Fe Real | Lección 3: Al enfrentar las adicciones, 1ra parte | 3er Trimestre 2023 | Año B
Lección 3:
Al enfrentar las adicciones, 1ra parte
VIVIR ENCADENADO
(El siguiente relato es una ilustración y nada más que una ilustración. ¿Qué relación piensas que tiene con los textos bíblicos que aparecen más adelante?)
Becky se sentía segura y confiada mientras caminaba por los pasillos en su primer día en la escuela secundaria. Muchos de sus amigos estaban nerviosos debido al traspaso de una escuela más pequeña a una escuela superior mucho más grande. Sin embargo, al final del último año, Becky había sido elegida como una de las porristas o animadoras de deportes. Durante el verano, llegó a conocer a otras porristas y a algunos de los atletas de la escuela. Mientras sus amigas se preocupaban por la ropa que se pondrían el primer día de clases, Becky decidió usar el uniforme de porrista, algo que le aseguró un éxito instantáneo.
Durante el verano aprendió algo más, algo que creía la ayudaba a ganar amigos. Había comenzado a beber alcohol, y al hacerlo había descubierto que cuando bebía le era más fácil asumir una actitud más desenvuelta y sociable. Pronto adquirió la fama de ser el alma de cualquier fiesta. Se esperaba que las porristas tuvieran una conducta intachable. Al mismo tiempo, los padres de Becky, que eran cristianos, esperaban que ella se mantuviera alejada de las bebidas alcohólicas. Por ello, ella se volvió muy habilidosa para ocultar el hábito de beber todos los fines de semana.
El fin de semana de la fiesta de inicio de clases, Becky tuvo la gran oportunidad de ir junto con sus compañeras a alentar un encuentro deportivo universitario. En una fiesta celebrada después del juego, Becky se dedicó a consumir una cerveza tras otra. Al final, se quedó dormida sobre un montón de abrigos. Al otro día, no pudo recordar nada de lo que había sucedido. Por primera vez, sintió algo de remordimiento. Había estado en una fiesta junto con algunos de los alumnos más destacados de su escuela, pero no recordaba haber hablado con nadie. La fiesta le parecía como un sueño en el pasado remoto. Sin embargo, ni siquiera el mal rato pasado esa noche fue suficiente para hacer que abandonara el hábito de beber. Tiempo después, ella y sus amigos escucharon que uno de los profesores habló del alcoholismo. Mientras el profesor describía los síntomas del alcoholismo, Becky y sus compañeros se burlaban de él. Becky reaccionó cuando el profesor escribió en el pizarrón uno de los síntomas: «Pérdida de memoria, mente en blanco».
Al recordar la fiesta aquella noche del juego, Becky comenzó a preguntarse:
¿Será que tengo un problema? El profesor continuó describiendo otras señales de advertencia: «Ausentismo laboral, beber en las mañanas, beber a diario, beber a solas». Becky sabía que aquellas señales no describían por completo su situación. Entonces se sintió aliviada, convencida de que no tenía un problema de alcoholismo. — Adaptado de Becky Tirabassi y Gregg Lewis, Just One Victory (Campus Life Books, 1987).
Texto clave
Elige uno de los textos de la sección del miércoles. A continuación escríbelo aquí y memorízalo.
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Domingo
LO QUE YO PIENSO
- La situación de tu primo Chad es similar a la de Becky. Has oído que tiene la misma reputación de ser el alma de las fiestas, y que siempre está ebrio antes del final de estas. Tú prefieres no decirle nada. Cierto día, unos amigos están hablando del tema del alcoholismo y uno de ellos dice a Chad:—Hermano, si hay alguien que tiene un problema con la bebida ese eres tú. No pierdes ni una sola oportunidad para emborracharte.
—¡Estás loco! A mí me gusta beber, pero no tengo ningún problema con la bebida.
Luego se da la vuelta y te pregunta:
—¿Crees que tengo algún problema con la bebida?
¿Qué le contestarías?
- Puedes visitar la página en inglés: http://RealTimeFaith.adventist.org para anotar allí tus respuestas. Sé sincero o sincera y exprésate en forma abierta. Di lo que piensas.
Lunes
¿QUÉ TRATAN DE DECIRNOS?
Diferentes personas, diferentes opiniones. Algunas de las citas que se presentan a continuación representan los puntos de vista de sinceros ciudadanos del reino de Dios, pero otras no. ¿Puedes distinguir entre unas y otras? ¿Qué comparación puede hacerse entre estas ideas y lo que Dios dice en su Palabra? Después de repasar los textos de la sección «Dios dice...», escribe un párrafo que exprese tu opinión. Prepárate para citar lo que has escrito en la Escuela Sabática.
«Los que beben para ahogar sus penas deben ser informados de que las penas saben nadar».— Ann Landers, columnista del siglo XX.
«Las mentes que están nubladas y parcialmente paralizadas por las drogas son vencidas fácilmente por la tentación y no podrán disfrutar de la comunión con Dios».— Elena G. de White, escritora inspirada del siglo XIX.
«Cualquier tipo de adicción es perjudicial, no importa si la droga es el alcohol, la morfina o el idealismo».— Carl C. Jung, psicólogo suizo del siglo XX.
«El daño me lo hice yo. No fue la sociedad. No fue un distribuidor de drogas, no fue por ser ciego, negro o pobre. Yo soy el culpable de todo». — Ray Charles, músico del siglo XX, al referirse a su adicción.
«Si la adicción se mide tomando en cuenta el tiempo que un animal sin raciocinio mantiene presionado un botón en perjuicio propio, entonces tengo que llegar a la conclusión que los noticieros televisivos son mucho más adictivos que la cocaína».— Rob Stampfli.
«No consumas drogas porque si lo haces irás a la cárcel, y las drogas son muy caras en la cárcel».— Juan Hardwick, director musical y de comerciales de TV contemporáneo.
«Hay miles de personas que son adictas a la queja; son quejosos crónicos. Personas así jamás llegarán al cielo. ¿Cómo puedes sanarte?Cristo te dice: “Te daré un nuevo corazón”».— Elena G. de White, escritora inspirada del siglo XIX.
Redacta tu propia cita
«Yo creo que…
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Martes
¿Y QUÉ?
Es probable que siempre hayas escuchado que las adicciones son malas. En la iglesia, en la escuela y en tu casa te han enseñado que «debes decirle “no”» a las drogas, aunque de parte de algunos amigos recibas un mensaje un tanto diferente (o quizá de las películas o de la música popular). Pero, ¿será suficiente decir que «no»? ¿Qué diría alguien que le ha dicho «sí» a la cerveza o a un par de chupadas a un pitillo de marihuana? ¿Significa eso que la persona es adicta? Y si no es adicta, ¿significa que no hay peligro en volver a repetir la experiencia de vez en cuando? ¿Y qué podemos decir de otras adicciones o hábitos? ¿Acaso se puede ser adicto a la TV, a Internet, a los juegos de video y a las apuestas?
Cualquier adicción puede representar un grave y serio problema. Necesitas prestar atención. ¿Cuáles son los síntomas de una adicción? Tú puedes tener una adicción a una sustancia o actividad:
- Si necesitas utilizarla más y más con el objeto de sentirte bien.
- Si la empleas como una forma de escapar a los problemas y a la depresión.
- Si has tratado de abandonarla, pero encuentras que te produce irritabilidad e inquietud cuando lo haces.
- Si te das cuenta de que tendrías que estar haciendo algo diferente.
- Si se interpone en tu manera de relacionarte con los demás.
- Si te das cuenta de que les mientes a los demás de lo mucho que haces o utilizas una determinada sustancia o practicas un hábito.
Miércoles
DIOS DICE…
►1 Corintios 10: 31
«En todo caso, lo mismo si comen, que si beben, que si hacen cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios».
►Proverbios 23: 29-35
«¿Quién sufre? ¿Quién se queja? ¿Quién anda en pleitos y lamentos? ¿Quién es herido sin motivo? ¿Quién tiene turbia la mirada? El que no abandona jamás el vino y anda ensayando nuevas bebidas. No te fijes en el vino. ¡Qué rojo se pone y cómo brilla en la copa! ¡Con qué suavidad se resbala! Pero al final es como una serpiente que muerde y causa dolor. Te hará ver cosas extrañas, y pensar y decir tonterías; te hará sentir que estás en alta mar, recostado en la punta del palo mayor, y dirás: “Me golpearon, y no lo sentí; me azotaron, y no me di cuenta; pero en cuanto me despierte iré en busca de más vino”».
►Romanos 6: 6
«Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado».
►Juan 8: 34-36
«Jesús les dijo: “Les aseguro que todos los que pecan son esclavos del pecado. Un esclavo no pertenece para siempre a la familia; pero un hijo sí pertenece para siempre a la familia. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres”».
►1 Corintios 6: 19, 20
«No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo».
Jueves
¿QUÉ TIENE QUE VER CONMIGO?
A lo mejor la lección de esta semana te ha hecho preocuparte. Quizá tú u otra persona que conoces ha bebido algunos tragos con sus amigos y se pregunta qué repercusión puede tener esa conducta. A lo mejor te preocupan las horas que pasas navegando en Internet. Quizá has identificado algo más en tu vida, algo que los demás piensan que es inofensivo pero que se está convirtiendo en un hábito o adicción.
Recuerda que las adicciones son algo real, algo que puede ser muy serio. Cualquier adicción te esclavizará. Por otro lado, Dios desea que su pueblo sea libre. Nada tiene por qué dominar tu vida con excepción del Espíritu Santo. Nada debe impedir que tomes buenas decisiones, que te relaciones con los demás y sigas a Dios. Cualquier cosa que se convierta en una adicción te encadenará, sean las drogas, el alcohol, la pornografía, el uso de Internet, los libros, la música, la comida, las compras.
Decide ser libre. No permitas que te encadenen. Revisa los aspectos de tu vida que piensas corren peligro. Decide entregarle hoy totalmente todo eso a Dios y dar los pasos necesarios para liberarte. (Si piensas que tienes alguna adicción y deseas saber más sobre la senda que conduce a la libertad, ¡prepárate a estudiar la lección de la próxima semana!).
Viernes
¿CÓMO FUNCIONA?
El siguiente círculo representa las 24 horas de un día de tu vida. Cada segmento representa una hora. Sombréalos con lápices de diferentes colores para señalar las horas que empleas en diferentes actividades (ocho horas de sueño, seis horas en la escuela, etc.). Cuando termines, observa el gráfico. ¿Hay alguna actividad que piensas te está tomando demasiado tiempo? ¿Podría alguna de ellas ser considerada como algo adictivo? ¿Habrá algo que esté controlando tu vida? ¿Qué hay con respecto a tus pensamientos? Por ejemplo, un adolescente puede pasar dos horas diarias entretenido con juegos de video, pero ¿qué sucederá si las seis horas que pasa en la escuela las dedica a soñar con juegos de video? ¿Podría eso ser considerado una adicción?
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Dios les bendiga!!!
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