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Intermediarios | Lección 11: Un rey, una bruja y un diablo | 1er Trimestre 2023 | Año D

Intermediarios | Lección 11: Un rey, una bruja y un diablo | 1er Trimestre 2023 | Año D
Intermediarios | Lección 11: Un rey, una bruja y un diablo | 1er Trimestre | Año D

Lección 11 de Intermediarios

UN REY, UNA BRUJA Y UN DIABLO

 

¿Ha habido momentos en tu vida en los que no has estado seguro de lo que debías hacer? ¿A quién recurres por ayuda? Lo que no ayuda en nada es hablar con una persona que está muerta. La Biblia nos dice que los muertos nada saben.


Texto y clase de referencias:
1 Samuel 28:3-25; Patriarcas y profetas, pp. 731-745.
Versículo para memorizar:
“Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada ni esperan nada, pues su memoria cae en el olvido. Sus amores, odios y pasiones llegan a su fin, y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida” (Eclesiastés 9:5, 6).
Mensaje:
Adoramos a Dios cuando ignoramos las mentiras de Satanás y nos enfocamos en su verdad.

 

Tres figuras encapuchadas caminan silenciosamente por la llanura de Jezreel. Es cerca de la medianoche. Los centinelas no ven a esos hombres de Israel que se introducen en el campamento del ejército filisteo que está todavía dormido. De la luz de la luna surgen misteriosas sombras mientras ascienden la cima de la montaña donde está la cueva de la bruja de Endor.

Esta mujer pensaba que vivía en un lugar seguro, pero esos hombres lograron encontrarla. Tan pronto como vio a uno de los hombres, un escalofrío sacudió su espina dorsal. Era un hombre alto, dominante, no un soldado común, el cual se paró frente a ella, y esta le preguntó:

—¿Qué quiere?

—Quiero que consulte por mí a un espíritu —dijo el hombre alto con voz quebrantada—. Quiero que haga venir al que yo nombre.

—¿Por qué me pide que haga esto? ¿No sabe que el rey Saúl ha desterrado a todos los hechiceros de Israel?

Sus miradas se encontraron. Veía el terror en la mirada del hombre.

—Me pueden matar por hacer esto —dijo la mujer.

—Tal como el Señor vive, le juro que no recibirá mal alguno si hace lo que le pido.

—¿A quién quiere que le traiga? —le preguntó.

—A Samuel.

Cuando mencionó al profeta de Dios que estaba muerto, la mujer se estremeció. Al contemplar a sus huéspedes, sus ojos se achicaron. Contempló de nuevo al hombre alto, y empezó a extender las manos sobre la mesa frente a ella.

Moviéndolas hacia adelante y hacia atrás, comenzó el encantamiento.


La bruja lanzó algo sobre el fuego y escupió, luego se oyó un crujido.

—¡Ahaaa! —gritó.

Los tres hombres dieron un salto.

—Ustedes me han engañado —dijo, señalando con el dedo al hombre más alto—. Usted me ha engañado. Usted es el rey Saúl.

—No tenga miedo —le dijo el rey Saúl—, ¿qué está mirando?

—Un espíritu —repuso la mujer—, un espíritu que surge de la tierra.

—¿A quién se parece?

—A un anciano con un manto.

—¡Es él! —dice Saúl desesperado porque quiere tener respuesta a su inquietud.

Una sombra oscura surge del fuego. Saúl inclina la cabeza ante aquella aparición como si la fuera a adorar.

Satanás presentaba a un espíritu que personificaba a Samuel. Hablaba como Samuel. Sus gestos se parecían a los del profeta muerto.

—¿Por qué me has perturbado? —preguntó el espíritu.

—Estoy en un serio problema —repuso Saúl—.

Los filisteos están listos para pelear conmigo. Dios ya no me responde ni por medio de profetas ni de sueños. De esta manera he venido para que me indiques lo que debo hacer.

—¿Por qué has venido a consultarme si Dios no te contesta? Porque has rechazado al Señor tu Dios, él tomará el ejército de Israel y se lo entregará a los filisteos.

Mañana tú y tus hijos estarán conmigo.

Después de pronunciadas estas palabras, rápidamente desapareció el espíritu.

—¡Oh...! ¡No puede ser! —gritó Saúl, cayendo de bruces al suelo.

La bruja se abalanzó sobre él, diciéndole:

—Señor, levántese por favor —pero Saúl no le respondió.

Sus ayudantes lo levantaron del piso. Y a pesar de que era el Rey, le dieron unas cachetadas para revivirlo.

—Señor, su majestad —le dijeron mientras trataban de levantarlo. En ese momento el Rey abrió los ojos, que todavía revelaban su espanto.

—Señor —le dijo la bruja—. He arriesgado mi vida haciendo lo que me pidió. Levántese, por favor, y coma un poco. Saúl permanecía inmóvil.

—Levántese y coma —le repitieron sus ayudantes, y lo arrastraron hasta un asiento.

La bruja horneó un pan y preparó una comida, y el rey finalmente comió.

—Dentro de poco va a amanecer —le dijo uno de los ayudantes al rey—. Debemos regresar.

Los tres hombres se cubrieron con sus capas y caminaron en la oscuridad. Cuando pasaron por el campamento de los filisteos escucharon que sus enemigos estaban haciendo los preparativos para el combate.

Al consultar a la bruja de Endor, Saúl se había destruido. En vez de acudir a Dios con humildad y arrepentimiento, Saúl escogió consultar a Satanás. Se había separado de la única fuente de poder. El mensaje de Satanás, dado a través del espíritu personificado de Samuel, había surtido efecto. Ahora Saúl no podía alentar a su ejército para que tuvieran valor en la batalla. Ahora Saúl no podía dirigir a sus hombres para que encontraran en Dios su ayuda segura.

Satanás y su ejército se regocijaron.

 

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Dios les bendiga!!!

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