Lección 3 de Infantes
OÍDOS PARA ESCUCHAR
Textos clave y referencias:
1 SAMUEL 3:1-10;
PATRIARCAS Y PROFETAS, CAP. 57, PP. 569-570.
Versículo para Memorizar:
“Habla Señor, que tu siervo escucha”
(1 SAMUEL 3:9).
Mensaje:
Servimos a Dios al escuchar su voz.
1 SAMUEL 3:1-10;
PATRIARCAS Y PROFETAS, CAP. 57, PP. 569-570.
Versículo para Memorizar:
“Habla Señor, que tu siervo escucha”
(1 SAMUEL 3:9).
Mensaje:
Servimos a Dios al escuchar su voz.
Cuando alguien te llama, ¿contestas y vas enseguida? ¿Acaso te mueves despacio, o te quedas parado? El pequeño Samuel oyó que lo llamaban. ¿Qué piensas que hizo?
Elí, el anciano sacerdote, roncaba plácidamente en su cama. Cerca, dormía profundamente el niño Samuel.
El Señor observó amorosamente a Samuel que dormía.
—¡Samuel, Samuel! —habló el Señor.
Samuel abrió los ojos. ¿Le hablaba alguien? Fue junto a Elí sin demora.—Aquí estoy —dijo Samuel, entrando al oscuro cuarto de Elí.
—Yo no te llamé —dijo soñoliento Elí—. Regresa a tu cama.
Samuel hizo como le mandó y pronto se quedó dormido otra vez.
El Señor miró amorosamente a Samuel.
—¡Samuel, Samuel! —lo volvió a llamar.
Samuel se despertó nuevamente. Estaba seguro de que Elí lo llamaba. Corrió al cuarto de Elí.
—Aquí estoy —dijo—, ¿en qué puedo ayudarte?
Elí abrió los ojos otra vez.
—Yo no te llamé —contestó quedamente —. Regresa a tu cama. Samuel salió lentamente del cuarto de Elí. Alguien lo había llamado. Si no era Elí, ¿quién podría ser? Samuel no reconocía la voz de Dios porque nunca la había escuchado. Samuel se volvió a acostar. Muy pronto estuvo profundamente dormido otra vez.
Una vez más el Señor observó amorosamente a Samuel.
—¡Samuel, Samuel! —le dijo el Señor por tercera vez.
Samuel abrió los ojos. Una vez más corrió hacia donde estaba Elí.
—Aquí estoy —le dijo.
De repente Elí supo quién estaba llamando al niño.
—Regresa a tu cama —dijo Elí—. Si él te vuelve a llamar, contesta: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
El corazón de Samuel palpitaba fuertemente. ¿Realmente podría ser que el Señor le estaba hablando? ¿Por qué? ¿Por qué lo estaría llamando el Señor? Samuel regresó a su cama. Pero esta vez se acostó con los ojos bien abiertos. Esperó, y escuchó atentamente.
El Señor observaba amorosamente al atento Samuel. —¡Samuel, Samuel! —dijo con voz suave.
Y Samuel respondió:
—Habla, Señor, que tu siervo escucha.
El Señor sonrió. Sabía que Samuel, aun cuando era todavía un niño, lo escucharía. Samuel verdaderamente quería ser su ayudante.
Dios desea que tú lo escuches hoy. Desea que tú también seas su ayudante. Tú lo escuchas a él cuando escuchas sus palabras en la Biblia. Lo escuchas cuando aprendes tu versículo para memorizar. Escucha atentamente las palabras de Dios cuando lees la Biblia. Ellas te ayudarán a ser su ayudante cada día.
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Dios lo bendiga!!!
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