Infantes | Lección 9: El naufragio | 4to Trimestre 2023

Lección 9:
EL NAUFRAGIO

Textos clave y referencias:
HECHOS 27:13-28:10;
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES, PP. 351-356.

Versículo para Memorizar:
“Anímense y edifíquense unos a otros”
(1 TESALONICENSES 5:11).

Mensaje:
Servimos a otros al animarlos.

¿Han estado alguna vez en un barco? ¿Estaba el agua calmada o agitada?Pablo y sus amigos estaban en un barco en una gran tempestad, y algo terrible ocurrió.

El viento aullaba y bufaba. La lluvia caía a raudales.
Las olas golpeaban contra el barco. Y el barco se bambo-leaba peligrosamente. Todas las personas que estaban a bordo estaban seguras de que el barco se hundiría, y todos ellos se ahogarían. Todos, excepto Pablo.

Pablo se puso de pie delante de la gente.
—Anoche estuvo conmigo el ángel de Dios —les dijo a gritos
para que lo escucharan por sobre el aullido del viento—. “No temas”, me dijo el ángel, “Dios te salvará a ti y a todos los hombres que están contigo en el barco”.
—Yo confío en Dios —declaró Pablo—, todo ocurrirá como el ángel me ha dicho. Pero encallaremos en una isla.

En la decimocuarta noche de tormenta, los marineros sintieron que el barco estaba cerca de tierra. Ellos tiraron un ancla por la borda, esperando que mantendría al barco quieto para que no se estrellara contra las rocas de la playa. Mientras todos esperaban ansiosamente la luz del día, Pablo dijo:
—¡Ustedes no han comido todos estos días! ¡Por favor, coman algo! Necesitarán fuerzas. ¡Recuerden, todos nos salvaremos!

Luego Pablo comenzó a comer, de modo que todos se animaron y comieron, y se sintieron mejor.

Cuando finalmente amaneció, los marineros trataron de acercar el barco a tierra, pero el barco encalló en las rocas. Luego las gigantescas olas comenzaron a partir el barco.

Algunos hombres nadaron hacia la orilla. Otros se aferraron a pedazos de madera del barco que se habían roto, y también lograron llegar a la playa. Todas las 276 personas que iban en el barco lograron llegar a la playa con seguridad.

Muchas personas amigables que vivían en la isla hicieron una gran fogata en la playa para que los náufragos se calentaran. Mientras Pablo ayudaba a juntar leña para el fuego, una serpiente venenosa mordió su brazo. Pablo rápidamente sacudió su brazo y la serpiente cayó al fuego. La gente estaba segura que Pablo moriría, pero no le pasó nada. Dios cuidaba de él.

Publio, el gobernador de la isla, invitó a Pablo y a algunos otros a su casa y suplió sus necesidades. Durante los tres días que Pablo estuvo con Publio, supo que el padre del gobernador estaba muy enfermo. Pablo puso sus manos sobre él y pidió a Dios que lo sanara, y el padre de Publio se sanó.

Las noticias de la sanidad corrieron como fuego por toda la isla y la gente trajo a sus enfermos a Pablo. Pablo oró por cada persona enferma, y el Señor los sanó a todos.

La buena gente que vivía en la isla de Malta bendijo a los náufragos cuidándolos y supliendo sus necesidades. Y Dios bendijo a la gente de Malta por mostrar bondad a los viajeros.

Podemos mostrar bondad también nosotros a los demás. Podemos servir a Dios cada día al ayudar a la gente necesitada y al orar por ellos. Dios nos bendecirá también.

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