Fe Real | Lección 9: El chisme y la gracia | 3er Trimestre 2024 | Año A

Fe Real | Lección 9: El chisme y la gracia | 3er Trimestre 2024 | Año A

Lección 9 Fe Real:
EL CHISME Y LA GRACIA

PALOS, PIEDRAS, Y… ¿PALABRAS?

(Esto no es más que una ilustración. ¿Qué relación podría tener con las citas bíblicas de la página siguiente?).

Del tribunal salieron algunos gritos. Había un grupo de chicas sentadas
en la primera fila, y de vez en cuando dejaban salir alguna extraña expresión aguda mientras temblaban. Pero estas manifestaciones no se limitaban al tribunal. Cuando las jóvenes estaban en sus casas o en la iglesia, a veces eran presas
del pánico. Aunque no se atrevían a manifestarlo durante la oración o el sermón, se hacía evidente en los momentos de silencio.
Los doctores no encontraban una explicación racional para su condición,
por lo que concluyeron que se trataba de un caso de brujería. Alguien en el pueblo estaba embrujando a estas chicas. Los habitantes del pueblo pensaban que solo ellas sabían quién era el responsable de lo que estaba ocurriendo. Como resultado, las chicas se convirtieron en unas celebridades. En poco tiempo llegaron a ser las ciudadanas más famosas, respetadas y temidas del pueblo. Su palabra era la ley: ellas hablaban, y cualquier persona podía ir a la cárcel o ser ejecutada.
Las primeras personas que estas chicas acusaron eran las más sospechosas: un esclavo caribeño, una mujer indigente y una mujer que, según decían sus padres, entretenía a los hombres a altas horas de la noche. El esclavo confesó que practicaba la brujería, así que lo dejaron en paz. En Salem se creía que si una persona admitía que practicaba la brujería, el diablo ya no tenía poder sobre ella. Las otras dos mujeres, sin embargo, mantuvieron que eran inocentes, así que fueron ahorcadas.
En ese pueblo la vida solía ser aburrida, pero con todos estos juicios llevándose a cabo, las cosas estaban un poco agitadas. A las chicas les encantaba la atención, de manera que siguieron teniendo ataques de pánico y más personas fueron echadas en la cárcel. Primero acusaron a aquellos a quienes sus padres no querían o de quienes habían escuchado rumores. Para salvaguardar su propio pellejo, muchas personas comenzaron a acusar a otras de brujería, así que la fiebre de las brujas se apoderó del pueblo de Salem.
Aunque había juzgados y juicios, cuando las chicas decían que alguien era culpable, esa persona era colgada. Algunas veces fueron sorprendidas diciendo mentiras, pero el pueblo estaba plagado de chismes y rumores. Las mentiras llegaron a ser mucho más atractivas e interesantes que la verdad.
Antes de que el gobernador clausurara los juicios por brujería y que las chicas confesaran sus pecados, llegó a haber ciento cincuenta personas en prisión y doscientos acusados esperando juicio. Ya se había ejecutado a veinte personas, y otras cinco habían muerto en prisión. La gente perdió sus propiedades y sus trabajos. Los maridos perdieron a sus mujeres, y viceversa. Muchos niños quedaron huérfanos por culpa de las ejecuciones.
Puede que una buena paliza nos rompa los huesos, pero las palabras tienen el poder de matar. Los pobladores de Salem, en Massachussets, Estados Unidos, aprendieron la lección.    

Texto clave
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles. Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.

Domingo

MI OPINIÓN

• David y Raquel están teniendo una acalorada discusión sentados en una mesa del comedor escolar. El lugar está semivacío porque es temprano y aún no han llegado muchas personas a almorzar. Nosotros estamos allí y somos testigos del problema. Nos quedamos sorprendidos porque ante todo el mundo ellos forman una pareja perfecta y pensábamos que seguirían juntos para siempre. El resto del día se los ve a ambos medio llorosos. No se hablan, y tampoco hablan mucho con los demás. Nosotros somos los únicos que sabemos lo que ha pasado, y varias personas se han acercado a preguntarnos si sabemos qué es lo que pasa. 
• ¿Bajo qué criterio decidimos qué información podemos compartir, si es que hay algo para contar? ¿Con quién la compartiríamos? ¿Qué efecto tendrán nuestras acciones sobre esa situación específica? 
• Visitemos www.guidemagazine.org/rtf [en inglés] y publiquemos nuestra respuesta. Seamos claros y sinceros. Digamos lo que pensamos.

Lunes

¿QUÉ TRATAN DE DECIRNOS?

Personas diferentes, opiniones diferentes. Las citas que presentamos a continuación representan dos puntos de vista: el de los que son ciudadanos del reino de Dios, y el de aquellos que no lo son. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela Sabática.

• «Si no tienes nada bueno que decir sobre otra persona, ven y siéntate a mi lado». Alice Roosevelt Longworth, hija del presidente estadounidense Theodore Roosevelt.
• «El mayor mentiroso del mundo se llama “Me dijeron”». Douglas Mallock, poeta del siglo XX.
• «La gracia del chisme es hablar a espaldas de las personas, no frente a ellas. No me había dado cuenta de que ustedes no tenían claro este concepto». Roz, de la serie televisiva Frasier. 
• «Si creo que voy a hacerle daño a alguien de mi círculo, como mi esposo, mis hijos o una amiga, no acepto la propuesta». Melissa Rivers, figura pública estadounidense contemporánea. 
• «Algunos dicen que nuestro pasatiempo nacional es el béisbol. No creo que sea así. A mí me parece que es el chisme». Erma Bombeck, humorista y columnista estadounidense del siglo XX.
• «Tratar de sofocar un rumor es como tratar de borrar de nuestra mente algo que ya hemos escuchado». Shana Alexander, periodista y autora estadounidense del siglo XX. 
• «Hay tantas cosas buenas en lo peor de nosotros, y tanto mal en lo mejor de nosotros, que difícilmente nos corresponde dedicarnos a hablar de los otros». Edward Wallis Hoch, político estadounidense del siglo XX.

Escribe tu propio pensamiento
«Yo digo que…

Martes

¿Y ENTONCES?

• ¿Alguna vez hemos pisado un tubo de pasta dental y regado todo su contenido en el piso? Los que hemos vivido esa experiencia sabemos bien cuánta suciedad y desorden puede producir. Algo similar ocurre cuando comenzamos a propagar un chisme. Así como es imposible volver a meter la pasta dental en el tubo, tampoco podemos echar para atrás nuestras palabras. Muchas veces, el daño que causamos es irreversible.
• Reconozcámoslo o no, las palabras tienen poder y, lamentablemente, muchas veces usamos ese poder para hacer daño a otras personas. Todos hemos sido heridos alguna vez por cosas que se han dicho de nosotros, y sabemos que no necesariamente tiene que tratarse de una mentira para resultar doloroso. En muchos casos, decir una verdad en la situación equivocada puede producir un daño aún mayor. 
• Santiago habla de la difícil tarea de controlar nuestra lengua. Se necesita valor y fortaleza. Fortaleza para mantener nuestra boca cerrada, y valor para pedir a otros que cierren la boca cuando nos vienen con chismes. Pensemos un poco en esto: Si un compañero de clase quiere hablarnos de alguien y nosotros le pedimos que por favor no hable de esa persona a sus espaldas, estamos dando a entender que somos una persona íntegra en quien se puede confiar.  
• Pero esta no es una tarea que podemos asumir solos. Vamos a necesitar ayuda sobrenatural de parte de Dios. Tenemos que pedirle que guarde continuamente nuestra lengua y mantenga nuestra boca llena de su gracia.  

Miércoles

DIOS DICE…

• Salmo 141: 3
  «Señor, ponle a mi boca un guardián; vigílame cuando yo abra los labios».
• Proverbios 26: 22
  «Los chismes son como golosinas, pero calan hasta lo más profundo».
• Éxodo 23: 1
  «No des informes falsos, ni te hagas cómplice del malvado para ser testigo en favor de una injusticia».
• Proverbios 20: 19
  «El chismoso no sabe guardar un secreto, así que no te juntes con gente chismosa».
• Proverbios 16: 28
  «El perverso provoca peleas; el chismoso es causa de enemistades».
• Salmo 34: 12, 13
  «¿Quieres vivir mucho tiempo? ¿Quieres gozar de la vida? Pues refrena tu lengua de hablar mal, y nunca digan mentiras tus labios».
• Filipenses 4: 8
  «Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro,
  en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza».
• Efesios 5: 4
  «No digan indecencias ni tonterías ni vulgaridades, porque estas cosas no convienen; más bien alaben a Dios».
• Santiago 4: 11
  «Hermanos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas a la ley, te haces juez de ella en vez de obedecerla».
• (Versículos adicionales: Proverbios 26: 18, 19).

Jueves

¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?

• ¿Por qué estamos hablando tanto del chisme y de las palabras? Porque muchas personas llegan a la edad adulta y aún no se han dado cuenta o no entienden el poder que tienen detrás de sus dientes. Esta etapa de exploración y de descubrimiento de nuestra identidad se nos hará mucho más fácil si evitamos involucrarnos en conversaciones en las que hacemos daño a otras personas y al mismo tiempo a nosotros mismos.
• Toda escuela, iglesia y lugar tiene sus propios chismosos. Las personas no se sienten cómodas alrededor de los chismosos porque no quieren ser la próxima «comidilla» del pueblo. Como agentes del reino de Dios, es preciso que seamos personas con quienes los demás se sientan cómodos. Si otros necesitan ayuda, consejos o palabras de ánimo, sería bueno que sepan que pueden acudir confiados a nosotros para recibir una perspectiva cristiana, en vez de temer que vayamos a contar sus problemas a los demás. ¡La confianza, la gracia y el amor pueden ser herramientas maravillosas para reclutar a otras personas para el reino!  

Viernes

¿CÓMO FUNCIONA?

Recordemos alguna ocasión en que otra persona haya dicho algo de nosotros que nos hizo sentir muy mal. Después recordemos algún momento en que se haya dicho algo bueno de nosotros que nos hizo sentir muy bien. Escribamos a continuación de cada una de estas experiencias, analizando (1) si lo que se dijo era verdadero o falso, (2) cómo nos hizo sentir, (3) cuánto tiempo estuvimos pensando en ello, y/o (4) qué repercusiones tuvo en nuestra vida o en la de los demás.


Después de haber analizado estas experiencias, encomendemos nuestros pensamientos y palabras a Dios, buscando y repitiendo Salmo 141: 3 y Salmo 19: 14.

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LECCIONES FE REAL

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Dios lo bendiga!!!