingo
Cuando Cristo se encontró por primera vez con los discípulos en el aposento alto, Tomás no estaba con ellos. Oyó el informe de los demás y recibió abundantes pruebas de que Jesús había resucitado; pero la lobreguez y la incredulidad llenaban su alma. El oír a los discípulos hablar de las maravillosas manifestaciones del Salvador resucitado no hizo sino sumirlo en más profunda desesperación… Estaba resuelto a no creer, y por una semana entera reflexionó en su condición, que le parecía tanto más obscura en contraste con la esperanza y la fe de sus hermanos…
Volviéndose hacia Tomás dijo: “Mete tu dedo aquí, y ve mis manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel”. Estas palabras demostraban que él conocía los pensamientos y las palabras de Tomás. El discípulo acosado por la duda sabía que ninguno de sus compañeros había visto a Jesús desde hacía una semana. No podían haber hablado de su incredulidad al Maestro. Reconoció como su Señor al que tenía delante de sí. No deseaba otra prueba. Su corazón palpitó de gozo, y se echó a los pies de Jesús clamando: “¡Señor mío, y Dios mío!”
Jesús aceptó este reconocimiento, pero reprendió suavemente su incredulidad: “Porque me has visto, Tomás, creíste: bienaventurados los que no vieron y creyeron”. La fe de Tomás habría sido más grata a Cristo si hubiese estado dispuesto a creer por el testimonio de sus hermanos —El Deseado de todas las gentes, pp. 747, 748.
Solo se puede obtener un verdadero conocimiento de la Biblia mediante la ayuda del Espíritu que dio la Palabra. Y a fin de obtener ese conocimiento debemos vivir de acuerdo con él. Debemos obedecer todo lo que la Palabra de Dios manda. Podemos reclamar todas sus promesas. Mediante su poder, debemos vivir la vida que ella recomienda. Solo si se la considera de este modo, se la puede estudiar eficazmente —La educación, p. 189.
En el estudio de la Palabra, dejen en la puerta de la investigación sus opiniones preconcebidas y sus ideas heredadas del ambiente y cultivadas individualmente. Nunca descubrirán la verdad si estudian las Escrituras para vindicar sus propias ideas. Dejen estas ideas a la puerta y acérquense con el corazón compungido para oír lo que el Señor tiene que decirles. Al sentarse el humilde indagador de la verdad a los pies de Jesús para aprender de él, la Palabra le da entendimiento. Cristo dice a los que son demasiado sabios en su propio concepto para estudiar la Biblia: “Si quieren hacerse sabios para la salvación, deben hacerse mansos y humildes de corazón”.
No lean la Palabra a la luz de opiniones anteriores; investíguenla, en cambio, cuidadosamente y con oración, con una mente libre de prejuicios. Si al leerla se produce la convicción, y ven que las opiniones que han acariciado no están en armonía con la Palabra, no traten de hacer concordar la Palabra con esas opiniones. Hagan concordar sus opiniones con la Palabra. No permitan que lo que han creído o practicado en lo pasado gobierne el entendimiento. Abran los ojos de su mente para contemplar maravillas en la ley. Descubran lo que está escrito, y después afirmen sus pies en la Roca eterna —Mensajes para los jóvenes, pp. 183, 184.
Lunes 4 de mayo
TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN
La Biblia se escribió en idiomas muy antiguos: el Antiguo Testamento se escribió principalmente en hebreo, con algunos pasajes en arameo, mientras el Nuevo Testamento se redactó en griego koiné. La mayoría de la población mundial actual no habla ni lee esos idiomas antiguos. Por lo tanto, la Biblia tiene que ser traducida a diferentes idiomas modernos.
Pero, como todo buen traductor sabe, toda traducción siempre implica algún tipo de interpretación. Algunas palabras en un idioma no tienen un equivalente exacto en otro. El arte y la habilidad de traducir cuidadosamente y luego interpretar textos bíblicos se llama “hermenéutica teológica, o bíblica”.
Lee 1 Corintios 12:10; 14:26; Juan 1:41; 9:7; Hechos 9:36; y Lucas 24:27. En todos los pasajes anteriores, vemos la idea de interpretación y traducción. En Lucas 24:27, incluso Jesús tuvo que explicarles el significado de las Escrituras a los discípulos. ¿Qué nos dice esto acerca de la importancia de la interpretación?
La palabra griega hermeneuo, de la que proviene la palabra hermenéutica (interpretación bíblica), se deriva del dios griego Hermes. Hermes era considerado un emisario y mensajero de los dioses, y por ende era responsable de, entre otras cosas, traducir mensajes divinos para el pueblo.
La cuestión fundamental para nosotros en lo que respecta a la hermenéutica es que, a menos que leamos los idiomas originales, nuestro único acceso a los textos es a través de traducciones. Afortunadamente, muchas traducciones hacen un buen trabajo a la hora de transmitir el significado esencial. No necesitamos saber el idioma original para poder entender las verdades fundamentales reveladas en las Escrituras, aunque tener ese conocimiento lingüístico podría ser provechoso. Sin embargo, incluso con una buena traducción, una interpretación correcta de los textos también es importante, como vimos en Lucas 24:27. Ese es el propósito clave de la hermenéutica: transmitir con precisión el significado de los textos bíblicos y ayudarnos a saber cómo aplicar correctamente la enseñanza del texto a nuestra vida actual. Como lo muestra el versículo de Lucas mencionado arriba, Jesús hizo esto por sus seguidores. ¡Imagina lo que debió haber sido tener a Jesús mismo interpretando pasajes de la Biblia para ti!
■ Muchos tienen acceso a varias traducciones; pero muchos otros, no. Cualquiera que sea la traducción que tengas, ¿por qué es importante estudiar la Palabra con oración y buscar obedecer sus enseñanzas?
Notas EGW
Lunes
La Biblia es su propio intérprete. Debe compararse texto con texto. El estudiante debería aprender a considerar la Biblia como un todo y a ver la relación que existe entre sus partes. Debería adquirir el conocimiento de su gran tema central, del propósito original de Dios hacia el mundo, del comienzo de la gran controversia y de la obra de la redención. Debería comprender la naturaleza de los principios que luchan por la supremacía, y aprender a rastrear su obra a través de las crónicas de la historia y la profecía, hasta la gran culminación. Debería verificar cómo interviene este conflicto en todos los aspectos de la vida humana; cómo en su mismo caso cada acto de su vida revela uno u otro de esos dos motivos antagónicos; y cómo, consciente o inconscientemente, ahora mismo está decidiendo en qué lado de la contienda se va a encontrar —La educación, p. 190.
Mientras dos discípulos estaban cerca, Juan volvió a ver a Jesús entre el pueblo. Otra vez se iluminó el rostro del profeta con la gloria del Invisible, mientras exclamaba: “He aquí el Cordero de Dios”. Las palabras conmovieron el corazón de los discípulos. Ellos no las comprendían plenamente. ¿Qué significaba el nombre que Juan le había dado: “Cordero de Dios”? Juan mismo no lo había explicado…
Si Juan y Andrés hubiesen estado dominados por el espíritu incrédulo de los sacerdotes y gobernantes, no se habrían presentado como discípulos a los pies de Jesús. Habrían venido a él como críticos, para juzgar sus palabras. Muchos cierran así la puerta a las oportunidades más preciosas. No sucedió así con estos primeros discípulos. Habían respondido al llamamiento del Espíritu Santo, manifestado en la predicación de Juan el Bautista. Ahora, reconocían la voz del Maestro celestial. Para ellos, las palabras de Jesús estaban llenas de refrigerio, verdad y belleza. Una iluminación divina se derramaba sobre las enseñanzas de las Escrituras del Antiguo Testamento. Los multilaterales temas de la verdad se destacaban con una nueva luz —El Deseado de todas las gentes, p. 113.
La revelación no es la creación ni la invención de algo nuevo, sino la manifestación de algo que, antes que fuera revelado, era desconocido para los seres humanos. Las grandes y eternas verdades contenidas en el evangelio, son reveladas mediante la investigación diligente y la humillación de nuestro ser delante de Dios. Tenemos un Maestro divino que guía la mente del humilde buscador de la verdad; y mediante la dirección del Espíritu Santo recibe la revelación de las verdades de la Palabra. Y ningún conocimiento de la verdad puede ser más acertado y eficiente que cuando se es conducido así a toda verdad. Mediante la impartición del Espíritu Santo comprenderemos la Palabra de Dios. Se nos amonesta a buscar la verdad como si estuviéramos buscando un tesoro escondido —Exaltad a Jesús, p. 175.
Lunes
La Biblia es su propio intérprete. Debe compararse texto con texto. El estudiante debería aprender a considerar la Biblia como un todo y a ver la relación que existe entre sus partes. Debería adquirir el conocimiento de su gran tema central, del propósito original de Dios hacia el mundo, del comienzo de la gran controversia y de la obra de la redención. Debería comprender la naturaleza de los principios que luchan por la supremacía, y aprender a rastrear su obra a través de las crónicas de la historia y la profecía, hasta la gran culminación. Debería verificar cómo interviene este conflicto en todos los aspectos de la vida humana; cómo en su mismo caso cada acto de su vida revela uno u otro de esos dos motivos antagónicos; y cómo, consciente o inconscientemente, ahora mismo está decidiendo en qué lado de la contienda se va a encontrar —La educación, p. 190.
Mientras dos discípulos estaban cerca, Juan volvió a ver a Jesús entre el pueblo. Otra vez se iluminó el rostro del profeta con la gloria del Invisible, mientras exclamaba: “He aquí el Cordero de Dios”. Las palabras conmovieron el corazón de los discípulos. Ellos no las comprendían plenamente. ¿Qué significaba el nombre que Juan le había dado: “Cordero de Dios”? Juan mismo no lo había explicado…
Si Juan y Andrés hubiesen estado dominados por el espíritu incrédulo de los sacerdotes y gobernantes, no se habrían presentado como discípulos a los pies de Jesús. Habrían venido a él como críticos, para juzgar sus palabras. Muchos cierran así la puerta a las oportunidades más preciosas. No sucedió así con estos primeros discípulos. Habían respondido al llamamiento del Espíritu Santo, manifestado en la predicación de Juan el Bautista. Ahora, reconocían la voz del Maestro celestial. Para ellos, las palabras de Jesús estaban llenas de refrigerio, verdad y belleza. Una iluminación divina se derramaba sobre las enseñanzas de las Escrituras del Antiguo Testamento. Los multilaterales temas de la verdad se destacaban con una nueva luz —El Deseado de todas las gentes, p. 113.
La revelación no es la creación ni la invención de algo nuevo, sino la manifestación de algo que, antes que fuera revelado, era desconocido para los seres humanos. Las grandes y eternas verdades contenidas en el evangelio, son reveladas mediante la investigación diligente y la humillación de nuestro ser delante de Dios. Tenemos un Maestro divino que guía la mente del humilde buscador de la verdad; y mediante la dirección del Espíritu Santo recibe la revelación de las verdades de la Palabra. Y ningún conocimiento de la verdad puede ser más acertado y eficiente que cuando se es conducido así a toda verdad. Mediante la impartición del Espíritu Santo comprenderemos la Palabra de Dios. Se nos amonesta a buscar la verdad como si estuviéramos buscando un tesoro escondido —Exaltad a Jesús, p. 175.
Martes 5 de mayo
LA BIBLIA Y LA CULTURA
Lee Hechos 17:16 al 32. En Hechos 17, Pablo trató de transmitir el mensaje del evangelio en un nuevo contexto: la filosofía de la cultura griega. ¿Cómo impactan los diferentes orígenes culturales en cómo evaluamos la importancia de varias ideas?
Es útil tener un conocimiento previo de la cultura del Cercano Oriente para comprender algunos pasajes bíblicos. “Por ejemplo, la cultura hebrea atribuía la responsabilidad a una persona por actos que no cometió, pero que permitió que sucedieran. Por lo tanto, los escritores inspirados de las Escrituras, comúnmente le atribuyen a Dios el tener parte activa en lo que en nuestra forma de pensar occidental diríamos que él permite o no impide que suceda, como, por ejemplo, el endurecimiento del corazón de Faraón” (Biblical Research Institute, “Métodos de estudio de la Biblia”, parte 4).
La cultura también plantea algunas cuestiones hermenéuticas importantes. La Biblia ¿está condicionada culturalmente y, por lo tanto, solo es pertinente a esa cultura en lo que afirma? ¿O el mensaje divino dado en una cultura particular trasciende esa cultura y les habla a todos los seres humanos? ¿Qué sucede si nuestra experiencia cultural se convierte en la base y la prueba de fuego para nuestra interpretación de las Escrituras?
En Hechos 17:26, el apóstol Pablo da una perspectiva interesante sobre la realidad que a menudo pasamos por alto al leer este versículo. Afirma que Dios nos hizo a todos de una sola sangre. Si bien tenemos mucha diversidad cultural, bíblicamente hablando existe un vínculo común que une a todas las personas a pesar de sus diferencias culturales, y eso es porque Dios es el Creador de toda la humanidad. Nuestra pecaminosidad y nuestra necesidad de salvación no se limitan a una sola cultura. Todos necesitamos la salvación que nos ofrecen la muerte y la resurrección de Jesucristo.
Aunque Dios les habló a generaciones específicas, se aseguró de que las generaciones futuras que leyeran la Palabra de Dios comprendieran que esas verdades trascienden las circunstancias locales y limitadas durante las cuales se escribieron los textos bíblicos.
Paralelamente, piensa en el álgebra, que se inventó en el siglo IX a.C. en Bagdad. ¿Significa esto, entonces, que las verdades y los principios de esta rama de las matemáticas están limitados solo a ese tiempo y lugar? Por supuesto que no.
El mismo principio se aplica a las verdades de la Palabra de Dios. Aunque la Biblia se escribió hace mucho tiempo en culturas muy diferentes a las nuestras, las verdades que contiene son tan relevantes para nosotros hoy como para sus primeros receptores.
Notas EGW
Martes
El apóstol Pablo tenia todos los privilegios de un ciudadano romano. No iba a la zaga en la educación hebrea, pues había aprendido a los pies de Gamaliel, pero todo eso no lo capacitaba para alcanzar la norma más elevada. A pesar de toda su educación científica y literaria estaba, hasta que Cristo se lo reveló, en una oscuridad tan completa como muchos de sus días. Pablo llegó a estar plenamente convencido de que conocer a Jesucristo mediante un conocimiento experimental era para su bien presente y eterno…
La costumbre de Pablo había sido adoptar un estilo oratorio en su predicación. Era un hombre capaz para hablar ante reyes, ante los grandes y eruditos hombres de Atenas, y su conocimiento intelectual con frecuencia le era de valor en la preparación del camino para el evangelio. Trató de hacer sesto en Atenas, haciendo frente a la elocuencia con elocuencia, a la filosofía con filosofía y a la lógica con lógica, pero no alcanzó el éxito que había esperado. Sus conceptos posteriores lo indujeron a entender que había algo que necesitaba por encima de la sabiduría humana. Dios le enseñó que debía recibir algo superior a la sabiduría del mundo. Debía recibir su poder de una fuente más elevada. Para convencer de sus culpas a los pecadores y convertirlos, el Espíritu de Dios debía participar de su obra y santificar cada progreso espiritual —Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1084.
Muchos se figuran que para alcanzar a las clases altas, hay que adoptar un modo de vivir y un método de trabajo adecuado a los gustos desdeñosos de ellas. Consideran de suma importancia cierta apariencia de fortuna, los costosos edificios, trajes y atavíos, el ambiente imponente, la conformidad con las costumbres mundanas y la urbanidad artificiosa de las clases altas, así como su cultura clásica y lenguaje refinado. Esto es un error. El modo mundano de proceder para alcanzar las clases altas no es el modo de proceder de Dios. Lo que surtirá efecto en esta tarea es la presentación del evangelio de Cristo de un modo consecuente y abnegado —El ministerio de curación, p. 164.
Dios no reconoce ninguna distinción por causa de la nacionalidad, la raza o la casta. Es el Hacedor de toda la humanidad. Todos los hombres son una familia por la creación, y todos son uno por la redención. Cristo vino para demoler todo muro de separación, para abrir todo departamento del templo, para que cada alma pudiese tener libre acceso a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo, tan completo, que penetra por doquiera. Libra de la influencia de Satanás a las pobres almas que han sido seducidas por sus engaños. Las coloca al alcance del trono de Dios, el trono circuido por el arco de la promesa.
En Cristo no hay ni judío ni griego, ni esclavo ni libre. Todos son atraídos por su preciosa sangre. Gálatas 3:28; Efesios 2:13).
Cualquiera que sea la diferencia de creencia religiosa, el llamamiento de la humanidad doliente debe ser oído y contestado. Donde existe amargura de sentimiento por causa de la diferencia de la religión, puede hacerse mucho bien mediante el servicio personal. El ministerio amante quebrantará el prejuicio, y ganará las almas para Dios —Palabras de vida del gran Maestro, p. 318.
Martes
El apóstol Pablo tenia todos los privilegios de un ciudadano romano. No iba a la zaga en la educación hebrea, pues había aprendido a los pies de Gamaliel, pero todo eso no lo capacitaba para alcanzar la norma más elevada. A pesar de toda su educación científica y literaria estaba, hasta que Cristo se lo reveló, en una oscuridad tan completa como muchos de sus días. Pablo llegó a estar plenamente convencido de que conocer a Jesucristo mediante un conocimiento experimental era para su bien presente y eterno…
La costumbre de Pablo había sido adoptar un estilo oratorio en su predicación. Era un hombre capaz para hablar ante reyes, ante los grandes y eruditos hombres de Atenas, y su conocimiento intelectual con frecuencia le era de valor en la preparación del camino para el evangelio. Trató de hacer sesto en Atenas, haciendo frente a la elocuencia con elocuencia, a la filosofía con filosofía y a la lógica con lógica, pero no alcanzó el éxito que había esperado. Sus conceptos posteriores lo indujeron a entender que había algo que necesitaba por encima de la sabiduría humana. Dios le enseñó que debía recibir algo superior a la sabiduría del mundo. Debía recibir su poder de una fuente más elevada. Para convencer de sus culpas a los pecadores y convertirlos, el Espíritu de Dios debía participar de su obra y santificar cada progreso espiritual —Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1084.
Muchos se figuran que para alcanzar a las clases altas, hay que adoptar un modo de vivir y un método de trabajo adecuado a los gustos desdeñosos de ellas. Consideran de suma importancia cierta apariencia de fortuna, los costosos edificios, trajes y atavíos, el ambiente imponente, la conformidad con las costumbres mundanas y la urbanidad artificiosa de las clases altas, así como su cultura clásica y lenguaje refinado. Esto es un error. El modo mundano de proceder para alcanzar las clases altas no es el modo de proceder de Dios. Lo que surtirá efecto en esta tarea es la presentación del evangelio de Cristo de un modo consecuente y abnegado —El ministerio de curación, p. 164.
Dios no reconoce ninguna distinción por causa de la nacionalidad, la raza o la casta. Es el Hacedor de toda la humanidad. Todos los hombres son una familia por la creación, y todos son uno por la redención. Cristo vino para demoler todo muro de separación, para abrir todo departamento del templo, para que cada alma pudiese tener libre acceso a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo, tan completo, que penetra por doquiera. Libra de la influencia de Satanás a las pobres almas que han sido seducidas por sus engaños. Las coloca al alcance del trono de Dios, el trono circuido por el arco de la promesa.
En Cristo no hay ni judío ni griego, ni esclavo ni libre. Todos son atraídos por su preciosa sangre. Gálatas 3:28; Efesios 2:13).
Cualquiera que sea la diferencia de creencia religiosa, el llamamiento de la humanidad doliente debe ser oído y contestado. Donde existe amargura de sentimiento por causa de la diferencia de la religión, puede hacerse mucho bien mediante el servicio personal. El ministerio amante quebrantará el prejuicio, y ganará las almas para Dios —Palabras de vida del gran Maestro, p. 318.
Miércoles 6 de mayo
NUESTRA NATURALEZA PECAMINOSA Y CAÍDA
Lee Juan 9:39 al 41; y 12:42 y 43. ¿Qué impidió que las personas, en estos pasajes, aceptaran la verdad del mensaje bíblico? ¿Qué palabras de advertencia y precaución podemos extraer de estos incidentes para nuestro provecho?
Es fácil considerar con desprecio a los líderes religiosos que rechazaron a Jesús a pesar de una evidencia tan poderosa. Sin embargo, debemos tener cuidado de no fomentar una actitud similar en relación con su Palabra.
No cabe duda de que el pecado alteró, rompió y fracturó radicalmente nuestra relación con Dios. El pecado afecta toda nuestra existencia humana. También afecta nuestra capacidad para interpretar las Escrituras. No es simplemente que nuestros procesos de pensamiento humano se emplean fácilmente para fines pecaminosos, sino que nuestra mente y nuestros pensamientos se han corrompido por el pecado y, por lo tanto, se han cerrado a la verdad de Dios. Las siguientes características de esta corrupción se pueden detectar en nuestro pensamiento: orgullo, autoengaño, duda, distancia y desobediencia.
Una persona orgullosa se exalta a sí misma por sobre Dios y su Palabra. Esto se debe a que el orgullo lleva al intérprete a poner demasiado énfasis en la razón humana como el árbitro final de la verdad, incluso de las verdades que se encuentran en la Biblia. Esta actitud disminuye la autoridad divina de la Escritura.
Algunos tienden a escuchar solo aquellas ideas que les son atractivas, aunque estas contradigan la voluntad revelada de Dios. Dios nos ha advertido sobre el peligro del autoengaño (Apoc. 3:17). El pecado también fomenta la duda, que nos hace vacilar e inclinarnos a descreer de la Palabra de Dios. Cuando comenzamos a dudar, la interpretación del texto bíblico nunca conducirá a la certeza. Al contrario, quien duda se eleva rápidamente a una posición en la que juzga lo que es y lo que no es aceptable en la Biblia, y está pisando un terreno muy peligroso.
Deberíamos acercarnos a la Biblia con fe y sumisión, no con una actitud de crítica y duda. El orgullo, el autoengaño y la duda llevan a una actitud de distanciamiento hacia Dios y la Biblia, que seguramente llevará a la desobediencia, es decir, la falta de voluntad para seguir la voluntad revelada de Dios.
■ ¿Alguna vez descubriste que estabas luchando contra la convicción de lo que leíste en la Biblia? Es decir, que esta claramente te indicó que hicieras una cosa, pero querías hacer otra. ¿Qué pasó y qué aprendiste de tu experiencia?
Notas EGW
Miércoles
Cristo dio al pueblo judío abundantes evidencias de que era el Mesías; pero su enseñanza exigía un cambio decidido en sus vidas. Ellos vieron que si recibían a Cristo debían abandonar sus máximas y tradiciones favoritas y sus prácticas egoístas e impías. Exigía un sacrificio el recibir la verdad invariable y eterna. Por lo tanto, no admitieron la más concluyente evidencia que Dios pudo dar a fin de establecer la fe en Cristo. Profesaban creer en las Escrituras del Viejo Testamento, y sin embargo rehusaron aceptar el testimonio que contenían con respecto a la vida y el carácter de Cristo. Temían ser convencidos, no fuera que se convirtieran y se vieran impelidos a abandonar sus opiniones preconcebidas. El tesoro del evangelio, el Camino, la Verdad y la Vida estaba entre ellos, pero rechazaron la dádiva más grande que los cielos pudieran conceder.
“Aun de los príncipes, muchos creyeron en él—leemos—, mas por causa de los fariseos no le confesaban, por no ser echados de la sinagoga”. Juan 12:42. Estaban convencidos. Creían que Jesús era el Hijo de Dios; pero el confesarlo no estaba de acuerdo con sus ambiciosos deseos. No tenían la fe que podría haberles conseguido el tesoro celestial. Estaban buscando tesoro mundanal —Palabras de vida del gran Maestro, p. 77.
El Señor ha presentado ante mí que aquellos que, en alguna medida, han estado cegados por el enemigo y no se han restaurado plenamente de la trampa de Satanás, estarán en peligro porque no pueden discernir la luz del cielo, y estarán inclinados a aceptar una falsedad. Esto afectará todo el contenido de sus pensamientos, sus decisiones, sus asuntos, sus consejos. Las evidencias que Dios ha dado no los convencen porque han cegado sus propios ojos al escoger las tinieblas antes que la luz. Después dan origen a algo que llaman luz, la que el Señor llama teas, que ellos mismos encendieron y por las cuales dirigen sus pasos. Declara el Señor: “¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados”. Dijo Jesús: “Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados”. “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas —Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 4, pp. 1168, 1196.
Miércoles
Cristo dio al pueblo judío abundantes evidencias de que era el Mesías; pero su enseñanza exigía un cambio decidido en sus vidas. Ellos vieron que si recibían a Cristo debían abandonar sus máximas y tradiciones favoritas y sus prácticas egoístas e impías. Exigía un sacrificio el recibir la verdad invariable y eterna. Por lo tanto, no admitieron la más concluyente evidencia que Dios pudo dar a fin de establecer la fe en Cristo. Profesaban creer en las Escrituras del Viejo Testamento, y sin embargo rehusaron aceptar el testimonio que contenían con respecto a la vida y el carácter de Cristo. Temían ser convencidos, no fuera que se convirtieran y se vieran impelidos a abandonar sus opiniones preconcebidas. El tesoro del evangelio, el Camino, la Verdad y la Vida estaba entre ellos, pero rechazaron la dádiva más grande que los cielos pudieran conceder.
“Aun de los príncipes, muchos creyeron en él—leemos—, mas por causa de los fariseos no le confesaban, por no ser echados de la sinagoga”. Juan 12:42. Estaban convencidos. Creían que Jesús era el Hijo de Dios; pero el confesarlo no estaba de acuerdo con sus ambiciosos deseos. No tenían la fe que podría haberles conseguido el tesoro celestial. Estaban buscando tesoro mundanal —Palabras de vida del gran Maestro, p. 77.
El Señor ha presentado ante mí que aquellos que, en alguna medida, han estado cegados por el enemigo y no se han restaurado plenamente de la trampa de Satanás, estarán en peligro porque no pueden discernir la luz del cielo, y estarán inclinados a aceptar una falsedad. Esto afectará todo el contenido de sus pensamientos, sus decisiones, sus asuntos, sus consejos. Las evidencias que Dios ha dado no los convencen porque han cegado sus propios ojos al escoger las tinieblas antes que la luz. Después dan origen a algo que llaman luz, la que el Señor llama teas, que ellos mismos encendieron y por las cuales dirigen sus pasos. Declara el Señor: “¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados”. Dijo Jesús: “Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados”. “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas —Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 4, pp. 1168, 1196.
Jueves 7 de mayo
POR QUÉ ES IMPORTANTE LA INTERPRETACIÓN
Lee Nehemías 8:1 al 3 y 8. ¿Por qué es tan importante que entendamos claramente las Escrituras, no solo en el ámbito personal sino también como iglesia?
El tema más importante en la Biblia es la salvación y cómo ser salvos. Después de todo, ¿no es esto lo que más importa a largo plazo? ¿De qué sirve, como nos dijo Jesús mismo, si obtenemos todo lo que el mundo ofrece y perdemos nuestra propia alma (Mat. 16:26)?
Pero, saber lo que la Biblia enseña acerca de la salvación depende mucho de la interpretación. Si interpretamos erróneamente la Biblia, es probable que lleguemos a conclusiones falsas, no solo en el entendimiento de la salvación, sino en todo lo que la Biblia enseña. De hecho, incluso en la época de los apóstoles, ya se habían infiltrado errores teológicos en la iglesia, sin duda respaldados por falsas interpretaciones de las Escrituras.
Lee 2 Pedro 3:15 y 16. ¿Qué nos dice esto acerca de cuán importante es la lectura correcta de las Escrituras?
Por cierto, si somos “el pueblo del Libro”, que quiere vivir de acuerdo con la Biblia y la Biblia sola (y no tenemos otras fuentes autoritativas como la tradición, los credos ni la autoridad del Magisterio de la Iglesia que interpreten la Biblia por nosotros), entonces, el tema de una correcta hermenéutica bíblica es sumamente importante porque solo tenemos la Biblia para que nos diga qué creer y cómo vivir.
El tema de la interpretación bíblica es vital para la salud teológica y misiológica de la iglesia. Sin una interpretación bíblica correcta, no puede haber unidad de doctrina ni de enseñanza y, por lo tanto, no habrá unidad de la iglesia ni de nuestra misión. Una teología mala y distorsionada conduce inevitablemente a una misión deficiente y distorsionada. Después de todo, si tenemos un mensaje para dar al mundo, pero estamos confundidos sobre el significado del mensaje, ¿con qué eficiencia podremos presentar ese mensaje a quienes necesitan escucharlo?
■ Lee el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12. ¿Cuáles son los problemas teológicos que presenta y por qué es tan importante para nuestra misión entenderlos correctamente?
Notas EGW
Jueves
Los casamientos mixtos del pueblo con otras naciones habían contribuído a la corrupción del idioma hebreo, y los que hablaban necesitaban poner mucho cuidado para explicar la ley en el lenguaje del pueblo, a fin de que todos la comprendiesen. Algunos de los sacerdotes y levitas cooperaban con Esdras para explicar los principios de la ley. “Leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura”…
Día tras día, al escuchar las palabras de la ley, el pueblo se había convencido de sus transgresiones y de los pecados que había cometido la nación en generaciones anteriores. Vieron que, por el hecho de que se habían apartado de Dios, él les había retirado su cuidado protector y los hijos de Abraham habían sido dispersados en tierras extrañas; y resolvieron procurar su misericordia y comprometerse a andar en sus mandamientos. Antes de tomar parte en este servicio solemne, celebrado el segundo día después de terminada la fiesta de las cabañas, se separaron de los paganos que había entre ellos.
Cuando el pueblo se postró delante de Jehová, confesando sus pecados y pidiendo perdón, sus dirigentes le alentaron a creer que Dios, según su promesa, oía sus oraciones. No solo debían lamentarse y llorar, arrepentidos, sino también creer que Dios los perdonaba. Debían demostrar su fe recordando sus misericordias y alabándole por su bondad. Dijeron esos instructores: “Levantáos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde el siglo hasta el siglo” —Profetas y reyes, pp. 489-491.
Individualmente, necesitamos prestar atención a un “así dice Jehová”, como nunca lo hemos hecho antes. Hay hombres que son desleales a Dios, que profanan su santo día de reposo, que quieren hallar dificultades en las declaraciones más sencillas de la Palabra, que pervierten el verdadero significado de las Escrituras y que, al mismo tiempo, hacen esfuerzos desesperados para armonizar su desobediencia con las Escrituras. Pero la Palabra condena tales prácticas, así como condenó a los escribas y fariseos en los días de Cristo. Necesitamos saber qué es verdad. ¿Lo haremos como lo hicieron los fariseos? ¿Nos apartaremos del más grande Maestro que el mundo jamás haya conocido, para volvernos a las tradiciones, máximas y dichos de los hombres? —Mensajes selectos, t. 1, p. 251.
¿Son vagas e inconsecuentes las Escrituras? ¿Hay base para las opiniones divergentes y las diversas interpretaciones y doctrinas que hallan eco en el mundo religioso? Si así fuera, podríamos albergar dudas acerca de su origen divino, porque no es la inspiración de Dios la que conduce a la gente a albergar diversas opiniones. Los que intentan interpretar la Biblia, corrompen la Palabra de Dios y tuercen el verdadero significado de la Escritura al tratar de que armonice la verdad de Dios con las invenciones y doctrinas de los hombres. Las Escrituras resultan pervertidas y son mal aplicadas, y las gemas de verdad aparecen en el marco del error. Estos maestros están ciegos y no pueden distinguir claramente cuál es el verdadero significado de las Escrituras —Cada día con Dios, p. 162.
Jueves
Los casamientos mixtos del pueblo con otras naciones habían contribuído a la corrupción del idioma hebreo, y los que hablaban necesitaban poner mucho cuidado para explicar la ley en el lenguaje del pueblo, a fin de que todos la comprendiesen. Algunos de los sacerdotes y levitas cooperaban con Esdras para explicar los principios de la ley. “Leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura”…
Día tras día, al escuchar las palabras de la ley, el pueblo se había convencido de sus transgresiones y de los pecados que había cometido la nación en generaciones anteriores. Vieron que, por el hecho de que se habían apartado de Dios, él les había retirado su cuidado protector y los hijos de Abraham habían sido dispersados en tierras extrañas; y resolvieron procurar su misericordia y comprometerse a andar en sus mandamientos. Antes de tomar parte en este servicio solemne, celebrado el segundo día después de terminada la fiesta de las cabañas, se separaron de los paganos que había entre ellos.
Cuando el pueblo se postró delante de Jehová, confesando sus pecados y pidiendo perdón, sus dirigentes le alentaron a creer que Dios, según su promesa, oía sus oraciones. No solo debían lamentarse y llorar, arrepentidos, sino también creer que Dios los perdonaba. Debían demostrar su fe recordando sus misericordias y alabándole por su bondad. Dijeron esos instructores: “Levantáos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde el siglo hasta el siglo” —Profetas y reyes, pp. 489-491.
Individualmente, necesitamos prestar atención a un “así dice Jehová”, como nunca lo hemos hecho antes. Hay hombres que son desleales a Dios, que profanan su santo día de reposo, que quieren hallar dificultades en las declaraciones más sencillas de la Palabra, que pervierten el verdadero significado de las Escrituras y que, al mismo tiempo, hacen esfuerzos desesperados para armonizar su desobediencia con las Escrituras. Pero la Palabra condena tales prácticas, así como condenó a los escribas y fariseos en los días de Cristo. Necesitamos saber qué es verdad. ¿Lo haremos como lo hicieron los fariseos? ¿Nos apartaremos del más grande Maestro que el mundo jamás haya conocido, para volvernos a las tradiciones, máximas y dichos de los hombres? —Mensajes selectos, t. 1, p. 251.
¿Son vagas e inconsecuentes las Escrituras? ¿Hay base para las opiniones divergentes y las diversas interpretaciones y doctrinas que hallan eco en el mundo religioso? Si así fuera, podríamos albergar dudas acerca de su origen divino, porque no es la inspiración de Dios la que conduce a la gente a albergar diversas opiniones. Los que intentan interpretar la Biblia, corrompen la Palabra de Dios y tuercen el verdadero significado de la Escritura al tratar de que armonice la verdad de Dios con las invenciones y doctrinas de los hombres. Las Escrituras resultan pervertidas y son mal aplicadas, y las gemas de verdad aparecen en el marco del error. Estos maestros están ciegos y no pueden distinguir claramente cuál es el verdadero significado de las Escrituras —Cada día con Dios, p. 162.
Viernes 8 de mayo
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El camino a Cristo, “¿Qué debe hacerse con la duda?”, pp. 105-113; y del documento “Métodos de estudio de la Biblia”, la primera parte: “Estudio de la Biblia: presuposiciones, principios y métodos”, la segunda parte: “Presuposiciones que surgen de las afirmaciones de la Biblia”, y la tercera parte: “Principios para acercarse a la interpretación de la Escritura” (“Métodos de estudio de la Biblia” se encuentra en https://cort.as/-MdHR).
“En el estudio de la Palabra, dejen en la puerta de la investigación sus opiniones preconcebidas y sus ideas heredadas del ambiente y cultivadas individualmente. Nunca descubrirán la verdad si estudian las Escrituras para vindicar sus propias ideas. Dejen estas ideas a la puerta y acérquense con el corazón compungido para oír lo que el Señor tiene que decirles. Al sentarse el humilde indagador de la verdad a los pies de Jesús para aprender de él, la Palabra le da entendimiento. Cristo dice a los que son demasiado sabios en su propio concepto para estudiar la Biblia: ‘Si quieren hacerse sabios para la salvación, deben hacerse mansos y humildes de corazón’.
“No lean la Palabra a la luz de opiniones anteriores; investíguenla, en cambio, cuidadosamente y con oración, con una mente libre de prejuicios. Si al leerla se produce la convicción, y ven que las opiniones que han acariciado no están en armonía con la Palabra, no traten de hacer concordar la Palabra con esas opiniones. Hagan concordar sus opiniones con la Palabra. No permitan que lo que han creído o practicado en lo pasado gobierne el entendimiento. Abran los ojos de su mente para contemplar maravillas en la Ley. Descubran lo que está escrito, y después afirmen sus pies en la Roca eterna” (MJ 183, 184).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cómo influyen nuestra cosmovisión, nuestra educación y nuestra cultura en la interpretación que realizamos de las Escrituras? ¿Por qué es tan importante que seamos conscientes de las influencias externas que inevitablemente añadimos a nuestra interpretación de la Biblia?
2. Todos concordamos en que somos pecadores y que el pecado nos afecta negativamente. ¿De qué manera afecta el pecado nuestra forma de leer la Biblia? Es decir, ¿qué nos hace el pecado que podría causar que malinterpretemos la Palabra de Dios? Por ejemplo, el deseo de hacer algo que la Biblia condena, ¿cómo puede hacer que leamos la Biblia de una manera distorsionada? ¿De qué otras maneras filtra el pecado nuestra forma de interpretar la Biblia?
3. El hecho de tener mayor conocimiento de los tiempos bíblicos y su cultura ¿cómo nos ayuda a entender mejor algunos pasajes de las Escrituras? Da algunos ejemplos.
Notas EGW
Viernes
Cada día con Dios, “Conozcamos por nosotros mismos”, p. 312;
El camino a Cristo, “¿Qué debe hacerse con la duda?”, pp. 105-113.
Viernes
Cada día con Dios, “Conozcamos por nosotros mismos”, p. 312;
El camino a Cristo, “¿Qué debe hacerse con la duda?”, pp. 105-113.
Dios lo bendiga!!!
- MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO -
Lección 6
Lección 6
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Texto clave: Hebreos 11:6; Lucas 24:44, 45; 1 Corintios 12:10; 14:26; Juan 1:41; 9:7; Hechos 9:36; Lucas 24:27; Hechos 17:22–26; Juan 9:39–41; 12:42, 43; Nehemías 8:1-3, 8.
Parte I: RESEÑA
A veces la gente dice que toma la Biblia de manera literal, sin necesidad de interpretación. Si bien es loable considerar la Biblia seriamente y estar dispuestos a seguir lo que nos ordena hacer, nadie se acerca a la Biblia con la mente en blanco. Todos nos vemos influenciados en nuestra forma de pensar y de interpretar por nuestra educación, nuestra familia, la cultura en la que crecimos y nuestra experiencia. Todos tenemos algunas presuposiciones con las cuales nos acercamos al texto. La lectura y el estudio del texto bíblico inevitablemente implican alguna interpretación. La Biblia fue escrita en idiomas (hebreo, arameo, griego) con los cuales muchos de nosotros no crecimos o solo conocemos de manera rudimentaria. Y todo traductor lo sabe: cada traducción a otro idioma implica alguna forma de interpretación. Debemos conocer realmente bien un idioma para comprender algunas de sus sutilezas o cuando la ironía entra en juego. Además, nuestro pensamiento se ensombrece por el pecado y, por lo tanto, no es neutral cuando se trata de cosas espirituales. El hecho mismo de que existan diferentes iglesias y confesiones religiosas, a pesar de que todas afirman vivir de acuerdo con la Biblia, demuestra que todos tenemos alguna forma de interpretación. Sin embargo, estudiamos el mismo Libro y podemos llegar a conclusiones que nos unen, a pesar de todas las diferencias anteriores. La interpretación es esencial para comprender, y esta semana estudiaremos algunos métodos de interpretación que guiarán nuestro estudio de la Biblia.
Parte II: COMENTARIO
El significado de una frase no se determina solo por las palabras individuales que se usan, sino por el contexto en el que se emplean esas palabras. Si no consideramos adecuadamente el contexto literario inmediato y más amplio de una declaración y cómo utiliza las palabras en esa circunstancia, arribaremos rápidamente a conclusiones erróneas. De igual modo, debemos tener en cuenta los antecedentes históricos de lo que está escrito. Nos ayuda a situar el texto. Cualquier texto sin contexto se convierte rápidamente en un pretexto para la opinión personal. Si ignoramos el contexto, pronto leeremos algo en el texto que el escritor en realidad no tenía la intención de transmitir. A esto lo llamamos eiségesis. Pero, en lugar de leer algo en el texto que no está allí, deberíamos hacer una exégesis minuciosa. Es decir, deberíamos leer en el texto lo que el texto realmente declara. Los adventistas del séptimo día queremos seguir nada más que la Biblia. No tenemos un papa ni una tradición de enseñanza que determine el significado definitivo de las Escrituras. Por lo tanto, una interpretación cuidadosa y sólida de la Biblia es crucial para nuestra teología y nuestra misión. Da forma a nuestra identidad teológica y nuestras creencias.
Presuposiciones y cosmovisiones
Todos tenemos una serie de creencias que presuponemos en forma consciente o inconsciente. Asumimos que son ciertas, aunque no podemos probarlas absolutamente. Estas convicciones más básicas sobre el mundo y nuestros valores se describen en lo que se llama cosmovisión. Nuestra cosmovisión determina lo que es importante para nosotros y lo que no. Filtra nuestra percepción e interpretación de la realidad y proporciona un modelo del mundo que nos guía a vivir en el mundo. Nuestra cosmovisión abarca nuestra comprensión de Dios, de la naturaleza humana, la moralidad y la verdad. Una cosmovisión se compone de creencias y respuestas a preguntas en esos aspectos. Nuestra cosmovisión está influenciada por nuestros padres, nuestra educación, nuestros compañeros, nuestras experiencias, los medios, la cultura y la religión. Todos los días utilizamos nuestra cosmovisión, y percibimos e interpretamos la realidad a través de ella. Influye en nuestro pensamiento y también en nuestras acciones y comportamiento.
Para pensar
Piensa en diferentes aspectos en los que nuestra cosmovisión impacta en nuestro pensamiento y nuestro comportamiento. Comparte con los miembros de la clase los desafíos que surgen cuando colisionan diferentes cosmovisiones.
Mientras tengamos disposición a aprender, nuestra cosmovisión se amplía. Cuando el aprendizaje y el crecimiento alteran radicalmente muchas de nuestras creencias fundamentales, o cuando tenemos una experiencia de conversión, nuestra cosmovisión puede cambiar. Este cambio generalmente tiene lugar cuando se ha demostrado que la cosmovisión anterior es falsa. Después de ese cambio, la persona continuará haciendo ajustes e intentará alinear otras creencias con el resto de sus creencias centrales. Una conversión a Jesús no borra automáticamente los años de educación previa. Pero sí implica un cambio de una cosmovisión a otra y una armonización de todas las creencias con la Biblia.
Para pensar
Lee Lucas 24:36 al 49. La experiencia del Cristo resucitado y su explicación de las Escrituras ¿cómo cambió la visión de la realidad de sus discípulos? Comparte cómo impactó tu comprensión de la Biblia tu experiencia de conversión. Si nosotros armonizamos gradualmente todas nuestras creencias anteriores con las Escrituras, ¿qué nos dice eso acerca de cómo debemos tratar a quienes están creciendo en su comprensión?
Traducción e interpretación
Si quieres interpretar la Biblia correctamente, es útil estudiarla en los idiomas originales en que se escribió. Si eso no es posible, usa una traducción que se atenga a los idiomas originales. Esa traducción formal enfatiza la equivalencia palabra por palabra en el proceso de traducción y brinda una interpretación más exacta y literal de los idiomas bíblicos. Cuando estudiamos y comparamos de qué manera los escritores bíblicos usan ciertas palabras en varios contextos, la Biblia misma puede revelar su significado. Si bien una traducción tan formal es una excelente Biblia de estudio, sus lecturas son más rígidas. A diferencia de las traducciones formales, hay traducciones dinámicas, que enfatizan el significado por significado en lugar de la equivalencia palabra por palabra. Aquí la traducción se reestructura en un uso idiomático que representa el pensamiento o significado equivalente en nuestro idioma. Si bien dichas traducciones son muy amenas, la interpretación puede ser engañosa o errónea. Finalmente, hay traducciones parafraseadas. Son mucho más libres con los idiomas originales que las traducciones dinámicas. Debido a que una paráfrasis es más interpretación que traducción, no es adecuada para un estudio serio de la Biblia.
Para pensar
Si tienes diferentes traducciones de la Biblia disponibles en tu idioma, muéstralas en el grupo de la Escuela Sabática y da ejemplos de las diferentes traducciones de un pasaje de la Biblia. Hazlo de tal manera que los oyentes se fortalezcan en su fe y se sientan animados a estudiar la Biblia con más seriedad. Recomienda una traducción bíblica confiable en tu idioma para el estudio bíblico.
Algunas confesiones publican su propia traducción autorizada de la Biblia. La Iglesia Adventista del Séptimo Día no lo ha hecho, pero utiliza traducciones establecidas que están disponibles a través de las Sociedades Bíblicas. Algunos adventistas han trabajado con las Sociedades Bíblicas para ayudar a que la Biblia esté disponible para aquellos que no la tienen y han hecho valiosas contribuciones para varias traducciones de la Biblia. Piensa en formas en que puedes ayudar en la promoción, la distribución y el estudio de la Biblia.
La Biblia y la cultura
El conocimiento de la cultura del Cercano Oriente puede ser útil para comprender algunos pasajes bíblicos. Lee el pasaje de “Métodos de estudio de la Biblia”, parte 4, 8, q (ver en Datos bibliográficos, al principio de esta Guía), para ver algunas ilustraciones. Hoy los eruditos críticos sostienen que la Biblia está culturalmente condicionada, es decir, reflejaría la cultura en la cual se originó y, por lo tanto, está restringida en su autoridad porque se limita a un determinado entorno cultural. Si bien la Biblia en realidad fue escrita en una cultura particular, “los escritores bíblicos insistieron en que el mensaje teológico de las Escrituras no está dentro de los límites culturales –aplicable solo para ciertas personas en cierto tiempo–, sino que puede aplicarse universal y permanentemente” (R. M. Davidson, “Interpretación Bíblica”, p. 99). Jesús nació en una cultura particular y, sin embargo, no es solo el Salvador de la gente de su época. Él es el Salvador del mundo. Su venida a una cultura en particular no lo hace culturalmente relativo, sino que le da un significado que trasciende cada cultura.
Para pensar
Algunos simplemente se centran en aquellas cosas que difieren de una cultura a otra y, por lo tanto, pierden rápidamente de vista las similitudes que existen en todos los seres humanos de todas las culturas. ¿Qué aspectos básicos de la existencia humana y de los deseos humanos están presentes en todas las culturas? La respuesta espiritual de Dios a estos aspectos ¿cómo trasciende cualquier cultura particular y les habla a todos los seres humanos? ¿Cómo puedes ayudar a que el mensaje de la Biblia sea aplicable a la gente de tu cultura? ¿Cuándo puede convertirse la cultura en un obstáculo para la aceptación del mensaje bíblico?
Nuestra naturaleza pecaminosa y la interpretación bíblica
Además de todos los aspectos mencionados anteriormente que muestran por qué se necesita interpretación, hay otro factor que a menudo se pasa por alto. Tiene que ver con las consecuencias de nuestra naturaleza pecaminosa. Lee Efesios 4:17 y 18, y medita en lo que el apóstol escribió allí. Aquí Pablo describe algunas consecuencias que han surgido debido a la ceguera de nuestro corazón y la vanidad de nuestra mente. A veces, incluso nuestra comprensión e interpretación de las Escrituras se ve contaminada y atenuada debido a nuestro pecado. A veces no seguimos las cosas de la Biblia porque le tenemos miedo a la presión de nuestros compañeros o al desprecio de nuestros familiares y amigos. Por eso, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para que ilumine nuestra mente y nos predisponga a seguir lo que hemos descubierto.
Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
Una persona escuchó la verdad bíblica. La lectura de las Escrituras le ha brindado una nueva perspectiva de que Dios es real y activo, y que vale la pena vivir el mensaje de la Biblia. Sin embargo, cuando algunas oraciones no son respondidas como se esperaba y la salud de un niño está en peligro, esta persona recurre a las fuentes tradicionales de curación habituales de su cultura. En estas fuentes tradicionales de curación intervienen poderosos brujos de la comunidad.
Piensa en tendencias y tentaciones similares a las que te enfrentas cuando tu fe bíblica se ve desafiada. ¿En qué aspectos te ves tentado a confiar más en la educación que recibiste, en la educación de tus padres o en tu experiencia que en la verdad bíblica?
Algunos especialistas en filosofía occidental y pensamiento crítico creen que no existe un ser sobrenatural que pueda intervenir en la historia ni hacer milagros. Su cosmovisión cerrada les impide aceptar muchas historias sobrenaturales de la Biblia como reales. ¿Dónde influye tu cosmovisión en tu interpretación de las Escrituras?
Una persona que es nueva en la fe quiere estudiar la Biblia más a fondo. ¿Qué traducción de la Biblia podrías recomendarle para esta tarea?
¿Por qué la fe es importante para una comprensión adecuada de las Escrituras? ¿Cuál es el papel de la fe en el proceso de interpretación?.
Dios lo bendiga!!!
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