Lección 4 de Primarios
¡TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS!
Textos clave y referencias:
Hechos 2:42-47;
Los hechos de los apóstoles, cap. 7
Versículo para Memorizar:
"Sirvan de buena gana como quien sirve al Señor y no a los hombres”
(Efesios 6:7).
Mensaje:
Dios nos da dones para que podamos ayudar a otros.
Hechos 2:42-47;
Los hechos de los apóstoles, cap. 7
Versículo para Memorizar:
"Sirvan de buena gana como quien sirve al Señor y no a los hombres”
(Efesios 6:7).
Mensaje:
Dios nos da dones para que podamos ayudar a otros.
¿Has presenciado una ceremonia de bautismo en tu iglesia? Tal vez tú mismo ya fuiste bautizado. ¿La gente estaba triste, o feliz? Los cristianos de la iglesia primitiva se sentían emocionados al ver que tanta gente se unía a la iglesia.
Los discípulos estaban contentísimos por todas las maravillas ocurridas. ¡Imagínate que tres mil nuevos creyentes se habían unido a la iglesia en un solo día!
Muchos de aquellos nuevos creyentes eran extranjeros que no vivían en Jerusalén. La mayoría había viajado desde lugares muy lejanos para celebrar la fiesta del Pentecostés.
Y muchos tenían planes de regresar a sus casas tan pronto como terminara la fiesta. Pero ahora muchos de ellos cambiaron de planes. Ya no tenían prisa por regresar a su casa. Deseaban quedarse en Jerusalén más tiempo. Allí podrían aprender más acerca de Jesús de boca de sus discípulos. Podría decirse que estaban hambrientos de aprender acerca de Jesús.
Los creyentes de Jerusalén dieron la bienvenida en sus hogares a los nuevos creyentes. Comían juntos. Oraban juntos y alababan juntos al Señor.
Algunos de los creyentes eran ricos y otros eran pobres. Muchos de ellos no tenían nada porque habían sido desheredados por sus familias al hacerse cristianos. Algunos de los creyentes vendieron sus propiedades o posesiones a fin de poder ayudar a otros.
Todos compartían lo que tenían. Las cosas de este mundo ya no eran tan importantes para ellos.
Creían firmemente que Jesús había resucitado de la tumba. Creían que Jesús regresaría muy pronto y que muy pronto también los llevaría al cielo. Estaban llenos de esperanza y amor. Los creyentes estaban llenos del Espíritu Santo. Querían dar a conocer a los demás su esperanza y amor. El Espíritu Santo usó a esos creyentes para obrar muchos milagros.
En aquellos días no había en Jerusalén periódicos, ni radio, ni televisión. Pero eso no impidió que la iglesia primitiva esparciera las buenas nuevas por todas partes. Todos hablaban acerca de las buenas nuevas del evangelio.
—¿Escuchaste lo que sucedió esta mañana a la entrada del templo?
—¿Te acuerdas de mi vecino que vive al lado de mi casa? ¿Ese que había estado paralítico desde su nacimiento?, Bueno, ¡déjame contarte lo que le sucedió ayer!
—¿Sabes lo que vi?
Los miembros de la iglesia primitiva enseñaban a otros la Palabra de Dios. La daban a conocer alegremente. Comían juntos muy frecuentemente y compartían juntos la cena especial de comunión. Cada día era una ocasión especial para la oración y la alabanza. Cada día nuevas personas escuchaban la historia de Jesús. Y cada día se unían más personas a la iglesia.
La iglesia de Cristo, nuestra iglesia, debe seguir haciendo lo mismo hoy. Los creyentes deben enseñar la Palabra de Dios y darla a conocer con alegría y entusiasmo. Debemos participar juntos de los alimentos en reuniones de camaradería y participar de los servicios de comunión. Juntos debemos alabar al Señor y orar. Y el Señor todavía va a añadir a nuestra iglesia a aquellas personas que de -sean ser salvas.
LECCIONES DE PRIMARIOS
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Dios lo bendiga!!!
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