Lección 5 de Primarios
UN NUEVO MUNDO
Cuando ayudas a tu mamá a hornear un pastel, revisas primero si tienes todos los ingredientes. Dios decidió que deseaba crear un nuevo mundo, el mundo en que vivimos. Antes de comenzar, hizo planes para cada ave, planta y flor. Vamos a descubrir más detalles de esta creación.
Génesis 1; 2; Patriarcas y profetas, pp. 24-33.
“Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra” (Génesis 1:1 ).
Adoramos a Dios cuando le damos gracias por haber creado nuestro mundo.
Dios tenía un plan para crear un mundo. Deseaba que este mundo fuera hermoso y lleno de criaturas que caminaran, volaran, se arrastraran, nadaran y hablaran.
Dios eligió entonces un lugar oscuro, vacío y húmedo en el universo. Dijo entonces: “¡Que exista la luz”.
Y apareció la luz. Dios llamó a la luz día y a la oscuridad noche. La luz era la mañana. La oscuridad era la noche. Juntas, formaron el primer día.
Pero todo era todavía acuoso. No era un buen lugar para caminar, volar o arrastrarse. Así que Dios habló nuevamente: “Aguas, sepárense unas de otras”. El agua se dividió en dos partes. Pero solamente la parte de abajo era líquida. La parte de arriba estaba seca, iluminada y azul. Dios llamó cielo a la parte de arriba. Era el día segundo.
Luego Dios hizo un lugar donde las criaturas pudieran caminar o arrastrarse. Dijo entonces: “Agua, quédate en un solo lugar. Haz espacio para la tierra seca”. Y Dios llamó tierra a la parte seca y llamó mar a la otra parte que quedó. A la tierra le dijo: “Produce plantas y árboles que sirvan de alimento y refugio”.
Esto sucedió en el tercer día.
Entonces Dios estuvo listo para hacer luces. Dijo: “Luces, cuelguen ahora del cielo”. Y aparecieron luces. Una luz grande, el sol, para marcar el día. Una luz pequeña, la luna, para marcar la noche, juntamente con luces más pequeñas —las estrellas— iba a marcar las estaciones y los años. Con estas luces puestas en su sitio, Dios terminó el cuarto día.
Ahora la tierra estaba lista para algunas criaturas que Dios había planificado. “Criaturas de la mar, el agua está lista para ustedes. Aves, ya está listo el aire para ustedes también”, dijo Dios. Y aparecieron los peces y las aves. Dios los bendijo diciéndoles: “Llenen el mar. Llenen el aire”. Y así lo hicieron en el quinto día de la creación.
El siguiente día, dijo Dios: “Estamos listos para hacer los animales”. Y los hizo. Pero no había terminado aún.
“Hagamos al hombre a nuestra imagen”, dijo él.
Entonces Dios hizo algo diferente. Se arrodilló en el suelo. Juntó un poco de tierra, como arcilla, y le empezó a dar forma. La modeló en forma de una criatura con dos piernas, dos brazos, un cuerpo y una cabeza. Entonces se inclinó hacia ella y le sopló en el rostro su propio aliento. Y la criatura abrió los ojos y se levantó. ¡Era un hombre!
Dios le puso por nombre Adán. Luego le mostró a Adán todo lo que había hecho y le dijo:
—Esto es para ti, Adán. Cuida de todo.
Mientras le ponía nombre a todas las criaturas, Adán se dio cuenta de que todos formaban parejas, excepto él. Ahora Dios estaba listo para terminar la última parte de su plan. Mientras Adán dormía, Dios le sacó una de sus costillas. Entonces Dios se arrodilló nuevamente sobre el suelo y con esa costilla le hizo una compañera. Cuando Adán vio a su compañera, exclamó:
—¡Mi mujer!
La llamó Eva. Y así terminó el sexto día.
El siguiente día vio Dios todas las cosas buenas que había hecho. Y él, Adán, Eva y toda las criaturas que había hecho, descansaron y gozaron de su nuevo hogar. Era el séptimo día, el maravilloso día al que llamamos sábado. El nuevo mundo de Dios estaba ahora completo.
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Dios les bendiga!!!
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