Lección 7 de Infantes
UN ZOOLÓGICO FLOTANTE
Textos clave y referencias:
GÉNESIS 7: 6-24; 8: 1-12;
PATRIARCAS Y PROFETAS, CAP. 8, PP. 83-84.
Versículo para Memorizar:
«¡El Señor es grande! ¡Nuestro Dios es digno de alabanzas!»
(SALMO 48: 1).
Mensaje:
Demos gracias a Dios porque cumple sus promesas.
GÉNESIS 7: 6-24; 8: 1-12;
PATRIARCAS Y PROFETAS, CAP. 8, PP. 83-84.
Versículo para Memorizar:
«¡El Señor es grande! ¡Nuestro Dios es digno de alabanzas!»
(SALMO 48: 1).
Mensaje:
Demos gracias a Dios porque cumple sus promesas.
¿Qué haces cuando llueve día tras día? La Biblia nos habla de Noé y cuarenta días de lluvia. ¿Qué hizo Noé?
Noé, su esposa, sus tres hijos y sus esposas descansaban seguros dentro del arca. También los animales. Dios mismo había cerrado y asegurado la puerta. Esperaron durante siete días. Y entonces la lluvia empezó a caer. Así lo había dicho Dios.
La lluvia cayó del cielo. Tronaba sobre el techo del arca. Pero Noé y su familia, las personas que amaban a Dios, estaban a salvo.
La lluvia siguió cayendo. Todo el día. Cada día. Pronto el agua cubrió toda la extensión de la tierra y el arca empezó a flotar.
Todavía la lluvia seguía cayendo. Día y noche. Cada día. Pero todos los que estaban en el arca estaban a salvo. Noé y su familia agradecieron a Dios por cumplir su promesa. Era lo primero que hacían cada mañana y lo último que hacían cada noche. Todos los días cantaban himnos de alabanza para el Señor.
Y la lluvia todavía seguía cayendo. Todo el día. Cada día. Noé revisaba frecuentemente a los animales. Algunos roncaban suavemente en sus jaulas. Respiraban lentamente: Inspiración y expiración... para adentro y para afuera. Otros mordisqueaban la comida que Dios le había dicho a Noé que pusiera en el arca.
—¿Cuánto tiempo más va a estar lloviendo? —preguntó uno de los hijos de Noé—. Pareciera como si fuera a llover para siempre.
—Durante cuarenta días —respondió Noé sonriendo—. Dios dijo que llovería durante cuarenta días. No te preocupes. Cuarenta días no es para siempre.
Y la lluvia siguió cayendo. Todo el día. Cada día. Finalmente el agua cubrió las cumbres de las montañas más altas. No se podía ver tierra por ninguna parte. Entonces Dios detuvo la lluvia. Había llovido exactamente cuarenta días.
Lenta, lentamente, el agua empezó a descender. Un día el arca encalló contra la ladera de una montaña y allí se quedó.
Noé esperó durante muchos, muchos días.
Entonces envió uno de los cuervos. El gran cuervo voló sobre el agua, pero no encontró un lugar donde posarse. Así que regresó al arca.
Siete días después Noé puso en libertad a una de las palomas. Pero no pudo encontrar un lugar para quedarse, así que también regresó volando al arca.
Noé esperó siete días más. Entonces llevó otra vez a la pequeña paloma a la ventana y esperó
a que se fuera volando. Noé esperó. Esperó y observó.
Finalmente, la paloma regresó al arca. Esta vez traía una ramita de olivo en el pico.
—¡Las plantas están empezando a crecer de nuevo!
—exclamó Noé.
Siete días después, de nuevo, Noé dejó en libertad a la paloma. Esta vez la avecilla no regresó. Entonces Noé supo que las aguas se habían evaporado. Noé supo que Dios había cumplido su promesa. El diluvio había pasado. Y ellos estaban a salvo.
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Dios les bendiga!!!
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