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Infantes | Lección 7: ¡El muchacho está vivo! | 3er Trimestre 2024 | Año A

Infantes | Lección 7: ¡El muchacho está vivo! | 3er Trimestre 2024 | Año A

Lección 7 de Infantes
¡EL MUCHACHO ESTÁ VIVO!


Infantes | Lección 7: ¡El muchacho está vivo! | 3er Trimestre 2022 | Año A

Textos clave y referencias:
1 REYES 17:17-24;
PROFETAS Y REYES, CAP. 10, PP. 86-88.

Versículo para Memorizar:
“El Señor [...] protege a los que en él confían”
(NAHUM 1:7).

Mensaje:
Dios siempre contestará nuestras oraciones.



¿Alguna vez has estado muy enfermo? ¿Tan enfermo que pensabas que nunca te sanarías?Eso es lo que le pasó al hijo de la viuda.

Elías estaba en la aldea de Sarepta, donde Dios lo había enviado. Dios no había enviado lluvia por mucho, mucho tiempo, porque la gente todavía adoraba un ídolo que se llamaba Baal. Sin lluvia las cosechas no crecían y la gente estaba hambrienta. Sin embargo, siempre hubo comida en la casa de la viuda, así como Dios había prometido. Cada día, cuando la viuda miraba el recipiente, encontraba suficiente harina para hacer más pan. Cada día, cuando miraba la jarra, encontraba suficiente aceite. Dios cumplió su promesa.

Una mañana el hijo de aquella viuda le dijo a su madre:
—No me siento bien, mamá. Me duele todo.


La madre lo abrazó y lo meció. También le dio agua fresca para beber. Le cantó algunas canciones suaves. Pero el niño no se mejoró. Siguió empeorando hasta que murió.


La viuda lloró y lloró. Las lágrimas corrían por sus mejillas cuando le dijo a Elías lo que había pasado.
—Déjame ver a tu hijo —dijo Elías.

Elías cargó al niño por las escaleras hasta el cuarto que la viuda le había dado y lo acostó en la cama. Entonces Elías clamó al Señor.
—¿Por qué le ha pasado esto a la bondadosa mujer que ha compartido su hogar conmigo?

Elías se tendió sobre el muchacho y oró.
—¡Oh, Señor mi Dios, devuelve la vida a este muchacho!

Elías se levantó y caminó alrededor de su cuarto. Luego se tendió sobre el niño de nuevo, y oró.
—¡Oh, Señor, devuelve la vida a este niño!Tres veces elevó Elías esta oración.

El Señor no contestó a Elías con palabras. No le dijo por qué había muerto el hijo de la viuda. Pero hizo lo que Elías le pidió. Después de la tercera oración, el niño empezó a respirar otra vez. ¡Volvió a vivir!

Elías gritó con alegría. Levantó al muchacho y corrió escaleras abajo.
—¡Tu hijo está vivo! —gritó—. ¡Tu hijo está vivo!


La viuda estrechó a su hijo en un enorme abrazo. Estaba tan feliz que reía y lloraba al mismo tiempo. Entonces ella miró a Elías a través de sus lágrimas.
—Ahora conozco que eres varón de Dios—dijo—. ¡Dios nos ama mucho! Yo sé que él siempre oye nuestras oraciones.

Dios te ama mucho a ti también. Estará contigo y siempre te amará. Repite: “Te amo, Jesús” cada día cuando oras.



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Dios lo bendiga!!!

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