Fe Real | Lección 10: Las joyas, la Biblia y los cristianos | 3er Trimestre 2023 | Año B
Lección 10:
Las joyas, la Biblia y los cristianos
TODO LO QUE BRILLA
(El siguiente relato es una ilustración y nada más que una ilustración. ¿Qué relación piensas que tiene con los textos bíblicos que aparecen más adelante?)
Un conocido relato, escrito por el escritor francés Guy de Maupassant suscita algunas interesantes preguntas con respecto a los valores personales y al valor real de las joyas.
Madame Loisel era la esposa de un esforzado empleado de oficina de clase media. Sin embargo, ella soñaba con ser rica. Lo que más deseaba era tener ropas y joyas hermosas. Por ello se sintió muy triste luego que su esposo recibiera una invitación para asistir a una fiesta en el departamento gubernamental donde trabajaba, porque dijo que no tenía nada que ponerse. Su esposo le entregó algo de dinero que tenía ahorrado para un viaje, a fin de que ella pudiera comprar un vestido bastante caro. Pero ella igualmente se sentía mal porque no tenía joyas para acompañar el vestido.
Finalmente, decidió conseguir prestadas algunas alhajas de una amiga rica. Madame Loisel escogió solamente una de entre la colección de su amiga: un hermoso collar de diamantes. Se lo puso para la fiesta y pensó que era la mujer más hermosa de aquel salón.
Pero de regreso a casa, algo terrible sucedió. El collar desapareció. Madame Loisel y su esposo lo buscaron durante varios días, pero no apareció. Fueron a una joyería donde encontraron uno exactamente igual. Pero costaba mucho más de lo que ellos podían pagar.
Utilizaron todos sus ahorros y le pidieron prestado a prestamistas usureros el resto del dinero con el fin de comprar aquel collar y devolvérselo a la amiga. La amiga no notó la diferencia. Pero ahora los Loisel tenían que pagar una inmensa deuda.
Sus vidas estaban arruinadas. El señor Loisel tuvo que comenzar a trabajar horas extras en un segundo trabajo. Tuvieron que abandonar su apartamento y despidieron a la sirvienta. Comenzaron a vivir como pobres. Las manos de la señora Loisel se arruinaron de fregar pisos y lavar ropa a mano. Pero después de diez años de pobreza y penurias terminaron de pagar lo que debían.
Un día, la señora Loisel estaba paseando por el parque. Los años de sufrimiento la habían hecho envejecer: se veía como una pobre anciana. De repente vio a su amiga rica, la que le había prestado el collar. Se dirigió a donde ella estaba para saludarla. Su amiga se asombró al verla y le preguntó qué le había sucedido para que cambiara tanto. La señora Loisel le contó la historia.
Su amiga la miró sorprendida, con una mirada de lástima en su
ojos.«¡Debías habérmelo dicho! —le dijo—. El collar no era legítimo. Era una imitación y no tenía un gran valor».— Adaptado de «El collar», de Guy de Maupassant.
Texto clave
Elige uno de los textos de la sección del miércoles. A continuación escríbelo aquí y memorízalo.
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Domingo
LO QUE YO PIENSO
- Tu hermana acaba de perforarse la nariz y está exhibiendo su adorno nasal.
—Eso es algo vulgar —le dices—. Además, mamá y papá te van a matar. Tú sabes bien que ellos no están de acuerdo con las joyas.
Tu hermana entrecierra los ojos.
—Tienes razón. Acabo de gastar unos diez dólares en este arete nasal. Mientras tanto, tú acabas de gastar más de ciento cincuenta dólares en unos zapatos deportivos. Todo porque tenías que comprarte unos de marca. ¿Quién es la que se está gastando la plata en cosas innecesarias, eh?
- ¿En qué se diferencia usar joyas de la costumbre de comprar ropas caras?
- Puedes visitar la página en inglés: http://RealTimeFaith.adventist.org para anotar allí tus respuestas. Sé sincero o sincera y exprésate en forma abierta. Di lo que piensas.
Lunes
¿QUÉ TRATAN DE DECIRNOS?
Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunas de las citas que se presentan a continuación representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios, pero otras no. ¿Puedes distinguir entre unas y otras? ¿Qué comparación puede hacerse entre estas ideas y lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Prepárate para citar lo que has escrito en la Escuela Sabática.
«La belleza no necesita la ayuda foránea de los adornos. Sin embargo, libre de adornos, es cuando deslumbra al máximo».— Tales de Mileto, filósofo griego del siglo VI a.C.
«Conoce primeramente quién eres y luego adórnate de acuerdo con ello».— Epicteto, filósofo romano del siglo I a. C.
«La diferencia entre un hombre juicioso y un necio es que el necio se valora de acuerdo con su vestimenta, y el hombre juicioso se ríe de ello mientras que al mismo tiempo reconoce que es algo que no debe descuidar».— Lord Chesterfield, político inglés del siglo XVIII.
«El estilo es el reflejo del carácter».— Edward Gibbon, escritor inglés del siglo XVIII.
«Si la gente se da vuelta en la calle para mirarte, es que no estás bien vestido».— Beau Brummell, caballero inglés reconocido por su estilo correcto al vestir.
«Si los hombres pueden gobernar al mundo, ¿por qué no pueden dejar de usar corbatas? ¿Acaso es una muestra de inteligencia comenzar el día amarrándote un nudo alrededor del cuello?.— Linda Ellerbee, periodista norteamericana contemporánea.
«El estilo no es algo neutral, proporciona un sentido de índole moral».— Martin Amis, novelista inglés del siglo XX.
«Las demostraciones externas son un pobre sustitutivo de los valores internos».— Esopo, escritor de fábulas griego del siglo VI a. C.
Redacta tu propia cita
«Yo creo que…
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Martes
¿Y QUÉ?
¿Acaso lo que nos ponemos dice algo con respecto a nuestra forma de ser? Al utilizar un collar con una cruz, ¿estás declarando públicamente que eres cristiano? ¿O acaso estás desperdiciando tu dinero o tan solo siguiendo una moda? ¿Son válidas en la actualidad las declaraciones de la Biblia con respecto a las joyas?
Es una pregunta difícil. El principio bíblico es que los cristianos deben ser sencillos, modestos, y que tienen que fijar la atención en Jesús en lugar de estar concentrados en ellos mismos. Es triste pero es una realidad que en muchos casos el usar joyas lleva a la decadencia espiritual. Además, es necesario que gastemos nuestro dinero juiciosamente, no derrochándolo en adornos o ropas costosas. El mero acto de no usar aretes, collares, cadenas y otras joyas presenta al mundo una imagen de sencillez.
Pero no olvidemos las ropas y los zapatos que usamos, y las demás cosas en las que gastamos el dinero. ¿Y qué decir de los tatuajes y de los peinados? Si la Biblia no menciona los tatuajes o los zapatos deportivos Nike, ¿significa esto que esas son cosas sin importancia?
Si deseamos parecer cristianos y presentar un mensaje consistente tanto hacia afuera como hacia adentro, es preciso que veamos el cuadro general. Todo lo tuyo, desde la ropa que usas hasta el dinero que llevas en el bolsillo, le pertenece a Jesús. ¿Qué estilo o apariencia podrá honrarle más?
Miércoles
DIOS DICE…
►1 Pedro 3: 3, 4
«Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos, sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante de Dios».
►1 Timoteo 2: 9
«Y quiero que las mujeres se vistan decentemente, que se adornen con modestia y sencillez, no con peinados exagerados, ni con oro, perlas o vestidos costosos».
►Éxodo 32: 1-4
«Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, se juntaron alrededor de Aarón y le dijeron: “Anda, haznos dioses que nos guíen, porque no sabemos qué le ha pasado a este Moisés que nos sacó de Egipto”. Y Aarón les contestó: “Quítenles a sus mujeres, hijos e hijas, los aretes de oro que llevan en las orejas, y tráiganmelos aquí. Todos se quitaron los aretes de oro que llevaban en las orejas, y se los llevaron a Aarón, quien los recibió, y fundió el oro, y con un cincel lo trabajó hasta darle la forma de un becerro. Entonces todos dijeron: “¡Israel, este es tu dios, que te sacó de Egipto!”».
►Deuteronomio 7: 25, 26
«Quemarán ustedes las imágenes de sus dioses, pero no intenten quedarse con el oro y la plata que las recubren; no caigan en esa tentación, pues cometerían una acción despreciable ante el Señor. Por lo tanto, no lleven a su casa nada que sea despreciable, para que ustedes no sean también destruidos. Eso está destinado a la destrucción, así que deben considerarlo como algo despreciable».
Jueves
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?
Las joyas o cualquier otra cosa que llevemos puesta pueden llegar a convertirse en una forma de idolatría. Los israelitas descubrieron eso mismo cuando fundieron sus aretes y adornos para hacer un becerro de oro. La señora Loisel, en el relato de esta semana, descubrió lo mismo cuando convirtió su apariencia personal en el elemento más importante de su vida, aun a costa de la felicidad y la prosperidad de su familia.
Nuestra apariencia es una expresión de quiénes somos. Debido a ello, la apariencia está vinculada con nuestro orgullo. Cada uno tiene su propia apariencia. Dios no le pide a su pueblo que abandone su individualidad para usar uniformes. Pero sí nos pide que lo mantengamos como el eje de nuestras preferencias. Eso incluye nuestra forma de vestir y también nuestras preferencias y gustos.
¿Cuál es el mensaje que aparece en tu camiseta? ¿Cuánto pagaste por tus zapatos? Tus anillos y cadenas, ¿hacen que la gente se fije en ti o que miren al Jesús que llevas dentro? Todas estas son preguntas válidas. Son cosas en las que tenemos que pensar como cristianos. Ningún detalle es insignificante. Todo lo que llevamos puesto, dice o afirma algo. ¿Es acaso tu declaración: «Amo a Jesús y quiero que él me transforme a su imagen?».
Viernes
¿CÓMO FUNCIONA?
Echa una mirada a tu habitación y selecciona cinco objetos que piensas definen tu «estilo personal» (pueden ser adornos, ropas, sombreros, zapatos, u otros objetos). Anótalos más abajo y escribe en el espacio de al lado el mensaje que piensas la gente recibe de parte de ellos (Por ejemplo, si tu camisa negra dice: «Estoy deprimido»; ¿dice tu Ipod: «Soy rico»?). ¿Dice tu camiseta deportiva: «Tengo un hermoso cuerpo y soy consciente de ello»? Luego revisa lo que has escrito. ¿Cómo reflejan esas frases lo que en realidad deseas expresar? ¿Qué mensajes, de entre los que estás enviando, desearías cambiar? ¿Estás de acuerdo o en desacuerdo con la idea de que tu estilo personal constituye en sí
mismo un mensaje?.
ARTÍCULO | MENSAJE |
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Dios les bendiga!!!
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