Fe Real | Lección 2: Contemos nuestra historia | 1er Trimestre 2023 | Año B
Lección 2 de Fe Real
CONTEMOS NUESTRA HISTORIA
Maravillosa gracia
Esta lección examina los componentes de nuestra propia experiencia personal
y la influencia que esta ejerce sobre los demás a la hora de comunicar el evangelio.
MARAVILLOSA GRACIA
(Esto no es más que una ilustración. ¿Qué relación podría tener con las citas bíblicas de la página siguiente?).Si hay una vida que ha contribuido a cambiar la manera en que la gente ve a Dios, esa es la de John Newton. Nacido a principios del siglo XVIII, John era el hijo de un comandante de la marina mercante, y creció navegando por las aguas del Mediterráneo junto a su padre. Cuando este se jubiló, él continuó navegando como oficial de navío hasta que se le rebajó el rango a marinero por deserción.
Su vida dio un giro tremendo cuando se convirtió en el siervo de un traficante de esclavos y comenzó a trabajar en una embarcación utilizada para tal fin. Sin embargo, John se las ingenió para subir de rango hasta llegar a convertirse en comandante de su propio barco de esclavos. Para entonces ya había abandonado completamente los principios religiosos que su madre le había enseñado cuando era niño. Ya de adulto se convirtió en un hombre cínico, carente de moral.
Esta era su historia hasta el día en que su vida cambió con la rapidez con que cambia el clima en mar abierto. Cierto día, John Newton regresaba de uno de sus viajes cuando vio que se dirigía directamente hacia una tormenta tan terrible, que de sus labios brotó una desesperada petición de ayuda: «¡Señor, apiádate de nosotros!». Más tarde, esa misma noche, después de que la tormenta hubiera quedado atrás, John reflexionó en silencio sobre su encuentro con Dios. La semilla de la gracia que fue plantada en su corazón ese 10 de mayo de 1748 creció y transformó completamente su vida. Como resultado de su experiencia, John escribió la letra del himno «Sublime gracia». Esta es la letra original del himno. Leámosla con atención, pues en ella encontramos la historia de este hombre presentada de una manera nueva.
Sublime gracia—cuán dulce es su sonido—
la que salvó a un miserable como yo.
Estaba perdido, mas fui hallado.
Estaba ciego, pero ahora puedo ver.
Fue la gracia la que me enseñó a temer,
y también la que me liberó de mis miedos.
¡Cuán preciosa aquella gracia,
en la hora en que creí por primera vez!
Por peligros, pruebas y trampas he pasado ya;
hasta hoy, la gracia me ha mantenido a salvo,
y la gracia me llevará al hogar.
Las promesas de Dios son buenas,
su Palabra garantiza mi esperanza.
Él será mi escudo y mi porción
mientras dure la vida.
Sí, cuando este cuerpo y corazón fallen
y mi vida mortal llegue a su fin,
tendré, en la presencia divina,
una vida de alegría y paz.
La tierra pronto se disolverá como nieve,
el sol dejará de brillar.
Pero Dios, que me ha llamado aquí,
por siempre mío será.
Texto clave
Escoge uno de los textos de la sección del miércoles. Escríbelo aquí y apréndelo de memoria para esta semana.
MI OPINIÓN
- Cintia, de quince años, se sentía muy desalentada hace unos días. Se daba cuenta de que no tiene una relación cercana con Dios porque no recuerda un momento específico en el que le haya entregado su vida a él. «Recuerdo haberle pedido a Dios muchas veces que entrara en mi corazón; esto me ha sucedido una y otra vez a lo largo de la vida. Creo que mi compromiso con Dios sería más sólido si no me hubieran criado como cristiana».
- ¿Cómo podemos saber si le hemos entregado nuestra vida a Dios? Cintia está atenta, esperando recibir palabras de aliento que la iluminen o que la guíen.
- Visitemos www.guidemagazine.org/rtf (en inglés) y publiquemos nuestra respuesta. Seamos claros y sinceros. Digamos lo que pensamos.
¿QUÉ TRATA DE DECIRNOS?
Personas diferentes, opiniones diferentes. Las citas que presentamos
a continuación representan dos puntos de vista: el de los que son ciudadanos del reino de Dios, y el de aquellos que no lo son. ¿Puedes distinguir entre unos y otros? ¿En qué se comparan estos pensamientos con lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Preparémonos para exponer lo que hemos escrito en la Escuela Sabática.
- «En medio de una generación que clama por respuestas, los cristianos están tartamudeando». Howard Hendricks, escritor contemporáneo, profesor del Seminario Teológico de Dallas, Estados Unidos.
- «T. H. Huxley, un conocido agnóstico, estaba en una fiesta de fin de semana junto a un grupo de personas. El domingo de mañana, cuando la mayoría se estaba preparando para ir a la iglesia, Huxley se acercó a un hombre conocido por su carácter cristiano y le dijo: “Supongamos que usted se queda hoy en casa para explicarme por qué es cristiano”. El hombre, temeroso de no dar la talla con Huxley, dudó; pero el agnóstico le dijo cortésmente: “Yo no quiero entrar en una argumentación con usted, solo quiero que me diga simplemente lo que Cristo significa para usted”. El hombre accedió, y cuando terminaron, había lágrimas en los ojos de Huxley, quien le dijo: “¡Yo daría mi mano derecha por tan solo poder creer en ello!”». Our Daily Bread [Nuestro pan cotidiano], 24 de enero de 1993.
- «Una encuesta efectuada por la empresa Gallup mostró que de todos los creyentes evangélicos de los Estados Unidos, solo el dos por ciento ha llevado a otra persona a los pies de Cristo». J. K. Johnston, Why Christians Sin [¿Por qué pecan los cristianos?] (Discovery House, 1992), p. 140.
«Definición de testigo: “Un testigo es aquella persona que por medio de la explicación y la demostración ofrece una evidencia audible y visible de lo que ha visto u oído sin verse disuadido por las consecuencias que pueda tener esta acción”». S. Briscoe, pastor bautista estadounidense contemporáneo. - «Que Dios nunca permita que yo viaje con otra persona durante un cuarto de hora sin que le hable de Cristo». George Whitefield, evangelizador metodista inglés
del siglo XVIII.
Escribe tu propio pensamiento
Yo digo que...
¿Y ENTONCES?
- Cuando el pueblo de Israel estaba a punto de entrar en la tierra prometida, recibieron instrucciones de parte de Dios sobre lo que debían decir cuando sus jóvenes comenzaran a exigirles explicaciones sobre el significado de todo lo relacionado con su religión. Podemos leer estos consejos en Deuteronomio 6: 20-22: «Cuando algún día sus hijos les pregunten: “¿Qué significan estos mandatos, leyes y decretos que nos ha ordenado el Señor nuestro Dios?”, ustedes les responderán: “Nosotros éramos esclavos del faraón, en Egipto, y el Señor nos sacó de allí con gran poder. Nosotros vimos los grandes y terribles prodigios y las señales que el Señor realizó en Egipto contra el faraón y toda la casa real”».
- Lo que Dios estaba diciendo era: «Cuando sus hijos ansíen respuestas, cuéntenles su historia. Cuéntenles los detalles de la historia de las siete plagas. Háblenles de la manera en que atravesaron el Mar Rojo. Nárrenles cómo cayó maná del cielo. Díganles todas estas cosas». La gran respuesta de Dios a las preguntas que formulan los jóvenes no es dada por medio de un sermón o de una cátedra. No consiste en una lista de diez consejos para tomar buenas decisiones o en algún tipo de debate filosófico sobre la verdad. La respuesta no es un examen ni una prueba, sino una historia. Nuestra historia. Las historias de lo que Dios ha hecho por nosotros son la herramienta de testificación más efectiva de la que disponemos.
DIOS DICE...
- Isaías 43: 10-12
«El Señor afirma: “Ustedes son mis testigos, mis siervos que yo elegí para que me conozcan y confíen en mí y entiendan quién soy. Antes de mí no ha existido ningún dios, ni habrá ninguno después de mí. Solo yo soy el Señor; fuera de mí nadie puede salvar”. El Señor afirma: “Yo lo anuncié y lo proclamé: yo los he salvado; no lo hizo un dios extraño, y ustedes son mis testigos”». - Juan 20: 30, 31
«Jesús hizo muchas otras señales milagrosas delante de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él». - Salmo 66: 16
«¡Vengan todos ustedes, los que tienen temor de Dios! ¡Escuchen, que voy a contarles lo que ha hecho por mí!». - Juan 21: 24, 25
«Este es el mismo discípulo que da testimonio de estas cosas, y que las ha escrito. Y sabemos que dice la verdad. Jesús hizo muchas otras cosas; tantas que, si se escribieran una por una, creo que en todo el mundo no cabrían los libros que podrían escribirse». - Marcos 5: 18-20
«Al volver Jesús a la barca, el hombre que había estado endemoniado le rogó que lo dejara ir con él. Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: “Vete a tu casa, con tus parientes, y cuéntales todo lo que el Señor te ha hecho, y cómo ha tenido compasión de ti”. El hombre se fue, y comenzó a contar por los pueblos de Decápolis lo que Jesús había hecho por él; y todos se quedaron admirados». - 1 Juan 1: 1-4
«Les escribimos a ustedes acerca de aquello que ya existía desde el principio, de lo que hemos oído y de lo que hemos visto con nuestros propios ojos. Porque lo hemos visto y lo hemos tocado con nuestras manos. Se trata de la Palabra de vida. Esta vida se manifestó: nosotros la vimos y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes esta vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos ha manifestado. Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos con nosotros, como nosotros estamos unidos con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo. Escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa».
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?
- ¿Alguna vez hemos notado cuán supersticiosos son algunos atletas? Muchos suelen comenzar con una serie de rituales sin sentido para no alejar la buena fortuna. De la misma manera, algunas personas que han tenido experiencias excelsas o un despertar espiritual no quieren hacer nada que dañe su experiencia. Se aferran a un sentimiento que no desean que desaparezca. Tras haber sido sanado por Cristo, el endemoniado se subió al bote y se aferró a Jesús, suplicándole que le permitiera permanecer a su lado. No hay duda de que temía que tan pronto Jesús se fuera, los demonios regresaran y él volviera a llevar la misma vida miserable de la que había sido rescatado. Pero las palabras de Jesús son tan sólidas hoy como lo fueron para aquel hombre:
«Vete a tu casa, con tus parientes, y cuéntales todo lo que el Señor te ha hecho, y cómo ha tenido compasión de ti. El hombre se fue, y comenzó a contar por los pueblos de Decápolis lo que Jesús había hecho por él; y todos se quedaron admirados» (Marcos 5: 19, 20). - ¿Podemos imaginar cuántas vidas habrán sido transformadas por semejante testimonio? Una de las maneras en las que podemos experimentar un crecimiento constante en la vida cristiana es contando nuestra experiencia. Esta no solo impresiona en la mente de los demás, sino que despierta una renovación en nosotros mismos. Intentémoslo. Contémosle a alguien las cosas que Dios ha hecho por nosotros. Describamos lo que sentimos por la gracia y la misericordia de Dios. Escribámoslo en una carta si no tenemos a nadie a quien decírselo, ¡pero hagamos algo! Nuestra vida espiritual cambiará cuando compartamos lo que nuestro Salvador ha hecho por nosotros. No tengamos la menor duda al respecto.
¿CÓMO FUNCIONA?
- Si tuviéramos que escoger cinco acontecimientos que han marcado nuestra vida y lo que somos hoy en día, ¿cuáles contaríamos?
1. _______________________
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5. _______________________ - A continuación se presenta un simple esbozo que nos ayudará a construir nuestro testimonio personal, nuestra historia sobre Dios y nosotros. Es importante ser lo más específicos que podamos al narrar nuestra historia.
Mi vida antes de conocer a Dios
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Mi encuentro con Dios
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Mi vida después de haber tenido mi encuentro con Dios
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Dios les bendiga!!!
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