Lección 3 de Infantes
UN DÍA ESPECIAL
Textos clave y referencias:
GÉNESIS 2: 1-3;
PATRIARCAS Y PROFETAS, CAP. 2, P. 27.
Versículo para Memorizar:
«Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó»
(GÉNESIS 2: 3).
Mensaje:
Dios hizo el sábado para nosotros porque nos ama.
GÉNESIS 2: 1-3;
PATRIARCAS Y PROFETAS, CAP. 2, P. 27.
Versículo para Memorizar:
«Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó»
(GÉNESIS 2: 3).
Mensaje:
Dios hizo el sábado para nosotros porque nos ama.
¿Qué día te gusta más? ¿Sabes que Dios hizo un día especial para que lo disfrutes con tu familia?
Eva se levantó y miró a su alrededor. Los tibios rayos de luz del sol ya estaban sobre el horizonte de la tierra. La noche anterior había visto cómo desaparecía el sol lentamente.
“Voy a preguntarle a Dios qué pasó con el sol durante la noche” —pudo haber pensado.
Imaginemos lo que pasó el resto del día.
Las ramas de los árboles susurraban por encima de la cabeza de Eva. Un pajarito de plumas brillantes rojas, verdes y amarillas se detuvo allí. Eva sonrió alegremente. Levantó la mano, y el pajarito descendió volando y se posó en ella.
Un enorme león caminaba entre los árboles. Con semblante de satisfacción, el león se tendió en el césped y se arrimó a la pierna de Eva. Eva acarició su hermosa melena. El león ronroneó. Las mariposas jugaban sobre el césped. Los elefantes trompeteaban en algún lugar distante.
Suavemente, Eva le dio una palmadita en el hombro a Adán. Adán abrió los ojos y le sonrió. En ese momento oyeron una voz que se acercaba.
—¡Es Dios! —exclamaron felices—. ¡Dios ha venido al jardín!
Dios se sentó con Adán y Eva. Y mientras acariciaba al león que ronroneaba les dijo:
—Tenemos un día completo para pasarlo juntos. Le dio a Eva una naranja grande, olorosa y dulce y le enseñó cómo pelarla y separarla en gajos. Eva compartió su naranja con Adán. Entonces
saboreó el delicioso jugo.
—Vengan —los invitó Dios—. Vamos a explorar.
Los tres pasearon por el Edén, el hermoso jardín que Dios había creado especialmente para Adán y Eva. Dios tomó una orquídea color lavanda y se la dio a Eva. También tomó algunas frutas que colgaban de una vid.
—Les van a gustar estas uvas —les dijo.
Adán y Eva escucharon a la distancia el ruido de un gran río antes de verlo. El agua resplandecía en la mañana y brillaba como si estuviera cubierta de pequeños diamantes. Cuando el río salía del jardín se dividía en cuatro ríos más pequeños. Eva miró tan lejos como le alcanzaba la vista y se preguntó hasta dónde iba cada uno de los ríos.
Dios pasó todo el día con Adán y Eva. Adán y Eva probaron nuevos alimentos. Danzaron y corrieron por los prados. Se unieron a los ángeles en cantos de alabanza a Dios.
—Yo bendigo este día y lo hago santo —les explicó Dios mientras disfrutaban juntos de las horas del sábado—, porque estoy descansando de la creación de este nuevo mundo. Cada séptimo día será sábado. Será nuestro día especial para estar juntos.
Y fue la tarde y la mañana del primer séptimo día de la Tierra. Fue el final de la primera semana del maravilloso mundo de Dios. Fue el primer sábado.
Y el sábado todavía nos llega cada séptimo día de la semana. Es nuestro tiempo especial para estar con Dios, para disfrutar de todo lo que hizo para nosotros.
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Dios les bendiga!!!
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