Lección 2 de Cuna (Mayo)
DANIEL Y EL FOSO DE LOS LEONES
DANIEL 6:1-23; PROFETAS Y REYES, CAP. 44, PP. 361-367.
“[Daniel] tenía por costumbre orar tres veces al día” (DANIEL 6:10).
Puedo hablar con Jesús todo el día.
Para el fin del mes usted puede ayudar a su hijo a:
Saber que Dios desea que ellos hablen con él.
Sentir confianza de que Dios escucha sus oraciones.
Responder dedicando tiempo para orar cada día.
Mira a Daniel. (Señale a Daniel.) Daniel es un hombre valiente. Daniel es amigo de Dios. Daniel es amigo del rey también.
Mira la casa de Daniel. (Señale la casa de Daniel.) Mira la ventana grande de
Daniel. (Señale la ventana grande.) Daniel ora en su casa tres veces cada
día.
Daniel es un hombre valiente. Daniel es amigo de Dios. Cada mañana Daniel habla con Dios. Daniel ora. Daniel dice: “te amo, Dios”.
Algunos hombres malos quieren hacer daño a Daniel. Le piden al rey que haga una nueva ley. La ley dirá que la gente que ore a Dios será echada en la jaula de los leones.
Al mediodía Daniel se arrodilla junto a la ventana. Daniel habla con Dios. Daniel ora.
En la noche Daniel se arrodilla junto a su cama. Daniel habla con Dios. Daniel ora. Daniel no tiene temor de orar. Ora una, dos, tres veces al día.(Cuente con los dedos de su hijito[a].)
Algunos hombres malos ven a Daniel orando.
—Le diremos al rey —dicen—. El rey tendrá que echar a Daniel en el foso de los leones.
—Daniel ora al Dios del cielo tres veces al día —dicen los hombres malos—. Debe ser echado en el foso de los leones.
—Daniel es mi amigo —dice el rey—. No deseo lastimarlo. Pero debo hacer lo que la ley dice. Su Dios lo cuidará.
Los hombres malos llevan a Daniel al foso de los leones. ¡Grrrr! ¡Grrr! (Ruja.) Los leones están hambrientos. ¡Grrrr! ¡Grrrr! (Ruja.)
Daniel no tiene miedo. Su ángel está allí. El ángel cierra las bocas de los leones. (Muestre su boca cerrada y tratando de rugir.)
Levántate, Daniel. Es de mañana. Es tiempo de orar.
Daniel se arrodilla junto a los leones. (Arrodíllese.)
Daniel ora a Dios. (Junte las manos, cierre los ojos.) “Querido Dios, gracias por enviar a tu ángel. Gracias por cuidarme. Te amo, Dios mío. Amén”.
— Daniel, ¿te cuidó tu Dios? ¿Te hicieron daño los leones?—grita el buen rey.
(Al niño.) ¿Lastimaron los leones a Daniel? ¡No! (Sacuda la cabeza.)Los leones no lastimaron a Daniel.
—¡Oh, rey! Mi Dios envió un ángel. El ángel cerró las bocas de los leones. ¡Mi Dios me salvó! (Ría, aplauda.)
Dios envía sus ángeles para cuidarnos a nosotros también. Vamos a dar gracias
a Dios por los ángeles. (Diga una oración sencilla.)
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Dios les bendiga!!!
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