Fe Real | Lección 3: El servicio cristiano | 4to Trimestre 2024 | Año A
Lección 3 de Fe Real
EL SERVICIO CRISTIANO
Explora la satisfacción y la recompensa de practicar el servicio cristiano. La razón por la que servimos nace de nuestra creencia en la naturaleza y el valor de la gente, y llega a ser una alabanza poderosa en
agradecimiento por el servicio que Dios ha cumplido por nosotros.
SE OFRECE RECOMPENSA
Esta es una ilustración y nada más. ¿Qué relación podría tener con las citas bíblicas de la siguiente página?
Cuando Florence
Nightingale y sus enfermeras se presentaron en un hospital de guerra británico
en Scutari (hoy Uskudar), en el frente de guerra de Crimea, descubrieron que
las condiciones eran peores de lo que habían imaginado. Había suciedad,
infecciones, desorganización y un número excesivo de heridos. Muchos morían
mientras contenedores con el material médico indispensable permanecían en el
puerto por el simple hecho de que algún funcionario no había firmado los
documentos necesarios para liberarlos. En estas condiciones, el 42 por ciento
de los heridos no lograba recuperarse. Nightingale tuvo que poner todo su
empeño, experiencia y dedicación para enmendar la situación.
Nightingale nació en Florencia, Italia (de ahí su nombre) en 1820, en el seno de una familia adinerada de origen inglés. Ella solía asistir a grandes banquetes con la «crema» de la sociedad en la propiedad familiar en Derbyshire, Inglaterra. Cuando cumplió 16 años, recibió un llamado de Dios. Así lo relata ella: «El 7 de febrero de 1837, Dios me habló y me llamó a su servicio».
El llamado fue claro, aunque algo misterioso. ¿Qué servicio quería Dios que desempeñara? Después de eso, siguieron siete años de incertidumbre. A pesar de la oposición de su familia, comenzó a realizar pequeñas visitas con alimentos y medicinas a los labradores pobres que vivían en la propiedad familiar. Después comenzó a analizar la posibilidad de dedicarse a la enfermería, lo cual escandalizó a su familia. A principios del siglo XIX los enfermeros eran considerados trabajadores no especializados y tenían reputación de borrachos y promiscuos. Las damas de la alta sociedad debían dedicarse a mantener sus casas, ofrecer fiestas y banquetes y entablar conversaciones profundas.
En 1844, los filántropos estadounidenses Samuel y Julia Ward Howe (autores del «Himno de la batalla de la República») visitaron el hogar de los Nightingdale. Florence les preguntó: «¿A ustedes les parece inapropiado que una joven inglesa dedique su vida a realizar obras de caridad en los hospitales?».
El Dr. Howe respondió: «No es lo común, y en Inglaterra cualquier cosa que no sea común es considerada inapropiada. Pero mi consejo es: sigue adelante con lo que quieres hacer».
Ella más tarde escribió: «Nunca hubo duda alguna en mis planes o ideas de que esta obra de Dios era para mí».
Y esa obra no comenzó sino nueve años más adelante. Primero tuvo que vencer las objeciones de la familia. Mientras tanto, se dedicó a estudiar enfermería, en primer término por medio de libros, más tarde por medio de visitas a algunos hospitales de Europa, y finalmente entrenándose en varios hospitales de Alemania, Inglaterra y Francia. Cuando estalló la guerra en Crimea (1854-1856), se desempeñaba como directora de un hogar para «señoras inválidas».
Al escuchar las noticias sobre las deplorables condiciones en el campo de batalla, Nightingale escogió 38 enfermeras y se dispuso a tratar de resolver el asunto. Viajó a Crimea, donde terminó organizando un hospital militar que, entre otras cosas, contaba con cocina, lavandería y letrinas sanitarias. Mandó construir ventanas que permitieran la circulación del aire, y almacenó suministros médicos, reduciendo así la burocracia (incluso ella misma los compraba en ocasiones). Proveyó libros a los pacientes, así como actividades recreativas. Se dedicó a escribir a sus familiares, y hasta ideó una manera segura de enviar las remesas de dinero para ellos. Los soldados la querían mucho, y la bautizaron como «La dama de la lámpara», por la lámpara estilo turco que siempre llevaba consigo en sus rondas nocturnas.
Sus esfuerzos lograron resultados maravillosos: El promedio de muertes pasó de
42 por ciento a menos de 3 por ciento (Adaptado de un texto de Kelvin D. Crow,
en ChristianityTodayLibrary.com).
Texto clave
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles. Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.
MI OPINIÓN
- Mandy dedicó nuevamente su vida a Jesús el fin de semana pasado y le ha pedido a Dios que la ayude a ver las necesidades de los demás para tratar entonces de servir a otros. La primera persona que se le vino a la mente fue Tania, a quien recientemente le dijo algunas cosas poco amigables. Se ha producido sin duda un roce entre ellas, y tratan de evitarse mutuamente. Ahora que Mandy ha dedicado su vida a Dios, esto resulta un verdadero problema para ella.
- ¿Qué nos parece que debería hacer Mandy? ¿Debería enfrentar a Tania y arreglar el problema, o hacer otra cosa hasta que se sienta lista para hablar con ella en algún momento futuro? ¿Qué creemos que le diría Jesús?
-
Visitemos www.guidemagazine.org/rtf [en inglés] y publiquemos nuestra
respuesta. Seamos claros y sinceros. Digamos lo que pensamos.
¿QUÉ TRATA DE DECIRNOS?
Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunos pensamientos que siguen representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios, pero otros no. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela Sabática.
- «En mi puerta hay una caricatura con dos tortugas. La primera dice: “A veces me gustaría preguntarle a Dios por qué permite la pobreza, el hambre y las injusticias, si él puede hacer algo para evitarlas”. La segunda tortuga responde: “Me temo que Dios puede hacernos la misma pregunta a nosotros”». Peter John Kreeft, profesor de filosofía y escritor contemporáneo estadounidense.
- «La oración más elocuente es la que se eleva por medio de unas manos que sanan y bendicen. La forma más elevada de adoración es la que se lleva a cabo por medio de un servicio cristiano abnegado. La mayor alabanza es el sonido de los pies consagrados que acuden en busca de los perdidos y los desamparados». Billy Graham, orador y evangelista estadounidense del siglo XX.
- «Estimar el valor de una persona es el principio del servicio. Nosotros valoramos a quienes servimos desinteresadamente». Douglas Groothuis, escritor estadounidense y profesor de religión, del siglo XX.
- «La vida se nos hace más difícil cuando vivimos para los demás, pero también se hace más espléndida y feliz». Albert Schweitzer, teólogo y médico francés del siglo XX.
- «Nosotros somos lápices en la mano de un Dios que escribe y que envía cartas de amor al mundo». Madre Teresa, misionera albanesa del siglo XX.
Escribe tu propio pensamiento
Yo digo que...
¿Y ENTONCES?
- El servicio es algo que no puede faltar en la experiencia de todos los que portan el nombre de Cristo. Jesús dejó claro que, como hijos suyos, llevamos impreso su semblante. La Biblia hace énfasis en esto una y otra vez. Como dice una canción: «No puedo oír lo que dices porque lo que haces grita demasiado». Ya sea que hagamos obras de caridad o que ignoremos las necesidades de nuestro prójimo, nuestras acciones hablarán más fuerte que cualquier cosa que podamos decir.
- Probablemente nuestra percepción y énfasis con respecto al sábado sean los correctos, pero si en sábado una persona necesitada como la mujer mencionada en Lucas no recibe sanidad para su alma atribulada, entonces nuestra observancia del sábado se vuelve inútil. Nosotros podemos predicar la verdad de que Jesús viene pronto, pero él dijo que cuando regrese, espera que nosotros estemos ocupados en alimentar a los hambrientos, visitar a los desamparados y atender a los enfermos. Nosotros podemos probar con la Biblia que la muerte es un sueño, pero quien ha experimentado la pérdida de un ser querido, pocas veces duerme bien en medio de su soledad.
- ¿Qué podemos hacer como adventistas del séptimo día? Nuestro servicio hacia los demás proclamará de manera mucho más efectiva la verdad que lo que pueden lograr un millón de seminarios. Nuestro mensaje es sin duda importante, pero si no nos transforma a la imagen del siervo Jesús, entonces es momento de que comencemos a pensar seriamente en pasar más tiempo con él.
DIOS DICE...
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Juan 13: 35
«Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos». -
Mateo 7: 9-12
«¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan! Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas». -
Mateo 25: 31-36
«Cuando el Hijo del hombre venga, rodeado de esplendor y de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. La gente de todas las naciones se reunirá delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme”». -
Proverbios 11: 25
«El que es generoso, prospera; el que da, también recibe». -
1 Pedro 4: 7-11
«Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por eso, sean ustedes juiciosos y dedíquense seriamente a la oración. Haya sobre todo mucho amor entre ustedes, porque el amor perdona muchos pecados. Recíbanse unos a otros en sus casas, sin murmurar de nadie. Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido. Cuando alguien hable, sean sus palabras como palabras de Dios. Cuando alguien preste algún servicio, préstelo con las fuerzas que Dios le da. Todo lo que hagan, háganlo para que Dios sea alabado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder para siempre. Amén». -
Mateo 20: 25-28
«Pero Jesús los llamó, y les dijo: “Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud”». -
Mateo 23: 11, 12
«El más grande entre ustedes debe servir a los demás. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido». -
Hebreos 6: 10-12
«Porque Dios es justo, y no olvidará lo que ustedes han hecho y el amor que le han mostrado al ayudar a los del pueblo santo, como aún lo están haciendo. Pero deseamos que cada uno de ustedes siga mostrando hasta el fin ese mismo entusiasmo, para que se realice completamente su esperanza. No queremos que se vuelvan perezosos, sino que sigan el ejemplo de quienes por medio de la fe y la constancia están recibiendo la herencia que Dios les ha prometido».
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?
- El llamado a servir es un regalo de Dios para nosotros. ¿Un regalo? Sí, un regalo. Cada vez que ponemos a los demás en primer lugar y nos esforzamos por ayudar estamos recordando la manera en que Dios se acercó a nosotros. El trabajo del servicio es una de las mejores actividades que Dios tiene para reducir nuestra naturaleza pecaminosa y ampliar nuestras cualidades como ciudadanos del reino.
- Si creemos que este es un músculo espiritual que podemos desarrollar de la noche a la mañana, estamos equivocados. Recordemos que los discípulos caminaron con Jesús durante tres años y a pesar de eso aún estaban discutiendo quién iba a ser el más importante, ¡incluso la misma noche en que arrestaron a Jesús! Aprender a pensar en los demás es un proceso que podemos ir desarrollando a medida que vamos poniendo en práctica el servicio.
-
Si en algunos momentos nos sentimos egoístas, recordemos que incluso en esos
momentos en que solo pensamos en nosotros mismos estamos cubiertos por la
bondad de Cristo. Su plan es que cada día aprendamos sobre las bondades de
su gracia. Jesús no recurre a la culpa para motivarnos a servir.
Practiquemos el servicio y dejemos la parte de nuestro crecimiento a
Dios.
¿CÓMO FUNCIONA?
-
Pensemos en algunas maneras prácticas en que podemos ayudar y servir
a quienes nos rodean. Usemos las preguntas de abajo como guía para escribir un informe sobre nuestro plan de servicio. - 1. ¿Qué tipo de necesidades vemos que podemos satisfacer?
- 2. ¿Qué cosas serían de bendición para esas personas en la situación en que se encuentran?
- 3. Anotemos algunas cosas prácticas que podemos hacer para ayudar a los demás.
-
4. Anotemos cómo nos ha ido después de poner en práctica estas ideas.
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Dios les bendiga!!!
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