Lección 4:
DENTRO Y FUERA DE LA PRISIÓN
Textos clave y referencias:
HECHOS 12:1-19;
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES, PP. 116-125.
Versículo para Memorizar:
“La iglesia oraba fervientemente a Dios por él”
(HECHOS 12:5).
Mensaje:
En la familia de Dios, oramos unos por otros.
HECHOS 12:1-19;
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES, PP. 116-125.
Versículo para Memorizar:
“La iglesia oraba fervientemente a Dios por él”
(HECHOS 12:5).
Mensaje:
En la familia de Dios, oramos unos por otros.
Has sabido de alguien que estaba pasando por dificultades? ¿Cómo puedes ayudarlos? Los amigos de Pedro oraron y oraron y oraron por él y sucedió algo maravilloso.
El malvado rey Herodes se frotaba sus manos haciendo planes. ¡Acabaría con las personas que creían en Jesús! El próximo de quien echaría mano sería de ese predicador Pedro.
—¡Guardias! —gritó el rey Herodes—. ¡Guardias!
Pedro tranquilamente fue con los soldados que vinieron a arrestarlo. Cuando llegó a la prisión, Pedro fue encadenado a dos soldados, uno a cada lado.
Las cadenas apretaban los brazos de Pedro. Pero Pedro no se quejaba. Se sentó en el frío piso de piedra y se recostó contra la pared. Cerró los ojos y se quedó dormido.
Las noticias acerca del arresto de Pedro se dispersaron rápidamente por toda la ciudad. Muchos de los creyentes se apresuraron a ir a la casa de la madre de Juan Marcos. Frecuentemente iban allí para orar juntos, así que les pareció apropiado el lugar para reunirse a orar por Pedro. Los creyentes oraron y oraron. Estuvieron orando hasta tarde en la noche.
Mientrastanto en la prisión, repentinamente brilló una luz en la celda de Pedro. Un ángel tocó en el hombro a Pedro.
—¡Rápido! ¡Levántate! —dijo el ángel, y las cadenas de Pedro cayeron de sus muñecas—. Ponte las sandalias. Ponte tu manto y sígueme.
Pedro hizo lo que le dijo. Sentía como que estaba soñando.
Pedro y el ángel pasaron entre las dos guardias de soldados y llegaron hasta las puertas de hierro que conducían a la calle. La puerta se abrió sola, ¡y Pedro y el ángel salieron juntos! Entonces el ángel desapareció.
Pedro abrió y cerró los ojos de nuevo. ¡Realmente se encontraba en la calle! “¡Es verdad!” susurró para sí. “¡El Señor envió su ángel para ayudarme!”
Pedro se apresuró a llegar a la casa de la madre de Juan Marcos y tocó a la puerta. Rode, una sirvienta, vino. Escuchó su voz, pero en lugar de abrir la puerta, corrió de regreso al interior de la casa.
—¡Pedro está afuera! —gritó.
Los amigos de Pedro miraron a Rode.—¡Estás loca! —le dijeron—. Eso no es posible.
—¡Es verdad! ¡Es verdad! —insistió Rode.
Pedro empezó a golpear otra vez.
Cuando finalmente abrieron la puerta, alguien tomó a Pedro y lo metió rápidamente a la casa.
Escucharon emocionados cuando Pedro les contó cómo el Señor había enviado a su ángel para sacarlo de la prisión. Los creyentes rieron y gritaron de alegría. Luego oraron agradecidos.
Alabaron al Señor por escuchar y contestar sus oraciones.
LECCIONES DE INFANTES
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Dios les bendiga!!!
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