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Primarios | Lección 1: Setenta veces siete | 2do Trimestre 2025 | Año B

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Primarios | Lección 1: Setenta veces siete | 2do Trimestre 2025 | Año B

Lección 1 de Primarios

SETENTA VECES SIETE

 

¿Alguna vez te enojaste tanto con una persona que te fue muy difícil perdonarla? ¿Cuántas veces tienes que perdonar a alguien que te hace lo mismo una y otra vez? Piensa en ello mientras lees esta historia bíblica.


Texto y clase de referencias:
Mateo 18:21-35; Palabras de vida del gran Maestro, cap. 19; pp. 193-196
Versículo para memorizar:
"Cada uno perdone de corazón a su hermano"
(Mateo 18:35).
Mensaje:
Dios desea que perdone de corazón a los demás.

 

Cierto día, Pedro le preguntó a Jesús:—¿Cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces?

En tiempos de Jesús, los sacerdotes y maestros enseñaban que la gente solamente tenía que perdonar tres veces a una persona. Así que Pedro pensó que estaba siendo generoso al sugerir siete veces.

—No siete veces —contestó Jesús—, sino setenta veces siete.

Eso significa cuatrocientas noventa veces. Más veces de las que podemos llevar cuenta. Lo que Jesús quiso decir es que no debemos llevar cuenta de las veces que hemos perdonado a alguien. Entonces Jesús contó una historia para ilustrar este punto.

Cierto hombre trabajaba para un rey, administrando su dinero. Un día el rey se sentó a ver sus cuentas y descubrió que un hombre le debía varios millones y que nunca sería capaz de pagarlos. El rey ordenó que vendieran como esclavos a aquel hombre, junto con su esposa y sus hijos. Debía venderse también todo lo que el hombre poseía. Todo el dinero de la venta ayudaría a pagar parte de la deuda. El hombre cayó sobre sus rodillas y le rogó al rey que tuviera misericordia.

—Dame tiempo —le dijo al rey—, y yo te lo pagaré.

El rey sabía que este hombre jamás podría pagarle tanto dinero. Pero le tuvo lástima, así que le canceló la deuda y lo dejó ir.

El siervo del rey se sintió tan aliviado que se alejó presuroso. A su paso encontró a otro siervo que le debía una suma de dinero. No era mucho, tan solo el equivalente al salario de un día. El siervo al que había perdonado el rey, sujetó a este hombre por el cuello y casi asfixiándolo le ordenaba:

—Págame el dinero que me debes.

—Por favor, ten paciencia conmigo —le suplicaba el hombre—. Dame tiempo y te pagaré todo lo que te debo.


Pero el siervo del rey no lo quiso escuchar. Hizo que echaran a aquel hombre en la cárcel, hasta que pudiera pagarle la deuda.

Otros siervos vieron todo lo que había pasado y fueron inmediatamente a decírselo al rey. El rey mandó llamar al siervo que había perdonado.

—Tú, siervo malvado—lo reprendió—. Te cancelé una deuda de millones. ¿No podías tener tú también misericordia con esa persona que te debía tan poco?

Entonces el rey hizo que pusieran al siervo malvado en la cárcel.

Somos como el siervo del rey. Tenemos una deuda que nunca podremos pagar. Nunca podremos ser lo suficientemente buenos. Pero así como el rey perdonó al siervo, Dios también nos ha perdonado nuestros pecados. Y siendo que Dios nos ha perdonado, nos pide que tratemos a los demás con misericordia, con bondad y perdón. Setenta veces siete. Cuatrocientas noventa veces. Más veces de las que podemos llevar la cuenta.

 

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Dios les bendiga!!!

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