Lección 12 de Infantes

¡ÉL VIVE!

¿Sabes de alguien que murió hace poco? Jesús murió; pero, a los tres días resucitó.

Texto y clase de referencias:
LUCAS 23:26-24:12;
EL DESEADO DE TODAS LAS GENTES, CAPS. 78-84.

Versículo para memorizar:
“Creemos que Jesús murió y resucitó”
(1 TESALONICENSES 4:14).

Mensaje:
Alabamos a Jesús porque murió y volvió a vivir.

En los días en que Jesús vivía en la tierra, los soldados romanos ejecutaban a los delincuentes clavándolos en una cruz de madera y dejándolos allí para que murieran. Jesús no había cometido ningún delito, pero fue tratado como si fuera un criminal.

Tres hombres fueron crucificados ese viernes; Jesús y dos ladrones. Los soldados lo clavaron en la cruz colocando grandes clavos en sus manos y en sus pies. Luego levantaron la cruz y la dejaron caer en un hoyo en la tierra.

Jesús oró por ellos. “Padre, perdona a estas personas. Ellos no saben lo que están haciendo”. Él los amaba de verdad.

Los dirigentes judíos miraban a Jesús en la cruz.

—¡Él salvó a otras personas! —gritaban—, ¡pero no se puede salvar a sí mismo!

Los soldados se burlaron de Jesús. Ellos pusieron un letrero sobre su cabeza que decía: “Este es el rey de los judíos”.

Dos ladrones fueron crucificados ese día, uno a cada lado de Jesús. Uno de ellos comenzó a burlarse de Jesús. Pero el otro dijo:

—¡Nosotros hicimos cosas malas! ¡Merecemos morir! ¡Pero este hombre no hizo nada malo! Luego le pidió a Jesús que se acordara de él. Jesús le prometió que un día estaría con él en el cielo. A mediodía, el sol se ocultó. El cielo se puso oscuro como si fuera de noche. ¡La gente estaba temerosa! Pronto Jesús, el Mesías, el Salvador del mundo, murió.

José, un amigo del Señor, pidió que le entregaran el cuerpo de Jesús y lo puso en una tumba nueva. Luego colocaron una enorme roca en la entrada de la tumba. Pronto se puso el sol y comenzó el sábado.

Los amigos de Jesús descansaron todo el sábado, pero se sentían muy, muy tristes. No comprendían lo que había sucedido. ¿Qué ocurriría a continuación?

Muy temprano el domingo por la mañana, algunas mujeres que habían amado a Jesús fueron a la tumba. María fue la primera que habló con voz temblorosa.

—¡Miren! ¡Han quitado la roca que sellaba la tumba!

Dos ángeles, vestidos con brillantes ropas blancas, aparecieron de repente frente a las confundidas mujeres.

—¿Por qué están buscando en una tumba a alguien que está vivo? —preguntaron los ángeles—. ¿No recuerdan que Jesús les dijo que sería crucificado, pero que resucitaría al tercer día?

Aquellas mujeres fueron las primeras personas que escucharon las buenas noticias y corrieron a comunicarlas. “¡Jesús está vivo! ¡Jesús está vivo!”

Él está vivo hoy. Y esas buenas noticias siguen esparciéndose por todo el mundo. Otra buena noticia es esta: Jesús nos ama, que murió por nosotros y que resucitó de entre los muertos. Jesús está en el cielo ahora y regresará para llevar a todos los que creen en él al cielo para que vivan con él para siempre.

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