Fe Real | Lección 6: Los creyentes y la misión | 2do Trimestre 2023 | Año B
Lección 6 de Fe Real
LOS CREYENTES Y LA MISIÓN
Manos a la obra
Explicaremos que, tanto a nivel individual como en conjunto, es preciso que seamos parte del mensaje que Dios quiere dar al mundo.
MANOS A LA OBRA
(Esta es una ilustración y nada más. ¿Qué relación podría tener con las citas bíblicas de la siguiente página?)Etiopía es nombrada más de sesenta veces en la Biblia. El mensaje del evangelio se esparció por ese país. Sin embargo, casi dos mil años después (a principios del siglo XX), el trabajo de los misioneros cristianos del libro de los Hechos se hallaba en peligro dada la fuerte presencia de manifestaciones de adoración satánica en la tribu de los wolamos. Los wolamos celebraban su propia «cena de pascuas» en la que le sacrificaban un toro a Satanás y untaban su sangre en los dinteles de sus puertas. Entonces, obligaban a sus familias a comer la carne cruda del animal. Al enterarse de estas prácticas satánicas, la sociedad misionera de Sudán decidió enviar a un grupo de misioneros para que trabajaran entre los wolamos.
Después de ocho años de diligente trabajo, el grupo de 26 misioneros llegó a formar un grupo de 48 creyentes en Cristo, quienes fundaron una iglesia local. Aunque estos misioneros habían trabajado arduamente, su labor se vio interrumpida cuando Mussolini invadió Etiopía y ordenó que todos ellos abandonaran el país. Minutos antes de partir, los misioneros se reunieron con la incipiente iglesia para tomar la comunión. Al terminar la ceremonia dejaron la obra de la iglesia en las manos del pequeño grupo de creyentes. Al subirse a los camiones militares se preguntaban cómo haría este grupo para subsistir, pero en el fondo confiaban en que el poder de Dios obraría por medio de ellos. No obstante, su naturaleza humana los dejó preocupados por la suerte de estos creyentes.
La invasión a Etiopía marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, y pasaron más de siete años antes de que los misioneros pudieran regresar a esas tierras. El 4 de julio de 1943, algunos de ellos regresaron a la región con la esperanza de encontrar algún rastro de la obra que habían realizado. Lo que descubrieron fue asombroso. Resulta ser que los soldados italianos intentaron aplastar a la pequeña iglesia. Los líderes fueron golpeados salvajemente, al punto de que durante meses no pudieron casi ni acostarse por las heridas que habían sufrido en la espalda. Varios de los miembros de la pequeña congregación fueron torturados hasta morir; sin embargo, estas personas siguieron predicando y dando a conocer el evangelio. Cuando Wandaro —uno de los líderes— fue golpeado por los soldados por sus creencias, en medio de la golpiza les predicó a quienes presenciaban los hechos. Otro creyente de nombre Toro proclamó el evangelio a viva voz mientras era golpeado sin misericordia. La conversión del pueblo se produjo cuando los que sobrevivieron a esas torturas continuaron predicando en otros pueblos de los alrededores. Se dividieron en equipos y en grupos pequeños para dar continuidad a la obra que los misioneros habían comenzado. La sorpresa que encontraron los misioneros fue que el pequeño grupo de 48 creyentes que habían dejado se había multiplicado y ahora había dieciocho mil creyentes diseminados por los pueblos circundantes.
Texto clave
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles. Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.
MI OPINIÓN
- Un grupo de jóvenes estaba trabajando en un proyecto de servicio lavando automóviles por dentro y por fuera. No se aceptaban donaciones, ya que se trataba de un servicio a la comunidad. Desafortunadamente, surgió un comentario desconsiderado sobre las habilidades de uno de ellos para limpiar autos. Hasta el momento todos habían trabajado de manera armoniosa y eficaz, pero en cuestión de segundos pareció que la misión se desvaneció, el grupo se dividió y la diversión se convirtió en una obligación. ¿Qué haríamos nosotros si fuésemos los líderes y aún nos quedaran varias horas de trabajo? ¿Qué haríamos para lograr nuevamente la cohesión del grupo?
- ¿Alguna vez hemos experimentado la sinergia (la acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de las fuerzas individuales)? Describamos un logro que hayamos alcanzado en equipo. ¿Qué fue lo que hicimos? ¿En qué sentido resultó más efectivo trabajar en equipo que de manera individual?
- Visitemos http://RealTimeFaith.adventist.org (en inglés) y expresemos allí nuestra respuesta. Seamos claros y honestos. Digamos lo que pensamos.
¿QUÉ TRATA DE DECIRNOS?
Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunos pensamientos que siguen representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios, pero otros no. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela Sabática.
- «No podemos hundir la punta del bote en la que está otra persona y nosotros mantenernos a flote».— Charles Brower, gerente de publicidad contemporáneo estadounidense.
- «Hemos sido creados para la cooperación, al igual que los pies, las manos, las cejas y los dientes superiores e inferiores. Por lo tanto, cuando actuamos los unos contra los otros cometemos un acto contra natura, de la misma manera que enfadarnos e irnos representa un acto de hostilidad mutua».— Marco Aurelio, emperador y filósofo romano del siglo I.
- «Reunirnos es un comienzo; mantenernos juntos es progreso; y trabajar juntos, un éxito».— Henry Ford, fabricante de autos estadounidense del siglo XX.
- «La iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. Fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el evangelio al mundo. Desde el principio fue, el plan de Dios que su iglesia reflejase al mundo su plenitud y suficiencia».— Elena G. de White, escritora inspirada del siglo XIX y fundadora de la iglesia.
- «Las personas más importantes en el reino de los cielos serán aquellos que abrieron sus corazones a las necesidades de los demás en la tierra».— William A.
Ward (1921-1994), rector de una universidad estadounidense.
Escribe tu propio pensamiento
Yo digo que...
¿Y ENTONCES?
- Mientras un grupo de personas construía una iglesia en Sarawak se hizo evidente cuán necesarias eran cada una de las partes para que el proyecto avanzara. Los madrugadores, por ejemplo, traían bolsas de cemento para preparar la mezcla antes del desayuno. A medida que se unían más personas al proyecto, el trabajo fue avanzando con mayor rapidez. Se instalaron las ventanas, se cortaron vigas de madera y se distribuyó agua entre los obreros sedientos. Algunos eran enérgicos, otros diestros, y otros planificaban lo que tendría que hacerse más adelante. Los de mayor edad y con más experiencia daban sabios consejos a los más jóvenes. Los jóvenes de corazón se inspiraban en la dedicación que mostraban los jóvenes en edad. La misión fue un éxito porque todos pusieron su granito de arena. Nadie podía atribuirse el éxito, y nadie albergaba la idea de que habría podido hacerse de otra manera. Lo mismo sucede con nuestra iglesia.
- No ha de extrañarnos que cuando Jesús dijo «Ustedes son la sal de este
mundo» y «Ustedes son la luz de este mundo» lo haya hecho en plural. En otras palabras dijo: «Cuando ustedes se unen, a pesar de sus diferencias; reciben un poder mayor que el de cualquier persona, por muy poderosa que esta sea». - Si repasamos los versículos mencionados en esta lección, descubriremos que todos nos necesitamos mutuamente como el cuerpo necesita de las manos, los pies o los ojos. Tal vez este sea uno de los mayores obstáculos que la iglesia necesita vencer. El trabajo misionero colectivo es la representación de la iglesia en su máxima expresión. No pensemos que es una tarea fácil,
pero ciertamente vale la pena. Cuando aceptemos esta verdad como iglesia lograremos cosas que jamás creímos que podríamos lograr. Las posibilidades son infinitas.
DIOS DICE...
- Hebreos 10: 23-25
«Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho. Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien. No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; y tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca». - Lucas 10: 1, 2
«Después de esto, el Señor escogió también a otros setenta y dos, y los mandó de dos en dos delante de él, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir. Les dijo: “Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla”». - Romanos 12: 3-5
«Por el encargo que Dios en su bondad me ha dado, digo a todos ustedes que ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, cada uno piense de sí con moderación, según los dones que Dios le haya dado junto con la fe. Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros sirven para lo mismo, así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo». - 1 Corintios 12: 12-20
«El cuerpo humano, aunque está formado por muchos miembros, es un solo cuerpo. Así también Cristo. Y de la misma manera, todos nosotros, judíos o no judíos, esclavos o libres, fuimos bautizados para formar un solo cuerpo por medio de un solo Espíritu; y a todos se nos dio a beber de ese mismo Espíritu. Un cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: “Como no soy mano, no soy del cuerpo”, no por eso dejaría de ser del cuerpo. Y si la oreja dijera: “Como no soy ojo, no soy del cuerpo”, no por eso dejaría de ser del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, no podríamos oír. Y si todo el cuerpo fuera oído, no podríamos oler. Pero Dios ha puesto cada miembro del cuerpo en el sitio que mejor le pareció. Si todo fuera un solo miembro, no habría cuerpo. Lo cierto es que, aunque son muchos los miembros, el cuerpo solo es uno». - 1 Corintios 12: 27-30
«Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es un miembro con su función particular. Dios ha querido que en la iglesia haya, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego personas que hacen milagros, y otras que curan enfermos, o que ayudan, o que dirigen, o que hablan en lenguas. No todos son apóstoles, ni todos son profetas. No todos son maestros, ni todos hacen milagros, ni todos tienen poder para curar enfermos. Tampoco todos hablan en lenguas, ni todos saben interpretarlas». - Efesios 4: 14-16
«Ya no seremos como niños, que cambian fácilmente de parecer y que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanza hasta dejarse engañar por gente astuta que anda por caminos equivocados. Más bien, profesando la verdad en el amor, debemos crecer en todo hacia Cristo, que es la cabeza del cuerpo. Y por Cristo el cuerpo entero se ajusta y se liga bien mediante la unión entre sí de todas sus partes; y cuando cada parte funciona bien, todo va creciendo y edificándose en amor».
Efesios 2: 19-22 - «Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios. Ustedes son como un edificio levantado sobre los fundamentos que son los apóstoles y los profetas, y Jesucristo mismo es la piedra principal. En Cristo, todo el edificio va levantándose en todas y cada una de sus partes, hasta llegar a ser, en el Señor, un templo santo. En él también ustedes se unen todos entre sí para llegar a ser un templo en el cual Dios vive por medio de su Espíritu».
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?
- Al leer las cartas de Pablo es imposible no darnos cuenta de su inclinación por el trabajo en grupo. Él, que es toda una autoridad, destaca en sus cartas los nombres de otras personas que también hacen la obra de Dios, y esto es algo que aprendió de Dios mismo. Si alguna vez nos hemos preguntado si a Dios le importan las pequeñas cosas que hacemos, es preciso que recordemos la promesa que dice: «Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese» (Filipenses 1: 6). Lo asombroso de todo esto es la forma en que Dios ve tanto nuestras fortalezas como nuestras debilidades y sigue sosteniendo que, en nuestra experiencia, lo mejor está aún por llegar. No perdamos las oportunidades que se nos presentan de unirnos a la multitud de creyentes que trabajan en función de los objetivos del cielo. A veces nos sentiremos como una pequeña oveja dentro de un inmenso rebaño, pero podemos estar seguros de que el Pastor nos conoce por nombre.
¿CÓMO FUNCIONA?
- El último capítulo: Pongámonos en los zapatos de Pablo y redactemos un capítulo que trate de nuestra iglesia. Leamos primero Romanos 16 para tener una idea de lo que Pablo estaba haciendo. Si podemos, procuremos expresarnos como lo hacía Pablo. Nombremos a familias, pastores, maestros y ancianos para describir la obra que se está realizando en nuestra región. Pablo los saludaba cordialmente, y reconocía sus dones y sacrificios. Escribamos nuestra carta en el espacio provisto o en una hoja de papel:
📖 | L1 | L2 | L3 | L4 | L5 | L6 |
L7 | L8 | L9 | L10 | L11 | L12 | L13 |
Dios les bendiga!!!
COMENTARIOS