Fe Real | Lección 12: Alguien con quien hablar | 4to Trimestre 2024 | Año A
Lección 12 de Fe Real
ALGUIEN CON QUIEN HABLAR
Para la mayoría de los adolescentes, sus padres siguen siendo los adultos cristianos con quienes pueden ser más abiertos y sinceros. Sin embargo, cuando este no es el caso, ellos aún necesitan
de un mentor cristiano con quien conversar.
UNA AMIGA COMO ESA
Esta es una ilustración y nada más. ¿Qué relación podría tener con las citas bíblicas de la siguiente página?Tal vez hemos escuchado hablar de Helen Keller. Helen nació aparentemente normal y sana a finales del siglo XIX, pero antes de cumplir los dos años una terrible enfermedad la dejó ciega y sorda. Debido a su sordera, tampoco pudo desarrollar la habilidad de hablar normalmente. Sus padres la amaban muchísimo, pero no tenían idea de cómo comunicarse con una niña que no podía ver, oír ni hablar, y mucho menos de cómo educarla. Con el tiempo, Helen se convirtió en una niña salvaje e ingobernable, y sus padres temieron que terminaría pasando el resto de su vida en una institución de salud mental.
Entonces, cuando Helen tenía casi siete años, una joven de nombre Annie Sullivan se ofreció como su maestra. Annie también era bastante joven y, al igual que Helen, era ciega. A pesar de que no era sorda, sabía lo difícil que era la vida para un niño que no podía ver. De manera que comenzó inmediatamente a tratar de enseñarle algunas palabras sencillas deletreándolas con el alfabeto de señas en sus manos. Aunque Helen al principio no entendía, pronto comenzó a responder al amor, la estructura y la disciplina que Annie llevó a su vida.
Según Helen misma lo describió más adelante, el momento decisivo ocurrió un día cuando Annie tomó la mano de Helen y la puso debajo del grifo, mientras deletreaba «agua» al mismo tiempo. Por primera vez Helen entendió que las letras y el agua estaban conectadas, y que podía saber el nombre de cada cosa si aprendía el alfabeto de señas. Desde ese momento comenzó a aprender a pasos agigantados a medida que le iba preguntando a su maestra por más y más palabras.
Helen Keller se convirtió en la primera persona ciega y sorda en graduarse en una universidad, y desarrolló una larga carrera como escritora y oradora. En medio de todo esto, Annie Sullivan, su maestra, continuó siendo su mejor amiga, compañera y traductora, ya que Helen nunca aprendió a hablar lo suficientemente bien como para que la gente la entendiera. Helen y Annie fueron inseparables hasta la muerte de Annie.
La barrera de la oscuridad y el silencio que separaba a la joven Helen del resto del mundo parecía imposible de derribar. Pero lo único que se necesitó para vencer estas barreras fue el amor de una amiga, una que había experimentado parte de las mismas dificultades y las había superado, y alguien que estaba dispuesta a ayudarla y a mostrarle el camino. ¿No es verdad que todos necesitamos a una amiga como esa?
Texto clave
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles. Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.
MI OPINIÓN
- Tenemos una decisión importante que tomar: Nos han escogido para formar parte de un equipo deportivo estatal de alto nivel, integrado por los mejores de entre los chicos de nuestra edad. Estar en este equipo nos dará la oportunidad de competir a nivel nacional e incluso nos puede abrir las puertas para jugar a nivel profesional algún día. Si entramos en ese equipo tendremos que comprometernos y abandonar algunas cosas que nos gustan. Entre ellas, es posible que haya algunas competencias en sábado. No obstante, es la oportunidad que hemos estado esperando toda la vida.
- Es así que decidimos pedir consejo. Nuestro mejor amigo nos dice: «¿Estás loco? ¡No pierdas esa oportunidad!». Nuestra maestra favorita nos dice: «Si te unes a ese equipo, es probable que bajen tus calificaciones en la escuela». Nuestro pastor de jóvenes nos dice: «No me parece que un cristiano tenga que involucrarse en esa clase de competencias deportivas». Nuestros padres dicen: «Esta es una decisión importante que tienes que tomar solo. Nosotros no podemos decidir por ti».
- ¿Escuchamos los consejos de los demás, o creemos que nos corresponde a nosotros decidir sin la influencia de otros? Si escogemos pedir consejos, ¿cómo sabemos en quién confiar?
- Visitemos www.guidemagazine.org/rtf [en inglés] y publiquemos nuestra respuesta. Seamos claros y sinceros. Digamos lo que pensamos.
¿QUÉ TRATA DE DECIRNOS?
Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunos pensamientos que siguen representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios, pero otros no. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela Sabática.
- «La luna es la mejor amiga del conversador solitario». Carl Sandburg, escritor y poeta estadounidense del siglo XX.
- «La gloria de la amistad no es una mano estirada ni una sonrisa amable […], sino la inspiración espiritual que se obtiene cuando alguien confía en nosotros y está dispuesto a confiarnos su amistad». Ralph Waldo Emerson, ensayista y poeta estadounidense del siglo XIX.
- «Tener un amigo es una bendición para cualquier hombre o mujer: es contar con un alma humana en quien podemos confiar plenamente, que conoce lo mejor y lo peor de nosotros, y que nos ama a pesar de nuestras fallas». Charles Kingsley, clérigo y escritor británico del siglo XIX.
- «Los adolescentes modernos admiran a sus padres y aceptan sus consejos en temas importantes como la elección de su carrera, pero los rechazan totalmente en asuntos de gustos personales, como por ejemplo, la música o la moda». William Damon, director del Centro para la Adolescencia de la Universidad Stanford.
Escribe tu propio pensamiento
Yo digo que...
¿Y ENTONCES?
- Nosotros sabemos bien lo que es tener que hablar con alguien. Puede ser que las cosas no hayan estado saliendo muy bien, y necesitamos reducir el nivel de estrés. O tal vez tenemos que tomar una decisión importante y sentimos que es mejor consultarlo con otra persona. ¿A quién acudiríamos?
- La mayoría de los adolescentes responden: «A mis amigos». Los amigos son importantes, incluso esenciales. Nos encanta compartir nuestras cosas con ellos. Sin embargo, ¿son la mejor opción cuando necesitamos a alguien que nos escuche?
- Ellos nos entienden porque viven la misma vida que vivimos nosotros. Sin embargo, eso podría resultar en un problema. El hecho de que la vida de nuestros amigos se parezca tanto a la nuestra, hace que sus puntos de vista de las cosas puedan ser exactamente iguales a los que nosotros tenemos. A veces, cuando estamos tratando de encontrar el camino en medio del bosque, subirnos a un árbol o ascender a una colina nos ayuda a tener una visión diferente de las cosas. Algo similar sucede cuando tratamos de encontrar nuestro camino en la vida.
- No se trata de alejarnos de nuestros amigos o de dejar de hablarles. Simplemente abrámonos a la posibilidad de que alguien que haya vivido más y tenga más experiencia (como por ejemplo un maestro, un pastor, o nuestros padres) pueda tener una perspectiva diferente, más amplia, algo nuevo que ofrecernos. Es como subirnos a un gran árbol en medio del bosque.
DIOS DICE...
- Proverbios 1: 8
«Hijo mío, atiende la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre». - Proverbios 27: 6
«Más se puede confiar en el amigo que hiere que en el enemigo que besa». - 1 Pedro 5: 1-5
«Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo, anciano también con ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad, porque “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”». - Proverbios 23: 9
«No hables a oídos del necio, pues se burlará de tus sabias palabras». - Proverbios 1: 5
«El que es sabio e inteligente, los escucha, y adquiere así más sabiduría
y experiencia».
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?
- Dios quiere ayudarnos en los momentos difíciles de la vida, pero su ayuda no siempre llega bajo la forma de una visión o voz celestial, o cuando abrimos la Biblia para encontrar el texto perfecto para nuestro caso. A veces Dios nos ayuda por medio de otras personas. Nuestros amigos cristianos, nuestros padres y líderes pueden ayudarnos a ver con claridad lo que nosotros no podemos ver cuando estamos inmersos en un problema.
- A Dios le encanta ayudarnos. Pidámosle que nos guíe en la búsqueda de ese alguien en quien podamos confiar para conversar. Cuando hayamos encontrado esa persona, comparemos lo que nos diga a la luz de la Palabra de Dios. Un buen cristiano nos dará consejos acordes con ella. Por más que esa persona no sea perfecta, es muy probable que muestre coherencia y sinceridad, y que sea capaz de admitir que ha cometido algún error.
- El plan de Dios para nosotros incluye que estemos dispuestos a recibir ayuda de otros agentes del reino, lo que de paso a su vez nos entrenará para ayudar a otros en el futuro.
¿CÓMO FUNCIONA?
- Pensemos en un adulto al que admiremos. No estamos hablando de alguien perfecto que tenga todas las cualidades, sino de alguien que sea honesto, que nos aprecie y que ame a Dios. Tal vez sea uno de nuestros propios padres, un tío o una tía, un amigo de papá o de mamá, el director de jóvenes de nuestra iglesia, el pastor u otra persona.
- La siguiente parte podría resultar difícil (especialmente si se trata de alguien a quien no conocemos bien o si somos tímidos). Acerquémonos a esa persona y digámosle: «¿Sabes? Me gustaría sentarme a conversar contigo en algún momento». O podríamos aprovechar la oportunidad cuando estamos con esa persona y decirle: «A veces quiero conversar con alguien mayor sobre ciertas cosas. ¿Podríamos hablar un rato?». Fijemos una cita para reunirnos con esa persona y conversar con ella un rato. Pidámosle que ore por nosotros, o que ore con nosotros sobre las cosas que están ocurriendo en ese momento en nuestra vida.
- Puede resultarnos de gran ayuda encontrar a un adulto cristiano confiable para conversar sobre las cosas que nos pasan y pedirle consejos útiles para la vida. Si por alguna razón no hallamos a alguien de confianza, sigamos buscando hasta encontrarlo.
Posibles consejeros
Nombre: _____________________________
Lo que admiro de él o ella:
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Cómo podría acercarme a él o ella:
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Dios les bendiga!!!
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