Primarios | Lección 2: Unidos en el servicio | 3er Trimestre 2024 | Año A

Lección 2 de Primarios
UNIDOS EN EL SERVICIO

Textos clave y referencias:
Hechos 1; 2: 1-4;
El Deseado de todas las gentes, cap. 87;
Los hechos de los apóstoles, cap. 4.

Versículo para Memorizar:
“Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración”
(Hechos 1:14).

Mensaje:
La oración nos prepara para el servicio.

¿Has tenido alguna vez una discusión con tu mejor amigo? ¿Cómo te sentiste? ¿De qué manera afectó esa situación tus sentimientos en relación con ese amigo? ¿Les fue fácil hacer cosas juntos después de esa discusión? Los discípulos de Jesús discutían con frecuencia. Lee el relato de la lección para descubrir qué fue lo que los cambió.

Jesús eligió doce hombres para que fueran sus discípulos o amigos especiales. Ellos estuvieron con él desde el principio, cuando Juan lo bautizó en el río Jordán, y se quedaron con él hasta que fue crucificado. Cada día, sus discípulos escuchaban sus maravillosas historias.

Fueron con él al templo, lo escucharon explicar las Escrituras; pero, sobre todo, lo vieron sanar a mucha gente. Conocieron pueblos enteros donde no había un solo enfermo porque Jesús había estado allí para sanarlos. ¡Imagínate! ¡Ni un solo enfermo en todo el pueblo!

Jesús trató de advertirles lo que iba a pasar con él. Les dijo que iba a morir y que luego resucitaría. Pero sus discípulos no lo escucharon ni quisieron entenderlo. Ellos tenían sus propias ideas. Los discípulos pensaban que Jesús sería coronado rey en esta tierra. Esperaban que estableciera un reino y los librara de los romanos. Muchas veces los discípulos discutían entre sí acerca de quién era el más importante. Incluso la madre de Santiago y de Juan participó en esa discusión.

Le pidió a Jesús que sus hijos se pudieran sentar uno a su derecha y el otro a su izquierda cuando llegara a ser rey. ¡Y eso hizo que se enojaran los demás discípulos!

Después de la resurrección, Jesús pasó cuarenta días con sus discípulos y algunos de sus otros seguidores. Les explicó entonces las profecías acerca de su nacimiento y muerte. Les habló también acerca del reino de Dios. Finalmente los discípulos comenzaron a entender que Jesús no iba a luchar contra los romanos, sino que se iría de regreso al cielo. Sin embargo, les prometió que no se quedarían solos. Les enviaría el Espíritu Santo para que estuviera con ellos. Antes de que Jesús se fuera al cielo, les dejó a sus discípulos instrucciones muy claras. Debían quedarse en Jerusalén y esperar a que viniera el Espíritu Santo.

Esta vez le prestaron atención y obedecieron. Cada día se reunían en un salón con otros creyentes. Hablaban de las cosas que habían aprendido y pasaban mucho tiempo orando. Mientras oraban juntos, pensaban acerca de lo que les había ocurrido en el pasado. Sabían que habían hecho y dicho cosas que no eran buenas. Se dieron cuenta de que no habían sido amables unos con otros. Entonces arreglaron todas esas diferencias. Pero lo más importante es que le pidieron a Dios que los perdonara por todo lo malo que habían hecho.

Mientras los discípulos esperaban, sucedió algo maravilloso. Aprendieron a conocerse mejor. Ya no tenían importancia las viejas discusiones. Ahora estaban unidos en su deseo de servir a Dios. Querían dar a conocer a otros las buenas nuevas acerca de Jesús. Les dirían cómo había venido Jesús a este mundo a morir por todos. Deseaban que todos supieran que Jesús había ascendido al cielo. Estaban listos para decirles a los demás que Jesús vendrá otra vez para llevarnos a vivir con él.

La oración ayudó a los discípulos a sentirse unidos. Asimismo les ayudó a tener un solo objetivo: servir a Dios. Hoy la oración puede hacer lo mismo por nosotros..

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Dios lo bendiga!!!