Fe Real | Lección 1: La manera de orar - 1ra parte | 2do Trimestre 2024 | Año A
Lección 1 Fe Real:
LA MANERA DE ORAR. PRIMERA PARTE
EL PRESIDENTE Y EL NIÑO
Esta es simplemente una ilustración. ¿Qué relación podría tener con las citas bíblicas de la siguiente página?
Durante la Guerra Civil Norteamericana un joven soldado del Ejército Federal perdió a su hermano mayor y a su padre en la Batalla de Gettysburg. El soldado decidió viajar a Washington, la capital del país, para hablar con el presidente Abraham Lincoln. Necesitaba solicitar la baja del servicio militar para volver a la granja familiar a ayudar a su madre y a su hermana en la siembra de primavera.
Una vez en Washington, se dirigió a la Casa Blanca. Cuando llegó a la reja principal solicitó ver al presidente. El guardia de turno le dijo:
«Joven, eso no es posible. ¡El presidente es una persona muy ocupada!Le recomiendo que no pierda su tiempo y regrese al campo de batalla, que es donde debería estar».
El joven soldado se marchó muy desilusionado, y se sentó en la banca de un parque no lejos de allí. De repente, un niño se le acercó y le dijo: «¿Qué te pasa, soldado? ¿Por qué estás tan triste?»
El soldado miró al pequeño y comenzó a contarle su historia.
Le contó cómo su padre y su hermano habían muerto en la guerra.
Le explicó que su hermana y su madre estaban solas y sin ayuda en la granja.
Después de escuchar el relato, el pequeño le dijo: «Yo puedo ayudarte». Entonces, tomó al soldado de la mano y lo llevó de regreso a la reja de la Casa Blanca. Aparentemente el guardia no los vio, porque no los detuvo. Atravesaron el jardín, llegaron a la puerta principal de la Casa Blanca, y entraron. Allí pasaron frente a generales y oficiales de alto rango que los vieron pero permanecieron sin decir una palabra. El soldado no entendía lo que estaba pasando. ¿Por qué nadie los detenía? Finalmente llegaron al despacho oval, donde se encontraba el presidente trabajando. El pequeño ni siquiera tocó la puerta, sino que entró directamente, llevando de la mano al soldado. Detrás del escritorio estaba Abraham Lincoln acompañado por su Secretario de Estado, examinando estrategias para la batalla.
El presidente miró al soldado y después al pequeño con una sonrisa, y dijo:
—Buenas tardes, Tad. ¿Me puedes presentar a tu amigo? Entonces Tad Lincoln, el hijo del presidente, dijo:
—Papá, este soldado necesita hablar contigo.
El soldado le presentó su caso al presidente Lincoln, y en ese momento recibió la baja que tanto necesitaba para poder ayudar a su familia.— Extraído de Wayne Rice, More Hot Illustrations for Youth Talks, derechos reservados (1995). Youth Specialties, Inc. Usado con permiso de Zondervan.
Texto clave
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles. Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.
Domingo
MI OPINIÓN- Corín tiene una amiga que está en una situación difícil, porque sus padres se están divorciando. Su amiga parece estar airada con Dios, pero Corín quiere orar con ella para mostrarle que Dios puede ser una fuente de esperanza y fortaleza. No quiere con esto alejar a su amiga, pero le parece que es una excelente oportunidad para hablarle de Dios. ¿Qué crees que debería hacer? ¿En qué aspectos debería ser prudente?
- Visitemos www.guidemagazine.org/rtf [en inglés] y publiquemos nuestra respuesta. Seamos claros y sinceros. Digamos lo que pensamos.
Lunes
¿QUÉ TRATAN DE DECIRNOS?Personas diferentes, opiniones diferentes. Las citas que presentamos a continuación representan dos puntos de vista: el de los que son ciudadanos sinceros del reino de Dios, y el de aquellos que no lo son. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela Sabática.
- «Al orar, es mejor tener un corazón sin palabras que palabras sin corazón». John Bunyan, predicador y escritor inglés del siglo XVII.
- «Algunos divagan en largas oraciones explicándole a Dios quién es y lo que él representa, o exponen en oración todo un sistema teológico. Algunos predican y otros exhortan a las personas hasta que estas no ven la hora de que terminen; y sin duda, Dios también. Charles G. Finney, teólogo, evangelizador y educador estadounidense del siglo XIX.
- «El cielo está lleno de respuestas para las peticiones que nadie se molesta en hacer». Billy Graham, predicador estadounidense contemporáneo.
- «Algunos pensamientos son oraciones. Hay momentos en que, sea cual sea la actitud del cuerpo, el alma está postrada». Víctor Hugo, poeta, novelista y dramaturgo francés del siglo XIX.
- «¿Acaso Cristo y sus apóstoles no hicieron milagros? El mismo Salvador compasivo vive en nuestros días, y está tan dispuesto a escuchar la oración de la fe como lo estuvo cuando anduvo en forma visible entre los hombres. Lo natural coopera con lo sobrenatural. Forma parte del plan de Dios concedernos, en respuesta a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si no se lo pidiésemos así». Elena G. de White, escritora inspirada y uno de los miembros fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
- «Debemos rendir delante de él lo que hay en nosotros y no lo que debería haber en nosotros». C. S. Lewis, escritor inglés y erudito cristiano del siglo XX.
- «El propósito de toda oración es saber cuál es la voluntad de Dios y hacer de ella nuestra oración». Catherine Marshall, escritora cristiana estadounidense del siglo XX..
«Yo digo que…
Martes
¿Y ENTONCES?- La pregunta no es si debemos orar o no, pues hasta los que no creen en Dios dejan escapar una oración cuando enfrentan momentos de peligro inminente. Hay otros que repiten oraciones todo el día, pero aun así nunca se conectan realmente con Dios. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo es la calidad de mi comunicación con Dios?
- A menudo Jesús pasaba noches en vela para comunicarse con su Padre. Aparentemente, la conversación merecía perder unas horas de sueño. Recordemos alguna conversación que hayamos tenido que nos haya resultado realmente significativa (tal vez con uno de nuestros padres o con un amigo). Así es como deberían ser nuestras conversaciones con Dios.
Miércoles
DIOS DICE…- Efesios 2: 13
«Pero ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, ustedes que antes estaban lejos están cerca». - Marcos 1: 35
«De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar solitario». - Salmo 5: 3
«De mañana escuchas mi voz; muy temprano te expongo mi caso, y quedo esperando tu respuesta». - 1 Tesalonicenses 5: 16-18
«Estén siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús». - Efesios 6: 18
«No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo». - Romanos 8: 26, 27
«De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo».
Y... - «Por su vida y su muerte, Cristo logró aun más que restaurar lo que el pecado había arruinado. Era el propósito de Satanás conseguir una eterna separación entre Dios y el hombre; pero en Cristo llegamos a estar más íntimamente unidos a Dios que si nunca hubiésemos pecado. Al tomar nuestra naturaleza, el Salvador se vinculó con la humanidad por un vínculo que nunca se ha de romper. A través de las edades eternas, queda ligado con nosotros» (El Deseado de todas las gentes, cap. 1, pp. 16, 17).
- (Versículos adicionales: 1 Pedro 4: 7).
Jueves
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?- ¿Alguna vez has querido orar pero se te ha hecho difícil como consecuencia del largo tiempo pasado sin hablar con Dios? El miedo o la culpa que nos impide abrir nuestro corazón a Dios en oración no provienen de él. Es la obra de otro. Confiemos en la Palabra de nuestro Salvador cuando dice: «Todos los que el Padre me da, vienen a mí; y a los que vienen a mí, no los echaré fuera […]. Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el día último» (Juan 6: 37, 39).
- Si hay algo que Jesús conoce, es lo difícil que nos resulta permanecer conectados a Dios aquí en la tierra. ¡Él lo sabe! El secreto es que seamos transparentes con Jesús. Cuanto más hablemos con Dios como si fuera nuestro amigo, más experimentaremos cuán amigable es él.
Viernes
¿CÓMO FUNCIONA?Esta semana, tratemos de identificar tres cosas que nos impiden o dificultan tener una verdadera interacción con Dios. Planifiquemos la manera en que les cerraremos las puertas a esas distracciones y escribamos algunos pensamientos sobre la experiencia que hemos tenido durante la semana.
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Dios les bendiga!!!
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