Lección 9 de Primarios
DESAYUNO CON LAS AVES
¿Has visto alguna vez a las aves alimentándose? ¿Qué comen? Si Dios te dijera que las aves te van a traer alimento, ¿qué esperarías que te trajeran? ¿Semillas? ¿Lombrices? ¿Alguna fruta?Hace mucho tiempo Dios envió unas aves para alimentar a un hombre. La historia de Elías y las aves es una historia maravillosa.
1 Reyes 17:1-6; Profetas y reyes, cap. 9; pp. 79-84
“Yo soy tu Dios, te fortaleceré y te ayudaré”
(Isaías 41:10).
Dios sabe lo que necesito. Él se preocupa por mí.
Hace mucho tiempo,
el malvado rey Acab reinaba en Israel. Acab hizo lo malo a la vista de Dios
más que ningún otro rey (1 Reyes 16:30). El rey Acab y la reina Jezabel
adoraban ídolos. Llevaron a los israelitas a adorar ídolos también. Animaron a
la gente a desobedecer los mandamientos de Dios. Jezabel y los profetas
malvados de Baal mataron a los profetas de Dios.
Dios tenía un profeta llamado Elías. Elías era de Tisbe, de la región de Galaad, de la otra orilla del río Jordán. Elías servía a Dios y le enseñaba a otros a adorarlo. Se preocupaba por la adoración de ídolos que se observaba en Israel. Él sabía que esa adoración aumentaba la maldad entre los israelitas. Le disgustaban los sacrificios hechos a los dioses paganos.
Los profetas de Baal le enseñaban a la gente que el dios Baal era quien enviaba la lluvia y el rocío. Creían también que Baal controlaba los ríos y los arroyos. Elías sabía que era Dios el que lo hacía y no podía soportar la idea de esta enseñanza engañosa. Elías le rogó a Dios que le enseñara una lección al pueblo de Israel. Así que Dios le pidió que le diera un mensaje al rey Acab.
Elías sabía que el rey Acab no quería ningún mensaje enviado por Dios. Sabía también que los guardias del palacio lo reconocerían como profeta de Dios. Podían arrestarlo. Hasta podían entregarlo en manos de Jezabel y sus malvados profetas de Baal. Pero a pesar de los peligros, Elías no vaciló. Fue a Samaria y sin que lo detuvieran los guardias, entró directamente al palacio. Se dirigió directamente al rey y le dio el mensaje que Dios le enviaba.
—Juro por el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no lloverá, ni caerá rocío hasta que yo lo diga —le dijo Elías al rey, y rápidamente se alejó del palacio.
Elías no estaba solo cuando fue a ver al rey Acab. Sin la protección de Dios seguramente los guardias lo habrían arrestado y matado. Pero Dios estaba con él y así pudo entrar al palacio. Dios lo ayudó a salir de allí.
—Sal inmediatamente de aquí —le dijo Dios a Elías—. Vete de aquí hacia el oriente y escóndete en el arroyo Querit. Allí encontrarás agua en el arroyo y he ordenado a los cuervos que te lleven comida.
Y eso es exactamente lo que pasó. Elías encontró un lugar seguro y tranquilo al lado de un arroyo. Cada mañana y cada tarde los cuervos le traían alimento a Elías. Y durante muchos meses Elías bebió agua del arroyo. Tuvo siempre agua para beber mientras el arroyo tuvo agua.
Elías se sentía seguro al cuidado de Dios. Cada vez que los cuervos bajaban
para traerle comida, Elías sabía que Dios le estaba dando el regalo de la
vida. Y sabía también que su vida era preciosa para Dios.
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Dios les bendiga!!!
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