Primarios | Lección 9: Esparciendo la Palabra | 3er Trimestre 2024

Lección 9 de Primarios
ESPARCIENDO LA PALABRA

Primarios | Lección 9: Esparciendo la Palabra | 3er Trimestre | Año A

Textos clave y referencias:
Hechos 13:1-12; Los hechos de los apóstoles, cap. 17

Versículo para Memorizar:
"El Espíritu Santo dijo: ‘Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado’”
(Hechos 13:2).

Mensaje:
Dios nos envía como mensajeros de su gracia.

¿Has hecho un viaje muy largo alguna vez? ¿En qué viajaste? Pablo y Bernabé fueron enviados a un viaje especial, una travesía para contar a otros acerca de la gracia de Dios. Pero no todos estaban contentos con su predicación. Lee el relato de la lección para descubrir lo que sucedió.

Pablo y Bernabé habían trabajado juntos en Antioquía durante todo un año. Estaban muy ocupados enseñando, predicando y ayudando a la gente. Como resultado la iglesia de Antioquía crecía y crecía.
Cierto día, algunos de los miembros se encontraban ayunando y orando. Le estaban pidiendo a Dios que los guiara y les dijera lo que él quería que hicieran. Mientras oraban, les habló el Espíritu Santo diciéndoles: “He llamado a Pablo y a Bernabé para que hagan un trabajo especial en mi favor. Pongan las manos sobre ellos. Oren luego por ellos y envíenlos a llevar las buenas nuevas de salvación a otros lugares”.

Todos estaban muy tristes cuando escucharon que Pablo y Bernabé se iban a ir. Pero deseaban también que otras personas escucharan acerca de Jesús. Así que los creyentes de Antioquía ayunaron y oraron. Entonces se reunieron para celebrar una reunión especial de oración. Los ancianos de la iglesia pusieron las manos sobre Pablo y Bernabé y oraron por ellos. Luego los despidieron.

Pablo y Bernabé llevaron con ellos a un joven llamado Juan Marcos. Iba a aprender de ellos y a ayudarlos en su trabajo. Los tres tomaron un barco en el puerto de Salamina y navegaron hasta Chipre. Luego viajaron por toda la isla, deteniéndose en todas las sinagogas judías y enseñando a todas las personas que quisieran escucharlos.

Pronto se trasladaron a Pafos, del otro lado de la isla. Allí encontraron a un hechicero y falso profeta judío, llamado Barjesús o Elimas. Era un hombre muy importante y trabajaba como asistente del procónsul romano.

Chipre no era una isla demasiado grande y pronto las noticias acerca de estos viajeros se esparcieron rápidamente. El procónsul escuchó también las noticias acerca de Pablo y sus compañeros. Sentía curiosidad por escuchar la Palabra de Dios. Elimas no estaba muy contento por ello. Tenía miedo de perder su influencia sobre el procónsul. Así que trató de poner al procónsul en contra de Pablo y sus amigos.

Pero el Espíritu Santo le mostró a Pablo lo que estaba pasando. De pronto, Pablo se volvió y miró directamente a Elimas. “Eres un hijo del diablo —le dijo—. Eres enemigo de todo lo que es correcto. Estás lleno de trucos y formas de engañar a la gente. Nunca vas a dejar de intentar poner obstáculos en los caminos del Señor. Y por causa de tus malos actos, te quedarás ciego temporalmente. No vas a poder ver la luz del sol”.

Inmediatamente Elimas sintió que lo rodeaba la oscuridad. Parpadeó. Se frotó los ojos. Trató de quitarse de encima esa oscuridad, pero todo se volvía más y más oscuro. Elimas se había quedado ciego. No podía ver nada. Comenzó a extender su mano para encontrar otra mano que lo guiara a fin de no caer.

El procónsul estaba asombrado. En un momento Elimas podía ver y al siguiente ya estaba ciego. Esto convenció al procónsul de que Pablo estaba predicando la verdad. Lo escuchó, aprendió de él y muy pronto él también creyó en Dios.

Pablo, Bernabé y Juan Marcos viajaron a muchos otros lugares. A dondequiera que iban le hablaban a todas las personas acerca de las buenas nuevas: La gracia de Dios es gratuita y está disponible para todos.

Podemos ser como Pablo y sus amigos. Nosotros también podemos contarles acerca de la gracia y el amor maravilloso de Dios a todas las personas con las que nos encontramos.

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