Juveniles | Lección 3: Yo veo, yo oigo, yo sé | 2do Trimestre 2023 | Año A
Lección 3 de Juveniles
YO VEO, YO OIGO, YO SÉ
El llamamiento que le hace Dios a Moisés nos revela la compasión del Señor y sus métodos de salvación.
Éxodo 1-4.
Patriarcas y Profetas (Los Escogidos), capítulo 22.
“Dijo luego Jehová: ‘Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias’” (Éxodo 3:7).
Más que luz
“Al dar muerte al egipcio, Moisés había caído en el mismo error que cometieron tan a menudo sus antepasados; es decir, había intentado realizar por sí mismo lo que Dios había prometido hacer… Pero la Sabiduría infinita determinó que el que había de ser el caudillo de su pueblo pasara cuarenta años haciendo el humilde trabajo de pastor. Así desarrolló hábitos de atento cuidado, olvido de sí mismo y tierna solicitud por su rebaño, que le prepararon para ser el compasivo y paciente pastor de Israel” (Patriarcas y profetas, pp. 253, 254).
¿Qué opinas?
En ocasiones las personas hacen cosas malas porque ellos mismos han sido víctimas de acciones lamentables. Con esto en mente, ¿en cuál de los siguientes planteamientos estarías más dispuesto a consolar y/o liberar a la víctima del opresor si tuvieras el poder de parar lo que estuviera sucediendo? ¿Cómo intervendrías?
1. Un chico de 14 años golpea a uno de 5 años.
2. Un adulto abusa verbalmente de un niño.
3. Una chica es vendida en prostitución.
4. Una madre es golpeada por su esposo.
5. Un ser humano es vendido como esclavo.
¿Lo sabías?
Los israelitas no fueron los únicos que Dios liberó de la esclavitud. Amós 9:7 dice que rescató a los etíopes, a los filisteos y a los arameos. Nosotros también vivimos en esclavitud, la esclavitud del pecado en que el diablo nos tiene atrapados. Dios nos ama y quiere rescatarnos. En Mateo 1:21 prometió que Jesús “salvará a su pueblo de sus pecados”. Parte de esta liberación puede llevarse a cabo aquí mismo en esta tierra; lo demás sucederá en el cielo. Pero Dios cumplirá su promesa. ¿Por qué se toma Dios la molestia de liberar a las personas? Porque él ve, él oye y él sabe por lo que están pasando.
Identifícate con la Historia
“En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y vien do que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián”.
“Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios”.
“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acer ques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte”.
(Éxodo 2:11-15, 23-25; 3:1-12)
Explica la Historia
¿Qué partes de la historia son claves? (Subráyalas.)
¿Qué aspectos o detalles del relato te resultan novedosos? (Dibuja una flecha a su lado.)
¿Qué palabras o frases describen mejor las diversas emociones de esta historia? (Enciérra las en un círculo.)
¿Qué emociones, acciones o adjetivos enriquecen el relato? (Enciérralas en un rectángulo.)
En la historia, identifica la razón por la que Dios se preocupa por los israelitas. Marca con un plumón amarillo (u otro color) las promesas que Dios les hace a los israelitas.
Dibuja una oreja o un ojo al lado de las declaraciones que hace Dios acerca de oír, ver o saber lo que hacen los israelitas.
Piensa en lo que significa tener un Dios que oye, ve y sabe todo lo que haces. ¿Cuál es la lección central de este relato? Es decir, ¿por qué crees que se incluyó esta historia en el Registro Sagrado?
Enumera las lecciones principales que surgen de esta historia.
Si tuvieras que describir este relato en cinco palabras o menos, ¿qué dirías?
Puntos de Impacto
- “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír” (Isaías 59:1).
- “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación” (Mateo 5:4).
- “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios, el cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; que guarda verdad para siempre, que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. Jehová guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene, y el camino de los impíos trastorna” (Salmo 146:5-9).
- “El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1:4).
- “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén” (2 Timoteo 4:18).
Puntos de Vista
- “Compasión significa que si veo a mi amigo y a mi enemigo en una necesidad igual, les brindaré ayuda igual a ambos. La justicia demanda que busquemos y encontremos al extranjero, al quebrantado, al preso y los consolemos y les ofrezcamos nuestra ayuda. En esto radica la compasión santa de… Dios”.—Mechtild de Magdeburg, poetisa mística alemana del siglo XIII.
- “Dios no es un engañador, para que nos ofrezca su ayuda y cuando más lo necesitamos, nos deje colgados”.—Agustín de Hipona, teólogo y filósofo cristiano de los siglos IV y V.
Aplica a tu Vida
En la sección ¿Qué opinas? se te pide que escojas una situación de una lista en la que más desearías intervenir. Al completar este ejercicio, ¿qué sentiste? ¿Pudiste imaginar la situación y cuánto te molestó o incomodó? ¿Por qué quisiste intervenir? ¿Podrías pensar en alguna razón por la que no intervendrías? ¿Qué te hizo escoger la que elegiste? ¿Qué podrías hacer para traer sanidad tanto al agresor como a la víctima? Considera lo que siente Dios cuando él ve, oye y sabe acerca de los resultados terribles del pecado que suceden todos los días. ¿Piensas que Dios desea intervenir? En tu opinión, ¿cómo lo hace? A tu paracer, ¿cuándo lo hace?
¿Crees que Dios interviene en forma personal o usa a las personas para hacerlo? Si así es, ¿puedes pensar en alguien a quien él haya usado? ¿Por qué crees que Dios usó a esa persona en particular? ¿Desearías ser usado por Dios para ayudar a liberar a alguien? De ser así, ora a Dios en favor de alguien que tú conoces; puede ser de la escuela, de tu iglesia o del lugar donde vives, y pregúntale a Dios cuál es su voluntad para la vida de esa persona y qué puedes hacer tú para ayudar.
Lee la historia de Moisés en la sección Identifícate con la historia de la lección de esta semana y contesta las preguntas de la sección Explica la historia. En tu opinión, ¿cuáles son las lecciones principales que podemos aprender? Mientras leías, ¿notaste la bondad de Dios?
¿Habrá algún modo como desearías ser liberado o rescatado por Dios, de un hábito equivocado, o de alguien que te trata mal? Si es así, pídele ayuda a Dios en oración y reclama las promesas que le hizo a Moisés: “estaré contigo; te liberaré”, y recuerda que él oye, él ve, él sabe.
Lee el Texto clave de esta semana y piensa a qué se refiere Dios cuando dice que conoce nuestras angustias. ¿Te has preguntado alguna vez si Dios verdaderamente sabe lo que es estar triste? ¿O ser una víctima? ¿O crees que lo que el texto quiere decir es que él sabe acerca de nuestras angustias? Jesús es Dios; piensa en la vida de Jesús cuando él estuvo en la tierra y sintió angustia. Dedica unos momentos para orar y expresar empatía con Dios.
Lee la cita en la sección Máz luz. En ocasiones no es fácil confiar en Dios, especialmente cuando queremos hacer las cosas por nuestras propias fuerzas. En la historia de esta semana Moisés quería liberar a los israelitas, pero se adelantó al plan de Dios. Dios tuvo que enseñarle humildad a Moisés permitiéndole cuidar ovejas en el desierto durante 40 años. ¿Puedes pensar en ocasiones cuando has querido hacer algo por tu cuenta sin preguntarle a Dios cómo desearía él que lo hicieras? ¿Tuviste que mostrar humildad para hacerlo como Dios quería?
Lee lo que dice Pablo acerca del orgullo, el alarde y permitir que Cristo nos salve en Efesios 2:8, 9.
Lee los versículos de la sección Puntos de impacto de esta semana. Algunos describen a Dios ayudando a los que tienen hambre y están en prisión; en otros, nos libera del pecado y otro más menciona que consuela a los que lloran. Dios no siempre hace lo mismo para todas las personas; nos trata como individuos. ¿Qué versículo se aplica mejor a tu necesidad en este momento? ¿Por qué? Reclama ese versículo en oración y busca la manera de experimentarlo hoy.
Si lo tienes a la mano, lee el capítulo 22 de Patriarcas y profetas y trata de encontrar un paralelo entre la historia de la redención de los israelitas y la historia de Jesús y tu redención. El primero podría ser que tanto Moisés como Jesús debían ser como pastores, o que Jesús pasó 40 días en el desierto y Moisés vivió 40 años en el desierto. Una vez que hayas terminado, dale gracias a Dios por ser el mismo hoy como lo fue ayer, y porque siempre será el Dios que se ocupa en redimir a la gente.
Conoces a personas que han experimentado la redención de Dios? De ser así, habla con ellos acerca de su experiencia o escríbeles una carta y pídeles que te cuenten lo que pasó. Si la has experimentado personalmente, cuéntale tu experiencia a alguien. Diles que Dios oye, ve y sabe lo que están viviendo. Cuéntales lo que Dios ha hecho por ti y lo que puede hacer por ellos.
Plan de lectura para esta semana*
Patriarcas y Profetas (Los Escogidos), capítulo 22.
*Siguiendo este plan podrás leer al menos un libro cada año de la serie El
conflicto de los siglos.
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Dios les bendiga!!!
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