Primarios | Lección 4: Se escondieron de Dios | 1er Trimestre 2024

Lección 4 de Primarios
SE ESCONDIERON DE DIOS

Primarios | Lección 4: Se escondieron de Dios | 1er Trimestre | Año A

Textos clave y referencias:
Génesis 2: 8, 9, 16, 17; 3;
Patriarcas y profetas, caps. 2-4.

Versículo para Memorizar:
«Pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios hará lo que es justo: nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad»
(1 Juan 1: 9)..

Mensaje:
Cuando nos equivocamos, Dios todavía nos ama y nos perdonará.

¿Alguna vez has hecho algo mal y te ha dado miedo decir lo que habías hecho? Adán y Eva deben de haberse sentido de esa manera. Probablemente sucedió así...

Adán y Eva estaban felices en su hogar en el jardín. La mejor parte del día era la tarde, cuando Dios venía y platicaba con ellos. Durante el séptimo día, el sábado, pasaban todo el día con Dios. Probablemente nunca querían que el sábado terminara.

Dios les dijo que se gozaran con todo lo que había en el jardín, con la excepción de un árbol, el “Árbol del conocimiento del bien
y del mal”:

—Nunca deben tocar el árbol ni comer el fruto.

Si lo hacen, morirán con seguridad.
Un día Eva estaba caminando por el jardín
y llegó cerca del árbol. Mientras lo miraba, una hermosa criatura, una serpiente, empezó a hablarle.
—¿Es verdad que Dios les dijo que no podían comer de ningún árbol del jardín?—preguntó la serpiente.

Eva sabía que debía alejarse de aquel lugar, pero no lo hizo. En lugar de eso contestó a la serpiente:
—Dios nos ha dicho que podemos comer de todos los árboles del jardín, excepto de este. ¡Ni siquiera tocarlo! Si lo hacemos moriremos.

La serpiente respondió:
—No morirán. ¡Serán tan inteligentes como es Dios! Comiendo del fruto se harán sabios.
Así que Eva se estiró y tocó la fruta. Nada sucedió. Entonces tomó la fruta, la mordió. Sabía muy bien. Tomó más frutas y le dio a Adán. Él reconoció la fruta inmediatamente. Cuando supo que Eva había comido de ella, él también comió.

Tan pronto como Adán dio el mordisco algo sucedió entre ellos. ¡Se dieron cuenta de que estaban desnudos! Les dio vergüenza y miedo. Sabían que habían hecho mal. Corrieron hacia una higuera y usaron sus hojas para hacerse ropa y cubrirse.

Aquella tarde, cuando escucharon a Dios caminando en el jardín, se escondieron. Sentían vergüenza de encontrarse con él. Cuando Dios los encontró, les preguntó:
—¿Por qué se escondieron?
Él sabia la respuesta, pero les dio oportunidad para que confesaran. Se entristeció cuando escuchó la respuesta de Adán.
—Te oímos en el jardín —dijo Adán a Dios—, y nos dio miedo.

Dios sabía lo que habían hecho y estaba triste. Ellos tendrían que afrontar las consecuencias. Les dijo que tendrían que dejar el hermoso jardín. Empezarían a envejecer y finalmente morir. La vida fuera del jardín sería difícil. Crecerían malezas. Habría espinos y cardos. Los animales serían peligrosos y les infundirían temor. Además, todo moriría: las plantas y los animales.

Adán y Eva se entristecieron mucho. Pero en su tristeza sucedió algo maravilloso. Dios no los dejaría solos. Les habló de su plan para restaurar todas las cosas. Enviaría a su Hijo como un bebé al mundo. Su Hijo moriría y asumiría la culpa por los errores que habían cometido.

Entonces Dios tomó un cordero y lo mató. Les enseñó a Adán y Eva cómo sacrificarlo. Solo entonces empezaron a comprender lo que significaba morir. Y se pusieron muy tristes.

Sí, Dios perdonó a Adán y a Eva por desobedecerle. Y te perdonará cuando hagas mal, si se lo pides y si realmente lo sientes. Él quiere ayudarte a hacer lo que está bien. Y quiere que estés listo para ir al cielo cuando Jesús vuelva otra vez.