Navigation

Primarios | Lección 9: Fuentes de bendiciones | 1er Trimestre 2024 | Año A

Primarios | Lección 9: Fuentes de bendiciones | 1er Trimestre 2024 | Año A

Lección 9 de Primarios
FUENTES DE BENDICIONES


Primarios | Lección 9: Fuentes de bendiciones | 1er Trimestre | Año A

Textos clave y referencias:
Éxodo 17: 1–7,
Patriarcas y profetas, cap. 26, pp. 268-271.

Versículo para Memorizar:
Adoramos a Dios porque suple nuestras necesidades.

Mensaje:
«¡Si alguien tiene sed, venga a mí y beba!»
(Juan 7: 37).



¿Has estado alguna vez realmente sediento y sin poder encontrar nada para beber? Así es como se sentían los israelitas cuando llegaron a su nuevo campamento y no encontraron agua. Sucedió más o menos así...

Otra vez era hora de mudarse. Los israelitas estaban acostumbrándose a acampar. Ahora podían levantar o desarmar sus tiendas rápidamente. La vida en el desierto era muy diferente de la vida en Egipto. En Egipto tenían que trabajar como esclavos construyendo palacios y templos. Ahora iban de un lugar a otro, siguiendo la dirección de Dios.

Dios había provisto para ellos de muchas maneras diferentes. Los había protegido cuando todas las plagas cayeron sobre Egipto. Cuando el Faraón los persiguió, Dios había abierto una vía de escape a través del mar. Hacía unas pocas semanas Dios les había provisto de maná, el alimento para ellos. Podían ver la presencia de Dios en una inmensa nube durante el día y una nube de fuego por la noche.

El desierto era un lugar inhóspito. Llegaba a estar tan caliente durante el día que casi podías cocinar sobre las piedras. En las noches la temperatura estaba fría. Necesitaban taparse para mantenerse calientitos.

Habían llegado a Refidim, su nuevo lugar para acampar. Después de la prolongada caminata, todos estaban cansados, sedientos, y cubiertos de polvo. Las crías del ganado demandaban agua. Las ovejas y los cabritos hacían eco a esa solicitud. Los burros rebuznaban y pateaban, añadiéndose a la súplica. Solamente los camellos no parecían preocupados porque no había agua. Ellos almacenan agua en sus cuerpos y pueden pasar sin ella bastante tiempo.


Todos miraban alrededor, pero no había agua. La gente empezó a preguntarse unos a otros si habían encontrado algo de agua. La respuesta siempre era la misma:
«No».

Pronto las personas empezaron a buscar a Moisés. Cuando lo encontraron, empezaron a quejarse.
—Danos agua para beber. Estamos sedientos. Nuestras familias están sedientas. Nuestros animales están sedientos. Debemos tener agua, o moriremos.

Moisés los miró con tristeza. Él sabía que Dios proveería para todas sus necesidades. Ellos sabían todo lo que Dios había hecho por ellos. Seguramente debían entender que Dios los había llevado hasta allí. Y él proveería el agua. Moisés respondió:
—¿Por qué están peleando conmigo? ¿Por qué están poniendo a prueba a Dios?

La gente no escuchaba, solo se quejaban.—¿Para qué nos sacaste de Egipto? Todos vamos a morir.

Moisés no sabía qué hacer. Se volvió a Dios en oración.
—¿Qué voy a hacer con este pueblo? —preguntó—. Están a punto de apedrearme.

Dios respondió a Moisés:
—Adelántate y lleva contigo algunos líderes. Lleva contigo la vara que usaste para golpear las aguas del río Nilo que se convirtió en sangre. Yo voy a ir delante de ti y estaré junto a la roca en Horeb. Golpearás la roca, y el agua brotará.

Así que Moisés llamó a los líderes y se adelantó caminando. Encontró la roca y la golpeó, como Dios había dicho. ¡El agua salió a borbotones! ¡Suficiente agua para todos!
¡Más que suficiente agua para todos los animales también!


Una vez más Dios suplió todas sus necesidades. Dios nunca cambia. Él todavía ahora suple todas nuestras necesidades. ¡Qué maravilloso Dios!.


 

Leer la Lección 9 de Primarios en PDF

[Descargar la Lección 9 ]

 

LECCIONES DE PRIMARIOS
📖 L1 L2 L3 L4 L5 L6
L7 L8 L9 L10 L11 L12 L13

 

Dios les bendiga!!!

Share

Post A Comment:

0 comments:

Escribe tu comentario.