Juveniles | Lección 12: Reparación y restauración | 4to Trimestre 2021 | Año C
Lección 12 de Juveniles
REPARACIÓN Y RESTAURACIÓN
Agobiados por la angustia y con necesidad de palabras de aliento después de la muerte y resurrección de Cristo, los discípulos respondieron de maneras diferentes ante el dolor. Tomás eligió la duda. Pedro se distanció del grupo. ¿Qué hizo Jesús para que recuperaran la unidad?
Lucas 24: 33-48; Juan 20: 19-29, Juan 21: 1-22.
El Deseado de todas las gentes (El Libertador), capítulos 84 y 85.
«Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?” “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”, contestó Pedro. “Apacienta mis corderos”, le dijo Jesús» (Juan 21: 15).
Más que luz
«Cristo tenía otra lección que dar, especialmente relacionada con Pedro. La forma en que Pedro había negado a su Maestro había ofrecido un vergonzoso contraste con sus anteriores profesiones de lealtad. Había deshonrado a Cristo e incurrido en la desconfianza de sus hermanos […]. El Salvador le dio oportunidad de recobrar la confianza de sus hermanos y, en la medida de lo posible, eliminar el oprobio que había atraído sobre el Evangelio» (El Deseado de todas las gentes, p. 751).
¿Qué opinas?
Responde las siguientes preguntas con la mayor sinceridad posible: 1. ¿En qué lugar te sientes más amado y aceptado? 2. ¿Qué cosas te hacen sentir más amado y aceptado? ¿Qué puede hacer una persona para mostrar que se interesa por ti de una forma que te resulte significativa? 3. ¿Es posible amar a los demás sin amarte a ti mismo en primer lugar? 4. ¿Es posible amar a otra persona si le guardas algún rencor? 5. ¿Es posible amarte a ti mismo si no te has perdonado por tus errores? 6. ¿Cuál es tu más fuerte reflejo defensivo cuando te sientes inseguro o rechazado por los demás? 7. ¿En qué momentos reconoces que haces uso de esas palabras o acciones?
¿Lo sabías?
Según un estudio realizado por la Asociación de Enfermeras Psiquiátricas de Estados Unidos, la falta de un sentido de pertenencia está asociada con la soledad, la angustia emocional, las alteraciones psicológicas y las enfermedades mentales. Esta organización procuró descubrir si el sentido de pertenencia podía realmente funcionar como un amortiguador contra la depresión clínica en personas que tenían un riesgo elevado de depresión de acuerdo con su historia familiar u otros factores de riesgo. Los resultados mostraron que así es. ¡El sentido de pertenencia hace una gran diferencia!
Identifícate con la Historia
«Me voy a pescar”, dijo Simón Pedro. “Nos vamos contigo”, contestaron ellos. Salieron, pues, de allí y se embarcaron, pero esa noche no pescaron nada. Al despuntar el alba Jesús se hizo presente en la orilla, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era él. “Muchachos, ¿no tienen algo de comer?”, les preguntó Jesús. “No”, respondieron ellos. “Tiren la red a la derecha de la barca, y pescarán algo”. Así lo hicieron, y era tal la cantidad de pescados que ya no podían sacar la red. “¡Es el Señor!”, dijo a Pedro el discípulo a quien Jesús amaba. Tan pronto como Simón Pedro le oyó decir: “Es el Señor”, se puso la ropa, pues estaba semidesnudo, y se tiró al agua. Los otros discípulos lo siguieron en la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban a escasos cien metros de la orilla».
«Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?” “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”, contestó Pedro. “Apacienta mis corderos”, le dijo Jesús. Y volvió a preguntarle: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. “Cuida de mis ovejas”.
Por tercera vez Jesús le preguntó:
“Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”
A Pedro le dolió que por tercera
vez Jesús le hubiera preguntado:
“¿Me quieres?” Así que le
dijo: “Señor, tú lo sabes todo; tú
sabes que te quiero”. “Apacienta
mis ovejas —le dijo Jesús—. De
veras te aseguro que cuando eras
más joven te vestías tú mismo e
ibas a donde querías; pero cuando
seas viejo, extenderás las manos y
otro te vestirá y te llevará a donde
no quieras ir”. Esto dijo Jesús para
dar a entender la clase de muerte
con que Pedro glorificaría a Dios.
Después de eso añadió:
“¡Sígueme!” Al volverse, Pedro vio
que los seguía el discípulo a
quien Jesús amaba, el mismo
que en la cena se había reclinado
sobre Jesús y le había dicho:
“Señor, ¿quién es el que va a
traicionarte?” Al verlo, Pedro
preguntó: “Señor, ¿y este,
qué?” “Si quiero que él permanezca
vivo hasta que
yo vuelva, ¿a ti qué?
Tú sígueme no más»
(Juan 21: 3-8,
15-22)
Explica la Historia
1. ¿Qué estaba tratando de hacer Jesús cuando puso en tela de juicio el amor que sentía Pedro por él?
2. ¿Cómo pareció sentirse Pedro ante estos cuestionamientos?
3. ¿Qué efecto debe haber tenido la insistencia pública de Pedro de su amor por Jesús sobre los que estaban escuchando, especialmente cuando estos sabían que Pedro había negado tres veces a Jesús cuando fue arrestado?
4. ¿Fue el perdón que Jesús le extendió a Pedro suficiente como para permitir que este discípulo siguiera adelante con la obra que Jesús le había dado de predicar el Evangelio? ¿Qué otra cualidad era necesaria, tanto en el caso de Pedro como en el de los demás discípulos?
5. ¿Hemos aceptado en realidad el perdón de Dios si nos rehusamos a perdonarnos a nosotros mismos?
Puntos de Impacto
- «Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve» (Salmo 51: 7). «Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor—. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana! »
- (Isaías 1: 18). «Tu fe te ha salvado —le dijo Jesús a la mujer—; vete en paz» (Lucas 7: 50).
- «Quien vigila al viento, no siembra; quien contempla las nubes, no cosecha» (Eclesiastés 11: 4).
- «Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!» (Eclesiastés 4: 9-12).
Puntos de Vista
- «Ámate a ti mismo, acéptate a ti mismo, perdónate a ti mismo y sé bueno contigo mismo, porque sin ti el resto de nosotros quedamos sin una fuente de muchas cosas maravillosas». —Leo F. Buscaglia, conferencista y escritor motivador estadounidense del siglo XX.
- «Cien personas religiosas agrupadas en una unidad organizada no constituyen una iglesia, así como once hombre muertos no conforman un equipo de fútbol. El primer requisito, en todos los casos, es que haya vida».—A. W. Tozer, pastor, escritor y editor protestante estadounidense del siglo XX.
- “El pecado te mantendrá alejado de la presencia de Dios o la presencia de Dios te mantendrá alejado del pecado”.—Autor desconocido.
- «En contraste al sentido de pertenencia que sienten los niños, el sentido de pertenencia de los adultos jamás es algo natural, inocente o para tomar a la ligera. El sentido de pertenencia de los adultos tiene que escogerse, recibirse y renovarse. Es la obra de toda la vida».—John O'Donohue, filósofo irlandés del siglo XX.
Aplica a tu Vida
Responde las preguntas de la sección ¿Qué opinas? En Juan 20: 19-29, se relata la historia de la incredulidad de Tomás. Este discípulo escogió no creer, pero aunque realizó una sólida defensa en contra de la aceptación de la resurrección de Cristo, y más allá de todos los relatos de los testigos en primera persona que lo rodeaban, Jesús le dio a Tomás la prueba que había estado insistiendo que quería tener antes de tomar la decisión de creer junto con los otros discípulos. En lugar de juzgar la obstinación de Tomás, tratemos de pensar qué pudo haber estado sintiendo que le hizo separarse del grupo y tomar otro camino en lo que respecta a la aceptación de la resurrección de Jesús. ¿De qué manera nosotros podríamos estar haciendo lo mismo, y por qué?
Responde las preguntas de la sección Explica la historia. Pedro había caído abruptamente ante los ojos de los otros discípulos y de los demás creyentes. Siempre había sido el que hablaba primero y en voz más alta; sin embargo, cuando llegó la hora de la prueba, Pedro negó a Jesús tres veces cuando el Maestro más necesitaba de su discípulo. Jesús utilizó los cuestionamientos que le hizo a Pedro para darle una oportunidad de declarar públicamente su amor por el Maestro, y para ayudarlo a construir un puente de manera que Pedro llegara a ser aceptado plenamente una vez más por los otros discípulos. ¿Por qué Jesús tuvo la intención deliberada de que Pedro llegara a formar parte del grupo una vez más? ¿Qué podía hacer la unidad, tanto para Pedro como para los demás?
En Juan 21: 15 Jesús le dice a Pedro lo que tiene que hacer: «Apacienta mis corderos». Esta no era tan solo su dirección para el ministerio (alimentar a los nuevos creyentes que necesitaran atención y conducción cuidadosa), sino también instrucciones sobre cómo llegar a ser parte del grupo de creyentes una vez más. Pedro sería parte de ellos otra vez cuando trabajara lado a lado con sus hermanos. Al trabajar juntos, compartirían el mismo objetivo, y tendrían amplia oportunidad de desarrollar una vez más la confianza. El mismo consejo se aplica a nosotros. ¿De qué manera podemos contribuir al llamado que Jesús nos hace de apacentar las ovejas?
Elena G. de White nos dice que Jesús le estaba dando la oportunidad a Pedro de compensar por los errores del pasado. Jesús ya había perdonado a Pedro, pero el discípulo aún necesitaba volver a ser parte del grupo de discípulos. Nosotros también cometemos errores. La vida implica pasar por una experiencia de aprendizaje y es probable que no siempre hagamos las cosas bien la primera vez que lo intentamos. ¿Basta solo con recibir el perdón de Jesús en cada ocasión, o algunas veces tenemos que dar un paso más allá (con la ayuda de Jesús) para arreglar las cuentas con aquellas personas que hemos decepcionado? ¿De qué manera podemos llegar a recuperar la confianza en las relaciones quebrantadas? ¿Qué oportunidades ves de reparar el daño hecho a personas que pueden haber sido heridas por tus actitudes o acciones del pasado?
Eclesiastés 11: 4 nos dice que si estamos concentrados en otras cosas que pueden atemorizarnos o ponernos ansiosos, jamás haremos ninguna cosa útil. Esto también se aplica a nuestros errores del pasado. Si no somos capaces de perdonarnos a nosotros mismos, jamás tendremos la capacidad de seguir adelante y de ser las personas que Dios quiere que seamos. Si nos rehusamos a perdonarnos a nosotros mismos, nuestras relaciones personales también se verán afectadas. Las relaciones humanas son importantes, y es la voluntad de Dios que tengamos relaciones felices y funcionales que llenen de satisfacción nuestra vida. «Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!» (Eclesiastés 4: 12). ¿Por qué errores del pasado necesitas perdonarte? ¿De qué manera el acto de recibir este perdón puede ayudarnos a seguir adelante?
Las relaciones humanas son las únicas cosas fuera de nosotros mismos que podremos llevar con nosotros al cielo. Las personas son los verdaderos tesoros de la vida, y no deberíamos tomarlas tan a la ligera. ¿Cómo puedes llegar a estar más estrechamente unido con tu familia, amigos e iglesia? ¿De qué manera puedes contribuir con estas relaciones de forma tal que los demás se sientan más felices al haberte conocido? Si la unidad es así de importante para Dios, ¿cuán importante debería ser para nosotros?
Tal vez uno de los aspectos más frustrantes y retadores de la vida es el de ser capaces de mantener nuestras relaciones humanas. Se han escrito un sinnúmero de libros de autoayuda que procuran explicar cómo desarrollar y mantener las relaciones personales ya sea con los integrantes de tu familia, tus colegas de trabajo, o cualquier persona que conozcas y que podría serte de utilidad en el futuro. ¡No siempre es fácil hacerlo! Las relaciones humanas, sin embargo, constituyen también la parte más satisfactoria de la vida. No es posible tener relaciones humanas sólidas y duraderas si no nos ocupamos en primer lugar de nuestro interior. ¿De qué manera Dios puede ayudarte a disfrutar de la plenitud interna, a fin de tener relaciones satisfactorias con las demás personas?
Plan de lectura para esta semana*
El Deseado de todas las gentes (El Libertador), capítulos 84 y 85.
*Siguiendo este plan podrás leer al menos un libro cada año de la serie El
conflicto de los siglos.
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Dios les bendiga!!!
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