Lección 9: ¿Pasajes contradictorios? | La muerte y la esperanza futura | Escuela Sabática 4T 2022
Lección 9: Para el 26 de noviembre de 2022
¿PASAJES CONTRADICTORIOS?
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 16:19-31; 23:43; Juan 20:17; Filipenses r:21-24; 1 Pedro 3:13-20; Apocalipsis 6:9-11.
PARA MEMORIZAR:
"Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" (Juan 5:39).
Pedro nos exhorta: "Estad siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza
que hay en vosotros" (1 Ped. 3:15). Pablo agrega: "Que prediques la
palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta
con toda paciencia y doctrina" (2 Tim. 4:2, 3). Por esta razón, no solo debemos
considerar aquellos pasajes que se pueden explicar fácilmente y que se ajustan
a nuestras creencias, sino también ocuparnos de los pasajes que se usan comúnmente
para enseñar algo diferente de lo que creemos.
Para ello, debemos seguir el ejemplo inspirador de Jesús. "Cristo mismo
no suprimió una palabra de la verdad, sino que la dijo siempre con amor. [...]
Nunca fue rudo ni dijo sin necesidad una palabra severa; nunca causó un dolor
innecesario a un alma sensible. No ceqsuró la debilidad humana" (DTG 319).
Esta semana estudiaremos algunos pasajes intrigantes que la gente usa para
justificar la inmortalidad natural del alma. Estas reflexiones deben fortalecer
nuestras convicciones y ayudarnos a responder con amabilidad a quienes cuestionan
esta enseñanza fundamental.
Sábado
Texto
EL RICO Y LÁZARO
Lee Lucas 16:19 al 31. ¿Por qué esta historia no es una descripción literal de la vida después de la muerte?
Algunos eruditos sugieren que Lucas i6:t9 al 31 debe interpretarse literalmente,
es decir, como una descripción del estado de los muertos. Pero esta
postura llevaría a varias conclusiones no bíblicas y contradeciría muchos de
los pasajes que ya hemos visto.
En primer lugar, tendríamos que admitir que el cielo y el infierno están lo
suficientemente cerca como para permitir una conversación entre los habitantes
de ambos lugares (Luc. 16:23-31). También tendríamos que suponer que, en el
más allá, mientras que el cuerpo yace en la tumba, queda una forma consciente
del alma espiritual con “ojos”, un "dedo”, una "lengua”, y que hasta tiene sed
(Luc. 16:23, 24).
Si este pasaje fuera una descripción del estado del ser humano en la muerte,
entonces el cielo sin duda no sería un lugar de gozo y felicidad, porque los salvos
podrían seguir de cerca los sufrimientos interminables de sus seres queridos
perdidos, e incluso dialogar con ellos (Luc. 16:23-31). ¿Cómo podría una madre
ser feliz en el cielo mientras contempla las incesantes agonías de su amado hijo
en el infierno? En ese contexto, sería prácticamente imposible que se cumpliera
la promesa de Dios de que no habrá más tristeza, llanto ni dolor (Apoc. 21:4).
Debido a esas incoherencias, muchos eruditos bíblicos modernos consideran
que la historia del hombre rico y Lázaro es una parábola en la que no
todos los detalles pueden interpretarse literalmente. George E. Ladd, si bien no
es adventista, claramente parecería que lo fuera cuando dice que esta historia
probablemente era "una parábola que hizo uso del pensamiento judío contemporáneo
y no pretende enseñar nada sobre el estado de los muertos” (G. E. Ladd,
"Eschatology", en The New Bible Dictionary, editado porj. D. Douglas, p. 388).
La parábola del rico y Lázaro presenta un marcado contraste entre un
"hombre rico” bien vestido y "un mendigo llamado Lázaro [...] lleno de llagas"
(Luc. 1649,20). El relato enseña que (r) el estatus y el reconocimiento social en
la actualidad no son los criterios para la recompensa futura, y (2) el destino
eterno de cada persona se decide en esta vida, y no se puede revertir en la otra
vida (Luc. r6:25, 26).
■ "Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos" (Luc. 16:31). ¿Qué mensaje de las poderosas palabras de Jesús debemos considerar con respecto a la autoridad de la Biblia y cómo respondemos a ella?
Domingo
Texto
“HOY [...] CONMIGO EN EL PARAÍSO”
Uno de los pasajes bíblicos más utilizados para tratar de probar la inmortalidad del alma es Lucas 23:43: "Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Casi todas las versiones de la Biblia (hay algunas excepciones) traducen este versículo en forma similar, y dan la impresión de que el mismo día que Cristo murió Jesús y el ladrón estarían juntos en el Paraíso. Esto no debería sorprendernos, porque esas traducciones fueron hechas por eruditos bíblicos que creen en el dogma de la inmortalidad natural del alma. Pero ¿es esta la mejor traducción del texto?
Compara Lucas 23:43 con Juan 20:17 y Juan 14:1 al 3. ¿Cómo debe entenderse la promesa al ladrón arrepentido en la cruz a la luz de las palabras de Jesús dirigidas a María Magdalena y la promesa que les hizo a los discípulos?
La suposición de que Cristo y el ladrón fueron al Paraíso (o cielo) ese mismo
día contradice las palabras de Jesús a María Magdalena después de resucitar,
que afirman que aún él no había subido a la presencia de su Padre celestial
(Juan 20:17). Este error, de que tanto Jesús como el ladrón arrepentido fueron
al cielo ese día, también contradice la promesa de Jesús a sus discípulos de que
los llevaría al cielo recién en su segunda venida (Juan 14:1-3).
La cuestión en Lucas 23:43 es si el adverbio "hoy” (griego sémerori) debe vincularse
con el verbo que lo sigue ("estar”) o con el verbo que lo precede ("decir”).
Wilson Paroschi reconoce que, "desde el punto de vista gramatical”, es prácticamente
imposible determinar la alternativa correcta. "Sin embargo, Lucas tiene
una clara tendencia a usar este adverbio con el verbo precedente. Esto sucede
en 14 de las 20 apariciones de sémeron en Lucas y Hechos” (W. Paroschi, "The
Significance of a Comma: An Analysis of Luke 23:43”, p. 7). Por ende, la lectura
más natural de Lucas 23:43 sería: "De cierto te digo hoy que estarás conmigo
en el paraíso". En este caso, la expresión idiomática "te digo hoy” enfatiza la
relevancia y la solemnidad de la declaración "estarás conmigo en el paraíso”. En
resumen, Jesús le estaba prometiendo, en ese mismo momento, que sería salvo.
■ Lee la historia del ladrón arrepentido (Luc. 23:39-43), a quien, a pesar de su pecado, a pesar de que no tenía nada que ofrecer a Dios, Cristo le prometió la vida eterna. ¿De qué manera poderosa esta historia revela la gran verdad de la salvación solo por la fe? ¿De qué manera somos como ese ladrón? ¿En qué nos diferenciamos?
Lunes
Texto
“PARTIR Y ESTAR CON CRISTO”
Lee Filipenses 1:21 al 24 y 1 Tesalonicenses 4:13 al 18. ¿Cuándo esperaba Pablo estar “con Cristo” (Fil. 1:23) y "con el Señor” (1 Tes. 4:17)?
Lo que impulsó a Pablo fue la pasión de vivir "en Cristo” ahora (2 Cor. 5:17)
y "con Cristo" después de su segunda venida (ver 1 Tes. 4:17). Para el apóstol, ni
siquiera la muerte podía poner ñn a la seguridad de pertenecer a su Salvador y
Señor. Como d ijo en la Epístola a los Romanos: "Ni la muerte, ni la vida” pueden
"separadnos] del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom. 8:38,
39). "Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.
Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” (Rom. 14:8).
Con esta certeza en mente, Pablo habló de los creyentes que ya habían muerto
como "los que durmieron en Jesús” (1 Tes. 4:14, RVA), y que resucitarán en la
segunda venida de Cristo para recibir la vida eterna (1 Cor. 15:16-18; 1 Tes. 4:13-18).
Cuando Pablo mencionó su "deseo de partir y estar con Cristo” (Fil. 1:23), ¿insinuó
que después de la muerte su alma partiría para vivir con Cristo en forma
consciente? En absoluto. Este versículo es la exteriorización del deseo de Pablo
de dejar esta existencia problemática y gozar de la presencia de Cristo, sin tomar
en cuenta el lapso de tiempo que pueda transcurrir entre esos dos sucesos. El
versículo no enseña que Pablo esperaba ir al cielo al morir, pues él mismo afirma
que no recibiría su recompensa hasta la segunda venida de Cristo (2 Tim. 4:8).
En resumen, Pablo está diciendo “que, después de partir (morir), lo próximo
que Pablo sabrá es que Cristo viene en las nubes de los cielos para resucitar a
los muertos, y 'así estar siempre con el Señor’ (1 Tes. 4:17). Los autores bíblicos
en ocasiones se refieren conjuntamente a dos sucesos muy separados en el
tiempo” (BEA 1480).
Pero ¿por qué Pablo preferiría morir antes que vivir? Porque entonces finalmente
podría descansar de todos sus problemas, sin necesidad de sufrir más
dolor de cuerpo (1 Cor. 9:27). Y lo haría con la plena certeza de que recibiría "la
corona de justicia” en la Segunda Venida (2 Tim. 4:6-8). Aunque desde luego
Pablo no quería morir, sabía lo que ocurriría al momento de morir.
■ Especialmente en tiempos difíciles, ¿quién no ha pensado en lo lindo que sería cerrar los ojos al morir y, acto seguido, "estar con Cristo"? Este pensamiento, ¿cómo nos ayuda a comprender lo que Pablo expresó en Filipenses?
Martes
Texto
PREDICAR A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS
Lee 1 Pedro 3:13 al 20. ¿Cómo es que Cristo "predicó a los espíritus encarcelados, [...] en los días de Noé"? (Ver también Gén. 4:10.)
Los comentaristas que creen en la inmortalidad natural del alma generalmente
señalan que Cristo predicó "a los espíritus encarcelados” (1 Ped. 3:19)
mientras aún descansaba en la tumba. Para ellos, su espíritu desencarnado fue
al infierno y predicó a los espíritus incorpóreos de los antediluvianos.
Sin embargo, esta idea fantástica es bíblicamente inaceptable porque no
hay una segunda oportunidad de salvación para los muertos (Heb. 9:27, 28).
Entonces, ¿por qué Jesús les predicaría a quienes ya no tenían más posibilidades
de salvación?
Paralelamente y, ante todo, esta teoría contradice la enseñanza bíblica de
que los muertos permanecen inconscientes en la tumba hasta la resurrección
final (Job 14:10-12; Sal. 146:4; Ecl. 9:5,10; 1 Cor. 15:16-18; 1 Tes. 4:13-15).
Además, si este versículo realmente dijera que Jesús, mientras estuvo en la
tumba, bajó al infierno a predicar a los antediluvianos malvados, ¿por qué solo
ellos escucharon el mensaje? ¿No había otros perdidos que ardían en el infierno
junto con ellos? ¿Por qué solo los antediluvianos lo escucharon predicar?
También es absurdo sugerir que Cristo predicó a los ángeles caídos que
habían sido desobedientes en los días de Noé. Mientras que a los "espíritus
encarcelados” se los describe como desobedientes "en otro tiempo” (1 Ped. 3:19,
20), la Biblia dice que los ángeles malos permanecen siendo desobedientes en la
actualidad (Efe. 6:12; 1 Ped. 5:8). Además, los ángeles caídos están "guardado[s]
bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día” (Jud. 6), sin
ninguna oportunidad de salvación.
Debemos observar que, en 1 Pedro 3, los "espíritus encarcelados" del versículo
19 se identifican en el versículo 20 como los antediluvianos que “desobedecieron”
en los "días de Noé”. El término espíritu (griego, pneuma) se utiliza en este texto,
y en otras partes del Nuevo Testamento (1 Cor. 16:18; Gál. 6:18), en referencia a los
vivos que pueden escuchar y aceptar la invitación de la salvación. La expresión
"encarcelados" obviamente no se refiere a una prisión literal, sino a la prisión
del pecado en la que se encuentra la naturaleza humana no regenerada (Rom.
6:1-23; 7:7-25).
La predicación de Cristo a los antediluvianos impenitentes se realizó mecí
¡ante Noé, a quien Dios instruyó divinamente (Heb. 11:7) y se convirtió en un
"pregonero de justicia” para sus contemporáneos (2 Ped. 2:5). Los versículos
de Pedro se escribieron en el contexto de lo que significa ser fiel; no son un
comentario sobre el estado de los muertos.
Miércoles
Texto
LAS ALMAS BAJO EL ALTAR
Lee Apocalipsis 6:9 al 11. ¿Cómo pueden las “almas” de los mártires muertos clamar “bajo el altar"?
La apertura del quinto sello apocalíptico revela una escena inusual: Las
almas de los mártires aparecen metafóricamente "bajo el altar” clamando a Dios
por venganza (Apoc. 6:9-11). Algunos comentaristas se inclinan a identificar
este "altar” como el Altar del Incienso mencionado bajo el séptimo sello (Apoc.
8:1-6). Pero la referencia a la "sangre” (y no al "incienso") en Apocalipsis 6:9 al
11 nos lleva a entender una alusión al Altar del Holocausto, donde se derramaba
la sangre de los sacrificios (Lev. 4:18, 30,34). Así como la sangre de esos sacrificios
se solía rociar alrededor del Altar, así también la sangre de los mártires
se derramó simbólicamente en el Altar de Dios cuando perdieron la vida por
permanecer fieles a la palabra de Dios y al testimonio de Jesús (Apoc. 6:9; ver
también Apoc. 12:17; 14:12).
Las "almas” bajo el altar también son simbólicas. Si tomamos esta expresión
en forma literal, tendríamos que concluir que los mártires no son plenamente felices
en el cielo, porque todavía están clamando por venganza. Esto difícilmente
suene como si estuvieran disfrutando de la recompensa de la salvación. El deseo
de venganza puede hacer que tu vida sea miserable. Pero ¿tu muerte también?
Además, es importante recordar que Juan no recibió una visión del cielo
como este es realmente. "Allí no hay caballos blancos, bermejos, negros o pálidos,
montados por jinetes belicosos. Jesús no está en el cielo en la forma de
un cordero con una sangrante herida de cuchillo. Los cuatro seres vivientes no
representan criaturas aladas reales con características de animales. [...] Tampoco
hay allí 'almas' que yacen en la base de un altar. Toda la escena fue una
representación gráfica y simbólica” (CBA 7:794).
George E. Ladd, un autor no adventista (que de nuevo suena como adventista),
escribió: "En este caso [Apoc. 6:9-11], el altar evidentemente es el Altar
del Sacrificio, donde se derramaba la sangre del sacrificio. El hecho de que Juan
viera las almas de los mártires bajo el altar no tiene nada que ver con el estado
de los muertos ni con su situación en el estado intermedio; es simplemente una
forma vivida de representar el hecho de que fueron martirizados en el nombre
de su Dios” (A Commentary on the Revelation ofjohn, p. 103).
■ ¿Quién (especialmente aquellos que han sido víctimas de injusticias) no ha clamado por justicia, que aún no ha llegado? ¿Por qué debemos confiar por fe en que, en última instancia, la justicia, que tanta falta hace en este mundo, llegará? ¿Qué consuelo te da esta maravillosa promesa?
Jueves
Texto
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, Palabras de vida del gran Maestro, "Cómo se decide
nuestro destino”, pp. 207-218; El Deseado de todas las gentes, El Calvario, pp.
703-718; y Fundamentos de la educación cristiana, "Los docentes como ejemplos
de integridad cristiana”, pp. 564-572.
"En la parábola del hombre rico y Lázaro, Cristo muestra que los seres humanos
deciden su destino eterno en esta vida. La gracia de Dios se ofrece a cada
alma durante este tiempo de gracia. Pero, si malgastan sus oportunidades en la
complacencia del yo, se amputan de la vida eterna. No se les concederá ningún
tiempo de prueba complementario. Por su propia elección han constituido una
gran sima infranqueable entre ellos y su Dios” (PVGM 207).
“Cuando estos cristianos primitivos eran desterrados a las montañas y los
desiertos, cuando en las mazmorras se los dejaba morir de hambre, frío y tortura,
cuando el martirio parecía la única manera de escapar de su angustia, se
regocijaban de que eran tenidos por dignos de sufrir para Cristo, quien había
sido crucificado en su favor. Su ejemplo será un consuelo y estímulo para el
pueblo de Dios que sufrirá un tiempo de angustia como nunca lo hubo” (TI 5:198).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. La cosmovisión bíblica de la naturaleza humana ¿cómo puede ayudarnos a comprender mejor algunos de los pasajes que estudiamos durante esta semana?
2. Reflexionen sobre el contraste entre la religión no negociable de los mártires cristianos y la religión flexible de nuestra generación posmoderna. En otras palabras, ¿por qué cosas vale la pena morir? Sin embargo, si alguien opina que todas las verdades son meramente relativas o culturales, entonces, ¿por qué morir por alguna de ellas? Al mismo tiempo, ¿qué podemos aprender de quienes estuvieron dispuestos a morir por causas que creemos que son falsas?
3. Mediten sobre la parábola del rico y Lázaro. Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, muchos creyeron en él. Sin embargo, muchos que tuvieron las mismas evidencias no creyeron. ¿Qué nos enseña esto acerca de cuán duro puede volverse el corazón humano hacia la verdad? ¿Qué podemos hacer para protegernos de esto?
4. Jesús mencionó que en algún momento los muertos vivirán: "Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:29). Mil años separan estos dos acontecimientos, aunque pareciera que sucedieran al mismo tiempo. ¿Cómo podría esto ayudarnos a entender lo que dice Pablo en Filipenses 1:23?
Viernes
Texto
"LA VIDA ETERNA: LA MUERTE Y LA ESPERANZA FUTURA"
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Lección 9
EL SÁBADO ENSEÑARÉ...
Parte I: RESEÑA
Texto clave: texto
Enfoque del estudio: textos
Introducción:
Texto
Temática de la lección:
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Parte II: COMENTARIO
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Parte III: APLICACIÓN A LA VIDA
Texto
"LA VIDA ETERNA: LA MUERTE Y LA ESPERANZA FUTURA"
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