Lección 5 de Primarios
CUANDO LOS COCODRILOS PERDIERON SU COMIDA
Textos clave y referencias:
Éxodo 1; 2;
Patriarcas y profetas, cap. 22, pp. 219-226.
Versículo para Memorizar:
«¡Que todo lo que respira alabe al Señor!»
(Salmo 150: 6).
Mensaje:
Adoramos a Dios cuando le alabamos por su protección.
Éxodo 1; 2;
Patriarcas y profetas, cap. 22, pp. 219-226.
Versículo para Memorizar:
«¡Que todo lo que respira alabe al Señor!»
(Salmo 150: 6).
Mensaje:
Adoramos a Dios cuando le alabamos por su protección.
¿Alguna vez has encontrado un lugar verdaderamente bueno para esconderte cuando estás jugando a las escondidas? ¿Un lugar en que ningún otro pensaría buscar? Ese es el tipo de lugar que la madre de Moisés estaba buscando..
Faraón, el rey de Egipto, tenía miedo. Los israelitas se estaban multiplicando. Así que llamó a sus consejeros a una reunión.
—¿Qué podemos hacer con respecto a estos israelitas? —preguntó—. Ya hay demasiados y son muy fuertes. Hasta podrían tratar de tomar posesión de nuestro país.
Finalmente estuvieron de acuerdo en que Faraón debía dar una orden. Todos los bebés varones de los israelitas debían morir.
Jocabed y Amram estaban asustados y tristes. Tenían grandes esperanzas para su nuevo bebé. Dios había prometido enviar a alguien para sacar a su pueblo de la esclavitud. Tal vez su pequeño era esa persona. ¡No querían que muriera! Así que decidieron esconderlo.
Durante tres meses pudieron esconder al bebé en su casa. Pero pronto empezó a hacer mucho ruido. Jocabed tenía miedo de que los soldados encontraran al bebé. Así que la familia pidió ayuda a Dios.
Mientras oraban, un plan les vino a la mente.—Vamos a poner a Moisés en el río —dijo Jocabed—. Vamos a ponerlo en una canasta cubierta con brea para que pueda flotar.
—Yo lo cuidaré de cerca —dijo María, la hermana mayor de Moisés—. Me voy a asegurar de que nada le pase a la canasta.
Cada día, muchas veces al día, Jocabed oraba para que Dios protegiera a Moisés de los cocodrilos y otros peligros que había a su alrededor. Y cada día María observaba la pequeña canasta para estar segura de que su hermano estaba seguro adentro.
Un día, la hija del faraón vino a la orilla del río a bañarse. Vio la canasta.
—¿Qué está moviéndose entre los juncos? —preguntó a sus sirvientas—. Por favor tráiganmelo.
Pronto la canasta le fue entregada a la princesa. Ella levantó la tapa y miró adentro. Y el pequeño bebé Moisés comenzó a llorar.
La princesa sonrió y dijo:
—Este es uno de los bebés hebreos. No lo dejaré morir como los demás. Voy a cuidarlo y a atenderlo como mi propio hijo.
María escuchó. Apurada se acercó a la princesa y le preguntó:
—¿Te gustaría que buscara una mujer hebrea que te lo cuide?
—Sí, por favor. Eso estará bien —dijo la princesa.
María corrió rápidamente y trajo a su madre. Cuando Jocabed llegó, la princesa sonrió.
—Por favor, lleva este niño y cuídamelo
—dijo ella—. Te voy a pagar bien. Lo enviaré a buscar cuando esté grande.
¡Jocabed estaba feliz! Ellos podrían cuidar a su bebé! ¡Y hasta se les pagaría por cuidarlo!
—¡Este es un milagro! —dijo Amram—. Dios debe de tener un plan para este bebé.
—Sí —replicó Jocabed—. Le enseñaremos todo lo que podamos acerca del Dios
del cielo. Él debe saber todo antes de
irse a vivir con la princesa.
La princesa dejó a Moisés con Jocabed hasta que tuvo doce años de edad. Durante esos doce años Amram y Jocabed enseñaron a Moisés acerca de Dios y su pueblo. Pero llegó el día cuando Moisés tuvo que mudarse al palacio. La vida en la corte era emocionante. Moisés aprendió muchas cosas allí, pero nunca se olvidó de Dios.
Cuando Moisés tenía cuarenta años de edad vio a un egipcio golpeando a un israelita. Se enojó tanto que mató al egipcio. Al día siguiente Moisés vio a dos israelitas peleando. Se paró entre ellos y les dijo que dejaran de pelear. Ellos se volvieron y le preguntaron:
—¿Nos vas a matar a nosotros también?Moisés se atemorizó. Había hecho algo terrible. Y el Faraón podía mandarlo a matar por haber hecho aquello. Así que Moisés huyó a la tierra de Madián. Pero aun entonces, Dios estuvo con él y lo protegió. Dios tenía una obra especial para que Moisés hiciera.
El tiempo en el desierto de Madián le ayudaría para preparar a Moisés para esa obra.
Dios también cuida de ti. ¿Crees que él tendrá un plan para tu vida?
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Dios les bendiga!!!
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