Lección 8 de Primarios
UN NUEVO NOMBRE Y UN NUEVO AMIGO
Textos clave y referencias:
Hechos 11:19-26; Los hechos de los apóstoles, caps. 13, 16
Versículo para Memorizar:
“Para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que
le temen”
(Hechos 10:34, 35).
Mensaje:
La gracia de Dios nos incluye a todos.
Hechos 11:19-26; Los hechos de los apóstoles, caps. 13, 16
Versículo para Memorizar:
“Para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que
le temen”
(Hechos 10:34, 35).
Mensaje:
La gracia de Dios nos incluye a todos.
Algunas veces la gente nos llama por nuestro apodo. Tal vez tú tengas un apodo. Generalmente algo que decimos o hacemos puede hacer que nos pongan un apodo. Algunas veces también nos ponen nombres malos o desagradables. A los creyentes de la iglesia primitiva les pusieron más de un apodo. Uno de ellos se hizo muy popular y se sigue usando todavía.
Se estaba volviendo muy peligroso creer en Jesús y permanecer en Jerusalén. Saulo y los demás dirigentes judíos estaban llevando a la cárcel a los creyentes. Algunas veces eran azotados y otras eran condenados a muerte. Por esta razón, muchos de los nuevos creyentes comenzaron a huir de Jerusalén.
Muchos nuevos creyentes se fueron a vivir a aldeas, pueblos y a otras ciudades. Estaban muy felices y llenos del regocijo que viene de seguir a Jesús. Simplemente no podían dejar de contar a otros acerca de su nueva fe. Las nuevas de la vida, muerte y resurrección de Jesús comenzaron a esparcirse por todas partes. Pero esto no era lo que los sacerdotes y rabinos tenían en mente. Ellos no querían que la gente contara a otros acerca de Jesús.
Algunos de estos nuevos creyentes se fueron a Antioquía. Vivía allí un gran número de judíos. Antioquía era una ciudad muy importante. Era bella y famosa; pero era también una ciudad con mucha maldad. Allí adoraban a muchos dioses paganos griegos.
Hasta entonces la mayoría de los creyentes eran judíos. Y ellos dieron a conocer las buenas nuevas acerca de Jesús a sus amigos y vecinos judíos. Pero cuando los creyentes se fueron a Antioquía, comenzaron a hablar a sus nuevos vecinos acerca de Jesús. Les hablaron a los judíos que vivían allí, a los gentiles y a los que no eran ju díos. Contárselo a los gentiles era algo nuevo, algo diferente. El Señor bendijo a los creyentes al esparcir las buenas nuevas de salvación, y un gran número de personas se unió a la iglesia primitiva.
Pronto llegaron a los apóstoles y a los demás creyentes en Jerusalén, las noticias acerca de los conversos gentiles.
Algunos de los dirigentes judíos se preocuparon mucho. No estaban seguros de que Dios deseaba que toda la gente escuchara las buenas nuevas. Después de todo, los judíos eran el pueblo elegido de Dios. Por esta razón, los creyentes de Jerusalén le pidieron ayuda a Bernabé. Este era un buen hombre, lleno de fe y lleno del Espíritu Santo. Se le pidió que fuera a Antioquía a investigar lo que estaba pasando.
Cuando Bernabé llegó a Antioquía, reconoció que los creyentes de aquel lugar habían sido realmente bendecidos por el Señor. Ellos verdaderamente entendían la gracia de Dios. Creían que Dios amaba a todas las personas y deseaba que ellos se amaran. Bernabé animó a los creyentes a confiar siempre en Dios y a gozar de su presencia. Les predicó a los gentiles y muchas otras personas decidieron seguir a Jesús.
Muy pronto Bernabé se dio cuenta de que necesitaba ayuda. Había muchas personas con las que debía hablar de Jesús. ¿Quién podría ayudarlo? Pensó en Saulo. Recordaba la forma como Saulo había cambiado después de encontrarse con Jesús en el camino a Damasco. Hasta su nombre había cambiado, porque ahora lo llamaban Pablo. Así que Bernabé comenzó a buscar a Pablo. Viajó a la ciudad de Tarso donde Pablo había nacido. Allí encontró a Pablo enseñando a otros acerca de Jesús. Pronto le contó a Pablo la gran obra que tenía que hacerse en Antioquía.
Así que Pablo y Bernabé viajaron a Antioquía. Allí comenzaron a trabajar juntos esparciendo las buenas nuevas del evangelio. Durante todo un año predicaron a los judíos y a los gentiles. Durante un año esparcieron las buenas nuevas acerca de Jesús. Y creyeron muchas personas, tanto judías como gentiles.
Debido a que los creyentes hablaban mucho acerca de Cristo, fueron llamados cristianos. Pronto ese nombre se extendió por todo el imperio romano. Pero fue en la ciudad de Antioquía donde fue usado ese nombre por primera vez. Y fue en esa ciudad donde Saulo, llamado ahora Pablo, comenzó su labor entre los gentiles. Dios lo había llamado para hacer un trabajo especial. ¿Qué te ha llamado a hacer a ti?
LECCIONES DE PRIMARIOS
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Dios lo bendiga!!!
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