Fe Real | Lección 9: El arte de enseñar | 2do Trimestre 2023 | Año B
Lección 9 de Fe Real
EL ARTE DE ENSEÑAR
¿Por qué enseñar?
Veremos por qué es necesario aprender durante toda la vida, y resaltaremos al mismo tiempo la obligación y el privilegio que representa enseñar.
¿POR QUÉ ENSEÑAR?
Hace poco les pregunté a dos amigos algunas cosas sobre lo que significa ser maestro. Estas fueron sus sinceras respuestas:¿Qué es lo mejor de ser maestro?
A: Lo mejor de ser maestro es la interacción diaria que tenemos con los jóvenes. Estamos allí en sus días buenos, en sus días malos, y también todos los demás días. Es maravilloso poder inculcar en ellos valores positivos que establecen y modelan las características que debe tener un joven cristiano ferviente.
B: La posibilidad de ponernos en contacto con los jóvenes y de verlos aprender
algo que los haga tener más confianza en sí mismos.
¿Qué es lo peor?
A: ¡Todos los papeles con los que hay que lidiar, las decepciones que nos producen a veces nuestros alumnos, el hecho que no aprecien nuestra labor y el exceso de trabajo!
B: Ver lo crueles que pueden ser los jóvenes entre sí, incluso mediante la discriminación e intimidaciones, y no saber cómo luchar de manera efectiva contra ello. Es un problema arraigado en la cultura estudiantil y en la manera en que los jóvenes procuran alcanzar una posición y ser aceptados por los demás. También es difícil luchar para que se comporten como se debe, y sentir la frustración de no alcanzar a hacer lo suficiente con los jóvenes que necesitan y merecen nuestra atención, o asimismo esforzarnos por tratar que los jóvenes asimilen todos los conocimientos a pesar de que suelen estar distraídos. Hay que mencionar también el exceso de trabajo que, si no tomamos las medidas adecuadas, termina consumiéndonos.
¿Qué desearía usted que los estudiantes supieran o pudieran entender de los maestros?
A: Me gustaría que se dieran cuenta del esfuerzo que ponemos los maestros y profesores en nuestro trabajo. No se trata de algo automático que hacemos en las mañanas después de levantarnos, como conducir un vehículo, sino que es un trabajo planificado que requiere de una logística y que tiene un propósito definido. También me gustaría que mis alumnos entendieran que los maestros somos personas comunes, con sentimientos, problemas y alegrías como todo el mundo.
B: Que somos seres humanos que tenemos sentimientos y una vida normal. La forma en que somos tratados como docentes no es un tema común de conversación entre padres e hijos. También quisiera que fueran conscientes de que nuestros estudiantes son importantes para nosotros y que deseamos ayudarlos.
¿Qué es mejor, ser estudiante o maestro?
A: No es una decisión fácil. Cuando estaba en la secundaria detestaba ir a clases, pero cuando llegué a la universidad cambié totalmente de parecer. Ahora disfruto mucho la enseñanza, pues me resulta interesante y me presenta un gran desafío. A veces, sin embargo, me gustaría volver a estudiar. ¡Lo cierto es que ser maestro es una labor gratificante, y al mismo tiempo estamos aprendiendo!
B: Yo creo que aprendo más como maestro. ¡Además, no me gustaría hacer el
trabajo que a veces se les pide a los alumnos que hagan! De manera que me
quedo con la enseñanza.
Texto clave
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles. Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.
MI OPINIÓN
- Varios compañeros de estudio acaban de enterarse de que salieron muy mal en un examen y están molestos, por lo que amenazan que sus padres van a ir a la dirección a quejarse del profesor, que según ellos, les tiene antipatía.
- Nosotros, que estamos en el mismo salón, sabemos lo problemático que es ese grupito y lo poco que se esfuerzan, por lo que creemos que lo más seguro es que se merezcan la calificación que obtuvieron. Hemos visto cómo se esfuerza el profesor para que todos aprendan y para hacer que la clase sea interesante.
- ¿Qué haríamos si nuestros compañeros nos pidieran que los apoyáramos en su confabulación contra el profesor?
- Visitemos
http://RealTimeFaith.adventist.org (en inglés) y expresemos allí
nuestra respuesta. Seamos claros y honestos. Digamos lo que pensamos.
¿QUÉ TRATA DE DECIRNOS?
Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunos pensamientos que siguen representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios, pero otros no. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela Sabática.
-
«Los maestros nos abren la puerta; nosotros decidimos entrar».— Proverbio
chino.
«Cualquier cosa que sepamos bien, enseñémosla a los demás».— Tryon Edwards,
teólogo estadounidense del siglo XIX, descendiente de Jonathan Edwards. - «Por cada persona que quiere enseñar hay
aproximadamente treinta que no quieren aprender».— W. C. Sellar y R. J.
Yeatman, humoristas británicos del siglo XX.
«El secreto de enseñar es aparentar que hemos sabido toda la vida lo que aprendimos hoy por la tarde».— Anónimo. - Quien quiere enseñar nunca tiene que dejar de
aprender».— John Cotton Dana,
bibliotecario y director de museo estadounidense del siglo XIX. - «Enseñar es aprender dos veces».— Joseph Joubert, filósofo francés de los siglos XVIII y XIX.
- «Ser bueno es noble, pero enseñar a otros a ser buenos lo es aún más, y menos problemático».— Mark Twain, escritor estadounidense del siglo XIX.
- «Trabajemos siempre hasta alcanzar ese momento en que nuestros alumnos se convierten en nuestros críticos y rivales».— C. S. Lewis, crítico literario y ensayista británico, autor de Las crónicas de Narnia.
Escribe tu propio pensamiento
Yo digo que...
¿Y ENTONCES?
- Todos los días enfrentamos en el colegio a estos singulares personajes llamados maestros y profesores. Son unos seres que se emocionan con las cosas que a nosotros nos aburren. De hecho, les gustan las matemáticas, la historia y los idiomas; todas esas fórmulas raras, reglas y fechas. ¿O será que ellos asumen esa actitud para tratar de convencernos de que aprendamos todas esas cosas? ¿Qué clase de personas son en realidad?
- A medida que maduramos comenzamos a ver a los maestros como personas normales. La mayoría de los maestros que conozco disfrutan de su trabajo. Les gusta aprender, enseñar, interactuar con los jóvenes y animarlos a aprender y dar lo mejor de sí.
- Fuera del salón de clases son personas como todos nosotros. Tienen familia, van a la iglesia, practican deportes, salen de compras y hacen todas las cosas normales de la vida. Podríamos decir que ser maestro es solo un trabajo más. Pero si lo vemos desde otra perspectiva, ser maestro es mucho más que eso; especialmente cuando hablamos de los buenos maestros.
- Un docente no solo enseña conocimientos. Un docente enseña a otros a aprender, a pensar y a crecer personalmente. Es algo que tiene que ver, al fin de cuentas, con toda la persona. El ambiente del salón de clases les brinda una excelente oportunidad para ejercer una influencia sobre los jóvenes. Es allí donde el buen docente —que también es una buena persona— puede hacer la diferencia. Es por ello que deberíamos respetar y honrar a todos esos maestros que demuestran esa clase de compromiso tanto en sus vidas como en el salón de clases.
DIOS DICE...
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Éxodo 18: 20
«A ellos, instrúyelos en las leyes y enseñanzas, y hazles saber cómo deben vivir y qué deben hacer». - Salmo 90: 12
«Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestra mente alcance sabiduría». - Proverbios 22: 6
«Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará». - Proverbios 23: 23
«Compra la verdad y la sabiduría, la instrucción y el entendimiento, ¡y no los vendas!». - Mateo 10: 24
«Ningún discípulo es más que su maestro, y ningún criado es más que su amo». - Romanos 12: 7
«Si nos ha dado el don de servir a otros, sirvámoslos bien. El que haya recibido el don de enseñar, que se dedique a la enseñanza». - Efesios 4: 11, 12
«Y él mismo concedió a unos ser apóstoles y a otros profetas, a otros anunciar el evangelio y a otros ser pastores y maestros. Así preparó a los del pueblo santo para un trabajo de servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo». - Tito 2: 7
«Dales tú mismo ejemplo de cómo hacer el bien. Al enseñarles, hazlo con toda pureza y dignidad».
Y . . . - La
educación, p. 13
«La verdadera educación significa más que la prosecución de un determinado curso de estudio. Significa más que una preparación para la vida actual. Abarca todo el ser, y todo el período de la existencia accesible al hombre. Es el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales. Prepara al estudiante para el gozo de servir en este mundo, y para un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo venidero». - La educación, p. 280
«Grande es la responsabilidad de los que se encargan de guiar un alma humana». - La
educación, p. 276
«El maestro debería tener una educación más amplia que la que se obtiene por medio del estudio de los libros. Debería poseer no solo fuerza, sino amplitud de mente; no solo debería ser íntegro de alma, sino de gran corazón».
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?
- Aprender es vivir. Cuando dejamos de aprender, dejamos de vivir. De alguna manera, siempre seremos estudiantes o maestros, o las dos cosas a la vez. Cualquier cosa que esté por debajo de esto significará perderse la plenitud de la vida. A veces aprendemos casi por casualidad, y hasta puede ser divertido. Otras veces, aprender es bastante difícil, pero es necesario que experimentemos ambas cosas. Es curioso que aprender suele hacerse divertido después que hemos establecido las bases del conocimiento mediante el esfuerzo en el aprendizaje.
- Lo que más les gusta a muchos estudiantes es poder compartir sus habilidades y conocimientos a través de la enseñanza. Esto puede lograrse ayudando a un amigo que tenga problemas con las matemáticas, enseñándole una nueva habilidad a algún hermano o hermana menor, hablándole a alguien de Dios e incluso pensando estudiar para convertirnos en educadores de profesión. Cualquiera sea el caso, podemos comenzar a compartir lo que hemos recibido de parte de otros maestros.
¿CÓMO FUNCIONA?
- Pensemos en las diferentes maneras en que es posible enseñar un tema determinado. Al lado de cada actividad, habilidad o conocimiento, indiquemos dos formas distintas de enseñar cada cosa a una persona en particular. Imaginemos que somos expertos en cada una de esas actividades.
Por ejemplo Enseñar a alguien a conducir |
Enseñémosle a entender las normas de tránsito | Permitámosle conducir bajo nuestra supervisión |
Enseñar a nuestro hermano pequeño a jugar béisbol | ||
Enseñar a nuestro abuelo a usar la computadora | ||
Enseñar a un turista parte de la historia de nuestra ciudad | ||
Enseñar a un niño de cinco años a escribir su nombre | ||
Enseñar a un niño de la clase de Escuela Sabática de menores sobre el sistema solar |
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Enseñar a un amigo cómo hacer galletas siguiendo una nueva receta | ||
Hablar en una clase sobre la vegetación de nuestra región | ||
Enseñar a un amigo que Dios lo ama |
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Dios les bendiga!!!
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