Lección 3 de Juveniles SOLO JESÚS Al hablar con Pedro y Juan se hacía evidente que habían pasado tiempo con Jesús. ¿Podría la ...
Lección 3 de Juveniles
SOLO JESÚS
Al hablar con Pedro y Juan se hacía evidente que habían pasado tiempo con Jesús. ¿Podría la gente decir lo mismo de nosotros?
Hechos 3; 4: 1-31.
Los Hechos de los Apóstoles (Los Embajadores), capítulo 6.
«Cuando alzaron la vista, no vieron a nadie más que a Jesús». (Mateo 17: 8)
Linterna
«Mientras los sacerdotes escuchaban las valientes palabras de los apóstoles, “les reconocían que habían estado con Jesús”. De los discípulos, después de la transfiguración de Cristo, leemos que al terminar la maravillosa escena, “a nadie vieron, sino a Jesús solo” (Mat. 17: 8). “A Jesús solo”. En estas palabras se halla el secreto de la vida y el poder que señaló la historia de la iglesia primitiva. Cuando los discípulos oyeron por primera vez las palabras de Cristo, sintieron su necesidad de él. Le buscaron, le hallaron, y le siguieron […]. Después de la ascensión del Salvador, el sentido de la presencia divina, lleno de amor y luz, permaneció todavía con ellos. […]. Su unión con él era más fuerte ahora que cuando estaba con ellos en persona. Irradiaban la luz, el amor y el poder de un Cristo que moraba en ellos, de modo que los hombres, al contemplarlos, se maravillaban» (Los hechos de los apóstoles, pp. 54, 55).
¿Qué opinas?
Enumera los siguientes métodos de compartir a Cristo en una escala en la que el más efectivo es 1 y el menos efectivo es 10.
__ Predicar en una esquina transitada de la ciudad.
__ Ir de puerta en puerta realizando una encuesta sobre temas espirituales.
__ Invitar a un amigo a asistir a la iglesia.
__ Vivir una vida correcta por medio del ejemplo.
__ Participar de un viaje misionero.
__ Usar prendas de vestir que lleven impreso un mensaje cristiano.
__ Ir a la iglesia con un amigo.
__ Hablar en la clase de la experiencia religiosa personal.
__ Salir a compartir con amigos que sean espirituales.
__ Distribuir folletos con mensajes del Evangelio.
¿Lo sabías?
Según el Instituto de Investigación Barna, «la mitad de los estadounidenses creen que la fe cristiana ya no tiene la exclusividad en el corazón de las personas. En total, el cincuenta por ciento de los adultos entrevistados estuvieron de acuerdo en que el cristianismo ya no es la fe que los estadounidenses aceptan automáticamente como su fe personal, mientras que el 44 por ciento se mostró en desacuerdo y el seis restante no estaba seguro al respecto».
Identifícate con la Historia
«Un día subían Pedro y Juan al templo a las tres de la tarde, que es la hora de la oración. Junto a la puerta llamada Hermosa había un hombre lisiado de nacimiento, al que todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el templo. Cuando éste vio que Pedro y Juan estaban por entrar, les pidió limosna. Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo: —¡Míranos! El hombre fijó en ellos la mirada, esperando recibir algo. —No tengo plata ni oro —declaró Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda! Y tomándolo por la mano derecha, lo levantó. Al instante los pies y los tobillos del hombre cobraron fuerza. De un salto se puso en pie y comenzó a caminar. Luego entró con ellos en el templo con sus propios pies, saltando y alabando a Dios. Cuando todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, lo reconocieron como el mismo hombre que acostumbraba pedir limosna sentado junto a la puerta llamada Hermosa, y se llenaron de admiración y asombro por lo que le había ocurrido». «Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los maestros de la ley. Allí estaban el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y los otros miembros de la familia del sumo sacerdote. Hicieron que Pedro y Juan comparecieran ante ellos y comenzaron a interrogarlos: —¿Con qué poder, o en nombre de quién, hicieron ustedes esto? Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió: —Gobernantes del pueblo y ancianos: Hoy se nos procesa por haber favorecido a un inválido, ¡y se nos pregunta cómo fue sanado! Sepan, pues, todos ustedes y todo el pueblo de Israel que este hombre está aquí delante de ustedes, sano gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret, crucificado por ustedes pero resucitado por Dios. Jesucristo es “la piedra que desecharon ustedes los constructores, y que ha llegado a ser la piedra angular”. De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús» (Hechos 3: 1-10; 4: 5-13).
Explica la Historia
Lee los pasajes de la sección Identifícate con la historia y responde las siguientes preguntas: •Hechos 3: 1-10 ¿Cuándo fue la última vez que saltaste de gozo en alabanza al Señor? ¿Qué sucedió en esa ocasión? ¿Por qué crees que Pedro enfatizó que el hombre había sido sanado en el «nombre de Jesús de Nazaret»?
¿Qué clase de testimonio crees que fue este hombre lisiado para la causa de Cristo? ¿Tiene el mismo poder el testimonio de lo que Jesús ha hecho en tu vida? ¿Por qué sí o por qué no?
•Hechos 4: 5-13
Repasa el papel que jugaron los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo, los saduceos y los maestros de la ley en la historia de Jesús (puedes leer Lucas 22: 1-6, 47-71; Juan 18). ¿Por qué los perturbaba tanto esta curación?
Compara la pregunta del versículo 7 a la pregunta que se hace en Lucas 20: 2. ¿Por qué es esta una pregunta importante para los líderes judíos?
¿De qué manera la respuesta de Pedro representa un cumplimiento de las palabras de Jesús en Lucas 21: 12-15? Escribe una paráfrasis de Hechos 4: 13.
Puntos de Impacto
- «Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí» (Isaías 43: 10).
- «Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor, Dios Todopoderoso» (Jeremías 15: 16).
- «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres» (Marcos 1: 17).
- «En esta nueva naturaleza no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, culto ni inculto, esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y está en todos» (Colosenses 3: 11).
- «Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida» (Apocalipsis 2: 10).
Puntos de Vista
- «Es totalmente inútil decirles a las personas: “Vayan a la cruz”. Tenemos que desarrollar la capacidad de decirles: “Vengan a la cruz”. Solo existen dos voces que pueden realizar esa invitación. Una es la voz del santo Redentor, con el cual no podemos hablar, y la otra es la voz del pecador que sabe que ha sido perdonado. Y es esa la parte que nos corresponde».—William Temple, sacerdote de los siglos XIX y XX.
- «No podemos llegar a ser cristianos solo por ir a la iglesia, de la misma manera en que no podríamos convertirnos en automóviles solo por dormir en un garaje». —Garrison Keillor, escritor, humorista y comentarista radial estadounidense.
Aplica a tu Vida
Pregúntales a algunos de los miembros de tu iglesia cómo se incorporaron al camino de la fe. Busca un tema que se repita en todos sus relatos. ¿Llegaron a conocer a Cristo por medio de la influencia de un amigo? ¿De un miembro de su familia? ¿De un pastor? ¿De un maestro? ¿De un evangelizador? ¿Qué aspecto de la testificación les resultó efectivo?
A continuación reflexiona en tu propia vida espiritual. ¿Quién ha sido un testigo de Cristo en tu vida? ¿A qué métodos de evangelización respondes de mejor manera? ¿Cuál es la razón de ello?
Lee las secciones Identifícate con la historia y Explica la historia. Piensa en dos versículos de la lectura bíblica y analiza las preguntas que se presentan a continuación:
«No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy».
¿Se te hace más fácil ofrecerle dinero a Dios, o entregar tu vida? ¿Por qué?
¿Qué puedes ofrecerles a amigos tuyos que puedan estar lisiados en el sentido espiritual?
¿Habría sido igualmente efectivo el testimonio de Pedro si la curación del cojo no se hubiera llevado a cabo? Explica tu respuesta. ¿De qué formas puede el servicio por los demás mejorar la obra de evangelización actual?
«Quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús». ¿Qué persona te viene a la mente cuando piensas en alguien que pasa mucho tiempo con Jesús?
¿De qué manera puede transformarte el hecho de pasar tiempo con Jesús? Falso o verdadero: Si pasas tiempo con Jesús no puedes evitar dar testimonio a los que te rodean. Justifica tu respuesta.
En referencia al texto clave, Elena G. de White comenta: «“A nadie vieron, sino a Jesús solo” (Mat. 17: 8). “A Jesús solo”. En estas palabras se halla el secreto de la vida y el poder que señaló la historia de la iglesia primitiva» (Los hechos de los apóstoles, p. 54).
¿Está disponible la misma «vida y poder » de Pedro y Juan para nosotros hoy? ¿Cómo podemos acceder a ese poder? ¿Deberíamos esperar, entonces, a desarrollar la capacidad de sanar a los cojos así como hicieron los apóstoles en la iglesia primitiva? Si no logramos hacer milagros semejantes, ¿significa eso que no estamos conectados con Jesús? Explica tu respuesta.
Lee la cita publicada en Linterna. Haz una lista de varias maneras específicas en las que puedes vivir bajo el lema «Solo Jesús».
Lee los versículos de Puntos de impacto. Escoge uno que le hable de manera particular a tu vida actual. ¿Por qué este texto se destaca sobre los demás en este momento específico? Piensa cómo puedes poner en práctica este texto hoy.
De qué manera un encuentro personal con Cristo en el Calvario puede afectar tu forma de vivir en el presente?
Elena G. de White ofrece una interesante perspectiva de la conversión de Pedro: «Al día siguiente de la curación del cojo, Anás y Caifás, con los otros dignatarios del templo, se reunieron para juzgar la causa, y los presos fueron traídos delante de ellos. En aquel mismo lugar, y en presencia de algunos de aquellos hombres, Pedro había negado vergonzosamente a su Señor.
De esto se acordó muy bien al comparecer
en juicio. Ahora tenía la oportunidad de redimir
su cobardía. Los presentes, que recordaban
el papel que Pedro había desempeñado
en el juicio de su Maestro, se regocijaban
con la idea de que se lo podría intimidar
mediante la amenaza de encarcelarlo y
darle muerte. Pero el Pedro que negó a
Cristo en la hora de su más apremiante
necesidad, impulsivo y confiado en sí mismo,
era muy diferente del Pedro que ahora
comparecía en juicio ante el Sanedrín. Desde
su caída, se había convertido. Ya no era
orgulloso y arrogante, sino modesto y desconfiaba
de sí mismo. Estaba lleno del Espíritu
Santo, y con la ayuda de este poder
resolvió lavar la mancha de su apostasía
honrando el nombre que una vez había negado
» (Los hechos de los apóstoles, pp.
52, 53).
¿Qué tendrá que hacer Dios para moldearte
y hacerte un testigo valeroso para
él, así como lo hizo con Pedro?
Plan de lectura para esta semana*
Los Hechos de los Apóstoles (Los Embajadores), capítulo 6.
*Siguiendo este plan podrás leer al menos un libro cada año de la serie El
conflicto de los siglos.
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Dios les bendiga!!!
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